ORDEN DE PRIORIDADES

La política económica está organizada para que prosiga el esquema de la crisis con cuentagotas

 

Durante los últimos días se produjeron desarrollos sobre la situación económica que permiten vislumbrar la continuidad de las tensiones que caracterizan a esta política, a la vez que el estado del nivel de vida de la población nacional, proclive al empeoramiento dada la incontinencia de la aceleración inflacionaria, sigue siendo un objeto de inquietud.

El anuncio de inversiones con financiamiento proveniente de Beijing que anunció Sergio Massa al volver de China, la renovación del swap de monedas por tres años y la extensión que el ministro celebra por las posibilidades que le otorga para intervenir sobre el mercado cambiario, en conjunto con la negociación con Brasil para lograr el ingreso de Argentina a los BRICS con la finalidad de obtener financiamiento externo por parte del banco de este grupo, demuestran la falta de un orden de prioridades que permita organizar el programa de la recuperación. Aparentemente se intenta evitar una devaluación, pero su proveniencia no se especifica por fuera del clima electoral, sin aludir a ningún cambio sobre la gestión de la macroeconomía.

En vista de que por ahora la inflación amenaza con seguir ascendiendo, los salarios bien pueden quedar a la zaga por segundo año consecutivo, y que modificar este estado de cosas equivale a estimular el nivel de actividad e incrementar el flujo de importaciones, el interrogante que surge es si el accionar oficial puede ser efectivo para resolver los problemas que se presentan.

 

Sólo lo imprescindible

El Índice de Ventas Minoristas Pymes que elabora la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) dio por resultado una contracción del 2,8% en mayo con respecto a abril, con las ventas medidas a precios constantes. De los siete rubros que lo componen (Alimentos y Bebidas; Farmacia; Calzado y Marroquinería; Perfumería; Textil e Indumentaria; Bazar, Decoración, Textiles de Hogar y Muebles; y Ferretería, Materiales Eléctricos y de la Construcción), solamente Farmacia creció con respecto al mismo mes del año anterior. En la comparación de la variación acumulada en los primeros cinco meses del año frente al mismo período de 2022, este y el rubro de ferretería son los únicos dos que mantienen una evolución favorable.

Esto representa un empeoramiento. Hasta abril, solamente dos ramas habían experimentado una caída acumulada en el primer cuatrimestre del año. Ahora esta se extiende a la mayor parte de los rubros, entre los cuales se cuenta Alimentos y Bebidas, cuyo descenso acumulado hasta mayo asciende al 1,9%, y se incrementa al 4,2% cuando se compara solamente mayo con respecto al mismo mes del año anterior. Los testimonios de comerciantes que acompañan al informe cercioran que las compras se acotan a lo imprescindible.

 

Con más asiduidad

La causa obvia de esta restricción en el consumo de bienes básicos para la vida es el incremento de sus precios, cuya tendencia empieza a aceptarse en el gobierno como algo que no es posible alterar. Así lo deja traslucir el alza en las proyecciones de la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para los meses restantes de este año, que por lo pronto ya no superan el 6%, sino el 8%.

Desde finales de mayo, la Secretaría de Comercio comenzó a difundir sus intervenciones en pos de sancionar los incumplimientos del programa de Precios Justos con más asiduidad. Entre el 22 y el 23 de mayo realizó relevamientos en las cadenas de supermercados mayoristas Yaguar, Maxiconsumo, Vital, Makro y Diarco para controlar el precio de aceites que se encuentran dentro de un fideicomiso para adquirir el producto con un subsidio que reduce el costo al 55% de su valor normal de mercado, y detectaron sobreprecios que varían entre el 41% y el 101% en botellas de 1,5 litro y 90 mililitros de aceite de girasol y mezcla.

El 24 se le suspendió a la cadena de supermercados Día el acceso prioritario al uso de divisas para pago de importaciones, a raíz de que se detectaron aumentos de precios entre abril y mayo del 8,33% en promedio en 120 sucursales, cuando la tasa permitida es del 5%. Se hizo hincapié en la divergencia entre los precios pautados y aquellos a los cuales efectivamente se venden los bienes en los casos de la botella de 1,5 litro de Coca-Cola (43,9%, 390 pesos frente a 264 en el acuerdo), la leche chocolatada Día en caja de 1 litro (45,10%, 449 frente a 321), y las tostadas clásicas Criollitas (41,67%, 299 frente a 207,12).

Por último, el lunes 5 de junio se sancionó a 51 sucursales de 103 relevadas comprendidas dentro del Área Metropolitana de Buenos Aires que pertenecen a las cadenas de supermercados Carrefour, Coto, Cencosud, y Changomás, por no cumplir con los estándares de precio, calidad y stock de Precios Justos Carne.

La dificultad para establecer los precios por medio del programa, aunada a la magnitud y la frecuencia de los incumplimientos, da cuenta de lo inefectivo de pretender controlar la tasa de inflación sin modificar las causas de fondo que la provocan, que se sintetizan en el sistema de precios al que dan lugar la devaluación intermitente, el esquema de retenciones y las tarifas de servicios públicos en alza.

Es interesante señalar que el fideicomiso aceitero se encuentra vigente desde febrero de 2021. A la manera del posterior fondo del trigo que pasó sin pena ni gloria, fue un subsidio utilizado como alternativa a las retenciones. Al igual que el programa de Precios Justos con la carne, que funge de un pobre sustituto del gravamen a la exportación. La Secretaría señaló que, hasta la fecha del relevamiento hecho sobre Día, se realizaron 5.643 relevamientos con 1917 actas de infracción resultantes. Pero es bien sabido que el resultado está lejos de ser el deseado.

 

El objeto de la intervención

Las liquidaciones de exportaciones comprendidas dentro del alcance del dólar agro (300 pesos por dólar para las provenientes del sector agrícola, particularmente oleaginosas) se encontraban en niveles bajos para la expectativa oficial. Al cierre de la semana del 28 de mayo habían ingresado 3.500 millones de dólares, cuando la expectativa era que se liquidasen 5.000. Finalmente se cumplió el pronóstico, y se llegó a computar un ingreso de 5.086 millones, debido a que en el último día del mes pasado se liquidaron 1.052 millones.

El aparente “éxito” del dólar agro deja entrever un problema. El llamado “Programa de Incremento Exportador” que lanzó el Ministerio de Economía en abril tuvo la función de sustituir la carencia de un mecanismo coercitivo que torne a la liquidación de exportaciones en algo ineludible. El retaceo de la liquidación se debió a la expectativa de una prórroga del programa, que finalmente no sucedió. Pero la rémora de ese flujo de ingresos hacia las reservas internacionales del Banco Central podría haber provocado una disfunción si el ritmo de importaciones hubiese sido más intenso.

Lo que impide esto es la continuidad del enfriamiento de la actividad, cuyo único límite en este momento es la intolerancia social ante una mayor caída del nivel de vida. A propósito de lo cual el Banco Central impulsó que la proporción de importaciones financiadas por medio de deuda comercial —demorando el pago con respecto al momento de la importación— se elevase a partir de marzo del año pasado. Hasta mediados del mismo, esta había alcanzado el 34% del total. Hacia el final se elevó al 38%. Para mayo de este año, se registra que de los 28.900 millones de dólares de importación en los cinco meses de 2023, el 13% (3.600 millones) se financió mediante deuda comercial. Se trata de otro medio, menos rimbombante por su exposición en la prensa, de limitar el uso de divisas en las condiciones actuales.

Lo que suceda con el FMI permanece siendo una incógnita sobre la que se suele recordar su existencia sin que se conozca mucho más que en la vez anterior que se aludió al tema. Según las versiones que circulan, el equipo de Economía logró que se le autorizase el uso de las divisas para intervenir en el mercado cambiario, aunque no en la magnitud deseada. De los 10.700 millones de dólares solicitados para el adelanto, solamente el 20% se podría utilizar para intervenir en el mercado cambiario. Pero la negociación continúa, sin que se conozca a qué aspira el elenco argentino ni cuándo se acordarán los resultados finales.

Dentro del conjunto de divergencias entre lo que el gobierno desea y lo que el FMI está dispuesto a concederle se extravía la incógnita principal: ¿Qué tipo de intervención es la que se desea practicar? ¿Con qué objeto? Debe considerarse que el mercado cambiario se encuentra altamente restringido. Es sabido que rige un límite para la compra de divisas destinadas al ahorro de 200 dólares al mes. De manera que, si se trata de obtener protección contra una eventual corrida cambiaria, lo que no se está especificando es de qué clase de corrida se trata.

Esta inquietud no suele formar parte de la información sobre la materia, lo cual es curioso tratándose de la relevancia que mantiene en lo que respecta a la evolución de la macroeconomía, y la degradación del bienestar que está padeciendo la población argentina. En el caso de que se busque prevenir el riesgo de la aparición de otra histeria blue como la que se produjo en la última semana de abril, el efecto de esta forma de acción sobre los precios es acotado, y puede resultar onerosa en la medida en la que se utilicen dólares de las reservas internacionales del BCRA para financiar operaciones de venta.

El Cohete le dirigió una consulta al Ministerio de Economía sobre cuál será el posible uso de los desembolsos adelantados y qué tipo de movimiento del mercado cambiario se pretende controlar, que al cierre de la edición no fue respondida. Lo que parece ser cierto es que la posibilidad de apuntalar el nivel de actividad y revertir el deterioro socio-económico de la sociedad argentina utilizando divisas para poder financiar un mayor flujo de importaciones no es algo que se esté contemplando.

En estas condiciones la pretensión de mitigar los incrementos de precios se reduce a una fantasía, porque todas las condiciones que lo generan son las mismas que mantienen a la economía incubando una recesión. Lo que organiza la política económica es la continuidad de este esquema de crisis administrando con cuentagotas los recursos disponibles para que no se exacerbe su empeoramiento por encima de los límites gravitacionales que naturalmente impone la compresión forzosa de la actividad.

 

 

 

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