LA FUERZA

La música que escuché mientras escribía

 

La semana pasada conté en la radio que nos enteramos del atentado luego de ver la Piaf de Elena Roger. Hacía falta algo tan fuerte, para desplazar de la mente y el corazón a Elena Roger, que según un diario de Londres, donde fue el estreno mundial, hizo renacer al gorrión de París. Debieron pasar varios días para que pudiéramos volver de la conmoción que nos causó la noticia a las sensaciones con que salimos del teatro aquella noche.

La vi por primera vez hace unos años en El cartógrafo, una obra compleja y sutil del español Juan Mayorga sobre los ecos del ghetto de Varsovia en el presente, que dirigió Laura Yusem. Me pareció una de las tantas buenas actrices convocadas por Laura, cuyas puestas te podrán gustar más o menos pero nunca dejarte indiferente. Esto pertenece a otra dimensión. Piaf fue un monstruo y Elena Roger también lo es.

La Piaf de Virgina Lago.

Me cuenta un amigo que hace años hubo en Buenos Aires otra versión de la misma obra, adaptada por Roberto Cossa, con Virginia Lago como Piaf. Conocí y admiré a Virginia cuando éramos muy jóvenes y en la eternidad en que no he vuelto a verla se convirtió en una persona muy famosa. Sólo conseguí una foto de esa puesta. Pero no encontré grabaciones o filmaciones.

 

 

Para empezar, escuchá a la verdadera Piaf, en uno de sus temas canónicos.

 

 

 

En Francia, Mireille Mathieu imitaba  a Piaf, como Horacio Deval a Gardel en la Argentina, aunque era muy diferente en todo sentido. Bonitilla, con una melenita cortada a lo Louise Brooks y siempre vestida a una moda grata a las clases medias, no tenía nada que ver con la verdadera Piaf.  Su canto tampoco, aunque lo intentara.

 

 

 

 

En la Argentina, Piaf también tuvo una imitadora, que ni vale la pena mencionar.

Lo de Elena Roger es otra cosa. Tiene ahora la edad a la que Piaf murió. Pero ella no imita a Piaf, es Piaf, sin dejar de ser Roger, casi un misterio teológico.

 

 

 

 

Menuda como ella, tiene una voz poderosa y una audacia a toda prueba. De otro modo no se hubiera animado a estrenar esta obra en Londres, hablando en inglés y cantando en francés, idioma que no hablaba. Antes había hecho No llores por mi Argentina, en Broadway. También encarnó a Mina, en italiano, en una obra que escribió ella misma.  Todos esos trabajos tienen una fuerza imponente, que al cabo de una semana, me hace pensar de nuevo en Cristina. Hay una frase hecha, aplicable a la Vicepresidenta y que se hizo realidad el viernes de la otra semana: a prueba de balas. Acá podés escucharla hablando de todo eso. Esta chica no se mide con cualquiera.

 

 

 

 

 

 

 

 

Y para terminar, este recital Piazzolla, con el sexteto del Pipi y Nicolás Gerschberg, Escalandrum. Pantaleón no llegó a conocerla, pero se hubiera enamorado de ella.

 

 

 

 

¡Qué pedazo de animal es!

 

 

 

 

 

 

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