Las dos caras de Neuquén

La capital provincial se expande mientras da la espalda a los asentamientos populares

 

El gobierno de la ciudad capital de Neuquén y los sectores dominantes avanzan en la (re)construcción de su espacio territorial para garantizar mejores condiciones para la expansión de la matriz de los hidrocarburos a los grupos económicos hegemónicos. Y, al mismo tiempo, esas mejores condiciones garantizarán recursos materiales y políticos al Movimiento Popular Neuquino (MPN), partido de gobierno local, para las próximas elecciones en el principal distrito electoral y en toda la provincia.

Un conjunto de hechos y procesos sugieren que la ciudad de Neuquén será la capital indiscutida de Vaca Muerta, desplazando a la localidad de Añelo, ubicada en el centro geográfico del área geológica de los no convencionales pero sofocada en su crecimiento institucional y de infraestructura de servicios indispensables para anclar población flotante. Esta reconfiguración del espacio territorial supone mayor complejidad para los sectores populares en su demanda por la regularización de los asentamientos informales ya existentes y el acceso a la vivienda y el hábitat, ya que los grupos trasnacionales de los hidrocarburos pasaron a ser jugadores visibles del mercado del suelo urbano.

Este nuevo escenario se plasmó en los últimos meses, al ritmo de las exigencias de los capitales de los hidrocarburos en la post-pandemia del Covid 19, de la crisis energética desatada con la guerra Rusia-Ucrania y la política norteamericana frente a la presencia de China en América del Sur, entre otros factores que se articulan con políticas del gobierno nacional y de los gobiernos provinciales de Río Negro y Neuquén, especialmente. El gobernador Omar Gutiérrez calificó de nueva ciudad para la nueva agenda verde y renovable a la que surgirá con la ampliación del ejido. Por su parte, el presidente de la Legislatura Marcos Koopmann extendió el horizonte de crecimiento “equilibrado, con sustentabilidad ambiental” hasta 2050.

No lo dijo en voz alta, pero Mariano Gaido (MPN) se aseguró recursos para obra pública suficientes para aspirar a un segundo mandato como intendente de la capital, plataforma para su proyección provincial y un futuro recambio en la Casa de Gobierno.

 

Ley de leyes

La ampliación del ejido municipal de la capital provincial no se compara a otras similares, enfatizó Gutiérrez cuando se sancionó la norma en abril. Algunas de esas singularidades están en que:

  • El gobierno provincial transfirió a la ciudad capital 8.000 hectáreas atravesadas por la nueva ruta 67, la llamada ruta del petróleo. Allí se proyectan obras de infraestructura para población permanente y servicios a menor distancia de Añelo, y óptimas condiciones de conectividad vial que reducirán el tiempo de traslado entre ambos puntos.
  • Los términos de las condiciones de transferencia de jurisdicción (artículos 6 y 7) protegen beneficios fiscales y de seguridad industrial a las petroleras propios del área rural.
  • La ley 3.332 de ampliación del ejido municipal de la capital valorizó, por sí sola, las tierras donde algunas operadoras son propietarias del suelo, así como un buen número del empresariado y prestadoras de servicios ligados a las dirigencias políticas domésticas.
  • Un nuevo parque industrial con más de 1.000 empresas con acceso directo a una nueva ruta provincial, un polo tecnológico, superficie para 8.000 viviendas con servicios y un parque de energía solar, son algunos de los proyectos para el sector de la ampliación del ejido municipal que anticipó el gobierno municipal.
  • En el nuevo parque industrial juegan en posición adelantada los adjudicatarios de tierras rematadas a bajísimo costo en 2016, mecanismo de transferencia de tierras pública a bajo precio que describimos en julio del año pasado.

Esta recomposición local se articula y fortalece con decisiones empresarias y del gobierno central, tales como:

 

Tierra, siempre tierra

La semana pasada el Ejecutivo transfirió 50 hectáreas al municipio de Senillosa para que se regularice la situación dominial de 24 familias de productores agropecuarios. Consiguieron el decreto después de 21 años de reclamos, recordó la jefa comunal en acto público.

70 años acumula el pedido de regularización de los ocupantes del asentamiento Valentina Norte en Neuquén capital. En este caso, no alcanza con un decreto del Ejecutivo sino que se necesita una ley provincial de expropiación. El proceso de este asentamiento popular, tan largo como sinuoso, empalidece ante el trámite express de la ley de ampliación del ejido que presentó Gaido en marzo y en menos de un mes logró la ley.

En setiembre del año pasado, por unanimidad, el Concejo Deliberante de la capital declaró de utilidad pública 14 fracciones propiedad de una sucesión familiar que no hizo nunca ocupación efectiva del lugar, que está incluido en el plan del Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP). En abril de este año, Gaido presentó ante la Legislatura el proyecto para que se disponga la expropiación de esas tierras. El último mes, cientos de vecinos reclamaron a la Legislatura conocer el estado de avance en comisiones del proyecto que beneficiará a 1.200 familias, según afirmaron en la nota firmada como Vecinxs Autoconvocados Valentina Norte Rural. Un sector del asentamiento se identifica como Los Hornos, por los antiguos hornos de ladrillos. Aquella industria artesanal cedió ante el inicio de la actividad petrolera por parte de la antigua YPF en los ‘60.

 

Asentamiento Valentina Norte. Foto Martín Barzilai.

 

Los fundamentos de la ordenanza y del pedido de expropiación se nutrieron de trabajos de un equipo de investigadores de la Universidad del Comahue; el titulado “Analizando las desigualdades sociales en Neuquén. El caso del asentamiento Los Hornos” fue escrito en colaboración por Carolina Gallardo, Laura Lamfre y Joaquin Perren. En otros trabajos analizan cómo los sectores populares se fueron asentando hacia el norte y el oeste, y los de más altos ingresos en el sur y el este, a la vera de los ríos Neuquén y Limay, en el triángulo de su confluencia. El norte es la barda de suelos difíciles, fuertes vientos, poco agua.

La ley de expropiación tiene que ordenar, resolver tardíamente, muchísimo más que la propiedad del suelo, imprescindible para el acceso a los servicios públicos esenciales. Allí conviven en la más absoluta desigualdad familias provenientes de otros barrios neuquinos hacinados –San Lorenzo y Villa Ceferino, precisó Gallardo– con Pluspetrol SA, que en la vida cotidiana resuelve muchas de las demandas que no atiende el Estado. El Estado municipal transfirió formalmente ese rol al capital privado por un convenio firmado en 2010, que después fue homologado por una ordenanza que incluyó un plan de obras. Por su parte, la provincia se replegó y la escuela funcionó por décadas en un tráiler de la empresa, que contrató especialistas para la salita de salud barrial.

La documentación no describe la experiencia diaria de esa convivencia. “El pozo es un vecino más”, sintetizó un poblador para la serie documental Territorio Crudo, que publicó el Observatorio Petrolero Sur en 2015. “Nunca pudimos probar la contaminación”, aspecto filoso de esa convivencia que ni se menciona en los documentos oficiales.

Gallardo es trabajadora social y docente de la Facultad de Ciencias del Ambiente y la Salud de la Universidad Nacional del Comahue. Entre 2014 y 2017 recorrió Valentina Norte para una investigación que ponía el foco en los riesgos para la salud que supone vivir en medio de una explotación de hidrocarburos. Ahora se prepara para defender su tesis de doctorado “Determinantes sociales y ambientales de salud en el área periurbana de Neuquén”.

El tratamiento político institucional tan diferente entre la ampliación del ejido urbano de la ciudad y la postergación sistemática de la resolución de 170 hectáreas del ejido (que ahora tiene algo más de 20.000) habla de las relaciones de poder construidas en ese espacio territorial por el capital privado, el Estado provincial, el Estado municipal, la organización vecinal de base y las familias del lugar.

Los vecinos no tienen gas natural viviendo sobre un yacimiento; toman agua de red que la empresa no consume, lo que les permite suponer que está contaminada. El pozo está lejos pero el caño que conecta la perforación pasa por la vereda.

El gobernador dijo que las tierras de la ampliación son para concretar una agenda verde de energías limpias. Faltó preguntarle si esa agenda incluirá a los 51 asentamientos irregulares que existen hoy en la capital. O, al menos, Valentina Norte.

 

 

 

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