El Plan Bandera y la seguridad en Rosario los muestran en un acuerdo sin fisuras. Pero la sintonía entre la ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich y el gobernador de Santa Fe Maximiliano Pullaro registra interferencias en el año electoral y tiene una discordancia soslayada: la “Operación Narcotráfico”, como llamó Marcelo Sebastián D’Alessio a operaciones encubiertas contra el gobierno de Miguel Lifschitz, y la sospecha de que el falso abogado fue el informante de la banda Los Monos para atentar contra domicilios de jueces y policías.
El viernes 3 de julio el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°8 condenó a D'Alessio a 13 años y 6 meses de prisión como miembro de dos asociaciones ilícitas abocadas a acciones de inteligencia ilegal y extorsiones, entre mediados de 2016 y febrero de 2019. Entre otros documentos, el fiscal Marcelo Colombo exhibió como parte de su alegato la carpeta “Síntesis de investigaciones actuales”, recuperada en dos versiones con leves variantes de dispositivos del falso abogado. Se trataba de “una especie de hoja de ruta respecto de acciones de inteligencia desplegadas o por desplegar”, entre ellas las tareas en Rosario y los contactos con Los Monos.
D’Alessio resumió sus actividades encubiertas en Santa Fe durante la primera gestión de Bullrich como ministra de Seguridad en una serie de ítems: “financiación privada”, “protección policial”, “cobertura política”, entre otros. Como “documentación respaldatoria” invocó cámaras ocultas “con uno de los principales actores locales” (posible referencia a Ramón Ezequiel Machuca, “Monchi Cantero”), filmaciones aéreas y capturas fotográficas, detección de filtraciones de inteligencia y comunicaciones interceptadas a “integrantes de la organización ya radicada en CABA”.
En marzo de 2019 el gobierno de Santa Fe a cargo de Miguel Lifschitz hizo presentaciones judiciales en el fuero federal y provincial para que se investigara la posible comisión de delitos de espionaje ilegal, asociación ilícita y extorsión en la provincia y en particular las conexiones entre D’Alessio y Ariel “Guille” Cantero, líder de Los Monos. Al anunciar las presentaciones, el entonces ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro pidió peritajes telefónicos, copias de filmaciones y análisis de los libros de visitas de Cantero en la cárcel de Ezeiza.

Pullaro sospechaba que el falso abogado había actuado “como operador en la provincia de Santa Fe para generar acciones delictivas”. Lifschitz fue más explícito en declaraciones periodísticas: D’Alessio, dijo, pudo ser quien aportó la información para las siete balaceras registradas en Rosario contra domicilios de jueces y policías entre el 29 de mayo y el 13 de agosto de 2018. El dirigente socialista al que el actual gobernador considera su modelo creía que el falso abogado había recabado los datos en la base Nosis.
Las fechas de las balaceras encuadraron en una cronología que empezó a transcurrir con dos encuentros de D’Alessio con Lorena Myriam Verdún –viuda de Claudio “Pájaro” Cantero- y la abogada Romina Bedetti y con otras dos entrevistas con Ramón Ezequiel Machuca, ante quien dijo ser “la mano derecha del gobierno nacional en materia de narcotráfico”. Pero el título no impresionó a “Monchi Cantero”.
D’Alessio registró con cámara oculta una de las reuniones con Verdún. “Se presentó ante ella desde un lugar de poder en relación a los recursos que decía ostentar desde el Ministerio de Seguridad”, afirmó el juez federal Alejo Ramos Padilla en el procesamiento del espía. Por entonces “Guille” Cantero, Machuca y otros miembros de Los Monos afrontaban su primer juicio oral y público ante la Justicia provincial.
Las acciones de inteligencia ilegal en Santa Fe se produjeron como parte de tratativas con los Cantero y del intento de generar información sobre el gobierno del que Pullaro era ministro. D’Alessio filmó en el barrio cerrado Puerto Roldán propiedades de jefes policiales vinculados con Esteban Lindor Alvarado –principal competidor de Los Monos en el mercado narco— y a través del fiscal Juan Ignacio Bidone obtuvo los registros migratorios de Luis Alberto Paz, supuesto instigador del crimen de Claudio “Pájaro” Cantero.
“Parte de los macro-objetivos de estas tareas ilegales de inteligencia criminal, sobre todo aquellas relativas al espionaje realizado en Rosario, tenían que ver con poner en evidencia la connivencia de la policía local con el narcotráfico para debilitar al gobierno provincial. Ese no era un tema de interés personal de quienes integran esta organización y coincide con los objetivos políticos de algunos de los máximos referentes de ese entonces del Poder Ejecutivo Nacional, tales como la ex Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, a quien al menos parte de esta información le fue reportada”, expresó el juez federal Alejo Ramos Padilla. Estas consideraciones fueron retomadas en el informe de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia y Espionaje Ilegal 2016-2019.
Bullrich se desentendió de las tareas de D’Alessio y lo definió como un loco suelto. El vínculo quedó asentado por diversos indicios, desde chats que el espía exhibió ante Rolando Graña hasta un mensaje de felices fiestas recibido de parte de la ministra y su esposo.
La pista gitana
El nexo entre D’Alessio y Verdún fue Mariano Germán Salomón, según una fuente allegada a Los Monos. Salomón resultó condenado como miembro de la banda en 2018; quedó en libertad condicional en mayo de 2020 y volvió a ser detenido en diciembre de ese año por extorsión y amenazas calificadas, cuando se había mudado a Liniers.
D’Alessio también puso el foco sobre Fabio Daniel Miguel, miembro de la familia gitana que ocultó a Ramón Ezequiel Machuca en el barrio de Flores durante los tres años en que estuvo prófugo de la Justicia. El contacto entre Machuca y Miguel habría sido también Salomón, cuya esposa pertenece a esa comunidad.
En ese caso, según Ramos Padilla, “lo que estaba haciendo D’Alessio era una infiltración en este mundo a fin de relevar las redes de lavado del dinero del narcotráfico rosarino en la ciudad de Buenos Aires”. Pero no sacó nada en limpio, por más que Bidone le facilitó un listado de llamadas entradas y salientes del teléfono de Miguel y aunque tentó a Machuca con poner el dinero de la banda a salvo en el exterior.
Fabio Daniel Miguel fue detenido en septiembre de 2019 por la Policía Federal como parte de la Operación Bachata, donde se preparaba un envío de cocaína a Rosario. Fue puesto en prisión domiciliaria y en octubre de 2021 agregó el cargo de líder de una banda que almacenaba 1121 kilos de marihuana prensada en un galpón de Barracas.
La pista gitana y la inteligencia en las sombras reverdecen en una investigación que desarrolla la Justicia Federal en Rosario. La causa proviene de la llamada Operación Romaní, iniciada en mayo de 2024, por la cual se encuentran detenidos varios integrantes de la familia Miguel, otros de la familia Marco –de la comunidad gitana radicada en el barrio Las Delicias, de Rosario—, el ex policía Juan José Raffo –de múltiples conexiones con narcos y policías santafesinos retirados y en actividad— y un agente de la sede rosarina de la ex Agencia Federal de Inteligencia. La banda en cuestión habría traficado cocaína y marihuana desde abril de 2022.
Raffo fue detenido en marzo en el edificio de Regimientos de los Patricios 1052, donde vivía, a media cuadra del Ministerio de Seguridad porteño. En la casa se encontraron mapas de los ríos Paraná y Uruguay donde estaban señalizados puestos de control, y la captura pareció dar crédito a la intensa publicidad del gobierno de Pullaro en torno a los índices de seguridad en Rosario. Mariano Salomón aparece una vez más como un enlace clave, ahora entre el ex policía y los gitanos involucrados en la causa.
El lanzamiento del Plan Bandera reunió a Pullaro y Bullrich en el Monumento a la Bandera, en Rosario, durante los primeros días de enero de 2024. El gobernador de Santa Fe fue también expositor en las reuniones de la Cámara de Diputados de la Nación durante el debate de la llamada ley antimafias, donde se jactó de ser más duro que la ministra. En la campaña para las elecciones de concejales, intendentes y presidentes comunales del 29 de junio, no recogió el guante de los candidatos libertarios –fue su criterio cuando la actual senadora Carolina Losada lo acusó de proteger a narcos y policías corruptos— y evitó confrontar con el gobierno nacional.
No obstante, Bullrich prefirió exhibirse con los referentes locales de La Libertad Avanza en las últimas visitas a Rosario y los candidatos libertarios atribuyen la baja de homicidios dolosos exclusivamente al gobierno de Milei. El fuego amigo se reavivará en octubre, con las elecciones de legisladores, aunque su principal combustible podría encontrarse en aquellos días en que el supuesto enviado del Ministerio de Seguridad de la Nación hizo una propuesta que la viuda del “Pájaro” Cantero llegó a considerar: “Yo beneficio a todos ustedes, ustedes me benefician a mí”.
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