Paolo Rocca decidió incumplir con la totalidad del pago de la tasa por inspección de seguridad e higiene (TISH) que le cobra la Municipalidad de Ramallo sobre su planta Ternium-Siderar ubicada en el distrito. La decisión del gobierno del intendente peronista Mauro Poletti fue demandar a la empresa ante el Juzgado de Paz local, promoviendo juicio de apremio por la falta de pago.
Rocca había pagado la suma que quería y no lo que debía. Lo confiesa su abogado al dar respuesta en la demanda, expresando que su representado “se ha visto obligado a no pagar la totalidad de la cuota 04/2025 de la TISH: el fisco municipal reclamó la suma inédita de casi 1000 millones de pesos por una TISH, y se pagó la suma de 464 millones (que ya es elevada), y se lo hizo en resguardo de sus garantías constitucionales”. ¿Obligado por quién estaba a pagar menos?

El intendente Poletti expresó en conferencia de prensa: “(Ternium-Siderar) nos está debiendo hoy poco más de 900 millones de pesos. Iniciamos el proceso de apremio para poder cobrar la deuda. Lo normal hubiese sido que se hubiesen enterado de que había un reclamo cuando estuvieran embargadas las cuentas. En el medio alguien les avisó antes de que se embargaran las cuentas, entonces la empresa se presentó y ofreció una caución y una cuenta donde depositar ese dinero hasta que se sustancie el proceso. Es decir, están los 900 y pico de millones ahí. Pero no los podemos tocar”, indicó.
La TISH que paga Ternium-Siderar se estableció en la ordenanza fiscal impositiva aprobada por el Concejo Deliberante de Ramallo. El gravamen se calcula sobre la base del salario de personal municipal profesional clase I, sumando complementos y bonificaciones remunerativas. Se divide ese monto por tres y se multiplica por la cantidad de empleados de la empresa. Cuando en 2017 Paolo Rocca objetó ante el Poder Judicial la ordenanza, el cálculo era sobre la base del mismo salario del empleado clase I, pero dividido ese monto por seis. La ordenanza modificada y aprobada por unanimidad —que rige actualmente— modificó el divisor de la categoría de grandes contribuyentes de la TISH, pasando de un sexto a un tercio. Es decir, haciendo que paguen más.

Desde el año 2002, cuando se reformuló la ordenanza fiscal impositiva para darle mayor progresividad a los grandes contribuyentes, se fue modificando el divisor de la categoría, que pasó de catorce hasta llegar a seis en 2011. Cambios realizados por un gobierno radical que llevaron a que Siderar tribute más sin que realice ningún planteo ante el Poder Judicial, aunque sí existieron reproches a aquella gestión que iba aumentando la TISH, bajando el divisor y sumando el aumento que percibía en paritarias el salario municipal. Una vez llegado el gobierno peronista de Poletti, fue que en 2017 la empresa realizó una presentación judicial objetando la ordenanza fiscal impositiva.
Aunque la manera de calcular el divisor la mantuvo el intendente Mauro Poletti (2015-2019), la TISH se ajustó por variación del salario municipal que se incrementó en paritarias en ese primer mandato. Al perder en su intento de ser reelegido, Ramallo estuvo gobernada por el intendente del PRO, Gustavo Perié, que estiró las paritarias y favoreció —perjudicando a los trabajadores municipales— a la empresa de Paolo Rocca. Su política tributaria fue regresiva y eso era notable en el distrito.
La acción judicial que Ternium-Siderar interpuso ante el Juzgado Contencioso Administrativo de Primera Instancia de San Nicolás en 2017 pretendía que se suspendiera la normativa que regula y cuantifica la Tasa por Inspección de Seguridad e Higiene (TISH) que cobra la Municipalidad de Ramallo. Solicitaba una medida cautelar de anulación del acto administrativo municipal de liquidación de deuda de la TISH correspondiente a los períodos fiscales 2017 y 2018 y la declaración de inconstitucionalidad de los artículos 71 de la Ordenanza Fiscal y 16 de la Ordenanza Impositiva vigentes en los ejercicios fiscales, hasta tanto se dicte sentencia definitiva. El 27 de octubre de 2022, la jueza María Isabel Fulgheri rechazó la medida cautelar; la cuestión de fondo sigue abierta.
Ante el rechazo, la empresa de Paolo Rocca recurrió a la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de San Nicolás, que rechazó el recurso de apelación. El tribunal resaltó que a la empresa le fue requerido que “acredite documentadamente la incidencia del pago de la TISH en su capacidad contributiva”, pero su abogado Juan Carlos Marchetti no brindó respuesta. Tampoco “resulta demostrada la confiscatoriedad” que pretende porque “no existe probanza alguna de Ternium destinada a demostrar que la gabela en cuestión le resulte confiscatoria”, afirmó la jueza Cristina Valdez. Coincidieron en razonamientos y votos los jueces Marcelo Schreginger y Damián Cebey.
El actual intendente tuvo su revancha cuando el pueblo lo eligió en 2023 para otro mandato. Desde entonces busca revertir la situación. “Nos enseñaron, cuando leímos historia y economía política, que un sistema tributario es regresivo cuando el que menos tiene más paga. Y eso es lo que sucedía en el partido de Ramallo. Los vecinos pagaban un 80% de incremento de tasas promedio todos los años, mientras que las grandes empresas pagaban un 25 o 30%”, expresó Mauro Poletti el 13 de marzo en respuesta a Martín Berardi, presidente de Ternium Argentina, que se quejaba en los medios por la TISH, aunque todavía no había entrado en rebelión fiscal.
Ya en marzo las palabras de Martín Berardi desde la tribuna de Expoagro eran premonitorias. El CEO de Ternium-Siderar decía que el 2024 había sido un año de transición, debido al cambio de modelo económico que caracterizaba de “profundo”, pero no lo criticaba, sino que señalaba que había que trabajar en la competitividad. Para lograr ser competitivos —desde la óptica del presidente de Ternium— se debía buscar bajar los costos, porque, según evaluó, medidos en dólares “están altos”. Reducir costos significaba reducir salarios, algo de lo que se ocuparon estirando al límite toda recomposición salarial.
Por otro lado, Berardi interpretaba que era el momento de “trabajar sobre los impuestos distorsivos que hacen perder competitividad a la industria nacional”. Enumeraba a su criterio cuáles eran: “Ingresos brutos, la tasa municipal de seguridad e higiene, el impuesto al cheque, a créditos y débitos bancarios”. Dijo que eran “impuestos que en la Argentina penalizan la agregación de valor y que no se cobran en otras partes del mundo”. Ese trabajo fue entrar en rebelión fiscal con la TISH.
Las expresiones de Berardi podrían ser utilizadas para una serie animada del Paka Paka libertario. Si bien los despachos de acero de Ternium Argentina en 2024 fueron de 1,7 millones de toneladas, inferiores en un 23% con respecto al año anterior, sus ganancias se han incrementado. La acería del grupo Techint cerró el ejercicio 2024 con una ganancia de 106.700 millones de pesos, representando un incremento del 67% contra los 64.000 millones del año 2023.
En la contestación que realiza el patrocinante de Ternium-Siderar ante el Juzgado de Paz de Ramallo, se deja constancia de que la actitud de Paolo Rocca será la de seguir insistiendo en el Poder Judicial porque consideran que “el monto reclamado carece de sustento legal y resulta manifiestamente inconstitucional”. Por ese motivo, sostienen que realizarán “acciones declarativas de inconstitucionalidad y procesos ordinarios que serán promovidos ante las instancias jurisdiccionales competentes, a fin de impugnar la pretensión fiscal que se ejecuta”. Como si no resultara su actitud a todas luces una maniobra evasiva, para oscurecer aclaran: “Corresponde dejar expresado que la falta de pago por parte de Ternium no obedece a una conducta evasiva”. ¡Menos mal!
¿Yo, evasor? ¡No, señor!
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