Macrì lo hizo

El surgimiento de una nueva identidad por encima de las diferencias

 

Pocas veces una concentración de protesta contra la política económica de un gobierno mostró una composición tan diversa como la del lunes 24, convocada por las dos CTA, el Frente Sindical por el Movimiento Nacional que integran sindicatos afiliados a la CGT, los movimientos sociales y de la economía popular y numerosas agrupaciones políticas. Tanto en la composición de las columnas que desde la mañana le dieron a la Capital Federal el aire de las grandes jornadas de lucha como en los discursos pronunciados desde la Plaza de Mayo y en las consignas coreadas por los manifestantes se observó el proceso lento pero profundo de disolución de identidades en un conjunto distinto y superior a las partes que lo componen. La decisión de la CGT de no acompañar con movilizaciones el paro general del martes 25 no impidió que las calles se poblaran de uniformes de trabajo de los distintos gremios, algo que no es demasiado frecuente. La clase trabajadora se hizo ver. Es joven y no tiene miedo.

La movilización del lunes 24 marcó el comienzo del paro de 36 horas decretado por los organizadores, que concluirá el martes 24, junto con el paro de la CGT.

Macrì lo hizo.

Que esas coincidencias alcancen una expresión representativa en las próximas elecciones es uno de los desafíos por delante, porque la deslegitimación de la política oficial en las calles es un requisito necesario pero no suficiente para ponerle coto y comenzar la reconstrucción luego de estos años devastadores.

La lista de diez oradores dio cuenta de esa novedad, expresión de corrientes diversas que tal vez no coincidan en cada propuesta pero que tienen clara conciencia, tanto del rechazo a las políticas del Fondo Monetario Internacional que el gobierno del presidente Maurizio Macrì tratará de incorporar a la ley de presupuesto, como de la importancia de la unidad en la acción. Desde Hugo Yasky y Pablo Micheli, que abrieron la lista de oradores, a Sergio Palazzo, Daniel Catalano, Lola Berthet y Coco Garfagnini (quien dijo que no era él quien debía estar en el palco sino Milagro Sala, que fue la primera presa política del actual gobierno), Juan Carlos Alderete, el Gringo Castro, Daniel Menéndez, Roberto Baradel y Sonia Alesso, hicieron coincidente referencia a ese doble proceso, de unidad y de lucha.

Antes de mediodía las tropas de la Prefectura trataron de impedir la concentración en el Puente Pueyrredón, forcejearon con los manifestantes y les arrojaron gases en la cara. Sin embargo, ante la masividad de la protesta, terminaron por franquearles el paso, rumbo a la Plaza de Mayo.

 

 

Ese es el mejor antídoto contra los gases y bastones con que amenaza un gobierno cercado por el repudio popular, perfecto reverso del trato lisonjero que le dispensaron en la capital financiera del mundo, aunque aún así el FMI le bajó de 20.000 a 5.000 millones de dólares la extensión del préstamo que sus técnicos propondrían al directorio del Fondo, donde nadie habla más fuerte que Donald Trump, Angela Merkel, Theresa May, Shinzō Abe y Emmanuel Macron, en proporción al tamaño de la economía de sus países.

 

En el Fondo, el poder es así

 

Yasky aludió a “ésos que en Washington venden a la Argentina, a Brasil, a la región, como el patio trasero les decimos: No, éste no es el patio trasero. Ésta es la región que tuvo a San Martín, a Bolívar, a los héroes de la Independencia y no vamos a volver a ser colonia ni nos van a entregar como si fuéramos simplemente el botín de guerra. Vamos a reivindicar nuestros derechos”.

“Cuando dicen 70 años de desastre, hablan de Perón, de Eva Perón, del 17 de Octubre del '45; hablan de la CGT, del movimiento sindical, de las conquistas laborales, de la Justicia Social, de la mejor Constitución que hubo en la Argentina. Hablan de los Derechos Humanos y hay que decirles que eso no está en mesa de saldos. Eso no se entrega, eso no se regala, se defiende de pie. Él de rodillas, nosotros de pie”.

“Nos merecemos sentir el orgullo, aplaudir de pie este día de lucha y el paro que mañana le va a mostrar al mundo la foto de un país que les dice ‘No’. ¿Quería una señal la señora Lagarde? ¿Quería una señal el FMI? La señal es ésta y la señal es mañana un país parando”, concluyó.

 

 

 

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