Vaca muerta, petroleras avivadas

¿Por qué las empresas se agolpan para obtener permisos y concesiones en Vaca Muerta?

 

…el gas de Vaca Muerta se produce con fuertes subsidios.

Jorge Lapeña*

…hubo una dicotomía entre las grandes promesas del fracking que estaba

cambiando la geopolítica con el hecho de que no gana dinero…

Bethany McLean**

No hay reducción o minimización del Estado, sino, coincidiendo con Wolin,

una integración sistematizada y cultura compartida sin antecedentes entre

los miembros del Estado y las corporaciones.

Mariano Beldik***

 

Mundo loco: cuanto menos se recauda más ganan otros

Con el fracking, en cualquier parte de su cuaternidad (Estados Unidos, China, Canadá y la Argentina), se recauda menos de lo que gasta (incluyendo toda la operación e inversión).

En nuestro mundo cercano al de María Elena Walsh, ¿cómo la industria continúa invirtiendo y extrayendo gas natural y petróleo crudo con este método? Por medio de dos medidas que se mantendrán hasta que la burbuja explote: con subsidios impagables en nuestro Sur y con re-endeudamientos que no se pueden detener en América del Norte.

¿Por qué optan en nuestro país por esta irracionalidad económica (subvencionar a las grandes petroleras internacionales) evitando que los precios estén en función de la oferta y la demanda? ¿Por qué todos los países que practican el fracking deben satisfacer la gran brecha entre ingresos y gastos con medidas heterodoxas para los analistas clásicos, ya sea con subsidios o con endeudamiento?

Porque en el caso de Estados Unidos es necesario no depender de la importación de petróleo y gas de nadie, ni siquiera de Arabia Saudita, de Canadá, de México, de Venezuela, de Nigeria o de Kuwait: la autosuficiencia energética es un objetivo de seguridad nacional. Trump puede y lo hizo.

Pero, ¿por qué en la Argentina las empresas se agolpan para obtener permisos y concesiones en Vaca Muerta? A fuerza de subsidios (1), las petroleras del mundo (incluso ahora una estatal china) tienen un lindo negocio que consiste, no en extraer hidrocarburos sino en extraer del Estado nacional y provinciales sus generosos subsidios. Como siempre afirmé, en Vaca Muerta son extractoras de subsidios y no de petróleo.

La política de la Argentina impuesta por las petroleras (2) desde un tiempo largo hace creer a los políticos que logran un gran negocio permutando subsidios a las compañías internacionales por pagos de campañas electorales y otros fines. También sindicalistas enriquecidos pretenden engañar sus actividades dirigidas a obtener impresionantes beneficios por “luchar” para conseguir más puestos laborales, en esta actividad que es de capital intensivo y no de uso laboral intenso. Entonces en la Argentina el negocio consiste en subsidiar a las petroleras para que puedan volver a exportar lo que no poseemos sin pagar reintegros. Y sigue el círculo de las cuentas en rojo, que en resumen consiste en subsidiar a las compañías ricas por parte de los Estados deficitarios y empobrecidos (la mayoría de las provincias agentinas con petróleo es deficitaria a pesar del reciente cambio de signo). Subsidios que se pagan con impuestos, que en nuestro país lo aportan los que menos tienen por primar un sistema impositivo indirecto: se llega al extremo loco de que los que compran pan contribuyen al subsidio a las petroleras.

Pero a pesar de que es poco explicable la conjunción de compañías petroleras, políticos baratos y sindicalistas caros, se intenta convencer de que Vaca Muerta sacará definitivamente al país del pozo económico donde lo pusieron. Ocultando los subsidios con eufemismos no se puede negar la crisis que provoca Vaca Muerta. Llamar precios sostén, compensación adicional, precio diferencial, excedentes, programa de estímulo a la simple palabra subsidio es de un subterfugio ridículo. La Resolución 46/2017, que establece la escala decreciente de precios del gas natural tiene necesidad de utilizar veinte palabras en su título (3).

 

Diez felicitado en viveza no criolla y Cero en economía

Con el objeto de disimular esta situación, que es criticada por cualquiera cuando se entera cómo se subsidia a las grandes corporaciones petroleras, no se desagregan las subvenciones sociales en beneficio de los usuarios de los subsidios económicos a las empresas. Esta distinción es tan ocultada, que en los datos estadísticos oficiales de la energía no se presentan diferenciados los fondos que van a las empresas (barril criollo, subsidios al gas, exenciones de numerosos impuestos para Vaca Muerta, etc.) de los destinados a contener el crecimiento tarifario (luz, garrafa social, etc.) Si no se distinguen es para crear un todo compacto haciéndose pensar que todo es subvención social, negándose así la existencia de los subsidios a las petroleras internacionales y a sus socias locales.

El documento madre del gobierno actual destinado a no responsabilizarse de culpas ajenas es El estado del Estado (4) de la Presidencia de la Nación: es muy significativo que este largo informe que se demora en problemas menores y no alcanza a analizar las grandes dificultades nacionales. De las 13 páginas dedicadas a la energía, muchas se refieren a la nuclear y a la electricidad, pero casi nada al gas y al petróleo. Apenas tiene un párrafo general sobre los hidrocarburos y mucha crítica a Enarsa, mientras al petróleo también le destina sólo un párrafo: Aguada del Chañar, que no es de Shell pero sí de las estatales Gas y Petróleo y Enarsa. En el informe abunda sobre las subvenciones sociales de la energía eléctrica pero nunca explica los subsidios a las empresas petroleras. El barril criollo es inexistente y los beneficios extendidos al gas natural y al crudo de todo el país tampoco.   Seguramente la política petrolera analizada en este informe es parte del “balance de la década anterior al cambio de gobierno (que) incluye muchos logros…”

 

Vaca Muerta es propuesta como política de Estado

Para Vaca Muerta se trata de utilizar los argumentos que traen las petroleras desde sus países de origen. Como en Estados Unidos el fracking es la alternativa a la maduración de los pozos convencionales y a la importación, se la ha propuesto como la política que permite a la potencia obtener la autosuficiencia, y por ende la seguridad nacional (5). Si bien el fracking como método es muy discutido, se intenta hacerlo política de Estado por sus resultados de aumento de la extracción y autoabastecimiento del país a pesar de sus negatividades ambientales y económicas.

Asimilar los problemas de una potencia imperial con los de un país colonizado es equivocado desde el principio. Los problemas de Estados Unidos, normalmente, no se pueden encontrar en la Argentina. Ya tenemos mucho con los propios.

Estados Unidos, ahora más que nunca (sin olvidar las crisis petroleras mundiales de 1973 y 1979/80 y la de baja de precios de 2015), ha adoptado una política de autosuficiencia petrolera fuertemente proteccionista y no globalizadora. Su problema es China con la ampliación permanente de su influencia en todos los continentes. Mientras Estados Unidos se ha convertido el primer extractor mundial de petróleo (antes era Rusia y en gas lo sigue siendo), China ya es el primer consumidor.

Entre los actos de la latente guerra comercial, China aplicó en septiembre un impuesto del 10% a la importación de gas natural licuado de Estados Unidos comprándolo en el Medio Oriente, Nigeria, Sudeste asiático y Australia. Por su parte, la petrolera estatal saudita, la Aramco, abrió una sucursal en Singapur (Aranco Trading Co. ATC) y anunció su intención de ampliar la importación de crudo ruso e iraquí. Hay analistas estadounidenses que consideran que la producción del fracking en Estados Unidos y el comercio petrolero con China tienen consecuencias mundiales más importante que el Brexit británico (6).

Estados Unidos perdió su autosuficiencia en 1973, cuando la primera crisis petrolera mundial. Desde entonces la autosuficiencia petrolera y la independencia económica fueron sinónimas, y muchos planes nacionales estuvieron dirigidos a alcanzarlas. En ese mismo año Richard Nixon propuso crear el Ministerio de Energía y destinó 10.000 millones de dólares para nuevas formas de energía. Y así sucesivamente aparecieron los planes con títulos liberadores más propios de movimientos sociales de países coloniales (7). Donald Trump, negador del cambio climático, también afirmó que el mito de la escasez energética fue producto de los políticos que la usaron para las campañas electorales durante décadas: la solución era el fracking y la posibilidad de extraer petróleo y gas en cualquier lugar del territorio y mar estadounidense. Trump cree que la Independencia Energética no requiere más planes energéticos que solamente sirvieron para que los políticos le digan a la gente que en invierno deben ponerse suéteres y debe desperdigarse dinero en “nuevas fuentes de energía”.

El problema argentino pasa por haberse alejado, con la privatización, de su propia energía barata. Hoy la tiene cara y debe seguir importando, aunque ya nuevamente se pretende que se exporte libremente lo que es escaso y es agotable. Actualmente es cara debido a que es caro el petróleo frackineado, y los subsidios la encarecen porque van dirigidos al aumento de la rentabilidad de las petroleras. Este gravoso petróleo y gas no le permite al país competir en muchos ítems de su producción. La pretendida sustitución, y en parte fracasado plan de reemplazar subsidios por aumento tarifario no ha dado resultado al gobierno nacional. Al revés de Trump, que quiere gasolina propia pero barata (la gasolina estadounidense es ahora mucho más barata que nuestras naftas porque el precio del crudo influye a la alta, pero también a la baja del producto final. Con Vaca Muerta subsidiada sin reparos y sin críticas en los grandes medios, no lograremos que los precios de los derivados del gas natural y del petróleo no incidan negativamente en los de nuestra producción, que queda alejada de competir con muchos bienes de otros países.

Con el objeto de acordar los beneficios de los no convencionales, además de las petroleras, los gremios involucrados que están asociados en la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustible, derivados y afines (CATHEDA), piden una Vaca Muerta con Política de Estado (8).

El sentido de establecer una Política de Estado actualmente en nuestro país no pasa por el autoabastecimiento y por el logro de precios competitivos, sino para impedir la discusión de los niveles salariales acotados, los subsidios a las petroleras y la deshonesta práctica de imponer primero en Vaca Muerta para luego extender a otras actividades los regímenes laborales y condiciones de trabajo. No se trata entonces de tener una política de Estado para todos, sino de un blindaje en beneficio de pocos.

El que fuera Secretario de Energía de Fernando de la Rúa considera que en la Argentina se impone hacer del fracking una política de Estado por ser uno de los cuatro países con desarrollo de este método y porque la extracción va a ganar creciente participación en la “producción doméstica”. Pero Daniel Montamat (9) también afirma que “Las políticas de Estado deben evitar el oportunismo político cortoplacista y focalizarse entonces en el otro componente de la renta de esos recursos: los costos”. O sea que el consejo es no mirar la ganancia subsidiada y bajar los costos, incluidos los laborales.

 

 

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* Alfie, Alejandro, “Debate sobre la actualidad energética y el futuro del sector”, 
Clarín, 16 de diciembre de 2018.

** Barry Ritholtz, “Cómo la crisis financiera creó la revolución del Fracking”, 
(transcripción de la entrevista de A, Ritholtz a Bethany McLean sobre Enron y el Fracking), 
Bloomberg Opinion, 18 de diciembre de 2018.

*** Beldik, Mariano, “Poder y Petróleo”, El Cronista, 20 de diciembre de 2017. 
La referencia es de Sheldon S. Wolin, doctorado en Harvard y profesor de Princenton que falleciera 
en Salem, Oregón, en el año 2013.

 

(1) El instrumento de los subsidios a las petroleras no es tan nuevo como se puede pensar. 
En el estudio de Elizabeth Bast se analizan los subsidios que otorgan los países del G20 
por la extracción de fósiles (crudo, GN y carbón) en millones de dólares estadounidenses:
Rusia (22.812), Estados Unidos (20.491), Australia (5.032), Brasil (4.949), China (3.375), 
Holanda (2.791), Canadá (2.738), la Argentina (2.192), México (1.350), Italia (1.205),
Reino Unido (1.144), Japón(736), Turquía (625), Corea (217), Francia (125), India (103) 
y Sudáfrica (20). Fuente, I4CE, basado en Bast, Elizabeth et al., 2015, 
The fossil fuel bailoutG20 Subsidies for Oil, Gas and Coal, London.

(2) Los responsables que consolidaron la política de subsidios al sector petrolero son 
practicantes de las puertas giratorias. Juan J. Aranguren fue presidente de la filial local de Shell y 
Javier Iguacel vicepresidente de Pluspetrol. El día de los inocentes asumió el nuevo secretario 
de energía Gustavo Lopetegui proveniente de la consultora McKinsey, de la aerolíneas LAN y de 
fábricas propias de queso y dulce de leche.


(3) El decreto se denomina “Programa de estímulo a las inversiones en desarrollo de producción 
de gas natural proveniente de reservorios no convencionales. Cuenca Neuquina”.

(4) Presidencia de la Nación, El estado del Estado. Diagnóstico de la Administración Pública 
en diciembre de 2018, 223 pp,

(5)  Para Martin Fraenkel, presidente de S&P Global Platts, “La seguridad nacional también 
se ha convertido en un factor más fuerte en la política energética. La nueva toma de decisiones 
proteccionistas ha entrado a jugar, aparentemente a expensas de la ganancia económica, 
mientras que la reorganización de la política energética y la producción de EEUU 
ha cambiado los precios de los productos básicos a nivel mundial”, 
S&P Global Platts Insight, Five commodity themes for 2019, Nueva York, diciembre 2018.

(6) Ken, Roberts, “Las 3 historias comerciales más importantes de 2018: Petróleo, China y 
el Brexit, en ese orden”, Forbes, 22 de diciembre de 2018. Dice Ken, fundador de WorldCity 
en 1998 que “En junio de 2018, Estados Unidos exportó un récord de 1.000 millones de dólares 
en petróleo a China, nuestro segundo mercado más grande después de Canadá. En agosto, septiembre 
y octubre el total fue cero. China ha dejado de comprar petróleo estadounidense”.

 (7) Jimmy Carter promulgó la Ley de Seguridad Energética (1980) y luego Bill Clinton propuso crear
 áreas energéticas basadas en las economías renovables, para demostrar al mundo que 
“la independencia energética basada en la energía limpia es posible”. George Bush en 2007 
promulgó la Ley de Independencia y Seguridad energéticas” obligando al uso del etanol en la gasolina. 
Barak Obama introdujo las energías no contaminantes e intentó que Estados Unidos lograra la
 “independencia”. Al llegar D. Trump criticó los planes porque no lograron el autoabastecimiento.

(8) Ver Schmidt, Walter, “Cambiemos y el PJ buscan convertir a Vaca Muerta en una Política de Estado”, 
Clarín, 16 de diciembre de 2018.

(9) Montamat, Daniel, “Una política de Estado para el shale argentino”, El Cronista, 
21 de diciembre de 2018.

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