No es tan difícil

Ningún organismo subregional se posicionó sobre la violencia espiralizada entre Hamás e Israel

 

Los gobiernos de América Latina se han pronunciado sobre el gravísimo atentado perpetrado por el movimiento armado Hamás contra la población civil israelí el 7 de octubre. Algunos, como el de Argentina, se han limitado a condenarlo; otros, además de ello, han contextualizado la situación en esa conflictuada región, mientras que un grupo más reducido (México, Chile, Cuba, Colombia, Nicaragua, Venezuela) ha advertido sobre la escalada de violencia que se producirá si no hay una solución integral al problema, tantas veces postergado.

Ningún organismo de integración subregional ha emitido un comunicado conjunto y tampoco lo ha hecho la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el organismo de coordinación política por excelencia. ¿Será que es tan difícil encontrar denominadores comunes que posicionen a la región con una sola voz frente a un tema tan crucial?

 

Cerrar filas en torno a un impopular

El ataque de Hamás ha tenido lugar en momentos en que el Primer Ministro Benjamín Netanyahu, del partido ultraderechista Likud, tiene un fuerte rechazo de la sociedad por temas de corrupción y por una reforma del Poder Judicial que violenta la separación de poderes en ese país. Sin embargo, el atentado ha dado lugar a la conformación de un gabinete multipartidario de guerra y a que la sociedad cierre filas detrás de Netanyahu.

Muchos analistas han intentado involucrar a Irán en el atentado pero tales acusaciones o insinuaciones han sido negadas por el gobierno de ese país, así como por los gobiernos de Estados Unidos e Israel al afirmar que no hay “todavía” elementos que comprueben la participación del gobierno iraní en el ataque a la población civil israelí.

A algunos analistas, locales e internacionales, les llama la atención la incapacidad del servicio de inteligencia israelí de advertir sobre los atentados –se sabe que la inteligencia egipcia formuló una advertencia diez días antes de que ocurriera– y del hecho de que no se activara el Domo de Hierro, su poderoso sistema antimisiles.

Asimismo, diversos medios israelíes, e inclusive el Wall Street Journal, han coincidido en señalar que el partido Likud, en tiempos del ex Primer Ministro Menajem Beguin –fundador de esa fuerza política y prominente líder sionista– apoyó la formación del movimiento Hamás a pesar de que éste se oponía a la existencia del Estado de Israel. El objetivo consistía en debilitar a Al Fatah, componente principal de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), creada en 1964 y dirigida desde 1969 por el legendario líder Yaser Arafat, la cual centralizó las corrientes y partidos en un frente para enfrentar el expansionismo colonialista de Israel. Este movimiento palestino laico, que sí aceptaba la existencia del Estado de Israel, tenía gran respaldo de la comunidad internacional. Dichos medios han señalado que el Likud consideraba que para impedir la creación de un Estado soberano para Palestina había que apoyar financieramente al violento Hamás.

Frente al reciente atentado y a la respuesta del Estado de Israel, que utiliza la misma lógica de ese grupo armado palestino, el Secretario General de la ONU, António Guterres ha señalado que esta ola de violencia no surge de la nada, sino de un conflicto de larga duración, con 56 años de ocupación y sin un final político a la vista. Si bien reconoce los agravios injustificados a lo largo de esos años al pueblo palestino, “nada puede justificar estos actos de terror y el asesinato, mutilación y secuestro de civiles”.

 

 

En esa misma línea ha descalificado la decisión de Netanyahu de cercar la franja de Gaza. En efecto, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha ordenado un asedio total sobre la Franja de Gaza: “No habrá electricidad, ni alimentos, ni gas, todo está cerrado. Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia”.

 

 

Guterres ha calificado esta decisión de violatoria del derecho internacional y ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para movilizar ayuda humanitaria y aliviar la situación de la población que “ya era extremadamente grave antes de estas hostilidades y ahora se deteriorará exponencialmente”. Su pronunciamiento ha determinado que la Unión Europea haya dado marcha atrás con su decisión de suspender la ayuda humanitaria a la Autoridad Palestina.

 

América Latina y sus divergencias

Impactados por la magnitud del atentado, que –al igual que los ocurridos el 11 de septiembre en Nueva York– también ocasionó la desaparición y muerte de ciudadanos de varios países de la región, las cancillerías emitieron comunicados inmediatamente. Una de las primeras fue la argentina, la única que se limitó a condenar los ataques terroristas y la muerte de ciudadanos israelíes.

El gobierno de Brasil se pronunció en línea con los de Colombia, México y Chile al condenar explícitamente las acciones de Hamás que afectaron a la población civil, pero advirtiendo sobre la escalada de la violencia que generará la respuesta israelí.

El gobierno mexicano señaló que ninguna causa justifica el recurso al terrorismo. México reconoce el derecho a la legítima defensa que asiste a Israel, el cual debe regirse por las condiciones establecidas en el derecho internacional, y condena el uso de la fuerza, independientemente de quién provenga. Asimismo, hace un firme llamado para permitir el suministro, sin obstáculo alguno, de la asistencia humanitaria, y propone una solución integral y definitiva al conflicto, que permita la consolidación de un Estado palestino política y económicamente viable que conviva con Israel dentro de fronteras seguras e internacionalmente reconocidas, de conformidad con las resoluciones pertinentes de Naciones Unidas.

La cancillería colombiana emitió dos comunicados sobre la situación en Israel y la Franja de Gaza. El segundo reflejó más adecuadamente la posición del Presidente Gustavo Petro, quien expuso sobre la causa de Palestina y la represión de que era víctima su población por el Estado de Israel en la última Asamblea General de las Naciones Unidas. Al respecto, solicitó una conferencia de paz para abordar el tema.

El primer comunicado enfatizaba el rechazo de las acciones terroristas, mientras que el seguido hace un llamado para que Israel y Palestina retomen los diálogos en busca de un proceso de paz que conduzca a la coexistencia pacífica. El primer mensaje mencionaba una “condena vehemente al terrorismo en contra de civiles que ha ocurrido en la mañana de hoy (sábado) en Israel”, que el segundo comunicado omite.

La posición del gobierno de Chile también se ha adecuado al correr de los acontecimientos. El primer comunicado de la Cancillería expresó la absoluta condena a los ataques de Hamás e hizo un llamado “al cese de esta violencia inconducente, a fin de evitar una escalada que provoque mayores daños y sufrimientos a la población civil”. Asimismo, manifestó la urgencia de reimpulsar el proceso de negociaciones conducentes a un acuerdo de paz justo, pleno y definitivo.

Horas más tarde el canciller Alberto van Klaveren, diplomático de carrera, publicó lo siguiente: “El uso de la fuerza contra civiles nunca es aceptable en los conflictos armados, aun en el ejercicio de la legítima defensa. Hacemos un llamado a todas las partes involucradas en los actos de violencia en Israel y los territorios palestinos a respetar ese principio básico. Eso vale para Hamás, la Jihad Islámica, el Estado de Israel y cualquier otro actor que intervenga en el conflicto”. Ese enunciado generó una protesta del embajador de Israel en Chile. Van Klaveren optó por señalar que era un malentendido y por no polemizar.

Mientras, el Presidente Gabriel Boric guardaba silencio y el Partido Comunista se pronunciaba sin condenar tajantemente los actos de violencia de Hamás. Recién al día siguiente, 9 de octubre, Boric rompió el silencio y dijo que “nuestra solidaridad está y estará siempre con las víctimas de la violencia, sin distinción. Condenamos sin matiz alguno los brutales atentados, asesinatos y secuestros de Hamás. Condenamos también los ataques indiscriminados contra civiles que lleva adelante el ejército de Israel en Gaza y la ocupación ilegal por décadas de territorio palestino violando el derecho internacional. En el dolor no hay empates posibles, cada hecho es una tragedia por sí mismo. Desde Chile instaremos firmes en todos los espacios por la paz, reconociendo el derecho a existir de ambos Estados, Israel y Palestina, y de los pueblos que lo habitan a tener una vida digna y segura”.

El Presidente de El Salvador, Nayub Bukele, de ascendencia palestina, ha condenado tajantemente a Hamás y ha dicho que no es representativo y no ayuda a la causa palestina. Ha exigido una solución para que ambos Estados convivan en paz. “Como salvadoreño con ascendencia palestina, estoy seguro de que lo mejor que le podría pasar al pueblo palestino es que Hamás desaparezca por completo”. La verdad es que la mayoría palestina no se siente identificada con Hamás, pero como dice el Secretario General de las Naciones Unidas, esta violencia no surge de la nada.

Los gobiernos de Bolivia, Uruguay, Perú, Costa Rica y la mayoría de los países latinoamericanos y del Caribe han emitido mensajes breves de rechazo a las agresiones y de respaldo a negociaciones que conduzcan a la paz, sin mencionar propuestas.

Los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua no han calificado al movimiento Hamás de terrorista, pero han rechazado la violencia en todos sus términos. Nicaragua lo hizo en un comunicado que tituló “Basta ya de víctimas y dolor”. Condenó la “trágica y dramática situación que empeora continuamente, frente a la soberbia, la ceguera, incomprensión e inacción de la comunidad internacional y particularmente de las Naciones Unidas”. El Ejecutivo nicaragüense llamó a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional a pronunciarse y contribuir a detener “esta nueva masacre de hermanos, que nos exige a todos respeto y solidaridad para emprender nuevamente los diálogos, las conversaciones, indispensables en base al derecho para defender la vida de todos”.

El gobierno venezolano abogó por una “negociación genuina” entre Israel y Palestina para poner fin a la violencia en la Franja de Gaza y dijo que “esta escalada es el resultado de la imposibilidad del pueblo palestino de encontrar en la legalidad internacional multilateral un espacio para hacer valer sus derechos históricos”, en un comunicado oficial en el que tampoco condenó explícitamente los ataques de Hamás.

En cuanto al gobierno de Cuba, atribuyó la escalada de violencia entre Israel y Palestina a los 75 años de permanente violación de los derechos inalienables del pueblo palestino y a la política agresiva y expansionista de Israel. Demandó una solución amplia, justa y duradera al conflicto sobre la base de la creación de dos Estados, que permita al pueblo palestino ejercer su derecho a la libre determinación y a disponer de un Estado independiente y soberano dentro de las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén Oriental como su capital. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe cumplir su mandato y poner fin a la impunidad de Israel, la potencia ocupante, de la que Estados Unidos ha sido cómplice históricamente, al obstruir de manera reiterada la acción del órgano, socavando la paz, la seguridad y la estabilidad en el Oriente Medio. Cuba llama a la paz y a la búsqueda de una solución por la vía de la negociación que evite una mayor escalada de un conflicto que ya ha costado la vida de decenas de miles de personas”.

Transcurrida una semana desde el condenable atentado perpetrado por Hamás a la población civil israelí, y vistas la respuesta de Estados Unidos, la Unión Europea, el Secretario General de las Naciones Unidas y las del propio gobierno israelí, sería un gran paso posicionar a la región con un pronunciamiento común, que parta de la condena a todos los hechos de violencia contra la población civil, y exija el cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas que deben dar lugar a dos Estados soberanos. Con pequeñas modificaciones y/o agregados, los comunicados tienen denominadores comunes que podrían formar parte de una declaración más amplia que los gobiernos podrían suscribir.

 

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí