En varias de sus últimas intervenciones, la ex Presidenta CFK planteó que el modelo económico de los Hermanos Milei tiene fecha de vencimiento. "Igual que el yogur", ejemplificó en el audio que se escuchó el 18 de junio en la Plaza de Mayo. Pero no especificó cuál sería esa fecha.
Antes de que Javier Milei dejara de ser un standupero y panelista pintoresco de la telebasura, Cristina planteaba que el problema a resolver en la economía argentina era su condición bimonetaria.
Según el Tesoro de Estados Unidos, la Argentina ocupa un lugar en el podio de los tres países con mayor cantidad de dólares per cápita en circulación. En el campeonato mundial de fútbol que se está desarrollando en Estados Unidos, sorprendió la masiva asistencia de partidarios de los equipos argentinos, como Boca o River. Entre ambos se estima que rondaron las cien mil personas. En las entrevistas que concedieron por televisión y en los comentarios periodísticos, todas las referencias a precios fueron en dólares, desde pasajes y alojamiento hasta salchichas envueltas en panceta.
Entre enero y mayo de este año viajaron al exterior 6,7 millones de argentinos, cantidad que no se registraba desde la última década, con un incremento del 66% sobre el mismo lapso de 2024. Sólo en mayo fueron 750.000. Los destinos más frecuentados fueron Brasil, Chile, Estados Unidos y Europa. En cambio, fueron desdeñables los viajes a Uruguay, Paraguay y Bolivia. La estadía promedio fuera del país fue de dos semanas, con 22 días en Europa, y 17 en Estados Unidos y Canadá. En mayo, los turistas argentinos pasaron en sus destinos un promedio de 4,6 millones de noches. El gasto promedio fue de 1.500 dólares por noche, sin considerar pasajes. El gasto total en mayo superó los mil millones de dólares. Los extranjeros no residentes que llegaron en mayo fueron menos de la mitad que los argentinos que viajaron al exterior: 315.000 contra 750.000.
Adónde vuela el consumo
Un dato que no todos tienen presente es que esos mil millones de dólares restados en mayo a la economía local son computados por el INDEC como consumo. Esta es una de las coartadas oficiales para pretender que "el consumo vuela". Tampoco forma parte del conocimiento general que ese consumo en el exterior superó a las exportaciones energéticas del mismo periodo, que no pasaron de 850 millones de dólares. Lo que también creció en forma significativa fue el consumo de bienes durables y/o de lujo, como automóviles y electrodomésticos importados, adquiridos por la capa superior de la población, de alto poder adquisitivo. Esto es simultáneo con el decaimiento del consumo de alimentos, que de modo creciente se realiza endeudándose con tarjeta de crédito por los deciles de menores ingresos, que han crecido.
Las cifras de desocupación, que en los conurbanos industriales de Buenos Aires y Córdoba ya se acercan al 10%, van acompañadas por una precarización y mayor inestabilidad en la tarea de quienes aún tienen empleo. Según datos oficiales del Banco Central, en mayo, primer mes completo después de la eliminación de los controles cambiarios, se formaron activos externos por 3.226 millones de dólares. Si se suma la salida en abril, ascendió en el bimestre a 5.247 millones de dólares. Esto representa el 44% de los 12.000 millones que ingresaron por el último acuerdo con el FMI. Un barril sin fondo.
La moneda nacional no cumple con el requisito fundamental de ser reserva de valor y cada día es mayor su deterioro como unidad de cuenta y modo de pago, salvo para las transacciones cotidianas menos significativas. Milei concibió la dolarización como respuesta, pero ya en la segunda mitad de su segundo año de gobierno ninguno de los tímidos pasos que intentó dio resultados. Es que solo consigue dólares agrandando en forma incesante el endeudamiento, pagando tasas de interés exorbitantes, apostando a su cotización futura u obteniéndolos de prestado. En el mayor secreto está negociando con la misión del FMI la postergación de la meta de reservas, que no ha podido cumplir, y de la que depende el desembolso de otros 2.000 millones de dólares del FMI. Para este momento, el gobierno esperaba una mejora en la evaluación de la calificadora de riesgo de Morgan Stanley, que no se produjo. El país es el último orejón del tarro, en la categoría standalone, que con plena libertad podría traducirse por solito y solo. No tan solo, en realidad. Entre otros países que tampoco cumplen "con los requisitos mínimos de liquidez, acceso operativo o un entorno normativo adecuado", figuran Palestina y Ucrania, que están padeciendo guerras atroces, además de Zimbabue, Líbano y Botsuana. Hace un cuarto de siglo Fernando De la Rúa y su sherpa económico Fernando de Santibañez aspiraban a lograr la calificación de investment grade. Hoy ni siquiera logra acceder a la de mercado emergente o de frontera. Según los procedimientos de MSCI, si este año la Argentina hubiera sido incluida en su lista de evaluación, tal vez en 2026 habría podido ascender una categoría. Como eso no sucedió, la expectativa se corre a 2026 para la evaluación y a 2027 para el ascenso de categoría. Por supuesto, si TMAP. El gobierno ni siquiera consiguió ofertas por la mitad de la deuda en pesos que intentó refinanciar. La pregunta principal sobre el vencimiento es: ¿cuándo?
La bendición
En junio de 2016, cuando apenas era economista jefe del banco Galicia y columnista económico de Carlos Pagni, Nicolás Dujovne dijo que la Argentina que heredó Macrì tenía un nivel "bajísimo de endeudamiento". Calculó que al concluir el gobierno de Cristina, en diciembre de 2015
- la deuda estatal en moneda extranjera no pasaba del 8% del Producto Interno Bruto PBI,
- el endeudamiento de las empresas no llegaba a un tercio de su patrimonio,
- las familias sólo dedicaban el 5% de sus ingresos al pago de deuda.
Llegó a sostener que era el nivel más bajo del mundo, acaso con la excepción de Corea del Norte o algún país del África subsahariana, y lo consideró "una bendición".
Pronto se vio en qué consistía la bendición: ese desendeudamiento, con acreedores privados y con el Fondo Monetario Internacional, logrado durante los tres gobiernos kirchneristas, le permitió tomar nueva deuda, cuando ya era Ministro de Hacienda, desde enero de 2017. Esto allanó el camino hasta la renovación legislativa de octubre de ese año, que la boleta PROcaz superó con éxito. Pero al comenzar 2018, los mercados hicieron saber que de ahí en adelante se trataba de pagar y no de engrosar la cuenta. Por eso, en mayo de ese año, Maurizio Macrì anunció que su gobierno había llegado a un acuerdo con el FMI. La urgencia era tal que su comunicación se produjo antes de que terminara la negociación sobre el monto y los términos con la directora-gerente Christine Lagarde. Fue el mayor préstamo concedido por el organismo en sus 74 años de existencia.
Una verdad a medias
El propio Macrì, en una entrevista con Marcelo Longobardi, y el ex delegado de Trump para Latinoamérica, Mauricio Claver-Carone, durante un seminario en Chile, revelaron que los más de 50.000 millones de dólares concedidos, muy por encima de la cuota correspondiente a la Argentina y sin seguir los procedimientos normales ni del país ni del FMI, procuraban asegurar que el gobierno neoliberal fuera reelecto el año siguiente.
Esa era una verdad sólo a medias. Cuando ese proyecto se frustró, por la derrota en 2019 de Macrì, quedó claro que con o sin él, la Argentina se había encadenado a un auditor externo, dispuesto a imponer sus condiciones o precipitar el caos. Este episodio está también en el origen de las discrepancias entre CFK y los ex ministros de Economía, Mr. Magoo y Axel Kicillof.
La Vicepresidenta sostuvo que no se trataba de una reestructuración del préstamo macrista, como afirmaba Mr. Magoo, sino de una refinanciación, que incrementaba la deuda y sus intereses. Cristina no estuvo presente durante la votación en el Senado. Pero su hijo fue uno de los 41 diputados que votaron en contra o se abstuvieron. Antes le había anticipado su desacuerdo al Doctor Fernández, y luego renunció a la presidencia del bloque oficialista. En cambio, Kicillof encomió el acuerdo anunciado el 28 de enero de 2022 desde los jardines de Olivos por el doctor Fernández y reclamó que la oposición, responsable de haber contraído esa deuda, apoyara su refinanciación cuando la tratara el Congreso.
El suicidio (y el infierno del Dante)
En abril de este año el Doctor Fernández salió de su reclusión y en una entrevista dijo que era un suicidio pegarle a Kicillof, "como me hicieron a mí". Sin darse cuenta de su propia asociación, dijo que el vínculo con Cristina se rompió por la negociación con el FMI. Esto sugiere que las diferencias entre la Presidenta peronista proscripta y el gobernador bonaerense tienen un componente ideológico y no son sólo discusiones electorales, que continuaron este fin de semana en La Plata. Quien se interese en ellas, encontrará abundantes versiones en otros medios distintos al Cohete.
Pese al reclamo de entonar nuevas melodías, el Futurismo no ha expresado ninguna autocrítica sobre aquella posición, que el gobernador trató de explicar en un círculo cerrado. El principal argumento que esgrimen los futuristas es la honestidad de su jefe, un dardo dirigido a quienes militan en otras agrupaciones. Tampoco abunda en referencias críticas al poder económico. Tenía programado un encuentro con sus principales exponentes, pero decidió suspenderlo, porque no era momento.
El predecesor de Kicillof en la gobernación de Buenos Aires y derrotado precandidato presidencial Antonio Cafiero, hizo una asombrosa alabanza de la traición. En la película de Pino Solanas, Memoria del saqueo, de 2004, Cafiero dijo que la traición era intrínseca a la política, aunque "no guarda mucha correspondencia con la ética política". Ante una pregunta sobre la corrupción, respondió que "la sociedad argentina en su conjunto no puede atribuirse la pureza y asignarle la corrupción a sus clases dirigentes, que emanan de la propia sociedad. No sólo hemos fallado los políticos, y yo asumo la parte de culpa que me corresponde. Si hay que hacer un juicio general, estamos todos en el infierno del Dante".
La canilla y el teléfono
El Fondo ya se había manifestado con absoluta dureza durante la crisis de fin de siglo. En los meses finales del gobierno de Fernando De la Rúa, el economista alemán Rudiger Dornbusch, varias veces candidato al Premio Nobel, propuso una abierta intervención extranjera bajo la conducción de los organismos multilaterales, que subrogaran la soberanía argentina. El objetivo era reconfigurar la estructura estatal, para lo cual los políticos locales no le parecían confiables.
El 29 de noviembre de 2001, mientras lo que quedaba del gobierno de la Alianza terminaba de desbaratarse, el FMI rindió un emotivo homenaje a Dornbush, quien moriría pocos meses después. Según el director de estudios del FMI en aquel momento, Kenneth Rogoff, la obra de Dornbusch "marca el nacimiento de la macroeconomía internacional moderna" y se ubica "en la vanguardia del análisis práctico de políticas".
Cuando el Poder Ejecutivo quedó en forma provisoria en manos del senador Eduardo Duhalde, en 2002, el Fondo Monetario impulsó ese reformateo de la economía argentina. Su "análisis práctico de políticas" acumuló exigencias con una constante vigilancia sobre el país, durante la gestión del ex Presidente alemán Horst Köhler y la hermana de Freddy Krueger, tan hábil como él en el manejo de las tijeras.
Una tarde de 2002, el director de asuntos jurídicos del Ministerio de Economía, Lalo Ratti, trató de explicarle a su contraparte fondomonetarista que el país ya había hecho enormes sacrificios y que no era posible seguir apretándolo. Como si no escuchara los gritos de los manifestantes que frente al Ministerio protestaban por el corralito, su interlocutor le respondió con toda tranquilidad:
—He visto que usted atendió el teléfono y mantuvo una conversación. Me acerqué a la ventana y vi que circulaba el transporte colectivo. Fui al baño y el agua fluía normalmente.
Ese diálogo, que narró el propio Ratti, es ejemplar sobre la actitud del FMI hacia sus deudores. Todo lo que esté por encima de los parámetros africanos puede ser recortado. Cuanto mayor es la deuda, más difíciles de eludir son las exigencias, que en la actual etapa pasan por la entrega de recursos naturales.
La pesadilla de Caputo
Las dificultades que esto crea no son técnicas, sino políticas. El Ministro Caputo se preguntó una y otra vez: "¿Cuánta pobreza y desigualdad resiste la democracia?"

La inquietud del ex canciller se explica, porque el gobierno del Presidente Raúl Alfonsín no pudo concluir su mandato de seis años y entregó la banda y el bastón en forma anticipada a Carlos Menem. En su artículo “Los debates prohibidos” (Archivos del Presente, número 38), Dante Caputo escribió que "el peligro de que se considere a la democracia irrelevante para alcanzar una vida mejor ha reemplazado al riesgo de los uniformados". Las sociedades, dijo, no están formadas por electores sino por hombres y mujeres que quieren ser ciudadanos/as. Por eso, "una democracia que sólo los mire como electores, y no como personas que buscan que sus derechos se vuelvan reales, tangibles y cotidianos, corre el riesgo de ingresar en una liturgia sin sustancia". Es lo que había ocurrido al agotarse el tiempo de Alfonsín en 1989 y De la Rúa una década después. Volvió a ocurrir luego de los gobiernos de Macrì y del Doctor Fernández, y con la pandemia, cuyos efectos de largo plazo, aquí y en el resto del mundo, son más admitidos que estudiados.
La reacción colectiva cuando se supo que había sido proscripta CFK, indicó que esa distancia entre electores y gobernantes se había agravado. Lo mismo ocurrió con la significativa movilización que compartieron sindicatos de la CGT, la CTA y los movimientos sociales, con la marcha de antorchas de los universitarios y con la protesta de los médicos y demás trabajadores del Hospital Garrahan.
Las manifestaciones verbales de los funcionarios reflejan su inquietud por las dificultades para que, además de reducir la inflación, la economía genere producción, empleo e ingresos. Cada cual en su estilo:
- El ceremonioso y pausado Guillermo Francos dijo durante su informe en el Senado que "cada una de las medidas que impulsamos en este tiempo establecieron un marco de libertad, orden y confianza, que nos van a guiar a un futuro de crecimiento y pobreza".
- El miércoles, el Presidente Javier Milei afirmó ante empresarios en Puerto Madero que su ajuste fiscal es híper popular. Por eso, descalificó a "las basuras, ratas inmundas" que serán castigadas en las urnas. Cada vez más entusiasmado, agregó: "Sí, soy cruel, kukas inmundos, con ustedes, con los gastadores, con los empleados públicos, con los estatistas, con los que les rompen el culo a los argentinos de bien".
- El jueves, en un congreso libertario en La Plata se refirió a Kicillof como "el soviético" y "el pichón de Stalin, "que no puede sumar ni con un ábaco", ni "hacer un cero con un vaso". Agregó que el gobernador cuestiona la deuda, pero "¡nunca se le pasó por la cabeza a este pelotudo bajar el gasto público! ¡Nunca![…] Kicillof es el último Zar de la miseria, un monarca diminuto. Quieren aislar la Provincia para que no lleguen nuestras reformas. […] Acá también hay que hacer limpieza. Las ratas que huyeron de Nación encontraron refugio en la Provincia". Con su manifiesta obsesión sexual dijo que el gobernador era un burro, pero "sin su principal atributo, es el burro eunuco".
- Kicillof respondió el viernes desde Mar del Plata, donde inauguró el tercer ciclo del programa Puentes. Según explicó, se inauguraron en ese lapso 36 centros universitarios en 76 municipios, en los que más de 10.000 estudiantes, que de otro modo no tendrían acceso a la universidad, estudian 221 carreras, según las necesidades de cada zona. En cambio, el gobierno nacional redujo el presupuesto universitario el 34%, los salarios el 28% y paralizó, 119 obras, de las cuales 38 en la provincia de Buenos Aires, que retomó 21 con recursos propios. Dijo que los 3.500 millones de pesos dedicados a eso eran actos de resistencia. Al concluir se preguntó si los insultos del Presidente eran una decisión de marketing o una muestra de inmadurez adolescente. Contuvo los silbidos que surgieron de la asistencia y agregó que en su opinión Milei pretendía que se hablara de eso y no de los problemas que el gobierno nacional ha agravado. Afirmó que no contestaría de la misma manera, porque "el que insulta y grita es porque no tiene razón. La mejor respuesta a esa campaña roñosa es recorrer, estar, acompañar, proteger, resistir al lado de las víctimas de la política de Milei". En una de las entrevistas recientes, Máximo Kirchner había sostenido que no basta con una política anti algo, que es preciso construir una alternativa. Ese es otro eje de la polarización al interior de peronismo.
- En un nuevo audio, dirigido esta vez al Congreso de la Asociación Bancaria, Cristina dijo que Néstor Kirchner "recuperó el trabajo. Y nosotros después le hicimos dar y recuperar el poder adquisitivo a ese trabajo". Añadió que en 2015 se registró "la más alta participación de los trabajadores en el PBI de toda la historia argentina". Según la ex Presidenta, "si la macroeconomía está para el tuje, la micro es una tragedia social. Más del 50% de las familias argentinas no llega a fin de mes. Y se están endeudando cada vez más, pero no para viajar o para comprarse una casita o un autito, sino para comer. Una Argentina que puede viajar al exterior y otra que no llega con la comida a fin de mes. Esta es la verdadera grieta que el poder económico está generando a través del gobierno de Milei. El poder económico de nuestro país tiene un sesgo depredador, tiene una cosa de antinacional, tiene una cosa de fugador de dólares".
Adiós a la industria
De fugador de dólares y, en consecuencia, también de desindustrializador. Lo explican en detalle las "Notas breves sobre la magnitud de la nueva desindustrialización", distribuidas durante el fin de semana por el Área de Economía y Tecnología de FLACSO y por el centro de estudios de la CTA, CIFRA. Su autor es el economista Pablo Manzanelli, que ha publicado varias notas en El Cohete. La primera oleada desindustrializadora duró 26 años, entre 1976 y 2002. El valor agregado industrial se redujo en 10,3%. En la segunda ola, la contracción fue del doble (19%) en la mitad de tiempo (13 años entre 2011 y 2024). Esta caída de la producción fabril implicó una destrucción profunda del entramado productivo.
Esta considerable magnitud de la crisis industrial se acentuó en los gobiernos de Cambiemos (2016- 2019) y en el primer año de la Libertad Avanza (2024). También hubo descensos en la producción sectorial durante el último gobierno del ciclo kirchnerista y durante algunos años de la presidencia de Alberto Fernández, pero fueron cuantitativamente menores. En todos los casos, la caída fue aún mayor si se la mide per cápita.
Caída del PIB industrial y del PIB industrial per cápita
Fuente: elaboración CIFA y FLACSO en base al INDEC y Ferreres (2018)
Manzanelli distingue también entre las causas de la caída en cada periodo. En el último mandato de Cristina la reducción del valor agregado industrial obedeció, principalmente, a la contracción de la economía brasileña, que redujo sus importaciones industriales. Durante la presidencia de Macrì lo que se redujo fue el consumo interno de bienes industriales. Aún así, sostiene, "existe un elemento estructural que prevalece sobre los anteriores y que es común a las distintas etapas de la crisis industrial: el proceso de subinversión industrial con epicentro en el comportamiento de las grandes empresas industriales. La ganancia que no se invierte, se fuga al exterior".
Pero además de la contracción absoluta y relativa de la producción industrial, retrocedió el coeficiente de industrialización, es decir la porción del valor agregado industrial sobre el PIB total en precios constantes. Había llegado al 25,8% en 1974, y se redujo al 15.3% medio siglo después, es decir "el mismo nivel que registraba la economía argentina en los inicios del proceso de industrialización sustitutiva en 1930". Hubo varios años de recuperación, durante la década kirchnerista, pero el descenso continuó después.
Valor agregado industrial como % del PIB en precios constantes de 2004
Fuente, CIFRA y FLACSO en base al INDEC y Ferreres (2018)
Es cierto que la desindustrialización fue un denominador común en las economías latinoamericanas desde los años '80, pero ninguna retrocedió en forma tan pronunciada como la Argentina. En 1974 la industria argentina representaba el 14,3% respecto a la industria latinoamericana; en 2024, la mitad: el 7,4%. También en ese caso hubo una cierta recuperación durante el kirchnerismo.
Porcentaje de la industria argentina sobre la de América Latina y el Caribe
Fuente: FLACSO y CIFRA, en base al Banco Mundial
Por último una frase atribuida a John Maynard Keynes. No me consta su autenticidad, pero refleja muy bien las opiniones que el economista inglés vertería sobre el gobierno de Milei, pese a la relación de mutuo respeto que mantuvo con Friedrich Hayek, el padre de todos los austríacos.
La música que escuché mientras escribía.
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