LOBOS SUELTOS

Azúcar adulterada en bolsones del Servicio Alimentario Escolar

 

Una denuncia formulada en la ciudad de Lobos por el secretario general adjunto de SUTEBA, Francisco Medina, por azúcar adulterada en los bolsones del Servicio Alimentario Escolar (SAE), derivó en allanamientos en cuatro escuelas. El juez Silvio Canosa comprobó que quien la proveía a los ganadores de la licitación no contaba con la habilitación para el fraccionamiento. El azúcar era envasada en una bolsa de harina con un etiquetado manual y el envoltorio no cumplía con ningún parámetro del Código Alimentario Nacional. Como fecha de envasado figuraba noviembre pese a que el secuestro fue a fines de octubre. Se imputó por la infracción en la distribución a los dos proveedores del Consejo Escolar, Guillermo Arijo y Carlos Delia, quienes le compraron el azúcar a Norberto Moscoloni, que se las vendía a 40 pesos el kilo mientras los proveedores la comercializaban al Consejo a 68 pesos.

 

La etiqueta de “AZÚCAR”, sobre la leyenda original.

 

Desde el Juzgado de Faltas se enviaron muestras al laboratorio del Instituto Nacional de Alimentos (INAL) de la Administración Nacional de Medicamentos y Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Los resultados estarán en próximos días. El juez ordenó la clausura preventiva de la planta fraccionadora y de las máquinas tanto para azúcar como para harina por no tener la habilitación correspondiente. Como si se tratara del personaje de Diego Capusotto, Juan Domingo Perdón, Moscoloni apareció en medios locales confesando la adulteración y a modo de justificación dijo que le agregó azúcar impalpable porque no le gustó el color que tenía. Agregó que recién había presentado los protocolos de envase. “Mi mujer me dijo: ‘no hagas eso’, y el tano lo hizo”, dijo hablando de sí mismo en tercera persona.

 

 

 

 

 

Desprolijo

La responsabilidad absoluta que asumió ante los medios la compartió en sede judicial con la presidenta del Consejo Escolar. Moscoloni declaró que no estaba en condiciones de entregar el azúcar porque no poseía las bolsas correspondientes y que se lo manifestó a la presidenta del Consejo, Marcela Caronni, quien le respondió que era necesario que se lo entregara porque el reparto de módulos (bolsones) comenzaba esa semana. Entonces le llevó una muestra de un paquete de harina de su marca con una etiqueta que decía “Azúcar” pegada sobre la leyenda “Harina”. Caronni le dijo que era un tanto desprolijo pero que necesitaba el producto sí o sí y que para el mes siguiente solucionara el problema, relató.

Quien advirtió la etiqueta superpuesta y el estado del producto que se repartía en las escuelas porque estaba en una de ellas preparando los bolsones fue Mariana Cosso, consejera por el radicalismo. Cosso consultó a quien está a cargo del Servicio Alimentario Escolar, el consejero y tesorero Fabio Natale, a quien envió una foto del producto porque las bolsas se abrían. La decisión de las autoridades del Consejo Escolar fue advertir en un grupo propio de WhatsApp para frenar la entrega porque contenía harina. Algunos beneficiarios del SAE se quejaron ante los directivos. Por eso la denuncia de Medina, de SUTEBA, llegó antes que la de los consejeros.

El Consejo Escolar de Lobos no es transparente ni con sus propios integrantes. Cinco de sus seis consejeros son de Juntos por el Cambio de Lobos, alianza compuesta por la Unión Vecinal Conservadora y el radicalismo. La primera es la que tiene el sello del PRO en su bolsillo en el distrito. El radicalismo se queja por haber quedado relegado en la participación. Tanto la radical Cosso como la consejera del Frente de Todos, Guillermina Gaitón, dicen no contar con la información en forma transparente por parte de sus pares: la presidenta Caronni, el vicepresidente Santiago Castaño, el tesorero Natale y la secretaria Verónica Merlotti.

La consejera radical ya había advertido sobre los altos precios que se pagaban a proveedores del SAE por naranjas. “En septiembre prorrogaron la contratación de agosto a los mismos proveedores que habían ganado pero en ese momento la provincia de Buenos Aires aumentó 80 pesos el módulo alimentario, entonces decidieron, sin consultar, incorporar naranjas al bolsón. Tres proveedores la cotizaron a 70 pesos el kilo y otro proveedor a 50 pesos”, cuenta Cosso en diálogo con El Cohete a la Luna. “Me enteré prácticamente cuando ya lo habían contratado y me sorprendió mucho ya que en las verdulerías y mercados el precio oscilaba entre 40 y 45 pesos. Llamé a un mayorista de frutas y verduras para consultarle cuanto cotizaría el kilo de naranjas en una contratación de 8.200 kilos mensuales y me pasó 40 pesos”.

Tras la denuncia de SUTEBA las consejeras Cosso y Gaitón se presentaron ante el Juzgado de Faltas para hacer lo propio. También se acercaron los demás consejeros de Juntos por el Cambio cuando el juez ya se encontraba allanando las escuelas. Fue un acto reflejo de las autoridades del Consejo Escolar, para no quedar tan expuestos ante el escándalo luego de que Moscoloni contara que le había advertido a su presidenta que no tenía las bolsas correspondientes y le mostrara el precario envasado. Ese día el SAE tenía que distribuir 1.000 módulos en la zona norte y este de las escuelas del distrito y llegó a distribuir 700. El resto se frenó.

El papel de Juan Domingo Perdón que asumió Moscoloni no alcanza para compensar la comprobada falta de habilitación municipal del comercio, el expendio y distribución de alimentos sin las condiciones bromatológicas exigibles, sin la aprobación correspondiente, carentes del rótulo reglamentario y adulterados. En 2016 se descubrió en el Consejo Escolar que Moscoloni entregaba menos pan que el que debía como proveedor. Cuando los directores de escuelas se quejaron porque el pan no alcanzaba, la decisión del Consejo fue comprar un par de balanzas, ponerlas en las escuelas y pesar el pan de Moscoloni. Así detectaron que si tenía que entregar 6 kilos entregaba 4,5. Los directivos comenzaron a labrar actas, se hizo un seguimiento durante quince días y resolvieron no pagarle lo acordado.

El miércoles por la mañana se llevó adelante en el Consejo Escolar de Lobos una auditoría de la Dirección General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires. Los auditores se llevaron información de todas las contrataciones que se hicieron este año para el SAE. Es posible que comiencen a implementarse controles para que los lobos en Lobos no sigan haciendo negocios ni perreando mercadería de la casa de los más vulnerables.

 

 

 

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