La guerra olvidada

Desinterés e ignorancia entre los británicos de lo que sus militares recuerdan como una gesta

 

La conmemoración de los 40 años del desembarco determinado por la dictadura argentina en las islas Malvinas dio lugar a algunas revelaciones sobre el desinterés e ignorancia de los británicos sobre el tema, la desclasificación de documentos al respecto y la acción psicológica que promovió Londres como parte de la operación. Las fuerzas armadas del Reino Unido dieron a conocer una encuesta entre los británicos en la que expresan su temor de que sea aquella “la guerra olvidada”. Otra lectura es que esas islas ya dejaron de importarles a los británicos, retrotrayendo la situación al momento anterior a la ocupación decidida por la dictadura, cuando estaba en marcha un pausado proceso de integración de la población local con la Argentina, viviendo en una costa a 464 kilómetros.

Es lo que les sugiere la opinión de los 2.100 encuestados: el 26% de la población británica de entre 18 y 24 años nunca escuchó de esa guerra, y el 47% de entre 18 y 34 años no sabe cuándo fue; el 10% de ese último subconjunto, es decir el 4,7% del total encuestado, cree que Gran Bretaña fue quien invadió las islas en 1982. Un número similar cree que las Malvinas están en el Canal de la Mancha; English Channel para ellos.

El sitio web es un recordatorio tenaz de las alternativas de aquel conflicto que los británicos quieren resaltar; en la cronología de los 74 días que duró la guerra, el hundimiento del Belgrano solo se menciona en la entrada del 2 de mayo con una breve mención y una foto. Es su visión de aquella guerra que no tendría que haber sido. Hay testimonios de ex combatientes, el listado de las 255 bajas británicas, con foto y el dato de la unidad militar a la que pertenecían (pero nada de las 649 víctimas argentinas), y hasta un video sobre la desaparición de un efectivo destacado en la isla dos años antes del conflicto.

En su contribución a la reivindicación de las tropas británicas y su triunfo, se detalla la calurosa recepción que se les dio a su regreso al puerto de Southampton y la jubilosa caravana que los acompañó. También se revelan tensiones en el gobierno británico al respecto en los documentos de 1985/86 que se desclasificaron, y hay citas del texto de 120 páginas de la primera ministra Margaret Thatcher (1979 a 1990) con su relato personal de los acontecimientos de la guerra, escrito en un fin de semana de 1983 y donado por la familia a cambio de la exención de derechos de herencia por 900.000 libras. Allí se refiere a sus sentimientos y emociones por la guerra, a la necesidad de ocultarlos ante diferentes situaciones políticas y sociales, y otros pormenores que pueden interesar a los historiadores. Los militares lo llaman “su culpa secreta”. El hundimiento del Belgrano “merece sin embargo poca emoción de parte de la fallecida baronesa”, dice el texto militar.

La evanescencia del recuerdo entre los británicos de lo que los militares se empeñan en recordar como una gesta tiene efectos políticos que siente directamente la Falklands Islands Government London Office. Creada en 1983, la encabeza un delegado, Richard Hysop, que antes del Brexit representaba los intereses de los 2.840 pobladores ingleses de las Malvinas (censo de 2012) también ante Bruselas. Hay tres diputados que solían promover sus iniciativas, pero los datos de la encuesta sugieren que el tema ya no rinde el apoyo electoral de antaño.

En este contexto, un periodista que cubrió la guerra de 1982 para la emisora de televisión ITN, Stewart Purvis, encuentra en 2013 la pista de una información secreta, ahora desclasificada. Era una operación de acción psicológica planteada como parte de la guerra llamada Project Moonlight y promovida por la propia Margaret Thatcher. La documentación al respecto estaba archivada en lo alto de los Alpes franceses y finalmente Purvis logró participantes que declararan sobre lo que había dejado de ser secreto.

La operación involucraba la creación de una estación de radio, Radio Atlántico Sur, en la que salían al aire británicos hispanoparlantes. La programación era una mezcla de noticias, música y programas, con un pronunciado propósito psicológico. Sus objetivos eran dos: persuadir al combatiente argentino a dudar antes de dispararle a efectivos británicos, y pregonar las ventajas de rendirse. Tras una seria disputa de poder entre jerarcas civiles británicos, la radio comenzó a emitir el 19 de mayo de 1982, con un teniente británico hablando en español. Esa noche, los efectivos británicos hacían una operación de destrucción del aeropuerto de la isla de Pebble, llenándola de balas y fuego, en una acción del mismo tenor que la usada contra los nazis en la Segunda Guerra para la destrucción nocturna de aeropuertos sin dar opción a rendirse.

La otra novedad que trajo esta conmemoración por los 40 años no vino de Londres sino del Uruguay: los siete senadores del Frente Amplio propusieron una declaración reafirmando la soberanía argentina sobre las islas que entró en el orden del día el 5 de abril y cuyo tratamiento no fue hasta ahora facilitado por el oficialismo. Su primer párrafo dice: “El reconocimiento a los veteranos y caídos en la guerra de Malvinas por su entrega ante el 40º aniversario de esta fecha, y por extensión el reconocimiento a toda la República Argentina; y particularmente también a los 763 voluntarios de nuestro país que, aunque no fueron convocados, se alistaron para defender junto al Ejército Argentino la soberanía sobre las Islas Malvinas”. Entre los voluntarios estaban el futuro ministro de Defensa por los tupamaros Luis Rosadilla, que había sido liberado de la cárcel en enero de 1982, y el terrorista de Estado José Nino Gavazzo, que moriría en prisión por 28 homicidios especialmente agravados tras dar cuenta de terribles acciones contra prisioneros ante un tribunal de honor militar.

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