Mayo verde

Un mes histórico para el mundo y trágico para la industria petrolera

 

El mes en curso será recordado como un punto de inflexión en las políticas de explotación de hidrocarburos, debido a los golpes asestados a la industria petrolera por el crecimiento de la conciencia mundial sobre la crisis climática y civilizatoria en la que nos encontramos. Mayo de 2021 condensó una victoria judicial sin precedentes de activistas verdes contra la empresa Shell, rebeliones de accionistas en las más grandes petroleras estadounidenses y el apoyo fundado de la Agencia Internacional de Energía para frenar nuevos proyectos de explotación de yacimientos de petróleo, gas y carbón desde este año.

 

La condena a Shell

El 26 de mayo de 2021, el Tribunal de Distrito de La Haya ordenó a Royal Dutch Shell (RDS) reducir un 45%, respecto al nivel de 2019, las emisiones de CO2 para fines de 2030. Esta sentencia fue dictada en el marco de un proceso iniciado por siete asociaciones y más de 17.000 demandantes individuales.

El tribunal agregó que esta obligación de reducción se refiere a toda la cartera de energía de Shell y aclaró que es una obligación de resultado para las actividades del grupo. El Tribunal argumentó que el grupo Shell es uno de los mayores productores de combustibles fósiles del mundo, siendo sus emisiones de CO2, las de sus proveedores y clientes, mayores que las de muchos países.

El tribunal consideró que las empresas deben respetar los derechos humanos y que esta responsabilidad es independiente de lo que hagan los Estados. Esta interpretación surge del standard de cuidado del Código Civil holandés, la mejor ciencia disponible sobre los peligros del cambio climático y cómo gestionarlo, y el amplio consenso internacional referido a que las empresas deben respetar los derechos humanos, que ofrecen protección contra los impactos del cambio climático.

 

Ambientalistas holandeses celebran el fallo contra Shell.

 

La propia empresa se había comprometido este año a recortar sus emisiones un 6% para 2023, un 20% para 2030, un 45% para 2035 y un 100% para 2050, siempre en base a niveles de 2016. Pero la jueza no lo consideró suficiente.

Como antecedente judicial importante, la Corte Suprema Holandesa, a fines de 2019, en la causa iniciada por Urgenda –fundación y grupo ciudadano que se centra en el desarrollo de planes y medidas para la prevención del cambio climático– ordenó al Estado holandés reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 25% a finales de 2020 en relación con 1990.

Esta sentencia tendrá consecuencias directas en otras compañías, porque sirve de precedente judicial para futuras demandas que ONGs, en otros países, decidan presentar contra empresas con altas emisiones de CO2.

 

 

Rebeliones internas en ExxonMobil y Chevron

The Guardian informó esta semana que los gigantes petroleros estadounidenses ExxonMobil y Chevron sufrieron rebeliones de accionistas –que son activistas climáticos e inversores institucionales– descontentos por su fracaso en establecer una estrategia para un futuro con bajas emisiones de carbono.

En el caso de Exxon, el sector de accionistas activistas climáticos logró reemplazar con éxito a dos miembros de la junta con sus propios candidatos para ayudar a impulsar a la compañía petrolera hacia una estrategia más ecológica. La CNN informó que, por primera vez en la historia moderna, la compañía petrolera más grande de Estados Unidos se enfrentó a un verdadero desafío por parte de un inversor activista, en este caso el fondo Engine Nº 1. Molesto con los resultados financieros de Exxon y sus deficientes acciones en temas climáticos, el fondo trató de expulsar a cuatro directores en la junta anual de accionistas de la compañía. Engine No. 1 posee sólo el 0,02% de las acciones de Exxon. Sin embargo, obtuvo el respaldo de importantes inversores institucionales, incluido el Fondo Común de Retiro de Nueva York, la Iglesia de Inglaterra, el Sistema de Retiro de Empleados Públicos de California (CalPERS) y el Sistema de Retiro de Maestros del Estado de California (CalSTRS).

Por su parte, la mayoría de accionistas de Chevron se rebelaron contra el directorio de la empresa. El 61% votó la propuesta de reducción de sus emisiones de carbono en el marco de la campaña impulsada por Follow This, organización que une a accionistas de empresas para impulsar a las grandes petroleras a volverse ecológicas. Esta fue la tercera insurrección exitosa coordinada por Follow This contra los directorios de las compañías petroleras estadounidenses después de que obligó a votar a favor de reducir las emisiones en ConocoPhillips y Phillips 66 a principios de este mes.

 

Mark Van Baal, fundador de Follow This.

 

 

El Informe “Net Zero by 2050”

A mediados de mayo de este año, la Agencia Internacional de Energía (IEA) publicó un informe especial titulado “Net Zero by 2050 - A Roadmap for the Global Energy Sector”. La propia IEA caracteriza a este informe como el primer estudio integral del mundo sobre cómo hacer la transición a un sistema de cero emisiones netas para 2050, al tiempo que se garantiza un suministro de energía estable y asequible, brinda acceso universal a la energía y permite un crecimiento económico sólido.

En este informe se detalla que en el último año se ha producido un rápido aumento en el número de gobiernos que se comprometieron a reducir a cero las emisiones netas de gases de efecto invernadero. Estas promesas, hasta la fecha, cubren alrededor del 70% del producto interno bruto (PIB) mundial y de las emisiones de CO2.

El informe describe tres escenarios:

  1. El primero denominado “Escenario de Políticas Declaradas” sólo tiene en cuenta políticas específicas vigentes o anunciadas por los gobiernos. Las emisiones anuales relacionadas con la energía y el proceso industrial de CO2 aumentarían de 34 Gt en 2020 a 36 Gt en 2030, permaneciendo alrededor de este nivel hasta 2050. Esto conduciría a un aumento de la temperatura de alrededor de 2,7 °C para 2100 (con una probabilidad del 50%).
  2. El segundo se denomina “Escenario de Promesas Anunciadas”. Asume que todas las promesas de cero emisiones netas anunciadas se logran a tiempo y por completo, estén o no respaldadas por políticas específicas. Las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía y la actividad industrial caen a 30 Gt en 2030 y a 22 Gt en 2050. Esto conduce a un aumento de la temperatura en 2100 de alrededor de 2,1 °C (con una probabilidad del 50%).
  3. El tercer escenario el de las “Cero Emisiones Netas” para 2050. Detalla un conjunto de acciones para que el sector energético mundial alcance cero emisiones netas de CO2 en 2050, con el objeto de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C (con una probabilidad del 50%), que es lo que propone el Acuerdo de París. En esta vía hacia el cero neto, la demanda mundial de energía proyectada para 2050 alcanzaría valores 8% menor que el actual, pero atiende a una economía más del doble de grande y a una población con 2.000 millones de personas más.

 

 

La postura de la Agencia Internacional de Energía

Para alcanzar esta meta, el IEA propone que, más allá de los proyectos ya comprometidos a partir de 2021, no deberían aprobarse nuevos proyectos de explotación de yacimientos de petróleo y gas, ni tampoco nuevas minas de carbón ni sus extensiones. En lugar de combustibles fósiles, el sector energético se basaría en gran medida en energía renovable. Dos tercios del suministro total de energía en 2050 provendría de energía eólica, solar, bioenergía, geotérmica e hidroeléctrica.

Lo relevante de esta postura, que representa una ruptura dramática con las tendencias recientes y los intereses de la industria petrolera, es que no fue puesta de manifiesto por una organización del ecologismo radical sino por la Agencia Internacional de Energía. La IEA fue creada en noviembre de 1974, luego de la crisis del petróleo de 1973, por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) como un organismo autónomo. Esta organización intergubernamental actúa como asesora en política energética para sus 28 países miembros.

 

La Agencia Internacional de Energía propone cero emisiones netas para 2050.

 

Lamentablemente, de acuerdo a esta visión, estamos muy lejos de cambiar el rumbo lo necesario para evitar un colapso climático y civilizatorio. Por ejemplo, el año pasado, en medio de la pandemia, se invirtieron alrededor de $700.000 millones en petróleo, gas y carbón. En 2020, sólo China puso en línea casi 40 gigavatios de nueva energía de carbón, el equivalente a más de tres veces la cantidad construida en otras partes del mundo.

A pesar de esta medida radical que el informe plantea adoptar desde ahora, y que afecta a los planes de las petroleras, el periodista estadounidense David Wallace-Wells, especialista en cambio climático, señala que el escenario optimista esbozado en el informe reconoce que le daría al mundo sólo un 50% de posibilidades de limitar el calentamiento a 1,5 grados. Agrega que al encontrarnos en 1,2 o 1,3 grados, una estimación sin emisiones negativas sugeriría que, para alcanzar 1,5 grados, tendríamos que reducir a cero las emisiones netas no para 2050, como sugiere la IEA, sino para 2035.

El Informe también reconoce que la transición energética requiere cantidades sustanciales de minerales críticos como cobre, cobalto, manganeso y varios metales de tierras raras que se multiplicarían casi por siete entre 2020 y 2030 en la vía de cero emisiones neta. Este es un gran debate en la Argentina, donde nuevos proyectos megamineros han tenido rechazo de las comunidades en Chubut, Catamarca y Mendoza en los dos últimos años, y donde se exporta el mineral con una simple declaración jurada.

 

 

 

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