Memoria Activa

 

Mi madre tiene casi cien años.

No se levanta de la cama hace un año,

pero conserva un excelente apetito.

Era una mujer brava

hecha en tremenda adversidad.

Nació en Odessa

en plena revolución de Octubre

(mi abuela vio a Trotsky en un mitín

una vez que salió a conseguir comida)

En invierno hacía varios kilómetros nevados hasta el colegio

con los pies envueltos en diarios

y atados con sogas.

Por la noche los hermanos jugaban a comer.

Con los platos vacíos se convidaban delicias de aire

y se trataban con gran deferencia de madame, monsieur, mademoiselle.

Los perros del Conde olían a los judíos

desde lejos y se les echaban encima.

Ella nunca superó su aversión canina.

En la clase había tres clases:

los polacos, los ucranianos y los judíos.

Los dos primeros grupos rivalizaban

en agraviar al tercero.

Cuando dejaron el shtetl[1] no lo lamentó

(del pueblito no quedó ni el recuerdo[2]).

Argentina le pareció el país de Jauja.[3]

Había tanta comida que los carniceros

regalaban las achuras como yapa[4].

Desde el primer día tuvo trabajo como costurera.

Iba a las fiestas de los obreros socialistas, sionistas y comunistas.

Con mi padre se conocieron en la del Primero de Mayo.

Nunca entró al Partido, pero tampoco pasó al anticomunismo.

Hablaba 6 idiomas: un poco el ruso, perfecto el idish, el hebreo, el polaco y el castellano.

Con mi padre aprendió alemán

para vencer el oprobio de ser “judía del este”,[5]

algo así como cabecita negra.

(a los judíos alemanes no les bastó el Holocausto

para dejar de ser racistas)

Leía, de hecho lee hoy el diario alemán[6] sólo que cada línea borra a la anterior.

 

Una larga elipsis: canta Alberto Castillo.

Fue la única de la familia que no avaló al golpe del 76.

Mal o peor pero todos ilesos.

Mi hermano menor no va a Malvinas.

 

Otra elipsis: canta Mercedes Sosa.

1994: atentado en la AMIA[7].

Con ochenta años se manda

todos los lunes a las 9:53 a la Plaza Lavalle

a reclamar con las víctimas

contra el encubrimiento

por parte del más alto nivel del gobierno

y el más repugnante de las instituciones judías

a las que mi hermano, el abogado llamaba el Judenrat[8].

Otra vez los perros del Conde

olfatean y atacan.

Allí, cuando suena el shofar[9],

está ella paradita,

junto a la gente de Memoria Activa.

A veces está mi tío, mi primo el rabino,

mi hermano que es abogado acusador,

yo casi nunca.

Por el drenaje de los servicios gringos e israelíes,

por el sumidero de los jueces

que se van deschavando uno al otro

la infame causa AMIA 2 que es simplemente

la SIDE[10], los fiscales, el juez y la DAIA[11]

pagando 400000 pesos o sea dólares para inventar culpables

mientras el atentado se sigue confundiendo.

Por esas cloacas se escurre la energía que mantenía

en pie a las víctimas que ya no van a la Plaza Lavalle.

A mi madre se le empieza a quemar la comida.

Los brownies con que sobornaba a los empleados del PAMI

se le chamuscan.

No recuerda la fórmula de los latkes [12].

Por fin decide alimentarse

en el restaurante de a la vuelta.

Sus olvidos crecen y un diagnóstico especializado

descarta toda esperanza.

Su mente se desliza hacia el olvido total.

Ese es el momento en que con mi hermano

la re bautizamos Memoria Activa.

Humor judío.[13]

 

 

 

 

 

 

[1] Pueblito como los que por miles saturaban el Imperio Ruso, el Imperio Austro-Húngaro y el Reino de Polonia, generalmente situados en la propiedad de un noble terrateniente a quien alquilaban el terreno y, muchas veces, las casas.

[2] Poryck, ¡cuántas consonantes! Por lo que se sabe casi nadie sobrevivió y ni los polacos ni los ucranianos pudieran apoderarse de los bienes judíos porque los nazis incendiaron y luego aplanaron el lugar.

[3] Su primer parada fue Tandil donde admiraba a las elegantes hermanas Levin, hijas del joyero y luego madre y tía de Dipi, nuestro querido y admirado amigo.

[4] En la restringida cocina judía, el hígado, los chinchulines, la tripa, son consideradas delikatessen señoriales.

[5] Ostjuden, considerados por los judíos alemanes como haraganes, sucios e ignorantes. Los humanos se sienten tan poca cosa que necesitan pensar en otros peores que ellos. Como diría mi padre: es inconcebible pero yo no puedo hacer nada.

[6] Argentinisches Tageblatt, periódico liberal que se oponía al nazi Deutsche La Plata Zeitung pero terminó apoyando a la dictadura cívico militar de la que su propietario fue ministro.

[7] Asociación Mutual Israelita Argentina

[8] Concejo Judío, institución creada por los nazis para controlar a la población y facilitar su traslado a los campos.

[9] Instrumento de viento de varios metros hecho de cuerno, similar al erke.

[10] Servicio de Inteligencia del Estado, organismo de fundamental influencia en el aparato judicial argentino.

[11] Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas organización de segundo grado.

[12] Buñuelos de papa rallada y cebolla.

[13] El de ella era lapidario. Cuando la visitaba lo primero que decía era: ¿de verdad estoy tan grave? Una vez que le pedí un préstamo me dijo que no porque vos tenés una mamá rica pero yo soy huérfana. Cuando me veía dos veces con algún amigo lo empezaba a llamar tu secretario.

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