LOS NADIES DE OBLIGADO

Día de la Soberanía Nacional, a 175 años de la batalla de Vuelta de Obligado

 

Qué los tiró a los gringos

Uni' gran siete

Navegar tantos mares,

Venirse al cuete,

¡Qué digo venirse al cuete!!

 

Que Alfredo Zitarrosa haya escrito e interpretado este bellísimo triunfo explica desde nuestra música popular la histórica hermandad entre Argentina y Uruguay, división impulsada justamente por los mismos invasores de Vuelta de Obligado.

En esas frases y ritmos se sintetiza lo que el General San Martín puso a la altura de la gesta de la Independencia de 1810, como las dos más relevantes de nuestra etapa de nacimiento y consolidación.

La batalla de Vuelta de Obligado tiene condimentos riquísimos que conjugan varios episodios y relatos que inspiran e inspiraron a tantos y tantas historiadores y poetas.

No pretendo aquí hacer historia como quienes han dedicado su vida a estudiar estos acontecimientos plasmados en obras magistrales. Me nutro de ellos para asumir aquello que Néstor Kirchner mencionó como principios vitales y definitorios en el cierre de su discurso de asunción como Presidente de la Nación: comprensión histórica.

Pertenezco a una región extensa en superficie, riquezas productivas, patrimonio cultural, bellezas naturales y referencias históricas. Me tocó durante ocho años ser intendente de San Antonio de Areco, pago histórico y tradicional de la zona Norte de la provincia de Buenos Aires, corazón de la Pampa Húmeda que inspiró la gran obra de Ricardo Güiraldes, hoy núcleo sojero de la Argentina.

San Antonio de Areco, en tiempos de la batalla de Vuelta de Obligado, era el Pago de Areco y su territorio estaba conformado por las actuales 85.000 hectáreas de nuestro Municipio, además de Zárate, parte del norte de Exaltación de la Cruz, San Andrés de Giles y Carmen de Areco.

El Pago de Areco, junto con Baradero, Ramallo, San Nicolás y, por supuesto, San Pedro, aportaron gran parte de los hombres y mujeres, gauchos y gauchas, que sin absolutamente ningún conocimiento militar formaron parte de la defensa del Río Paraná justo en la parte del barranco que lleva el nombre de la famosa batalla de las cadenas.

Habrá que preguntarse cómo sucedió que los pueblos de la zona, en sus componentes más humildes, decidieron poner en riesgo y hasta entregar sus vidas en gestas impulsadas por los gobernantes de aquellos tiempos. En el caso de la provincia de Buenos Aires y representante de las relaciones exteriores de la Confederación, el gobernador Juan Manuel de Rosas. Había que animarse a ir desnudos a enfrentar a las dos flotas más poderosas del planeta, la inglesa y la francesa, juntas. Algo habría, alguna fuente de inspiración, quizás vinculada al sentimiento popular generalizado de percibir sus intereses bien representados por sus autoridades. Los poblados participaron dirigidos y liderados por los jueces de paz de turno. En el caso de San Antonio de Areco, don Tiburcio Lima. Habráse visto... jueces al frente de los pueblos defendiendo con el cuerpo los intereses y la soberanía de nuestra Nación en germen.

Los más experimentados militares como el almirante Guillermo Brown o tropas navales, caballería e infantería estaban ocupados en otras contiendas muy determinantes en aquellos momentos, como el sitio a Montevideo, entre otros asuntos de gran importancia militar.

Por eso en Vuelta de Obligado se recurrió a quienes han forjado nuestra Patria de la mano de nuestros soldados y granaderos: los gauchos. Así como hubo un gaucho Rivero en Malvinas también hubo un Jacinto Bogarin y un gaucho Pereira en Obligado, éste último abuelo del actual abanderado de la Fiesta Nacional de la Tradición en San Antonio de Areco, Oscar “el Mosco” Pereira, quien cada año encabeza el desfile de gauchos, gauchas, paisanos y paisanas, en gran mayoría de la misma región que mencionamos como protagonista de aquel 20 de noviembre de 1845. Hilos...

 

 

 

 

Las circunstancias de la batalla son conocidas y muy bien explicadas por quienes se han volcado al preciado trabajo de contarnos de dónde venimos y quiénes somos. Pero es bien popular el método del cruce de cadenas de costa a costa utilizado en San Pedro para intentar detener el avance de semejantes buques. Sólo a partir del ingenio de saber las condiciones absolutamente adversas que nos tocaba afrontar, por tamaño, tecnología, armamento y cantidad de hombres dispuestos a la batalla, es que pudimos resistir con coraje y picardía.

Historiadores locales como la profesora Celia Copa o políticamente comprometidos como Daniel Brion (hijo de uno de los protagonistas de Operación masacre del gran Rodolfo Walsh) han consignado con máximo rigor y estudio que el verdadero estratega de Vuelta de Obligado fue un Revolucionario de Mayo nacido en tierras arequeras. Nada menos que Juan Hipólito Vieytes. No erraba San Martín al comparar Obligado con la Revolución de Mayo. Juan Hipólito, a pedido de Rosas y Mansilla, caminó gran parte de las costas del Paraná estudiando y analizando la mejor forma de frustrar el ataque. No se equivocó.

Cuenta  Pacho O' Donnell  que en carta a su amigo Tomás Guido en 1846, un año después de la batalla,  San Martín escribe, orgulloso, que los atacantes se habrán dado cuenta que “los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca”.

Luego de Obligado ocurrió un nuevo enfrentamiento, no tan conocido como el que dio luz al Día de la Soberanía Nacional aunque igualmente heroico, llamado Batalla del Tonelero, en referencia al lugar de la actual Ramallo donde nuevamente se intentó detener y debilitar las pretensiones de Francia e Inglaterra de navegar nuestros ríos, explotar nuestros recursos y dividir aún más nuestro territorio con la idea de forjar una República de la Mesopotamia (Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Formosa, Paraguay) así como se hizo también con la antigua Banda Oriental. De ese modo los extranjeros pretendían garantizarse la libre navegación y explotación de nuestros ríos y aledaños al pasar de ser ríos internos a internacionales. No se logró un triunfo militar favorable pero sí la retirada fracasada y frustrada de un nuevo impulso colonizador.

Otro dato repleto de magia épica y muy poco conocido fue la participación de Juan Facundo Quiroga en la batalla de Vuelta de Obligado. Hijo de Facundo, el Tigre de los Llanos, se unió a las tropas federales bajo la gobernación de Juan Manuel de Rosas. El último encuentro entre Facundo y Juan Manuel se dio en el Pago de Areco, en la Estancia de Figueroa, previo a partir el riojano hacia el norte con las instrucciones a los federales de cómo actuar frente a los movimientos constitucionalistas del momento. Uno de los antecedentes más importantes de nuestro sistema de organización nacional radica en la carta que Facundo llevaba consigo al momento de ser asesinado a mitad de camino, escrita por el mismo Rosas. La participación de Juan Facundo Quiroga en Vuelta de Obligado y en tropas federales de Rosas, en fechas posteriores al asesinato de su padre, hecha por tierra con aquellos supuestos que quisieron endilgarle a Rosas la autoría intelectual del ataque a Quiroga padre.

Finalmente, y en sintonía con las palabras del Presidente Alberto Fernández, a 175 años de aquella gesta inolvidable seguimos necesitados de defender nuestra soberanía, que tanto ayer como hoy se pretende mantener bajo dominación y colonización territorial, cultural, productiva, alimentaria, medio ambiental, energética, tecnológica, etc. Y no se trata de un planteo romántico de juventud sino de las causas principales que llevaron a la Argentina a ser un país completamente contrario a la idea de federalismo, integración, independencia y justicia, salvo acotados momentos de la vida nacional.

Las Malvinas Argentinas e Islas del Atlántico Sur se mantienen ocupadas por los mismos ingleses que enfrentamos en Obligado. La discusión acerca del método de producción de alimentos tiene más de soberanía que de generación de divisas. A mayor esquema primario agroexportador, menor soberanía alimentaria para garantizar producción local de alimentos saludables a precios justos. La protección del medio ambiente es absolutamente más un tema de soberanía sobre nuestros recursos naturales, acuíferos y territoriales que sobre el cumplimiento del Tratado de París. A mayor dominio de nuestra tierra, aire, agua y recursos, mayor soberanía para redistribuir riqueza a las familias argentinas, ampliar derechos y robustecer nuestra posición para la discusión geopolítica.

Un tema determinante en términos de soberanía tiene que ver con el endeudamiento internacional. No hay peor dependencia que aquella que deriva de los condicionamientos impuestos por abultadas deudas con acreedores internacionales privados y públicos. Ese fue finalmente el verdadero objetivo del macrismo en sus cuatro años de gobierno: limitar al máximo las libertades y posibilidades de desarrollo y crecimiento de nuestro pueblo. No es casualidad que Alberto Fernández haya tenido que desatar un crédito a 100 años que Macri nos dejó de regalo. No por otra cosa se habla de poner a la Argentina de pie. Decir que el macrismo nos dejó de rodillas es demasiada generosidad.

Comprender nuestra historia a través de acercarnos a las mujeres y hombres, pueblos, lugares de los hechos, es parte vital de lo que hemos dado en llamar Arraigo. Cada uno de los lugares aquí mencionados ha tenido y sigue teniendo, como cada rincón del país, un valor inmenso en el curso de los acontecimientos de la vida nacional. Cada nombre de cada mujer y hombre que dieron su vida por nuestra independencia, libertad y soberanía, merecen estar en las paredes de nuestros pueblos, así como los héroes y heroínas de Vuelta de Obligado de San Antonio de Areco no sólo fueron colocados en salas del Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes dedicadas a ellos sino que viven entre nosotros, en los apellidos de muchas familias humildes y trabajadoras de los barrios del Pago, orgullosos ahora de saber que aquellos nadies fueron todo.

 

 

 

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