San Martín tiene sed de paz. La última nota que hicimos cerraba anunciando dos muertes: una mujer del lado de Tres de Febrero y Ángel Aguirre, alias “Pepe”, en Carcova, el 2 de diciembre. La mujer resultó ser la Peque. Su muerte se enmarca en el modo particular que encarna la violencia de género en el mundo transa. Una forma que reconocemos a través del trabajo de un dispositivo territorial popular, el Kuña Guapa. Este dispositivo diagnosticó las dificultades del sistema de salud para interpretar este problema social: el narcotráfico en San Martín.
Parte del mismo problema son los tiros que quedan impregnados en los autos que se estacionan en la villa 9 de Julio (vean las fotos) y el dulce sonido de la guerra entre dos facciones de La Carcova (escuchen los audios). El lunes 22, debajo del puente de Suárez, la Iglesia, los familiares de las víctimas y las organizaciones sociales se reunirán para orar por paz y justicia en los barrios.
Para cerrar la nota, actualizamos el listado de víctimas fatales, con nuevas muertes. Tres más llegaron a nuestra improvisada redacción, reflejando situaciones distintas que son resultado de un mismo problema: el narcotráfico en San Martín. Valentín Bosa (18) el 13 de julio de este año, Gabriel Langlioco (21) de barrio Sarmiento el 29 de julio también de este año y Héctor Mena, de 38 años, el 16 de diciembre.
Pepe, presente
A la izquierda de la foto, sin remera, Miguel Ángel Aguirre, alias Pepe. Asesinado el 2 de diciembre de este año por un policía federal en el barrio La Carcova. El abogado que representó a las víctimas de la masacre de Carcova, Federico Efrón, por el CELS, también lo recuerda y reconoce su rol en la búsqueda de justicia como “un testigo clave”.
La Peque de la Pegamil también merece justicia
La mujer, que apareció sin signos vitales en Loma Hermosa el pasado 2 de diciembre, tenía 27 años y estaba envuelta en una sábana ensangrentada. Vivía en situación de calle a causa del consumo, y rondaba una villa muy pequeña y muy cerca del barrio donde creció: La Pegamil. Ese es el nombre de un barrio de dos pasillos y muy pocas casas, que no está registrado en el ReNaBaP, porque los soldaditos nunca dejaron entrar a los censistas.
A La Peque la descartaron en las intersecciones de Uspallata y Catamarca, en la localidad de Remedios de Escalada, partido de Tres de Febrero. Un grupo de vecinas la encontró y le hicieron señas a un patrullero que pasaba por ahí, con dos oficiales femeninas a bordo.
Estaba vestida con jeans y zapatillas Nike, y una musculosa blanca. En su cuerpo eran visibles un disparo en la cabeza, las marcas de ataduras, de golpes y la sangre. Su nombre, Noemi Yanet González, alias la Peque, una piba joven del barrio Libertador de San Martín, que había salido en libertad el 18 de junio de este año, después de un año y siete meses de prisión efectiva por un robo agravado por “efracción” (fracturar a la víctima).
La investigación y los vecinos hablan de una venganza entre transas/consumidores. La violencia de género atraviesa este hecho, porque nos vuelve a señalar, como el triple crimen de Florencio Varela, cuál es el lugar que ocupan las mujeres en el mundo transa y del consumo. Arden en la memoria los femicidios de Araceli Fulles y Melina Romero, cuyos cuerpos fueron encontrados/descartados en el área Reconquista, a menos de 20 cuadras de donde fue hallado el de “la Peque”.
La Pegamil está rodeada por grandes galpones industriales y comerciales que dan a una de las arterias principales de la zona, la avenida Juan Manuel de Rosas. Sobre una calle perpendicular, Los Olivos, se montan ranchadas que dan cuenta de la gran actividad comercial de la Pegamil. Es una cuadra de ranchadas con personas en situación de consumo, a plena luz del día y a la vista de todos.
Esto es así hace años, tanto que puede verse desde el Google Maps ranchadas, personas consumiendo y hasta vecinos que pasan mirando. Desde Street View podés ver cómo estaba Los Olivos entre Av. Juan Manuel de Rosas y El Clavel en octubre de este año.
Hoy está peor. La Justicia, el Estado y los canales institucionales que el liberalismo aún no destruyó deben transformarse a sí mismos. No es una cuestión que se resuelva simplemente sumando voluntades. Pero hay una realidad efectiva, y la única verdad es la realidad. Con eso no podemos enojarnos.
Kuña Guapa y los rastros del narcotráfico en el sistema de salud
A una cuadra y media de la Pegamil, por la calle Rivadavia, funcionó varios años un dispositivo de acompañamiento a mujeres e identidades femeninas con problemas de consumo. El Kuña Guapa (mujer trabajadora en guaraní) surgió justamente después del femicidio de Araceli Fulles. Tres años antes había sido el de Melina Romero, y ambos interpelaron a la militancia feminista y popular del territorio.
El Kuña Guapa fue creado para dar respuestas a este tipo de problemas y fue un ejemplo de gestión de la salud mental para personas en situación de consumo. Se gestó en el 2017 y fue creciendo. Formó un equipo interdisciplinario para abordar problemas de consumo, violencia y hasta reinserción laboral de mujeres, lesbianas, travestis y trans. Tan bien funcionó que de allí nació La Marabunta, la única casa convivencial de internación que existe en San Martín para mujeres, lesbianas, travestis y trans.
La Sedronar (Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina) congeló las partidas presupuestarias durante dos años y se decidió mudar el dispositivo a un lugar donde no pagar el alquiler. Si bien esto atentó contra la inserción social de la experiencia y afectó su capacidad de llegada a la comunidad más afectada, se sigue sosteniendo el espacio de trabajo de profesionales y operadoras con experiencia, que se sostienen en la autogestión y en el apoyo de la Dirección de Salud Mental de la provincia de Buenos Aires.
Compartimos dos de los informes digitalizados del Kuña Guapa y la Casa Comunitaria Convivencial La Marabunta.
Y también algunas reflexiones ligadas a la práctica: el viernes 5 a la noche, una de las chicas que está en el espacio terapéutico tuvo su salida pautada y cuando volvió, al horario convenido, comenzó a convulsionar. Fue estabilizada en el Hospital Municipal Diego Thompson, donde otros pacientes, también consumidores, presentaban los mismos síntomas. Los efectos del narcotráfico en San Martín también dejan huellas en el sistema de salud. Heridos de arma de fuego, de arma blanca y problemas de salud provocados por el consumo de sustancias químicas muy peligrosas, usadas por las organizaciones narco para “estirar” el producto. ¿Alguien conoce la fórmula del Tusi?
Según trabajadores del hospital, estas situaciones se repiten semanalmente. La cocaína adulterada que se hizo famosa por la muerte de 24 personas en febrero del 2022 es un fenómeno que se sigue dando en pequeña escala o con otros síntomas, quizás sin llegar a la muerte. La ambulancia llegó a los 50 minutos: es un dato objetivo.
La música de Carcova
A nosotros nos gusta mucho la música que escucha Horacio mientras hace sus editoriales; nos parece un gran recurso. Muchos vecinos nos envían audios y videos de situaciones. Estas semanas en Carcova, luego de que un policía asesinara a Pepe, testigo clave del juicio por la Masacre de Carcova, se está dando una pelea entre dos bandas de transas del barrio: el gordo Pei vs. La Cocó (su prima). Un poco en broma, un poco en serio, esta es la música que suena cada vez que escribimos estas notas.
Carcova, viernes 13 de diciembre. Serenata para dormir infancias
Carcova, miércoles 10 de diciembre: La cumbia de la democracia
Estacionamiento medido
El sábado pasado, un auto que se estacionó junto al mío, al salir, me chocó un poquito. Bajé y empezamos a evaluar la situación: se había roto el farol delantero de su auto, y el mío no presentaba más que un raspón. Cuando miré bien, su auto presentaba impactos de bala, muchos, por todos los costados.
La persona al volante era muy amable y, como no me intimidó en lo más absoluto, le pregunté.
—¿Qué significa todo esto? —dije, señalando los agujeros.
—Es porque estaciono en el medio de La nueve —respondió, y se empezó a reír (por no llorar, calculo). Agregó que el seguro no le reconocía nada y que no le alcanzaba para repararlos. Eran muchos. Contamos trece impactos; relató que fueron recibidos en distintos días y que ya se acostumbró. Su técnica para sobrevivir es no salir a la calle hasta el día siguiente.

La villa 9 de Julio queda en la localidad de Villa Ballester, San Martín. Es un barrio muy conocido por ser cuna de grandes narcos como el Rengo Pacheco, sobre quien ya hablamos aquí, detenido por la venta de drogas y con un patrimonio de 400 millones en bienes, 17 autos, 14 viviendas y tres sociedades comerciales. El barrio se caracteriza por la violencia, la intervención policial y judicial, el abandono de las instituciones y, de nuevo, la violencia. Así como si fuera el ciclo de la vida, en un barrio de apenas dos manzanas y media, con problemas de cloacas y agua, pasillos encharcados y casas precarias donde la gente se fue acostumbrando.
Calcular “el medio del barrio” es relativo, porque hay varios pasillos, pero existe una sola calle que lo cruza, la 26 de julio. Tengan cuidado al estacionar.
Paz y justicia en nuestros barrios
El lunes 22 de diciembre, la Diócesis de San Martín junto con las parroquias de los barrios populares convocan a una reunión bajo el puente de Suárez para orar por la paz y la justicia en los barrios de la zona. No es casualidad la elección de la fecha y del lugar.
En la charla sobre bienes restituidos al narcotráfico que se llevó a cabo en la UNSAM, Néstor, el tío de Sebastián Carrillo, tomó la palabra y dijo que el Estado se mueve a un ritmo muy lento, que no hay cómo reparar la pérdida que su familia sufre y que esta Navidad habrá una silla vacía en su casa. “El único consuelo posible es que esto no pase más”, concluyó.
Fueron tres meses de insistir al municipio y a la provincia, proponer actividades en torno a la paz en el barrio Independencia. Ante un Estado perezoso, de la mano de la Iglesia surge este encuentro por paz y justicia, como iniciativa de las familias de las víctimas. Bajo el puente de José León Suárez nos encontraremos organizaciones sociales y vecinos, porque no nos acostumbramos a vivir entre balaceras y violencias.
Para no ser injustos, vale aclarar que el Ministerio de Seguridad de la provincia actuó muy activamente hasta hace un mes: participó de las reuniones con todos los actores locales, garantiza la única presencia estatal en el barrio a través de la policía bonaerense, con la UTOI.
También por decisión de la provincia las comisarías fueron intervenidas, todo su personal fue removido, pero los problemas del barrio siguen. No es suficiente. Nosotros proponemos que la Comisaría 4.ª de Suárez se cierre, y construir allí un espacio para la comunidad, con cultura, deporte y prestaciones sociales, es decir, lo que se necesita en la zona. Queremos también que se creen nuevas comisarías o postas de seguridad policial y ciudadana. En reemplazo de esa comisaría, teniendo en cuenta el crecimiento demográfico de la zona, calculamos que hace falta construir cuatro comisarías, mejor distribuidas en el territorio, dentro de los barrios.
Además, es notoria la falta de presencia estatal en los accesos del Camino del Buen Ayre, en San Martín solo hay dos y un tercero cerca en Tres de Febrero. Se necesitan más controles, mejores accesos e iluminación. También es indispensable construir un entorno seguro y limpio; por ejemplo, la calle San Martín del barrio Independencia tiene que ser liberada de autos robados/abandonados y montañas de escombros que obstruyen el paso.
Este tipo de presencia estatal y de cuidados ciudadanos acordes al siglo XXI son fundamentales para construir una “prevención situacional” de los delitos y las violencias. La ausencia del Estado tiene mucha presencia: se mide en oscuridad, mugre, desechos prendidos fuego, crímenes impunes, historias plebeyas que circulan deformadas.
Claro que tenemos críticas (constructivas) y demandas (ante problemáticas sociales muy arraigadas), y las acompañamos con ideas y propuestas. No mendigamos recursos, somos un recurso. Las organizaciones estamos en el territorio, en los barrios donde el Estado no entra o llega solo a los tiros.
Víctimas en San Martín
Este listado fue confeccionado sin mucha precisión en el marco de la marcha por el asesinato de Sebastián Carrillo el 14 de septiembre de este año. Queríamos traer a esa marcha otras víctimas que entendemos responden al resultado de la violencia narco. Con el tiempo fuimos sumando datos que nos llegaban por distintos medios y los pudimos ir chequeando, con mucho trabajo de producción. Es una lista seguramente incompleta, pero grafica la densidad del problema que arrastramos hace años en nuestro territorio. Es una invitación para investigar y desarrollar estrategias de intervención.
- Gabriel Omar Sarandón, 45 años, 24 de abril de 2025, La 9 de julio
- Ricardo Jesús Mansilla, 14 de junio de 2025, Catanga
- Valentín Bosa, 18 años, 13 de julio de 2025, Libertador
- Martín Alejandro Sayes, 31 años, 21 de julio 2025, Carcova
- Gabriel Alejandro Langlioco, 21 años, 29 de julio de 2025, barrio Sarmiento
- Alejandro David Aguirre, 30 años, 15 de agosto de 2025, Catanga
- Sebastián Carrillo, 27 años, 14 de septiembre de 2025, Independencia
- Guillermo Gabriel Otazua, 39 años, 8 de octubre de 2025, Tropezón
- Lautaro Uriel Benitez, 17 años, 12 de octubre de 2025, Independencia
- Maximiliano Godoy, 19 años, 21 de octubre de 2025, Independencia
- Alejandro Romero, 20 años, 25 de octubre de 2025, Carcova
- Joel Navarro, 1 de noviembre de 2025, El 18
- Cesar Zsadura, 31 años, 25 de abril, Villa Hidalgo.
- Federico Ávalos, 32 años, 13 de noviembre de 2025, Villa Hidalgo
- José Augusto Díaz, 45 años, Villa Sarmiento Chica
- Noemí Yanet “La Peque” González, 2 de diciembre de 2025, Pegamil Liberador
- Ángel “Pepe” Aguirre, 2 de diciembre de 2025, Carcova
- Héctor Mena, 23 años, 16 de diciembre de 2025, El 18
En todas estas casas, habrá una silla vacía en Navidad.

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