Los cristofascismos

Brasil, Bolivia y la urgencia de repensar las estrategias territoriales

 

¿Por qué hay una parte de la sociedad civil que fue beneficiada por las políticas de Evo, que salió de la pobreza, que creció en términos de bienestar y que contiene una conformación indígena, y que sin embargo no lo acompaña y juega a favor de la oligarquía? Esta misma pregunta nos la hemos realizado en la Argentina, Brasil y otros países de la región. Comprendimos que el bienestar material y la inclusión de estos sectores no implican una conciencia de sus derechos, ni una conciencia de las políticas públicas. Consideramos que hubiera sido necesaria una reforma constitucional, como en Bolivia, Ecuador y Venezuela para acentuar dichos procesos. Pero en Bolivia, a diferencia de los demás países nombrados, no sólo tiene un estado plurinacional, con una forma de Estado propia, sino que además ha mantenido la tasa de crecimiento más alta de la región, y su amplia población indígena es reconocida en su diversidad y alteridad. Comprendemos en esta situación la intervención de Estados Unidos, la OEA y los intereses de la oligarquía; pero quiero ir a otro punto, a la construcción de la subjetividad de esos sujetos que se vieron beneficiados con dichas políticas y hoy acompañan a la derecha.

 

Territorios evangelistas y la Teología de la Prosperidad

 

—¿Usted mejoró su bienestar durante el gobierno de Lula y Dilma?

— Sí —responde un miembro de una favela.

—¿A quién debe ese bienestar que obtuvo?

—Gracias a Dios.

(Diálogo reconstruido de un militante del PT en una favela, haciendo campaña a favor de Haddad y contra Bolsonaro.)

 

El golpe de Estado de Brasil a Dilma y el golpe a Evo tienen un carácter religioso evangélico importante entre los miembros que han orquestado dichos golpes, así como también en las fuerzas militares y en los civiles que los acompañan. Este sesgo religioso es un cristianismo neopentecostal en su mayor parte, pero también evangélico y católico integrista. La teoría que sustenta estas prácticas es denominada Teología de la Prosperidad: su núcleo “es la convicción de que Dios quiere que sus fieles tengan una vida próspera, es decir, que sean económicamente ricos, físicamente sanos e individualmente felices” (Spadaro S.I, Antonio y Figueroa, Marcelo, “Teología de la Prosperidad” en,  https://www.civiltacattolica-ib.com/teologia-de-la-prosper…/). La fe, mi creencia, es un valor de cambio en pos de mis beneficios individuales; siendo, por el contrario, mis padecimientos equivalentes a mi falta de fe. Mi pobreza material, mis dolores, mis enfermedades son una especie de demonio en mi cuerpo que provoca esos dolores. Esta teología implica la disociación del sujeto de los entramados sociales y estructurales ya que el beneficio y padecimiento no se debe a cuestiones colectivas sino a una cuestión individual.

La traducción de un beneficio o un crecimiento en su bienestar material se la atribuye a Dios, no a las políticas públicas realizadas durante todos estos años. El ejemplo construido lo podemos trasladar a cualquier país de la región. El punto de quiebre es cuando los derechos que el Estado reconoce y garantiza no son asimilados como tales, sino como una bendición del Espíritu Santo por la fe y la conducta del creyente.

La conducta de los creyentes también implica un factor fundamental. ¿O acaso no llama la atención cómo sucede que una persona que está desordenada, reprimida, angustiada por su realidad material (desempleo, enfermedad, deudas, etc.) pasa a ser un sujeto ordenado, preciso, obediente que religiosamente te toca el timbre a las 8 de la mañana de un domingo, participa de la Iglesia durante la semana y siempre se encuentra limpio y pulcro? En las Iglesias pentecostales encuentran espacios de contención frente a la realidad dolorosa que padecen (realidad material producida por las políticas neoliberales), pero que se sacia por el entramado económico y el sustento que pueden brindar las mismas iglesias. También al encontrarse en barrios, villas y favelas, en todo momento ocupan el lugar que antes era de los párrocos. Frente a las adversidades que sufren las personas carenciadas, encuentran asilo en lxs pastorxs que están a disposición las 24 horas; en cambio, las Iglesias Católicas, al carecer de sacerdotes, no pueden ocupar el mismo territorio ni contener a la comunidad de la misma manera.

La teóloga ecofeminista Nancy Cardoso denomina a estos fenómenos "cristofascismos", que exaltan el orden militar, de Dios y de la Patria (Cardoso, Nancy “Con la teóloga ecofeminista Nancy Cardoso: el surgimiento del “cristofascismo” en Brasil”, en  https://ladiaria.com.uy/…/con-la-teologa-ecofeminista-nanc…/). Dichos espacios se presentan como misóginos, machistas, racistas, homofóbicos, remarcando la figura de la familia europea y demarcando un enemigo interno que atenta contra el orden y los valores: en Brasil, el movimiento feminista y el LGBTI; en Bolivia, los Pueblos Originarios. Estos espacios logran canalizar a la oposición y los malestares contra los gobiernos populares, transformando la arena de lo político en guerras santas a favor del Dios y la Patria, cuando no pueden llegar a través de las estructuras democráticas. En esto hay que destacar los Documentos de Santa Fe, desclasificados de la CIA a pedido de Ronald Reagan, que analizan la coyuntura de América Latina para alentar las acciones por parte de Estados Unidos en la región para impedir el avance del comunismo. En ellos se destaca el lugar de la Iglesias y cómo juegan el rol de poleas de transmisión del pensamiento comunista con la Teología de la Liberación y la lucha cultural:

“La política exterior de Estados Unidos debe empezar a contrarrestar (no a reaccionar en contra) la Teología de la Liberación, tal como es utilizada en América Latina por el clero a ella vinculado".

"El papel de la iglesia en América Latina es vital para el concepto de libertad política. Desafortunadamente, las fuerzas marxistas-leninistas han utilizado a la iglesia católica como un arma política en contra de la propiedad privada y del capitalismo productivo, infiltrando la comunidad religiosa con ideas que son menos cristianas que comunistas”. (Documento de Santa Fe I, en http://www.offnews.info/downloads/santafe1.PDF)

Para el Imperio siempre ha quedado claro el lugar de la religiosidad popular que guarda Latinoamérica. ¿No será el lugar que ocupa la Teología de la Prosperidad el resultado de una estrategia del imperio para obturar los espacios de organización comunitaria que se daban con las Iglesias católicas que fomentaban la liberación de los pueblos del mercado?

 

 

(Re)pensar el territorio y las estrategias

Una de las acciones centrales frente a esta coyuntura la ha desplegado el Papa Francisco, llamando al Sínodo de la Amazonia (finalizado el 27 de octubre de 2019), donde se presenta una Iglesia con rostro amazónico, en defensa de las comunidades indígenas y contra el extractivismo (Documento Final Asamblea Especial para la Región Panamazónica, en http://www.sinodoamazonico.va/…/documento-final-de-la-asamb…). Además, en dicho documento se propone la apertura a la ordenación de hombres casados, el diaconado femenino y la creación del Ministerio de la mujer dirigente de la comunidad, como estrategias de despliegue de la Iglesia Católica en los territorios, a falta de vocaciones sacerdotales, para combatir el avance de la teología de la prosperidad en la comunidad.

Respecto a la Argentina, aunque hay autores como Marcos Carbonelli (CEIL CONICET) que sostienen que no es posible que puedan surgir situaciones como la de Brasil (Carbonelli, Marcos, “Todo poderosos”, en https://revistamestiza.unaj.edu.ar/todopoderosos/) o la de Bolivia, porque el campo de lo político es ocupado por dos fuerzas y movimientos históricos que suman más de 200 años de historia (Peronismo y Radicalismo), las Iglesias neopentecostales se han desplegado en estos años en el territorio. Como bien lo expresa la Segunda Encuesta Nacional Sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina (CEIL-CONICET), en http://www.ceil-conicet.gov.ar/wp-content/uploads/2019/11/ii25-2encuestacreencias.pdf,  los católicos se han reducido en la actualidad a un 62,9% de un 76.5% en 2008 y los evangelistas han pasado de un 9% a 15,3%. También puede verse el despliegue en los canales de televisión y radios y el vínculo que han mantenido con el gobierno de Cambiemos: Vidal participó del evento "Argentina Oramos por Vos", Rodríguez Larreta armo una misa evangélica para cadetes de la policía porteña, Macri fue bendecido por los pastores durante las campañas presidenciales; entre otras tantas acciones que también tuvieron participación de dirigentes peronistas.

Teniendo en cuenta que el campo nacional y popular va a retomar los resortes del Estado acá en Argentina, hay dos cuestiones centrales. Por un lado, ¿cómo es la conformación subjetiva de nuestras Fuerzas Armadas? Estos cuatro años no fueron gratuitos. Debe pensarse y sospecharse de la conformación de nuestras Fuerzas Armadas y de seguridad, que resguardan una religiosidad popular, sumado a la gestión política fascista de Patricia Bullrich como representante de las embajadas de Estados Unidos e Israel, se vuelven un posible germen de cristofascismo.

Por otro lado, con respecto a la militancia territorial y la gestión como Estado, ¿somos capaces de obturar la construcción subjetiva que promueven la Teología de la Prosperidad en los territorios con una lógica individual y mercantilista, y generar, acompañar, proponer y crear espacios y lugares de encuentro comunitarios, colectivos y críticos?

Estas son preguntas que debemos hacernos y tenerlas presentes a la hora de pensar nuestras acciones como militantes territoriales, técnicos e intelectuales orgánicos, con la intención de transformar una subjetividad neoliberal en una comunitaria, solidaria, antiimperial y descolonial; de otro modo nos encontraremos con la misma situación, en la que individuos que piensan que el pago de sus deudas, la baja de las tarifas de los servicios, su crecimiento económico, su exitosa operación contra alguna enfermedad es la bendición de Dios y no las políticas públicas que volveremos a reactivar. Sólo así, verdaderamente, podremos decir: “Neoliberalismo nunca más” y seremos capaces de enterrar a este sistema que solo oferta muerte y destrucción como futuro.

 

 

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