La pobreza define

La pregunta crucial es quién está en mejores condiciones de reducir el 40% de pobres

 

En el debate entre las fórmulas del ballotage se enfrentan dos discursos. Por un lado, el expresado por los que votaremos a Sergio Massa, que intenta demostrar los riesgos que una posible elección de Javier Milei conlleva para la democracia por sus ideas autoritarias, el elogio de la dictadura y de las facetas neoliberales del gobierno de Menem, la inconsistencia de sus cuadros y de sus propuestas sobre política económica, sanitaria, educativa y de salud, y, por fin, por el tono agresivo que rezuma toda su actuación –aun en esta última etapa, donde parece sedado– que presagia violencia si llegara a ganar.

Del lado de Milei, el discurso más consistente es la exhibición de los déficits de la gestión democrática, muchos innegables en lo que hace al desarrollo económico, distribución del ingreso, aumento de la pobreza, deterioro del sistema educativo, sanitario, judicial y, en general, de los aspectos institucionales y sociales.

Sin embargo, el punto no es, creo, la existencia de esas deficiencias, de las que en el movimiento popular nos tenemos que hacer cargo, sino cuáles son sus causas y cuáles las soluciones.

El discurso de La Libertad Avanza (como dejó en evidencia Victoria Villarruel en el debate con Agustín Rossi) se limita a una “indignación” ante el estado de cosas. Como si los neoliberales y la derecha no tuvieran responsabilidad en la carencia de divisas, la inflación o el 40% de pobres.

Las estrellas del neoliberalismo fueron gobierno y no solo en el de Jorge Rafael Videla. También en el de Mauricio Macri y Fernando De la Rúa. Y aun políticas neoliberales se desarrollaron en gobiernos presididos por cuadros del Partido Justicialista. Hay una responsabilidad política innegable del PJ. Sin ingresar en el debate sobre si eso fue o no peronismo, para evitar la discusión verbal, reitero que entiendo por Peronismo un programa de gobierno que propende a la justicia social mediante la creación de empleo industrial, en una alianza de clases forjada sobre un programa de desarrollo que diseñan y conducen autoridades electas por el pueblo. Si todos los gobiernos del PJ desde 1983 respetaron en todo o en parte esa idea es una interesante discusión.

Pero el punto relevante ahora es quién está en mejores condiciones para revertir esa situación de pobreza, inflación, deterioro en educación, salud, etc.

Hace unas semanas, conversando sobre ciertos aspectos de la política internacional con un economista amigo, yo afirmaba que determinada decisión de la Cancillería no era irrelevante. Mi amigo, tajante, me dijo, palabras más o palabras menos: “Todo lo que no tienda a reducir drásticamente el 40% de pobreza es irrelevante”. Creo que tiene razón, o que es un buen punto para poner como centro de los análisis.

Llevado al ballotage, ¿quién está en mejores condiciones para reducir el 40% de la pobreza?

Milei tiene dos posibles programas. Uno es el plan Macri, es decir, los disparates, negocios y frivolidades con el tema cambiario, las retenciones, los negociados, la energía, el brutal endeudamiento en dólares, la destrucción de empresas y demás atrocidades que vimos entre 2015 y 2019. El otro es el disparatado ideario anarco-capitalista, que incluye dolarización, destrucción de la industria, eliminación de las retenciones –con el consiguiente déficit fiscal–, sustitución de la regulación en la asignación de los órganos o en la protección de la niñez por una suerte de “industria de la carne humana” (parafraseando a Umberto Eco), reemplazo del sistema educativo público y gratuito por créditos en cabeza de las familias, regreso de las AFJP, privatización de YPF, etc.

Massa propone mantener la protección de la industria sin demasiados detalles de cómo lograr su crecimiento. Parece tener demasiadas esperanzas en la exportación de recursos naturales. No hay muchas precisiones sobre sus planes en educación, salud o política judicial. Creo que lo más interesante de su plan es la idea de la Unidad Nacional, si bien el método de reparto de cargos a personas (“los mejores”) no asegure más solidez, sino que sería más plausible hacerlo con partidos o sectores a partir de ideas-base de un programa de mediano plazo, donde el centro del programa económico sea la producción y el empleo, no solo la macroeconomía como un fin en sí mismo. Es decir, que intente modificar estructuralmente el orden económico y social actual y reducir ese 40% de pobreza. No parece que con la minería del litio o Vaca Muerta alcance, sino que se requiere del empleo industrial y un programa educativo intenso y parejo en todo el país, como el que se realizó entre fines del siglo XIX y principios del XX, que profundizó el Peronismo y fue un pilar del desarrollo virtuoso, hasta que comenzó su decadencia en la dictadura.

Dicho en pocas palabras: es el 40%, amigo.

 

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí