La ley de la gravedad, al revés

 

Doctor en Economía, padre de dos pibes divinos, compañero de una mujer brillante —Soledad Quereilhac es doctora en Letras e investigadora del CONICET—, Axel Kicillof llegó a la gobernación de Buenos Aires a los 48 años, después de una trayectoria académica notable. Hoy su figura está en el centro de la escena política, porque está a cargo de los destinos de la provincia argentina más grande y poblada, pero además porque está adquiriendo un peso simbólico como contrafigura. Después de cuatro años de improvisación y humo mediático, Kicillof representa la perfecta antítesis del macrismo. Ante la ola perfecta de la crisis que supo crear, Macri hablaba de tormentas... pero Axel habla de paraguas.

Lo que ocurre en la provincia de Buenos Aires, en la Argentina, no pasa en un ‘tupper’. Está pasando en un contexto internacional donde hay una crisis de representatividad política pero también una crisis del sistema económico, que viene anunciando una nueva catástrofe hace tiempo. Se lo pregunto al político, pero también al doctor en economía: ¿como imaginás los próximos pasos que pueden suceder en materia de la crisis económica internacional? 

AK: Como economista tendría que decirte, porque además nos encanta aunque no sea del todo cierto: "Esto yo lo anticipé". Me tocó ser Ministro de Economía en una época caracterizada por lo que a nuestra oposición le gustaba llamar ‘viento de cola’, pero la realidad es que tuve que atravesar la crisis del 2008, la caída de Lehmann Brothers, las hipotecas, los derivados. Fue la crisis capitalista más profunda desde la del ’30, en eso hay unanimidad. Se inicia en EE.UU. con todo ese lío que conocemos, funde General Motors, funde Lehmann Brothers que era una casa financiera con muchísima trayectoria. Sacudió a EE.UU., donde se duplicó el desempleo. Parecía que era una crisis norteamericana y financiera y terminó afectando a Europa allá por 2010. Todo eso tuvo su correlato político, porque a mí me gusta decir que soy economista pero trato de estudiar las articulaciones y las vinculaciones entre los hechos económicos y su formato político.

Con Europa en crisis empezó todo este lío con los inmigrantes, provenientes de las ex colonias europeas. Muchos son ciudadanos legales, tienen pasaporte, pero al migrar libremente de un lugar de Europa a otro empezaron a generar hechos políticos, sociales, culturales, que yo asocio con la crisis. Después la crisis se desplazó al Tercer Mundo, a los países emergentes, y eso involucró desde Rusia hasta China y América Latina y se expresó en 2014 por la caída en picada de los precios de las commodities, o sea de los productos primarios de exportación.

 

 

 

 

Son diferentes estaciones, estadíos de la misma crisis que no terminó, que todavía se está desarrollando, desenvolviendo, desplegando. Cuando cayeron los precios de los commodities yo era Ministro de Economía y se desplomó el precio del petróleo pero también la soja y del trigo, que nunca volvieron a tener los valores previos a la crisis. China dejó de crecer a sus tasas características y cambió su política de desarrollo, se aplicó a un desarrollo más interno por la caída del mercado mundial. Aunque no quiero ser agorero, de estas cosas se sabe cómo empiezan pero nadie sabe cómo terminan.

La crisis del ’30 terminó con la Segunda Guerra Mundial, cuando se terminó de sepultar a Inglaterra como principal potencia mundial. Pero esta crisis abrió una época de muchísima volatilidad en lo financiero y en lo comercial a escala mundial. La guerra comercial entre EE.UU. y China va teniendo diferentes episodios, que alternan mayor y menor dureza. Como gobernador de la provincia de Buenos Aires todo esto me preocupa porque también nos afecta, afecta el acceso a los mercados, la cuestión financiera, el tema de la deuda. Cuando dejaron de prestarle a Macri, que se había endeudado a lo loco, fue en el marco de lo que estaba pasando en Wall Street; le dijeron ‘no te prestamos más’ en tanto representante de los países emergentes.

Argentina se había desendeudado con Néstor y Cristina, la relación deuda-producto era extremadamente baja, cerca del 38 %. Entonces Macri tenía un margen, se endeudó a niveles de 60/70 % porque estábamos con un nivel de deuda-producto muy bajo. Pero lo que le prestaron se lo patinó en fuga, irresponsablemente. Fue un uso muy poco inteligente, muy poco útil de desendeudamiento. Con los 100.000 millones de dólares que tomó en los primeros años hubiéramos hecho no sé cuántas Vacas Muertas.

 

 

Lo primero es dejar de caer

Te tocó un momento particularmente complicado. Yo me preguntaba si aun así te permitió desarrollar una visión de lo que podría llegar a ser la provincia, si la máquina de impedir dejase de funcionar como viene funcionando. 

Sí, es una visión que ya está empezando a ser. Yo estoy muy conforme con lo hecho en tan poco tiempo, estableciendo determinadas políticas, determinados nortes, y empezando a trabajar en esas direcciones. Nosotros nos proponemos arreglar las escuelas. Habría que arreglar las que están y construir nuevas, pero veníamos de una trayectoria para abajo. Hoy mismo se está desarrollando una enorme campaña de vacunación, cuando lo que había era lo contrario. Esto ya está teniendo efectos, que serán de corto pero también de mediano y largo plazo. A medida que se obtienen determinados recursos, se dispone lo necesario para que el proceso sea más rápido y profundo, que vaya teniendo otro ritmo y se establezca.

El cambio se da rápido porque, a nivel del gobierno nacional, Alberto y Cristina han planteado desde el principio que vuelva el crédito, la tasa de interés bajó 11 puntos. Las tarifas estaban dolarizadas, no paraban de subir. Ya hemos dicho que durante un plazo no subirán; eso cambia la tendencia en cuestiones que hacen a la vida cotidiana de los y las bonaerenses, sean trabajadores o empresarios, sea peones rurales o pequeños productores. Se decretaron aumentos en las jubilaciones, en los salarios, entonces ya hay un mango más en el bolsillo, ya puedo tomar crédito de otra manera, las tarifas no se llevan tanto de mi ingreso. Habiendo tanta incertidumbre a escala internacional —tanta volatilidad, tanto Trump, qué va a pasar con el precio del petróleo—, el rol del Estado también pasa por generar una estabilización aunque no puedas abstraerte de esos contextos mundiales.

Se dificulta generar previsibilidad.

Si ves que se viene una tormenta y estás desguarnecido, comprás un paraguas. Y capaz que el tipo que está al lado piensa: Pucha, qué previsor este tipo que ahora permite que yo no me empape. Ese es el papel del Estado. Pero, ¿qué hizo Macri? En medio de la tormenta tiró el paraguas a la basura, o se le rompió, o le sacó el forro y los alambres, se lo dio a otro y le dijo: ‘Ahora, que se compre un paraguas el que pueda". Y encima el que vendía los paraguas era un primo...

Lo digo por decir. Pero es cierto que los más poderosos tienen siempre un manguito, o una cuenta en Panamá, que les da la posibilidad de timbear con algún título y llenarse de plata. Pero el papel del Estado debe ser este de cuidado, de atención, de protección, de acompañamiento.

Cuando me tocó ser Ministro de Economía, todos decían: Eh, la economía dejó de crecer. Ahora, cuando uno miraba a su alrededor veía grandes potencias que se estaban hundiendo. Entonces uno dice: Capaz que no crecer tanto como antes ya es un objetivo interesante, evitar que caiga. Todos decían: Tienen inflación, pero el salario real no caía. Aunque lo mejor es no tenerla, si vos tenés una inflación del 5% pero el salario no crece también es un problema. El nivel de la inflación siempre será comparado con otra cosa. Lo más importante es que los salarios, las jubilaciones, los ingresos de los pequeños productores, de los profesionales, no estén por debajo. En los '90 pasó eso, tenías una inflación muy baja pero una jubilación de 150 pesos que estuvo congelada durante 10 años.

No estoy reivindicando lo que se hizo, simplemente estoy diciendo cuál es el rol que tiene que tener el Estado en esta incertidumbre. Ante una tormenta como lo de Lehmann Brothers, hay que conseguir que la banca pública siga prestándole al chiquito para que tenga una tabla para agarrarse aunque se haya hecho trizas el sistema mundial.

Ese es el papel del Estado. Estar ahí pero no como en el Titanic, que sólo tenía botes para los de primera clase. Hay que doblar el timón lo más rápido posible y, ante las desgracias y los problemas que están fuera de tu control, ocuparte de los que están más desguarnecidos, de los que tienen menos posibilidades de afrontar esos líos. Me parece importantísimo desarrollar esos instrumentos y capacidades del Estado, devolverle al Estado ese peso simbólico.

 

 

 

 

Derramar de abajo hacia arriba

Yo soy muy optimista, porque digo: Al que estamos vacunando hoy ya le cambiamos la vida. Entonces, aunque sea en la peor de las adversidades, mejor que haya un Estado que cuida, protege, acompaña a los que más lo necesitan; y a los demás también, porque como dijo Alberto, cuando vos le subís el sueldo al jubilado no la manda a Panamá, va y la gasta en un comercio y se empieza a mover de nuevo la rueda. Paradójicamente, en economía la Ley de la Gravedad funciona al revés. Lo digo para los que hablan de la teoría del derrame. El derrame tiene que ser de abajo hacia arriba, si uno quiere distribuir bien.

Ya se están viendo efectos con lo que se hizo a nivel nacional y provincial. Uno espera hoy que cambie la tendencia. Dejar de caer ya es mucho, cuando uno viene de tanta pérdida y de tanto deterioro. Es importantísimo que lo que más necesitan sientan que hay de nuevo un Estado que se ocupa, que pone el cuerpo, que no se borra, que no le echa la culpa a nadie, que puede decir miren, esto es tal cosa o tal otra pero no en el marco de no me ocupo, sino de que me empiezo a ocupar.

 

 

 

 

 

 

A excepción de las imágenes del despacho de Axel, que son personales, las fotografías y el registro en video de la entrevista son gentileza del Ministerio de Comunicación Pública de la Provincia de Buenos Aires.

 

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