Milei es No ley

Se busca candidato que canalice bronca y denigre derechos

 

Si ninguno de los dos espacios políticos mayoritarios logra obtener la victoria en primera vuelta, Javier Milei será el caballo de Troya para que la bronca de sus votantes sea canalizada por Juntos por el Cambio en segunda vuelta. El duopolio Clarín y La Nación+ le cede espacio al candidato a través de entrevistas en las que no se cuestionan sus disparates, sino que se naturalizan para que cobren valor.

Fue precisamente en una entrevista en una radio del grupo Clarín, donde Milei –diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires y candidato a Presidente– incurrió en una catarata de dislates, fiel a su estilo. Sobre el narcotráfico dijo: “Se lo combate”, pero para eso “necesitás modificar la Ley de Seguridad Interior, la Ley de Defensa Nacional, la Ley de Inteligencia, el Código Penal –en algunas cuestiones– y el Procesal”, enumeró. Más insólito aún fue su análisis respecto a por qué no funcionó la “guerra contra las drogas” en México y en Colombia: la culpable fue la Convención de Ginebra. Para Milei, las normas jurídicas destinadas a limitar cualquier barbarie parecen ser un problema. En torno a esa cuestión, aseguró que hay que entender al narcotráfico como “un problema de otros países que contaminan a tu país”. Sostuvo que lo hacen para “socavar la base moral”, y alineado a los intereses de la Embajada de Estados Unidos, expresó que esos países son “Venezuela” y “Cuba”, que “siguen haciendo este tipo de cosas. O sea, es la forma en la cual (…) te van metiendo el socialismo y te corroen la base moral de la sociedad”. No brindó ninguna prueba de cómo esos países están “contaminando” Rosario con el narcotráfico.

El nivel de cobijo mediático a los absurdos de Milei es proporcional al deseo del poder económico de que el libertario siga creciendo en intención de voto y sea quien desequilibre el tablero electoral. Sus entrevistadores hacen oídos sordos a sus incoherencias y no lo contradicen demasiado con repreguntas o contra-argumentando sus expresiones, que demuestran su poco apego a la Constitución. Solamente dejan correr sus propuestas como agua incolora, inodora e insípida. Lo dejan hablar para que lleve adelante su actitud de demolición del Estado, amparado en el “hartazgo de la gente”, porque él sería quien encarna mejor esa bronca que hay que amplificar.

Con operaciones mediáticas y un escandaloso fallo judicial, sacaron a la Vicepresidenta de la competencia política democrática. No hay candidato del peronismo que pueda tener el alcance de votos que le permita ganar en primera vuelta. Juntos por el Cambio no ha crecido y sus problemas internos lejos están de potenciarlos como espacio, como creían previamente. Las adhesiones que perdió el Frente de Todos no parecen trasladarse a su espacio. El poder real cree que posicionar mediáticamente a Milei es el remedio para seguir inclinando la cancha a su favor y continuar la tarea de controlar la política a su antojo.

Entrevistado por Marcelo Figueras hace tres meses en El Cohete, Máximo Kirchner dijo: “Con la Justicia que tenemos, si Cristina quisiese presentarse a las elecciones, le sacan la condena firme en cinco minutos”. Con claridad, y en respuesta a Alberto Fernández –quien en su video de renuncia a una nueva candidatura (antes de que la ciudadanía lo renuncie no votándolo) habló de “democratizar nuestro espacio. Démosle la lapicera a cada militante”–, en el encuentro con la militancia en Ferro, Kirchner respondió: “La birome siempre la han tenido los militantes. El problema es que queremos escribir un nombre y el Poder Judicial quiere borrar ese nombre”.

 

 

 

La educación como mercancía

En esa entrevista radial del 21 de abril, le preguntaron a Milei si estaba a favor de la educación libre y gratuita. El candidato libertario a la Presidencia respondió: “Gratis no hay nada. No existe tal cosa como un almuerzo gratis”. Luego se preguntó: “¿El sistema como está ahora, funciona bien?”, y se respondió: “El sistema como está no funciona. Hay que cambiar el sistema”. Su propuesta consiste en que el Estado, que para él “ha fracasado”, tome los métodos del mercado. Su idea es “repartir vouchers” (que suena mejor que decir “vales” o “cupones”; en inglés esa denigración de la educación pareciera sonar con estilo), como parte de una propuesta violatoria de la Constitución, que garantiza el derecho a que sea gratuita, como también de la Ley Nacional de Educación, que la consagra como bien personal y social, garantizada por el Estado.

Milei se manifestó en contra de la obligatoriedad de la educación primaria y secundaria porque afirma que no está bien “obligar a un ser humano a que haga algo”, ignorando que el concepto de obligatoriedad es para el Estado, que está obligado a garantizar ese derecho. El candidato pretende mercantilizar la educación de acuerdo a los cupones que tenga en su mano invisible de mercado, que seguramente se acabarán pronto (y se educarán solamente algunos). Antes, claro, llevándose puestas la Constitución, las leyes, la comunidad educativa y las organizaciones sindicales.

Como diputado nacional, Milei también desconoce los logros que ha tenido la obligatoriedad de la Educación en nuestro país. Dijo en la entrevista: “No les está yendo muy bien con la obligatoriedad porque la gente va dejando en el camino. Así que, el sistema de la obligación no funciona”, afirmó. Pero sus dichos están lejos de la verdad. La Argentina tiene una cobertura en el nivel inicial de sala de 5 años de un 97%, ubicada entre las mejores posiciones de los países de América Latina y el Caribe. También tiene una tasa alta de escolarización en el nivel secundario, que se destaca en la región. Un 85% de pibes y pibas están en las escuelas estudiando gracias a la obligatoriedad de que se garantice la educación.

Como destacó el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, en una entrevista con El Cohete a fines de 2021: “Tenemos una virtud en la cantidad de chicos que van a la escuela y tenemos un problema, que es la cantidad de chicos que no logramos que terminen la escuela”. Pero ese abandono es momentáneo, se completa tiempo después. Milei cree –sin argumento sustentable, como todo lo que dice– que ese abandono es un “fracaso de la obligatoriedad”. Todo lo contrario. Nuevamente es el Estado, con la inversión que realiza en becas y apoyo escolar, el que está presente a través de un seguimiento constante de los estudiantes para que eso no suceda. Además, quienes abandonan la escuela por diversas circunstancias son identificados por el Estado para que puedan terminar sus estudios a través del Plan FinES.

La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) respondió a “las expresiones vacías de contenido riguroso y sin fundamentos válidos” de Javier Milei por considerarlas un ataque contra la educación pública. La CTERA participó recientemente en un seminario realizado por la Internacional de la Educación de América Latina, del que dimos cuenta en El Cohete con la entrevista a Sonia Alesso. La campaña “¡Por la pública!, creamos escuela”, es en defensa de la escuela ante los embates de comercialización y privatización de la educación, que están en línea con lo que propone Milei. Desde CTERA respondieron que “los sistemas de escuelas-vouchers han fracasado en todo el mundo”.

Mile pone de ejemplo a Chile, y CTERA aclara que “representa justamente todo lo contrario, ya que en el hermano país actualmente están tratando de avanzar hacia la estatización de la educación y la gratuidad para tratar de salir del gran fracaso que ha sido tener uno de los sistemas educativos más excluyentes y desiguales del planeta, debido a la gran cantidad de años en los que Chile tuvo educación privada para la mayor parte de su población”. Afirman que “la idea de los vouchers refuerza las concepciones individualistas, profundiza las desigualdades y convierte a la educación en una mercancía más. La salida, por el contrario, es con más presencia del Estado, con proyectos colectivos, solidarios y de ampliación de derechos, especialmente para los sectores más desprotegidos de la población. Un derecho como la educación no puede dejarse librado a las reglas del mercado”.

Milei presume saber lo que en profundidad desconoce. Debería ser descartado como opción política por el electorado por plantear que la venta de órganos “es un mercado más”, o por sostener que “la mafia funciona mejor que el Estado”, o por defender el derecho a morirse de hambre porque “cada uno puede hacer de su vida lo que le da la gana”, como le respondió en una entrevista a Jorge Fontevecchia. Son expresiones más que suficientes para que cualquier ciudadana o ciudadano que se encuentre informado sepa el peligro social que sería un personaje de este calibre dirigiendo los destinos del país. Además de tratarse de “discípulo” de Domingo Cavallo, como lo calificó CFK en La Plata.

No es nuevo un personaje que realice este tipo de abstracciones. Arturo Jauretche en Mayoría, el 19 de octubre de 1949, decía algo que aplica en la actualidad a las estrafalarias propuestas del personaje libertario. “Es una de las tantas abstracciones del liberalismo, como el derecho que todos tienen a dormir bajo los puentes, desde Felicito Alzaga Unzué al ‘linyera’ o ‘croto’, pero que inexplicablemente Don Felicito no ejerce, con un increíble abandono de sus derechos”.

 

 

 

 

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