La interna, post chubasco

Desde el Conurbano bonaerense se preparan para suceder al gobernador

El debate se traslada a la Legislatura bonaerense.

 

La segunda semana post electoral tuvo como novedad el resultado del escrutinio definitivo que, si bien achicó la diferencia en territorio bonaerense a 29.354 votos, no modifica nada. Lo que sí hace es profundizar los debates y adelantar lo que se viene tras los recambios de bancas legislativas.

 

Recuento definitivo de votos bonaerenses.

 

Un tema legislativo que desde siempre interesa a los barones bonaerenses es la reelección indefinida, que había sido mellada durante la gestión de María Eugenia Vidal. Sin embargo, el enorme poder territorial del área que rodea a la ciudad de Buenos Aires siempre es blandido a la hora de negociar.

La elección de octubre vino a mostrar una vez más que, sin ellos, ni se puede ni alcanza. Lo prueban los casi 30.000 votos faltantes que devinieron en derrota para la lista consensuada con los Kirchner. A ello se suman discursos como los provenientes desde Ezeiza, en boca de Gastón Granados (h): “Los dirigentes nacionales tienen que entender que los intendentes somos los que tenemos los votos”.

La cuestión –entre otras más urgentes– fue puesta sobre la mesa durante la reunión del viernes de la semana pasada en el parque que supo ser de los Pereyra Iraola. La expuso nada menos que el jefe comunal de Ensenada, Mario Secco, que había salido al cruce de Máximo Kirchner ante la sospecha de que había trabajado a reglamento en la última elección, en la que no tenían nada para perder y todo para negociar.

“Cuando les conviene, a los intendentes nos usan. Después, cuando necesitan un chivo expiatorio, nos agarran para gastarnos. Fui el intendente más votado, como testimonial, rozando los setenta puntos. En esta elección sacamos más del 53%. Si miran todas las elecciones que tenemos, siempre me pasa lo mismo: para concejales, diputados, bajo por lo menos quince o veinte puntos, y después vuelvo a subir cuando me eligen. Ya llevo seis mandatos. Es una barbaridad que quieran demostrar que nos borramos”, había dicho a Urbana Play.

Aquellos planteos ya suenan extemporáneos, tanto por remanidos como por su decaída relevancia. Ante los hechos consumados, ahora se aprontan a definir lo que se viene.

Y lo que se viene el mes entrante son los pagos de aguinaldos municipales, sumados a los salarios. Desde las intendencias evalúan que la mala economía nacional repercutirá de modo desfavorable y prevén pedidos de asistencia a la provincia. La respuesta que hallaron en la gobernación es el dedo índice de Carlos Bianco señalando a la Legislatura.

En el Poder Legislativo, el recambio de diciembre sólo asoma promisorio en la Cámara Alta. Allí discutirán crear un Fondo de Fortalecimiento de la Inversión Municipal para exclusivo uso en “inversión”, que excluye los gastos corrientes.

El acompañamiento de las intendencias al proyecto del gobernador no será desdeñado. Ya prevén que los intendentes sancionados por el Tribunal de Cuentas pasen a ser eximidos en los casos en que el problema hubiera sido la reasignación de recursos a distintos destinos, aunque con algunas condiciones.

El Conurbano también recibiría de forma automática recursos de la ley nacional de Educación a condición de que destinen la mitad a la infraestructura escolar.

 

¿Dónde hay un mango?

Una contradicción no explicita aún radica en el origen de los fondos a largo plazo, si se persiste en el actual modelo económico nacional.

Por un lado, la interna peronista enfrenta a quienes ven en los Kirchner a la mejor garantía de negociación digna contra los acreedores externos, base de la independencia y el crecimiento que posibilitó doce años de gobierno continuo en manos del partido que actuó como paraguas para muchos viejos barones y todos los nuevos surgidos en este siglo; por otro lado, quienes aparecen como díscolos ostentan una lógica de real politik: la prisión de CFK evidenciaría una derrota ante la que habría que rendirse, y cuya única estrategia rescatable es presentar un pejotismo no kirchnerista, aligerado de la carga propagandística de los poderes hegemónicos que juegan en tándem con la oposición. Tal vez –especulan– con otro perfil puedan llegar a la Rosada y, recién entonces, sorprender con un indulto a CFK.

Entre los primeros está el intendente de Merlo, quien al día siguiente de la elección difundió un video con fotos de Néstor Kirchner y el poema Quisiera que me recuerden, en línea con lo que venía diciendo respecto de CFK.

 

 

 

Desde La Matanza, Fernando Espinoza había compartido, antes de las elecciones, el video “A los argentinos y argentinas”, donde CFK llamaba a votar y prestar atención al nuevo método, poco explicado (a propósito, más de 200.000 votos fueron anulados). En cambio, en los días posteriores a la última elección, Espinosa pasó a reproducir la carta de los intendentes donde defienden el desdoblamiento que la ex Presidente había señalado como error.

 

 

 

Está en una posición que no admite bandeos. La ex jefa comunal Verónica Magario bien puede aspirar a ascender de vicegobernadora a gobernadora. No sería la primera vez para una mujer y, además, cuenta con una experiencia varias veces revalidada.

¿Quién podría competirle?

Sólo otra mujer. La quilmeña Mayra Mendoza elige las formas altisonantes, ya desde las redes, ya en charlas con periodistas a la salida de actos públicos, como hizo esta semana. Su defensa de Cristina es tan clara que amerita que muchos la vean como la precandidata del espacio. Antes de eso, está la elección de nuevas autoridades de bloque y de la Cámara en la que asumirá el 10 de diciembre.

 

Magario y Mendoza.

 

Desde las comunas eligen modos distintos de expresarse. Por caso, desde Pilar, Federico Achával no postea en sus redes nada que no tenga que ver con la gestión. En Tigre, Julio Zamora deja hacer mientras él trabaja para aquello que se lo eligió: el bienestar del distrito. El berazateguense Juan J. Mussi no fue a la reunión de intendentes, pero dijo que firmaría todo.

 

Espinoza, Achaval, Mussi, Zamora, Watson, Secco. Cada uno a su manera.

 

La vocinglería cargada de epítetos buscará nuevas bocas, propias de caras necesitadas de atención mediática. En esa lista se anotan Luis D’Elía –quien descendió al nivel de filmarse diciendo que Máximo Kirchner milita hasta altas horas porque se droga– o un oscuro personaje de Florencio Varela, conocido desde los tiempos de la Triple A, el duro Francisco Chicho Basile, quien se dirigió a Cristina Kirchner y a su hijo en estos términos: “Ya no los quiere más la gente. ¡Váyanse a la reputa madre que los parió!”. Al final de un video, dejó claro en nombre de qué sector hablaba al ponderar al intendente Andrés Watson y a su antecesor, el diputado con mandato hasta fin de año Julio Pereyra, también presente en la reunión de intendentes en el Parque de los Pereyra Iraola. Con voceros así…

 

 

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