Los viajes de Waldo Wolff

Un lobo con piel de cordero en aprietos.

En la primera semana de diciembre Waldo Wolff viajó a los territorios ocupados por parte de Israel en Palestina. En esa ocasión el diputado de Frente por el Cambio refrendó un documento público de aval a la colonización instrumentada por el gobierno de Netanyahu, cuestionada tanto por el  derecho internacional público como por la cancillería argentina. Dicho posicionamiento crítico a la postura anexionista no cambió siquiera durante los últimos 4 años, de “relaciones carnales” con Washington y Tel Aviv.

Durante su periplo, el ex vicepresidente de la DAIA, participó en actividades junto al venezolano  Julio Borges, autoproclamado ministro de Relaciones Exteriores del gobierno virtual de Juan Guaidó. Ambos impugnaron la decisión de la Unión Europea, que se niega desde noviembre de 2015 a importar productos fabricados por habitantes ilegales, ocupantes de territorio palestino. La UE considera que aceptar dichas importaciones  supondría una evidente legitimación del estatus colonial.

Luego de brindar su aval como diputado nacional, Wolff mantuvo una reunión con el primer ministro Bibi Netanyahu, con quien lo une su simpatía por Donald Trump.  El viaje de diciembre último fue el segundo realizado por Wolff en Medio Oriente. En noviembre de 2016 había acompañado a Patria Bullrich como “representante del Congreso Nacional” a la cuarta Conferencia de Ciberseguridad, evento bienal de exposición y comercialización de aparatología informática y militar destinada a la seguridad. Meses antes, Bullrich había deslizado al diario Clarín que: “Estamos trabajando con la Dirección de Comunicaciones de la Corte (la ex OJOTA, encargada de las escuchas telefónicas) un establecimiento de protocolo. El otro tema al que nos estamos dedicando fuerte es el de la creación de un protocolo unificado de emergencias. El diputado Waldo Wolff lo está trabajando con expertos de distintos lugares en el mundo, para saber qué hacer y cómo operar para que no se colapsen las comunicaciones y la logística”.  En diciembre de 2018, Wolff le confirmó a Baby Etchecopar lo que muchos en el Congreso saben: “Yo también –afirmó— tengo acceso a carpetas de la vida privada de mucha gente”. (Minuto 7,20)

En ocasión del trayecto compartido con Bullrich,  se decidió la compra de materiales de espionaje por un monto de 5 millones de dólares. Además se compraron 4 lanchas militares por un valor de 49 millones de dólares. Las embarcaciones marinas del tipo Shaldag MK II fueron producidas por el astillero Israel Shipyards y han sido equipadas con armamento de guerra (cañones de 25mm y 20 mm,  inútiles para las tareas de control fluvial comunicadas por la ex ministra). La empresa naviera Israel Shipyards, con la que Bullrich y Wolff negociaron en noviembre de 2016, fue acusada en 2018 por malversación de fondos y actividades de corrupción por la venta de embarcaciones a Nigeria, similares a las adquiridas por Argentina.

Los restantes viajes de Wolff fueron a Estados Unidos.  En marzo de 2016,  el erario público le financió el periplo a Miami, donde participó del Segundo Encuentro Latinoamericano sobre Israel. En abril de 2017, la presidencia de la Cámara avaló su traslado a Nueva York para participar del Congreso Judío Mundial, y en enero de 2018 viajó nuevamente para dar una conferencia en Miami sobre el Caso Nisman. Como era de esperar, en esta ocasión aprovechó la oportunidad para acusar a Cristina Fernández de ser la responsable del "homicidio" del fiscal.

 

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