LA ESCUELA NO PUEDE SER UN NEGOCIO

La mercantilización de la enseñanza pública

 

El director general de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, reflexiona en diálogo con El Cohete a la Luna acerca de las medidas que pretende llevar adelante el Presidente Javier Milei en educación. La propuesta de un examen al final de la secundaria, el arancelamiento de estudios universitarios para extranjeros no residentes y la educación a distancia a partir del cuarto año de la primaria forman parte de los cambios propuestos. Para él, algunas medidas pueden ser discutibles desde lo técnico, pero otras las considera “inaceptables” y acentúa su mirada en el artículo que se deroga de la Ley de Educación Nacional, para convertirla en un campo de negocios.

Sileoni se toma un tiempo para dialogar con El Cohete, luego de una recorrida por las “Escuelas Abiertas en Verano”, donde 185.000 chicas y chicos en edad escolar comparten prácticas artísticas, deportivas, acuáticas y recreativas, hasta el 31 de enero, en 1.700 predios de los 135 distritos de la provincia de Buenos Aires. 

“Dentro de los cambios que se establecen en el proyecto que envió Milei al Congreso, “hay algunas propuestas que tienen mayor contenido técnico, que pueden ser discutibles”, explica. “Podríamos discutir la evaluación del sistema educativo. Tomar examen o no al finalizar la secundaria, esas son diferencias que —aun siendo profundas en un sentido— son técnicas. Sin embargo, aclara que “siempre, esos sectores —que conforman y están detrás de los gobiernos neoliberales— intensifican la evaluación sin invertir nada”. Por lo tanto, afirma que “es una evaluación que tiene un fin exclusivamente punitorio”.

“Después hay otras medidas, irrelevantes, tribuneras, para su electorado duro. Como aquella que impulsa el arancelamiento de los estudios universitarios para extranjeros no residentes”, una idea que abona más a la discriminación del poder político que encarna Milei que al posible beneficio en ahorro dinerario que se haría.

 

 

La falacia del costo del estudiante extranjero

Impulsar el arancelamiento de los estudios universitarios para extranjeros no residentes, el desprecio al otro, viene desde hace años siendo pregonada por distintos actores políticos aliados a gobiernos neoliberales que emprenden la destrucción del aparato productivo del Estado, al mismo tiempo que crean un chivo expiatorio para señalar como culpables. Distracción reproducida por el poder hegemónico dominante a través de sus medios de comunicación monopólicos para instalar falsedades en la sociedad.

Si no hay trabajo, no es porque las políticas que aplican esos gobiernos neoliberales hayan destruido esas posibilidades, sino porque extranjeros les quitan a los argentinos esa facultad de conseguir empleo. Si el sistema de salud público no cubre las necesidades, no es por falta de inversión Estatal, sino porque extranjeros hacen uso y abuso de hospitales públicos. Para justificar la desinversión en educación que hará su gobierno, Milei necesita instalar que lo que falló fue no haber administrado mejor los recursos.

Arancelar los estudios universitarios para extranjeros no residentes es una burla más de un Presidente que pretende aparentar austeridad, luego de pasar los primeros días como mandatario hospedado en un lujoso hotel. O que, desde el escenario donde actúa su novia en Mar del Plata, dice que trabaja 24 horas por siete días de la semana, “para desactivar el quilombo que nos dejaron”, luego de haber realizado una devaluación del 118 %, de las más brutales de la historia, que pulverizó los magros ingresos de las y los trabajadores.

 “Supongo que debe haber algo así como 100.000 extranjeros estudiando en la Argentina. Una gran cantidad de ellos deben tener la residencia. Los no residentes deben ser algún puñado de miles. Así es que esa suma pequeña de personas en relación con los 2.200.000 estudiantes universitarios es irrelevante”, desdeña Sileoni.

En ese sentido, también explica, para quienes no conocen cómo funciona el sistema universitario, que “no hay aulas específicas para extranjeros. Ese extranjero que viene se incorpora a un aula de cuarenta personas argentinas, que es un costo ya asumido por el Estado: el docente, la luz, la limpieza. No hay nada que pudiera justificar esa medida más que el acuerdo con esos sectores más duros que imponen disciplina a la sociedad”, indica.

A distancia, cerca de los negocios

“Habilitar estudios a distancia, híbridos —que estaban habilitados a partir de los 18 años y que excepcionalmente se ampliaron en la pandemia—, como alternativa a la educación presencial, a partir del segundo ciclo de la educación primaria, resulta inadmisible”, explica Sileoni, y agrega: “El espíritu era a partir de los 18 años, para que pueda ser una herramienta para adultos y adultas”. Manifiesta que considera la medida “contraria a cualquier sentido común de la socialización” y expresa: “Estamos hablando de niños de cuarto grado-año (niñas y niños 8 o 9 años), o quinto, según la jurisdicción, eso es una barbaridad”.

El funcionario bonaerense precisa: “La escuela tiene que ser una institución que refuerce los aprendizajes, que enseñe conocimientos. En eso tenemos que seguir trabajando”. Pero entiende que de ninguna manera puede perderse la humanización que brinda la institución educativa, como ámbito fundamental de contacto con el otro u otra. “La escuela es una institución de la socialización, de construcción de vínculos, que acompañarán a los niños y a las niñas durante toda la vida”.

Describe la importancia que tiene la escuela, que Milei, apegado a ver todo desde su prisma mercantil, no advierte. “En la escuela hay alguien que te pregunta cómo estás. Un adulto que te pone una mano en el hombro. La escuela es un sitio donde se advierte una herida, un moretón, que a veces los chicos quieren disimular. En la escuela te ponés de novio, tenés una pareja para toda tu vida o no”, enumera Alberto Sileoni subrayando lo que considera “un aspecto de la relación humana. De cercanía con maestros y maestras que esta medida se carga”. Y evalúa la propuesta como “inaceptable”.

“No puede haber ingenuidad en todas estas medidas porque forman parte de un paquete donde se quieren rifar 41 empresas públicas. Vender el patrimonio soberano de la patria y tantas cosas más. Todo lo que toca Milei intenta ser traducido en un campo de negocios. Y acá puede haber posibles negocios con plataformas digitales. Inaceptable”, reitera.

"Es grave lo que se impulsa, pero mucho más grave es lo que se ha suprimido, lo que se ha derogado - En el capítulo educativo, la propuesta de Milei elimina ni más ni menos que el artículo 10 de la Ley de Educación Nacional”. Y lee el contenido de ese artículo de manera textual, “que prescribe que el Estado nacional ‘no suscribirá tratados bilaterales o multilaterales de libre comercio que impliquen concebir la educación como un servicio lucrativo o alienten cualquier forma de mercantilización de la educación pública’”.

Milei pretende derogar el artículo 10 de la ley de Educación para convertirla en campo de negocios.

 

Es ahí donde Sileoni ve “una de las principales amenazas de toda esta hojarasca”. Y profundiza: “Vamos discutiendo el examen a fin de la secundaria y te meten por abajo la conversión de la educación que en la Argentina hace 200 años —desde Belgrano para acá— es un derecho y eso nos ha puesto en un lugar distinto respecto del mundo y quieren convertirla en un bien transable, un bien de negocios, de mercado (...). Como hay millones de personas que estudian —desde la infancia más temprana hasta la edad adulta—, ese es un campo de negocios extraordinario en todo el mundo. Entonces ahí hay una amenaza”.

El artículo 2 de la Ley de Educación Nacional dice que la educación es un derecho personal y social garantizado por el Estado. "Menos mal que no se metieron con él”. Por eso, Sileoni dice que “la supresión del artículo 10, que abre la puerta a convertir la educación en un bien transable de mercado” está asociada,“inevitablemente, con la idea de la canciller de incorporar el país en la organización de los países ricos, a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Por supuesto, para entrar se solicita a los países que conciban a la educación como bien de mercado”.

Entre las “medidas inaceptables  incluye el homeschooling (estudiar desde casa),  y medidas que entrañan un peligro muy importante de desnaturalizar un extraordinario valor que tiene la sociedad argentina respecto a la educación pública gratuita y laica para todos”. Ve como inevitable “el retiro —como en todas las áreas— del Estado nacional de la inversión en educación pública para las provincias” y observa que “esto traerá muchos pesares para la provincia”.

Con relación a cómo afectarán estas medidas, explica: “En la provincia de Buenos Aires inauguramos 206 escuelas. 60 con presupuesto nacional, eso se caería. Los 24 salarios de todas las provincias tienen un componente nacional, hay una ayuda nacional, esto también se caería. Y finalmente una medida muy importante como es el incremento de la jornada. Hay 800.000 niños y niñas bonaerenses que tienen más horas de clases, ese también era un programa nacional y podría discontinuarse. Ahí me parece que entraríamos en una situación de extrema gravedad”.

 

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