La vaca muerta saudita

La práctica del fracking vive de subsidios y créditos impagables

 

El libro América Saudita: la verdad sobre el fracking y cómo está cambiando el mundo, de Bethany McLean se ha convertido en un best seller muy consultado, por plantear que el fracking en Estados Unidos es deficitario y llevará a la Nación a un nuevo desastre financiero y económico.

Arabia Saudita tiene una historia muy atrayente e importante. Descubierto su petróleo por las compañías británicas en la década del '30 del siglo pasado, dependió del imperio británico hasta 1945, cuando el presidente Roosevelt poco antes de morir sacó al país de la órbita inglesa (recordemos a Lawrence de Arabia) para pasarla a la de Estados Unidos, cambiando petróleo por armas y seguridad militar. Hoy, en época del imperialismo desglobalizante de Donald Trump, Arabia Saudita se siente atraída por la demanda petrolera de China. Los intereses petroleros de Estados Unidos crearon la gran compañía petrolera árabe-americana (Aramco), hoy íntegramente saudita.

Los que siguen influenciados por el fenómeno del fracking en Estados Unidos y sus efectos en la geopolítica mundial tratan a Vaca Muerta como la gran esperanza, la futura Arabia Saudita de América Latina. Habría que analizar más si el fracking en la Argentina es negativo y deficitario. Habría que recordarles que el gobierno presionado a pagar los subsidios no está en condiciones de hacerlo, sino que se endeuda él también para pagar a las petroleras.

La idea de ser Arabia Saudita por Vaca Muerta proviene de la creencia de que se pueden alcanzar niveles superiores de reservas, y que la baja relativa de los costos de extracción que las empresas han logrado parcialmente en el fracking permitiría reducirlos fuertemente, aunque sin llegar a decirse que serán similares a los costos del país árabe (aún hoy, le cuesta menos de 10 dólares la extracción de un barril de crudo). El fracking, aquí y en todo el mundo, necesita un precio de venta del crudo que oscile alrededor de 70 dólares el barril para pensar en obtener discutibles beneficios. El gas natural no debe alejarse mucho del precio en Estados Unidos que alcanza a los 3 dólares por millón de BTU.

 

Algunos números

Debemos saber que los datos petroleros argentinos son escasos y de poca y muy limitada difusión. Las compañías petroleras controlan la información sobre estos recursos. El gobierno y las empresas no informan acerca de la distinción entre subsidios empresarios y subsidios sociales. Este encubrimiento permite hacer continuas declaraciones acerca de que en gran parte la culpa del fracaso económico se debe a que los usuarios exigen tarifas tan bajas que no cubren los costos.

En Estados Unidos se sabe que las empresas registraron “un déficit de flujo de efectivo que totalizó más de 40.000 millones de dólares en 2015, lo que significa que sus costos operativos y gastos de capital superaron el dinero que recaudaron. Las 60 mayores empresas de exploración y producción redujeron ese déficit a 17.700 millones el año 2017”. Esto afirma el especialista Osborne (1), es absolutamente público y nadie es criticado por difundirlo.

La pregunta que se hacen muchos analistas estadounidenses es por qué Wall Street y sus financieras siguen financiando un modelo de negocios insostenible, a pesar que no ha dado utilidades desde su aparición y tampoco en 2018. Afirma el analista del movimiento ambientalista DeSmog que se debe al modo en que Wall Street hace dinero: “Si las empresas de fracking son rentables o no en realidad no les importa a los ejecutivos de Wall Street, que se enriquecen con los préstamos que la industria del fracking tiene dificultades para pagar” (2).

El llamado Nuevo Plan de Subsidios de la Resolución 167 del ex ministro Juan José Aranguren fijó el valor de subsidio por la extracción de gas natural para 4 años (desde 2018 decreciendo 50 centavos de dólar por año, hasta establecer 6 dólares en 2021). El simple modo de fijación de valores de subsidios en un decreto lleva a algunos sectores favorecidos a afirmar que la mención conlleva una obligación del Estado nacional a mantener la provisión de los subsidios.

A continuación transcribimos cálculos y reproducción de los montos de los subsidios en la Argentina.

Según la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera/ASAP) los subsidios sin desagregar en los 10 primeros meses de 2018 alcanzaron los 2.846 millones de dólares, mejorando a los 4.138 millones del mismo período de 2017.

En base al informe del Ministerio de Hacienda, Clarín considera que en el mes de noviembre de 2018 los gastos que más aumentaron fueron los subsidios económicos (102,1%) donde los subsidios energéticos llegaron a ser los mayores con casi 1.000 millones de dólares en el mes.

En el presupuesto nacional se hacen provisiones para pagar el subsidio de 2019 a las empresas, a 7 dólares por MBTU de gas natural: alcanza a 717 millones de dólares. Nicolás Gandini (3) cree que el pago a las  seis extractoras de gas  en funcionamiento requerirá una partida presupuestaria final de entre 1.000 y 1.200 millones de dólares (no en todos los casos las cifras de distintas fuentes y autores evitan las inconsistencias).

En el programa financiero de 2019 el Ministerio de Hacienda le asignó al Plan Gas integral 600 millones de dólares.

Daniel Montamat (La Nación, 27 de noviembre de 2018) considera que la previsión presupuestaria para 2019 referida a los subsidios no discriminados rondará los 6.000 milllones de dólares (15% para el gas y 85% para la electricidad mayorista).

La prestigiosa Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FAEN) en su análisis de los subsidios  a los combustibles fósiles en el Presupuesto 2019 distingue los otorgados a la oferta (petroleras) y a la demanda (usuarios).

 

Subsidios a los Combustibles Fósiles (en millones de dólares)

 

Partida presupuestaria
Monto parcial
Monto total
Subsidios a la Oferta (petroleras)
797
Petróleo convencional
79,5
Petróleo No convencional
717,5
Subsidios a la Demanda (usuarios)
340
Otros Subsidios
4.496
TOTAL
5.633

 

 

Los subsidios de Vaca Muerta se conceden principalmente a la multinacional ítalonorteamericana Techint, en la que sólo el 36% de su personal es residente en la Argentina, y a la petrolera mixta YPF. Siete dólare,s menos 3,80 que es el precio que ronda el gas natural en Neuquén, dará para 2019  un subsidio de 3,20 dólares por MBTU.

 

Entre la seguridad nacional y el lucro

En Estados Unidos la seguridad nacional prima sobre las ganancias, en la Argentina es al revés. El fracking ha producido no solamente el petróleo y gas extraídos, sino el cambio de ideologías y prácticas. Quién hubiera pensado que un valor distinto al del beneficio empresario tendría primacía sobre los beneficios en la capitalista Estados Unidos. El fracking norteamericano ha cambiado el esquema: para seguir ganando aunque la actividad pierda, es preferible endeudarse con quiebras que depender del petróleo de Venezuela, Medio Oriente, Nigeria, Líbano o del gas de Rusia. El acuerdo de Canadá es bueno con el nuevo tratado de libre comercio de América del Norte y sin el pacto del Pacífico, y el de México será bueno cuando el muro impida el libre movimiento de las personas (¡oh épocas en que el liberalismo norteamericano y europeo proclamaban al mundo las voces del libre movimiento de personas, capitales, tecnologías y productos!).

Siguiendo las políticas de las empresas petroleras, la Argentina utiliza el subsidio para darles utilidad a los empresarios. El subsidio es una herramienta económica muy criticada por los ortodoxos del libre mercado, ya que lo ven como el instrumento reverso a los impuestos, y por ende altera a la libre competencia. Es negativo cuando resulta un beneficio para los sectores populares, pero no es criticado cuando va dirigido a agrandar la renta del capital. Este es el caso petrolero argentino. El país se comprometió a dar subsidios a las petroleras de todo el mundo, por eso se ven en la cola incluso una empresa estatal china y otra de Medio Oriente. Donde se regala plata sin riesgo, hay que hacer fila.

 

Por los frutos los conoceréis

Es preocupante que las políticas que imponen los sectores concentrados de la economía son las más perdurables. La política petrolera, sin haber sido declarada política de Estado, es la que permanece.

Una política inteligente debe modificar las decisiones cuando van contra el bien general: el subsidio empresario continúa empobreciendo al país.

No es posible que este hundimiento se haga de tal modo que en todo el mundo se conoce que en la Argentina un Estado deficitario proporciona subsidios a empresas petroleras superavitarias, en tanto sus ganancias provienen del petróleo convencional y de las actividades financieras para que extraigan gas y petróleo con un método que no da ganancias si no son subsidiados por el Estado tan criticado.

Tampoco puede durar este esquema a pesar de los deseos de las petroleras multinacionales que ganan a costa del Estado y de los contribuyentes; y han logrado este extraño modelo que siendo deficitario les permite obtener ganancia.

 

Consecuencias del fracking

LA ARGENTINA
ESTADOS UNIDOS
Objetivo general
Ahorro de divisas sustituyendo importación de gas y crudo con subsidios a petroleras y  endeudando al Estado
Autoabastecimiento gas y crudo endeudando al Mercado petrolero
Recaudación menos gastos del Fracking
Negativo. Deficitario
Negativo. Deficitario
Compensación de la pérdida
Subsidio empresario
Endeudamiento
Ganan por la actividad
-Las petroleras
-Los prestamistas
-Las majors por compra de petroleras quebradas
Ganan por aumento de la extracción
-Trabajadores del petróleo (a)
-Empresas pymes locales proveedoras de las petroleras
-Petroleras de servicios
-Menos importaciones
-(a)
-Trabajadores del petróleo (a)
-Empresas pymes locales proveedores de las petroleras
-Petroleras de servicios
-Autoabastecimiento país
-Contribuyentes (b)
Pierden por la actividad
-El Estado subsidiador
-Los contribuyentes  (directos e indirectos)
-Las petroleras medianas y chicas (bancarrota, deudas)
Pierden por aumento de la extracción
-El Ambiente por aumento de las energías fósiles
-Países exportadores de crudo y GN a la Argentina
-El Ambiente por aumento de las energías fósiles
Países exportadores de crudo y GN a EEUU

 

Notas: (a) Efecto limitado por no ser una actividad de trabajo intensivo. (b) al aumentar la oferta del hidrocarburo debería bajar el precio del combustible. En la Argentina se intenta reemplazar aumento de tarifa por reducción del subsidio, política que ha fracasado. En EE.UU. el aumento de la oferta reduce los precios de la gasolina.

 

Los elevados subsidios petroleros, ocultados con el eufemismo que se quiera, impiden que el gobierno pueda cumplir con los valores comprometidos. Por eso en el último mes de 2018 se habría comunicado a las petroleras beneficiadas que se recortaría el otorgamiento de este beneficio. Se propone detener el otorgamiento (hay 8 programas de subsidios en funcionamiento) mientras esperan otros 17 que la provincia de Neuquén pide a la Nación que apruebe. Otra idea que se propone para solucionar la imposibilidad que tiene el fisco de pagar estos subsidios consiste en apurar el gradualismo que impusiera Aranguren, con una proporción mayor de caída en el precio a boca de pozo, que supere los 50 centavos de dólares anuales.

¿Qué empresas se benefician con el gas subsidiado de Vaca Muerta? Principalmente la petrolera de Techint que recibió en los diez primeros meses de 2018 un 34,2% del total de este subsidio y le siguen CGC con 15,8%, Pampa Energía (6,3%), Capex e YPF (6,3%), acompañadas por PAE, la anglochina/Grupo Bulgheroni, la francesa Total y la alemana Wintershall. Es notable cómo importantes CEOs de algunas de estas firmas energéticas, y por distinta razones a estos subsidios, están involucrados en el caso de las fotocopias de los cuadernos y en el blanqueamiento del gobierno de Macri. Marcelo Martínez Mosquera es uno de ellos, como director de Tecpetrol, la petrolera de Techint, cuyos directores blanquearon 500 millones de dólares.

Por otra parte, como afirma Gerardo Rabinovich, “la Resolución 46 (y la Reglamentación 419) y los acuerdos con el FMI son incompatibles y tampoco se puede seguir pasando a los consumidores. Prometieron algo que no se podía cumplir y fue uno de los motivos de la salida de Aranguren” (4).

La razón de soslayar en la Argentina que el Estado deficitario subsidia a las corporaciones multinacionales es para ocultar esta contradicción y con este fin las petroleras prefieren disputar en el campo ambiental: en Estados Unidos se da luz al déficit del fracking pero se aminoran los estudios que demuestran que el fracking produce contaminación y pone en vigencia los riesgos sísmicos. Estados Unidos basa el endeudamiento de las petroleras en las tasas baratas del crédito y en el poder de Wall Street para mantener los préstamos, lo que hará crisis en los próximos años. Nuestro país basa su política de subsidiaje en el ingreso público, pero la crisis ya está presente: el Estado está endeudado y no podrá hacer frente los subsidios a las petroleras, lo cual provoca la necesidad de abandonar definitivamente este sistema artificial de extracción sin fondos.

En cualquier país, sea Estados Unidos y Canadá a la cabeza de la práctica frackinera, o en China y la Argentina, que les siguen, apostar al fracking es apostar al indiscutible cambio climático y a los efectos contaminantes de la naturaleza. Estos países, como dicen Whitley y Makhijani, “están desviando la inversión en alternativas económicas con bajas emisiones de carbono, como la energía solar, eólica e hidráulica” (5).

Tampoco debe pensarse que los beneficios de las petroleras terminan con los grandes subsidios a los no convencionales. En Estados Unidos logran desgravaciones impositivas, tolerancia de establecer domicilio en guaridas fiscales, libre circulación de capitales sin cobro de la renta petrolera y otros que también infringen en nuestro país. En Estados Unidos fue escandaloso el caso de las bajas tasas de impuestos a las ganancias que impusieron las petroleras: en 2010 pagaban solo un 9% mientras que el promedio de las actividades económicas del país era del 25%. El poder financiero y petrolero, de naturaleza política y económica, brinda la ocasión de lograr esos beneficios en Estados Unidos y en los países donde se radican (6).

Muchos analistas avizoran el futuro petrolero bajo las aguas, mientras que Bethany McLean en su América Saudita: la verdad sobre el fracking y cómo está cambiando el mundo, considera que la próxima crisis financiera se esconde bajo la tierra (7). Y esto también es válido para la Argentina, que podría llegar a registrarse como primer caso en que una de las pequeñas y medianas naciones del mundo se declarara en default ante las grandes petroleras mundiales.  (Continuará)

 

(1 ) Osborne James, “¿Cuánto tiempo puede durar la ola de gastos del fracking?”, Houston Chronicle, 
14 de septiembre de 2018.

(2) Mikulka, Justin, Desmog, 18 de diciembre de 2018.

(3) Gandini, Nicolás, “Dujovne quiere recortar a la mitad los subsidios al gas de Vaca Muerta”, 
EconoJournal, 14 de diciembre de 2018.

(4) ”El gobierno confirmó que recortará los subsidios al gas de Techint en Vaca Muerta”, 
Política On Line, 17 de diciembre de 2018.

(5) Whitley, Shelagh y Shacuntala Makhijani, “Subvenciones a la exploración de combustibles 
fósiles”, ODI (Informes de investigación y estudios), noviembre 2014.

(6) “A medida que la industria petrolera lucha contra los Impuestos obtiene enormes Subsidios”, 
The NewYork Times, 3 de julio de 2010.

(7) McLean, Betheny, “La próxima crisis financiera se esconde bajo tierra”, 
The New York Times, 1° de septiembre de 2018.


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