Hace meses que el abogado de los Macri insiste con plantear la falta de legitimidad de la fiscala Boquin para intervenir en la causa. En diversos escritos que constan en el expediente, los Macri acusan a Boquin de tener “un objetivo mediático y político” y llevar adelante una “aventura procesal”. En el recurso extraordinario a la Corte insisten con que la fiscala Boquin “no es parte de este proceso, por lo tanto no tiene derecho a ofrecer prueba, ni a solicitar informes, que nada tienen que ver con el proceso”. La negrita y subrayado constan en el original.

El planteo no es nuevo. “Es innegable que la Fiscalía General ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, carece de legitimación procesal para solicitar la prueba pericial contable que solicita”, escribió el abogado de los Macri el 23 de agosto del año pasado. El mismo día, sin embargo, la jueza Marta Cirulli contestó que “la legitimación del Ministerio Público para peticionar esas medidas ha sido estimada implícitamente por el Superior”. Es decir que la Cámara Comercial ya zanjó esta cuestión sobre la que insisten los Macri y resolvió que la fiscala Boquin tiene toda la legitimidad necesaria para actuar en el expediente. Lo recordó Cirulli, que está imputada penalmente como pieza del vaciamiento de Correo Argentino pero se niega a excusarse en en el expediente del fuero comercial.

Los Macri insistieron con este asunto, pero el 6 de diciembre pasado las camaristas María Lilia Gómez Alonso de Díaz Cordero y Matilde Ballerini reiteraron: “La Sra Fiscal posee legitimación para requerir las medidas que considere necesarias a efectos de obtener los antecedentes necesarios que permitan decidir las cuestiones pendientes en el principal de este concurso”. O sea: las camaristas, que hace más de 15 años operan en beneficio del clan Macri en esta causa, reiteraron que Boquin puede intervenir y pedir los peritajes.

No fue suficiente. Ahora los Macri quieren que intervenga la Corte.

“La Fiscalía de Cámara ha adquirido un protagonismo tal, que excede a todas luces sus facultades, entorpeciendo el procedimiento, con peticiones carentes de todo asidero fáctico y jurídico”, porfían en el recurso que pretenden que resuelvan los Supremos. Ya cuenta con la negativa de la jueza Cirulli y las camaristas Gomez Alonso de Díaz Cordero y Ballerini, pese a que las tres han sido clave en el devenir de esta causa cuyo único beneficiario fue el clan Macri. En este punto, sin embargo, la familia presidencial no contó con su docilidad y va por el favor de la Corte.

 

Los peritajes

El 7 de agosto de 2017 Boquin solicitó una serie de peritajes sobre las maniobras de vaciamiento de Correo Argentino. Hasta ahora, los Macri lograron desvirtuarlos y quieren desactivarlos. La jueza Cirulli aceptó realizarlos pero, en lugar de que estén a cargo de un perito contador sorteado (como había pedido la fiscala Boquin) puso al frente a las sindicaturas vinculadas a los Macri y que acompañaron la posición de Correo Argentino de que no se precisan los peritajes. En su último dictamen, Boquin volvió a insistir en que se haga cargo un perito ajeno a la causa. Lo bochornoso de la situación es que la jueza Cirulli, las sindicaturas y los directivos de Correo Argentino están imputados junto a Macri, Oscar Aguad y Juan Manuel Mocoroa en la causa penal que tramita en el juzgado de Ariel Lijo. La imputación a la jueza, las sindicaturas y los directivos es justamente por las maniobras de vaciamiento. Son jueces y parte. Más aún, parte imputada por lo que deben juzgar. El letargo de esa causa penal encuentra alguna explicación en las tensiones entre el juez Lijo y el Gobierno.

Desde la Sala B de la Cámara Comercial, las juezas Gómez Alonso de Díaz Cordero y Ballerini ya le dieron curso al recurso presentado por los Macri para que defina la Corte. Lo remitieron a los síndicos del concurso, que sistemáticamente se alinearon con los intereses de la familia presidencial. Por ejemplo, la sindicatura general la ejerce Raúl Miguel Guelman en representación del Estudio Moyano-Guelman y Asociados. Lo patrocinan los abogados Julio César Rivera y Beltrán Louge, socios del estudio Rivera & Asociados. Rivera fue propuesto por Macri como conjuez de la Corte Suprema. No es raro, ya que es abogado de confianza de la famiglia desde hace muchos años. Rivera y Louge fueron apoderados de empresas de los Macri y abogados del ahora presidente en su divorcio de Isabel Menditeguy. Louge también trabajó para IECSA, por entonces controlada por el primo presidencial Ángelo Calcaterra

El derrotero de este recurso extraordinario pasará entonces por las sindicaturas y una vez que éstas opinen será el turno de la fiscala Boquin. Luego, las camaristas Gomez Alonso de Díaz Cordero y Ballerini resolverán si le dan curso y la cuestión queda en manos de la Corte Suprema.