MUJERES Y NIÑOS PRIMERO

El líder del movimiento de derechos humanos concluye que Israel está cometiendo genocidio

 

A sus 87 años, Aryeh Neier, el líder mundial indiscutido del Movimiento Defensor de los Derechos Humanos, catalogó como genocidio la campaña que el gobierno ultraderechista de Israel está desarrollando en Gaza. El lunes, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, rechazó que hubiera un genocidio en Gaza, pero pidió a Israel que "haga más" para garantizar la protección y el bienestar "de los civiles inocentes".

Aryeh Neier es un judío alemán que a duras penas pudo escapar de Berlín con sus padres al comenzar la Segunda Guerra Mundial cuando tenía dos años. En un artículo publicado en la New York Review of Books fundamenta su caracterización de la conducta de Israel como conclusión de un largo desarrollo sobre las categorías jurídicas que regulan la observancia de los derechos humanos en el mundo. La revista literaria tituló la nota con un signo de interrogación: ¿Está Israel cometiendo genocidio?, pero en el texto Aryeh Neier lo afirma de modo categórico y sostiene que el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu está causando un daño profundo y duradero a su país, donde han comenzado las especulaciones acerca de si el Estado que las Naciones Unidas crearon en 1948 llegará a cumplir un siglo de existencia, como narra el diario israelí Haaretz.

Un problema que Neier no trata es la aceptación de que la lucha contra Hamás tiene en la sociedad israelí y que explica cómo Netanyahu puede sostenerse en el poder a pesar de las masivas movilizaciones en su contra que precedieron al ataque del 7 de octubre, y de las protestas de los familiares de los rehenes tomados ese día. Por algo similar, causó conmoción en 1996 el libro del investigador estadounidense Daniel Goldhagen Los verdugos voluntarios de Hitler. Sin detenerse en el término genocidio,  un mayor del Ejército estadounidense renunció a su cargo en la Agencia de Inteligencia del Pentágono (DIA), alegando que su conciencia no le permitía consentir la limpieza étnica que Israel lleva a cabo en Gaza con la aprobación de Estados Unidos. El oficial, Harrison Man, publicó una carta en LinkedIn en la que afirma: "Como descendiente de judíos europeos, crecí en un entorno moral particularmente implacable cuando se trataba de asumir la responsabilidad de la limpieza étnica (mi abuelo se negaba a comprar productos fabricados en Alemania), donde la importancia primordial del 'nunca más' y la insuficiencia de 'simplemente seguir órdenes' se repetía a menudo. Pero también tengo la esperanza de que mi abuelo me conceda algo de gracia; que todavía esté orgulloso de mí por haberme alejado de esta guerra, aunque sea tardíamente". El líder del ala izquierda y ex precandidato presidencial, Bernie Sanders, que también es judío, dijo que Israel había entrado en guerra "contra todo el pueblo palestino", por lo cual "no debería recibir un centavo más de ayuda militar de Estados Unidos". Ninguno de estos pronunciamientos tiene tanta fuerza como el de Aryeh Neier.

Esta no es la primera vez que Neier produce definiciones contrarias al sentido común, pero coherentes con las definiciones del movimiento internacional donde ocupó las posiciones más relevantes. Fue fundador y director de Human Rights Watch (HRW), dirigió la Unión Estadounidense en Defensa de los Derechos Civiles (ACLU); fue el primer director de la organización fundada por George Soros, Open Society Foundations, de la que aún es presidente emérito. Uno de los primeros casos que defendió HRW fue el de Jacobo Timerman, secuestrado y torturado por la dictadura argentina. El libro de Neier Defendiendo a mi enemigo narra su compromiso en 1977 en defensa del derecho del partido nazi estadounidense a manifestarse en Skokie, una localidad del Estado de Illinois donde residía la mayor comunidad de supervivientes del Holocausto en Estados Unidos después de Nueva York.

"Como la mayoría de mis colegas en el movimiento internacional de derechos humanos, uso el término 'genocidio' con moderación. Durante mis quince años en Human Rights Watch, que co-fundé en 1978, apliqué el término sólo a uno de los muchos grandes crímenes que monitoreamos: la masacre de los kurdos iraquíes por parte de Saddam Hussein en 1988", sostiene.

Aryeh Neier.

Neier dejó su cargo de director ejecutivo de HRW en 1993, un año antes de la masacre de los tutsis en Ruanda. La organización también calificó esto de genocidio. En este siglo sólo ha utilizado el término para caracterizar la persecución y matanza de los rohingya en Myanmar. En diciembre del año pasado, cuando Sudáfrica presentó ante la Corte Internacional de Justicia su acusación de que Israel estaba cometiendo genocidio en Gaza, "no me uní a algunos de mis colegas del movimiento internacional de derechos humanos en su apoyo a la acusación. Me sentí profundamente angustiado por la campaña de bombardeos de Israel, en particular por su uso frecuente en zonas densamente pobladas de bombas de 500 y 2.000 libras (suministradas por Estados Unidos), que estaban matando a un gran número de civiles no combatientes. (El 8 de mayo, Biden detuvo el envío de tales bombas para impedir su uso en Rafah.) Esas armas son claramente inapropiadas para su uso en esas circunstancias. Sin embargo, no estaba convencido de que esto constituyera un genocidio", dice Neier. El viernes 10, el Departamento de Estado sostuvo en un nuevo informe que existen "serias dudas" acerca de si Israel está cumpliendo con las mejores prácticas establecidas para mitigar el daño a civiles, pero no encontró suficiente evidencia para restringir la ayuda militar a Israel.

 

 

Animales humanos

Según Neier "Israel tiene derecho a tomar represalias contra Hamás por el ataque asesino que llevó a cabo el 7 de octubre". Pero reconocer este "derecho a tomar represalias" no equivale a "mitigar la culpabilidad de Israel por el uso indiscriminado de tácticas y armas que han causado un daño desproporcionado a los civiles". No obstante, Neier cree que "Hamás comparte la responsabilidad de muchos de los crímenes de guerra de Israel", ya que sus líderes "sabían, cuando planearon el ataque, que Israel tenía el gobierno más derechista de su historia, con un costo inmenso para la población civil de Gaza", en la que la organización está "incrustada", sin uniformes ni bases militares visibles. "Incluso si los bombarderos de Israel hubieran tenido la intención de minimizar el daño a los civiles, habrían tenido dificultades para hacerlo en su esfuerzo por destruir a Hamás. Y, aun creyendo esto, ahora estoy convencido de que Israel está involucrado en un genocidio contra los palestinos en Gaza. Lo que me ha hecho cambiar de opinión es su política sostenida de obstruir el movimiento de asistencia humanitaria al territorio", sostiene.

Aryeh Neier, a quien conocí durante mis años en la junta directiva de la sección Américas de HRW y en la presidencia del CELS, cita a los altos funcionarios israelíes que ya el 9 de octubre "declararon que tenían la intención de bloquear la entrega de alimentos, agua y electricidad, elementos esenciales para purificar el agua y cocinar". Entre otros menciona las palabras "infames" del Ministro de Defensa, Yoav Gallant: "He ordenado un asedio completo a la Franja de Gaza. No habrá electricidad, ni comida, ni combustible, todo está cerrado. Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia". Esto transmitía la opinión que parecía "guiar el enfoque de Israel durante todo el conflicto: que los habitantes de Gaza son colectivamente cómplices de los crímenes de Hamás del 7 de octubre. Desde entonces, Israel ha restringido el número de vehículos autorizados a entrar en Gaza, ha reducido el número de puntos de entrada y ha llevado a cabo inspecciones onerosas y que consumen mucho tiempo; granjas e invernaderos destruidos; limitó la entrega de combustible necesario para el transporte de alimentos y agua dentro del enclave; mató a más de doscientos trabajadores humanitarios palestinos, muchos de ellos empleados de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA), el principal proveedor de ayuda en el territorio bloqueado antes del 7 de octubre; y persuadió a muchos donantes, incluido Estados Unidos, para que dejaran de financiar a la UNRWA afirmando que una docena de los 13.000 empleados de la agencia en Gaza estaban involucrados en el ataque del 7 de octubre o tenían otras conexiones con Hamás. (Una investigación realizada por la ex ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, publicada el 22 de abril, concluyó que Israel no había proporcionado pruebas para respaldar sus acusaciones y que la UNRWA es 'insustituible e indispensable'.) Los ataques aéreos del 1° de abril que destruyeron los tres vehículos en un convoy de World Central Kitchen, que mató a seis trabajadores humanitarios internacionales y a un conductor y traductor palestino, parecía una continuación de estas políticas. La explicación de Israel de que esto fue el resultado de una 'identificación errónea' ha despertado escepticismo. Como resultado, otros grupos humanitarios pueden verse disuadidos de brindar ayuda".

 

La hambruna deliberada

Neier evalúa que el efecto acumulativo de estas medidas es que "muchos palestinos (especialmente niños pequeños) pasan hambre. En abril, el Ministerio de Salud de Gaza informó que veintiocho niños habían muerto de hambre. Ese número podría multiplicarse muchas veces si los informes sobre inseguridad alimentaria son válidos. El 10 de abril, la administradora de USAID, Samantha Power, respondió afirmativamente cuando en una audiencia de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, le preguntaron si ya se estaba produciendo hambruna en Gaza. El 3 de mayo, Cindy McCain, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos, declaró en NBC News que hay una 'hambruna en toda regla en el norte de Gaza'. Las muertes por hambruna son sólo una fracción del total de muertes reportadas por el ministerio. Al momento de escribir este artículo, 34.904 palestinos han muerto, incluidos al menos 14.685 niños y 9.670 mujeres, y otros 78.514 han resultado heridos. Aunque algunos israelíes cuestionan estas cifras, en realidad es probable que sean un recuento insuficiente porque no incluyen a los enterrados bajo los escombros".

 

Aparte de 35.000 muertos y 78.000 heridos, habría 10.000 sepultados bajo los escombros. Foto: Ali Jadallah.

 

El gobierno de Israel se jacta de su presunto cuidado respecto de los civiles, pero es incapaz de sostener un diálogo medianamente verosímil sobre el tema, como lo ejemplifica esta entrevista de su vocero oficial Avi Hyman con el periodista británico Piers Morgan. Luego de su desempeño en CNN y en las británicas BBC y ITV, Morgan comenzó a emitir por YouTube su programa Uncensored que con dos millones de suscriptores es el más visto del mundo en Internet. Este video fue luego reproducido por distintos canales en todo el mundo, como el iraní HISPANTV.

 

 

Agrega Neier que muchos de los que sobrevivan a la desnutrición sufrirán consecuencias a largo plazo, como una mayor susceptibilidad a enfermedades y daños psicológicos. En el norte de Gaza, UNICEF descubrió en febrero que la desnutrición entre los niños menores de cinco años casi se había duplicado en un mes. En cambio "es poco probable que la obstrucción de la asistencia humanitaria afecte directamente a los combatientes de Hamás. Incluso en condiciones de hambruna, los hombres armados encuentran una manera de alimentarse. Son aquellos que no tienen ninguna responsabilidad por los crímenes de Hamas los que más sufren".

Todo acceso al territorio está controlado por las Fuerzas de Defensa de Israel, que han negado la entrada a organizaciones israelíes y palestinas de derechos humanos y a organizaciones internacionales como HRW y Amnistía Internacional. Limitar la capacidad de estas organizaciones para recopilar información y hacer informes detallados sobre el conflicto difícilmente proteja a Israel de las críticas por sus abusos. Esto se debe a que los observadores internacionales juzgan el conflicto en Gaza sobre la base de principios y supuestos que el movimiento de derechos humanos ha ayudado a establecer, agrega Neier.

Para definir el genocidio, Neier cita el libro del historiador Raúl Hilberg La destrucción de los judíos europeos (1961). Allí afirma que la eliminación de un pueblo es una operación paso a paso. Primero viene definir el grupo, luego expropiar sus recursos, luego concentrar a sus miembros en un solo lugar y finalmente aniquilarlos. También menciona la definición de genocidio según el derecho internacional: "Intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal".

Aryeh Neier cree que el establecimiento de un tribunal ad hoc similar al Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia o para Ruanda "sería una buena manera de abordar los crímenes cometidos por Hamás y los crímenes cometidos por Israel". Ese tribunal podría presentar acusaciones contra líderes de Hamás que estaban en lugares como Qatar o el Líbano en lugar de Gaza el 7 de octubre, pero que participaron en la planificación y dirección de los ataques contra civiles israelíes. También podría presentar cargos contra funcionarios israelíes que tomaron decisiones sobre el uso de armas y tácticas diseñadas para matar a un gran número de civiles, y sobre las políticas que continúan negando alimentos, agua y otras necesidades a la población civil de Gaza. Pero es consciente de que las posibilidades de lograr la creación de un tribunal de este tipo por parte del Consejo de Seguridad de la ONU son escasas. "Estados Unidos podría utilizar su poder de veto para proteger a Israel, y es poco probable que Rusia, que ha impedido el establecimiento de un tribunal para Siria debido a su capacidad de ejercer su poder de veto, se muestre entusiasta. En ausencia de un tribunal especial, los procesamientos podrían ser iniciados por el Tribunal Penal Internacional, que ha estado investigando posibles crímenes de guerra cometidos por actores palestinos e israelíes desde 2021. En los últimos días han circulado rumores de que el TPI está preparando órdenes de arresto para el primer ministro israelí Netanyahu, Gallant y el jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi (un rumor al que los funcionarios israelíes han respondido con indignación), así como a los líderes de Hamás. La afirmación de Netanyahu de que las acusaciones de la TPI serían antisemitas es indicativa de su uso promiscuo de acusaciones de antisemitismo. En caso de que se acuse a su jefe de gobierno, es probable que Israel se oponga alegando que Palestina no es un Estado que pueda autorizar tales procedimientos".

También señala que la Corte Internacional de Justicia de La Haya está considerando la acusación de que Israel está cometiendo genocidio en Gaza. "La CIJ no tiene jurisdicción penal y no puede pronunciarse sobre cargos relacionados con crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad. Aun así, si finalmente descubre que Israel ha cometido genocidio, será una derrota rotunda para un Estado que nació tras un genocidio del que muchos de sus fundadores recién habían sobrevivido". Aryeh Neier no recuerda "ninguna disputa sobre derechos que haya despertado mayores pasiones y más debate que la que tuvo que ver con la guerra en Gaza desde el 7 de octubre. Hay muchas cosas en ella que son profundamente deprimentes, incluyendo lo difícil que es encontrar una manera de dar a las víctimas alguna esperanza de que al final se hará justicia. Yo mismo espero que la frecuente cita del Derecho Internacional Humanitario como norma para juzgar el conflicto tenga un efecto positivo. Independientemente de lo que surja de esta guerra, y del juicio que emita la CIJ, es evidente que Israel se ha causado a sí mismo y a sus víctimas palestinas un daño duradero".

 

 

 

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