La Crypto CIA desata un terremoto

El espionaje germano-estadounidense a un centenar de países durante décadas

 

Repentinamente, imágenes de Jorge Rafael Videla y la represión de la última dictadura en la Argentina reflotaron en la segunda semana de febrero en los principales medios suizos y europeos. Así como la foto de archivo del ARA General Belgrano, hundido en mayo del 1982 durante la guerra de Las Malvinas. El escándalo de la Crypto AG, de fachada helvética, pero en realidad propiedad de la CIA norteamericana y de los servicios de inteligencia alemanes, produce olas tipo tsunami.

Detrás de este terremoto informativo se encuentra una investigación de alto nivel promovida desde hace meses, conjuntamente, por The Washington Post, de Estados Unidos de Norteamérica; la TV alemana ZDF; y la SRF helvética. El diario estadounidense calificó esta operación como el “golpe de inteligencia del siglo” y uno de los “secretos mejor guardados de la Guerra Fría”.

La Crypto AG, con sede en Steinhausen, en el cantón suizo de Zug, fundada en 1952, se dedicaba a producir aparatos para el cifrado de comunicaciones secretas que se exportaron a más de 100 países del mundo.

Según el expediente/informe de 280 páginas divulgado en las últimas horas por la televisión pública suiza (SRF), en 1971 fue comprada por la Central de Inteligencia Americana (CIA) y sus pares de Alemania Occidental, a través de la mediación de una fundación de Liechtenstein.

A partir de inicios de los años '70 y hasta 2018, pudieron escuchar, leer, descifrar, interpretar e incorporar en sus acciones político-militares, cientos de miles de mensajes intercambiados entre gobiernos, embajadas y comandos militares en todo el mundo. Según las investigaciones, Crypto AG vendía dos tipos de productos: uno, completamente seguro, y el otro, vulnerable y de fácil descifrado, que fue el más extendido y promocionado.

La Crypto comercializó miles de máquinas –con beneficios millonarios— a un centenar de países, entre los cuales estaban Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, México, Colombia, Perú, Venezuela, Nicaragua, España, Grecia, Egipto, Arabia Saudí, Irán e Irak.

Esos aparatos permitieron a la CIA y sus pares germanos decodificar miles de mensajes, que podrían estar relacionados con episodios como el golpe militar de 1973 en Chile; el de 1976 en la Argentina; la revolución sandinista en Nicaragua, la guerra de las Malvinas o la Operación Cóndor, que a partir de 1970 coordinó la operatividad de las dictaduras sudamericanas con el objetivo de eliminar a sus opositores. Esos regímenes emplearon instrumentos de cifrado vendidos por la Crypto AG.

Esta utilización de la firma de cobertura suiza fue denominada al inicio operación Thesaurus y luego Rubicon, y como lo subrayan los medios que difundieron el informe, constituyó “el golpe del siglo” en materia de información de alta seguridad. La misma CIA lo reconoce así en un informe de 2004, que fue consultado por los investigadores de la encuesta ahora develada. Los mismos pudieron analizar también los documentos recopilados en 2008 por los servicios de inteligencia alemanes, que se habían retirado de la sociedad en los años '90. La CIA vendió finalmente la Criyto AG en 2018, “ya que había perdido su importancia en el mercado mundial de la seguridad”, según el Washington Post.

 

 

 

 

 

 

Informaciones secretas de trascendencia histórica

El cotidiano Der Bund, uno de los más prestigiosos de Suiza, publicó el miércoles 12 de febrero dos páginas, además de la tapa, sobre el escándalo que alcanza ya repercusiones políticas significativas en la Confederación Helvética.

La foto central es la del hundimiento del crucero militar de bandera argentina ARA General Belgrano durante la Guerra de las Malvinas. El artículo y la ilustración sugieren que informaciones sensibles como la que llevó a la destrucción del buque argentino, podrían haber sido descifradas por la empresa de fachada suiza.

El mismo periódico, que en su versión en línea publica fotos del golpe de Estado en la Argentina de 1976, recapitula algunos de los momentos más dramáticos de la historia del siglo pasado en los que pudieron tener un peso determinante las informaciones decodificadas por dicha empresa. O bien situaciones relevantes que, a la luz del actual escándalo, se podrían esclarecer con informaciones adicionales hasta ahora secretas. Entre otras, el golpe de Estado de Chile en 1973; el de Argentina en 1976; la Guerra Irán-Irak (1980-1988); la Guerra de las Malvinas (1982); la invasión norteamericana a Panamá (1989); la crisis de los rehenes en Irán (1991).

 

 

 

Destape mediático

El martes 11 de febrero –día de la revelación del escándalo— las autoridades suizas confirmaron la apertura de una investigación de alto nivel sobre la actuación durante décadas de la empresa de “bandera helvética” Crypto AG. A la cabeza de la misma designaron a un ex juez federal.

En Suiza, la pregunta clave se refiere a la eventual complicidad de los gobernantes del pasado con el accionar de la empresa. Algunos analistas anticipan que es inimaginable que una operatividad de esta envergadura se haya podido desplegar sin que los propios servicios de seguridad helvéticos estuvieran informados.

Los principales partidos políticos del país se pronunciaron en las últimas horas, subrayando la necesidad de clarificar hechos y responsabilidades. Incluso, el Partido Socialista de tendencia socialdemócrata propuso que se instale una comisión de investigación parlamentaria. Para ellos, no solo la neutralidad sino también la soberanía de Suiza podría haber sido violadas por el escándalo de la CryptoCIA.

Amnistía Internacional Suiza subrayó que la cuestión es saber si las informaciones sobre violaciones de derechos humanos graves, provenientes, por ejemplo, de las dictaduras militares latinoamericanas, llegaron a los servicios de informaciones nacionales o al gobierno. Y en ese caso, cuál fue la actitud que asumieron.

La repercusión internacional del affaire Crypto no para de aumentar desde inicios de la semana en curso. La misma podría multiplicarse aun más, en la medida en que se profundice la documentación a la que tuvieron acceso los periodistas de investigación. En el caso específico de Suiza, espacio físico-tecnológico medio privilegiado de la operación, el escándalo podría tener repercusiones de gran significación. La CryptoCIA es ya un escándalo mediático que podría convertirse en terremoto político.

 

 

 

 

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