El 9 de noviembre mencionábamos en El Cohete las dificultades que encuentra el Presidente Trump en la gestión de los escenarios geopolíticos donde Estados Unidos participa; mientras a través del Documento de Estrategia de Seguridad Nacional 2025 se anuncian una serie de principios para la política imperial en curso, el magnate se comporta como un Jano bifronte, con un rostro pretendidamente pacificador en Ucrania y otro guerrero en Venezuela. Pero los problemas en casa comienzan a emerger: una encuesta de Fox News reveló que el 76% de los entrevistados tiene una visión negativa de la gestión económica del Presidente; otra campana de alarma resonó en la ciudad de Miami, donde la candidata democrática Eileen Higgins venció el ballotage en las elecciones municipales rompiendo una hegemonía republicana de décadas.
Ucrania, planes que viajan
Una señal de alarma para Kiev se verificó el sábado 29 de noviembre con la irrupción de la policía judicial en el domicilio de Andrij Jermak, número dos del régimen, Jermak se estaba preparando para partir hacia Miami para unirse a los negociadores americanos. En la Operación Rey Midas del organismo anticorrupción Jermak es apodado Alí Babá. No obstante el sobrenombre, por ahora no figura como imputado. El personaje caía antipático a todos, incluyendo los negociadores americanos. ¿Sucederá lo mismo con el sucesor, Rustem Umjerov? Quién hasta julio era el ministro de Defensa de Kiev fue destituido por una acusación de corrupción por una partida de chalecos anti-bala fallados; el círculo de confianza de Zelensky se achica y ha tenido que reemplazar un no-imputado con un imputado.
Ya durante la administración Biden, el Pentágono se dedicó a investigar el destino de los cuantiosos fondos que Estados Unidos repartía a manos llenas al aliado en guerra: 350.000 millones según recientes declaraciones de Marco Rubio. Claramente los resultados no trascendían, pero parece llegado el momento de exhibirlos como arma de presión contra Zelensky.
El lunes 1º de diciembre llegaron a Moscú Witkoff y Kushner, los enviados de Trump. Llevaban bajo el brazo un plan de 19 puntos retocado por los europeos, en lugar del famoso plan de 28 puntos, calificado por The Economist como “una terrible propuesta ruso-americana que satisface muchas de las exigencias maximalistas (de Rusia) y que agrega otras”.
El analista Alastair Crooke calificó el plan de 19 puntos una movida Bait and Switch, práctica comercial tramposa en la que un vendedor atrae a un cliente con ofertas tentadoras que resultan inexistentes, para después empujarlo a comprar un producto diferente, que puede ser de calidad inferior o de mayor precio.
Después de una amansadora de tres horas se realizó la reunión con Putin, de la que participaron el consejero presidencial Yuri Ushakov y el presidente del fondo soberano ruso Kirill Dimitriev. Las declaraciones después de cinco horas de reunión describieron un encuentro positivo, aunque será necesario continuar el trabajo sobre los puntos cruciales: territorio y garantías para Ucrania.
Pero al grupo de voluntariosos, el plan que llevó Witkoff a Moscú no bastaba y han elaborado un nuevo plan para Ucrania en este tira y afloje que no parece tener fin. El plan fue presentado en Washington el miércoles 10. La novedad es la presentación común UE-Ucrania, que los firmantes imaginan, no se sabe por cuál razón, como un útil instrumento de presión.
Witkoff abandonó Moscú y voló a Estados Unidos sin detenerse en Bruselas, donde lo esperaba Zelensky, lo que indica el peso que los americanos le otorgan a la Unión Europea. Pero los europeos insisten. Esta desconexión del contexto ha sido bien explicada por Emmanuel Todd en una conferencia que se realizó en Moscú en abril de este año:
“Esta guerra... no obstante que el ejército que representa occidente es ucraniano, es un enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos: no podría haber sucedido sin el equipamiento americano, no habría podido desarrollarse sin los servicios de observación e inteligencia americanos. Por eso es perfectamente natural que las negociaciones finales se desarrollen entre rusos y americanos”.
“Encuentro extraño que los europeos se sorprendan de encontrarse excluidos de la negociación. Su sorpresa es una sorpresa también para mí. Desde comienzos del conflicto los europeos se comportaron como súbditos de Estados Unidos, han entregado armas y equipos pero no han dirigido la guerra, por esto los europeos no tienen un cuadro correcto y realista de la guerra”.
Trump, en declaraciones en Político, el martes 9, ha calificado a los europeos de “débiles”, a Europa de “decadente”, y ha instado a Zelensky a aceptar el plan de paz. Recordemos que Trump es el único interlocutor que, con su habitual brutalidad, le dijo la verdad en público en el tormentoso encuentro del 28 de febrero: “Ucrania no tiene las cartas para vencer”.

Mientras se anuncian nuevas reuniones al más alto nivel, trascienden detalles del plan que Trump preparó para Kiev: desmilitarización del Donbas, de donde se retirarían los ucranianos. ¿Destino? Zona de libre comercio, aunque no se especifica quién gobernaría el territorio (The Guardian). Son todavía vagas las garantías de seguridad que pretenden los ucranianos. Según el jefe de negociadores de Ucrania, “estamos orientados a aceptar” (Le Monde).
El viernes las agencias Interfax y Tass citaban al consejero de la presidencia rusa Yuri Ushakov: “No hemos visto ninguna versión modificada de los planes americanos. Cuando la conozcamos daremos la respuesta apropiada”.
La señora Úrsula von der Leyden, presidenta de la Comisión Europea, impulsa en tanto un proyecto para apropiarse de los activos rusos congelados en Europa. Ucrania necesita para sobrevivir cerca de 5.000 millones de euros mensuales, de los cuales destina el 60% a operaciones de guerra. De allí la urgencia que manifiesta Bruselas, ya que ningún socio quiere poner dinero de su propio bolsillo.
Pero la cosa no será fácil: requiere modificar los reglamentos de voto de la Comisión Europea. Como era previsible, Rusia presentó una demanda judicial contra Euroclear, la banca que conserva los fondos rusos, y el mismo gobierno belga, contrario a la operación, anunció que se opondrá con todos los medios legales a la expropiación.
Voceros armados
¿Está intentando Europa crear un nuevo proyecto basado en el fantasma de la guerra? Hay que tomar la palabra “Europa” con pinzas, dado que continente, pueblos e instituciones forman voces diferentes y a menudo antagónicas entre sí, pero que se fomenta un clima pre-bélico no se puede negar.
René Obermann, presidente del consejo de administración de Airbus Group, declaró el 19 noviembre en la Conferencia de Seguridad de Berlín que “las naciones europeas deben desarrollar un arsenal de disuasión nuclear táctico para contrarrestar la expansión rusa”.
El jefe de Estado Mayor de Francia, general Fabien Mandon (nomen omen), en un palco inusual, la reunión congresal de intendentes municipales del Exágono, explicó que “tenemos todo lo necesario para disuadir Moscú, lo que nos falta es la fuerza de ánimo para aceptar dañarnos defendiendo la nación… es necesario aceptar perder nuestros hijos, sufrir económicamente. Si no estamos preparados a esto, entonces estamos en peligro. Es necesario hablarlo en vuestros municipios”.
El 2 de diciembre, el almirante italiano Giuseppe Cavo Dragone, presidente del Comité Militar de la OTAN, en una entrevista al Financial Times, afirmó que “estamos estudiando todo, hasta ahora hemos estado más bien reactivos. Pasar de una postura reactiva a una proactiva es lo que estamos pensando… un ataque preventivo podría ser considerado, en determinadas circunstancias, una forma de ‘acción defensiva’… que es un enfoque lejano (precisó) a nuestra manera de pensar y comportarnos”. La referencia apunta a que la OTAN es considerada una organización defensiva.
Es evidente que tales declaraciones en un momento crucial de las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos podían conmocionar el panorama y despertar una serie de interrogantes. Lo de Cavo Dragone, asesor directo de Mark Rutte y coordinador de los jefes de Estado Mayor de 32 países, no es creíble que haya sido un paso en falso; Rusia ha calificado de “irresponsables” las declaraciones, cualquier militar sabe que “defensa proactiva” es la decisión de golpear primero y lo curioso del asunto es que ha trascendido que la entrevista se había realizado el 18 de octubre. Evidentemente durmió en un cajón hasta que alguien consideró oportuno sacarla a relucir.

Venezuela, vigilia de tensión
Pino Arlacchi, ex asesor de la ONU en cuestiones de droga y narcotráfico, ha consultado un reciente estudio publicado en Foreign Affairs y comenta que “Estados Unidos se encamina hacia su derrota número 65” si ataca Venezuela, y “la 66 está por llegar en Ucrania”.
Arlacchi, como otros analistas, considera que “Pentágono e Intelligence se oponen a esta pantomima estilo desembarco en Normandía”. Así se hace filtrar el disenso de decenas de militares y abogados del Pentágono, dimite el almirante Holsey, comandante de las fuerzas militares en América Latina, y se disocian en modo clamoroso las Fuerzas Armadas del Reino Unido, ante operaciones definidas como ilegales que pueden acarrear responsabilidades personales a sus ejecutores. Porque estamos hablando de ejecuciones extrajudiciales de sospechosos de narcotráfico.
Que The Intercept revele que los desgraciados tripulantes de las naves atacadas por los americanos fueron asesinados con ametralladoras no es extraño: ese medio puede considerarse antisistema, pero sucesivamente el Washington Post del 28 de octubre, en un titular, ha llamado a las fuerzas americanas “los nuevos piratas del Caribe”.

La guerra comenzada por Estados Unidos en el Caribe es ilegal, afirma The New York Times. Añade que las personas muertas podrían haber sido detenidas fácilmente y no asesinadas sumariamente. Los cuerpos no han sido recuperados, solo queda flotando la acusación de tráfico de drogas a las barcas atacadas.
Una de las cosas que debe señalarse es el silencio del parlamento europeo y de los gobernantes de los países de la Unión Europea. El episodio recuerda el caso de Julian Assange, que solo encontró asilo y refugio en la embajada de un pequeño país sudamericano sin que Europa alzara la voz frente a la persecución contra el periodista australiano. El sermón democrático se reserva solo a Rusia y obviamente a Venezuela.
Los analistas consideran que el plan eventual de un ataque a Venezuela es una fotocopia del que presentó Bolton en la primera presidencia de Trump, pero del despliegue inicial de 5.000 soldados se ha pasado a 16.000, lo que indica que las previsiones iniciales no funcionaron.
El otro cambio es el del mascarón de proa: los personajes que Estados Unidos opone al gobierno de Venezuela parecen especialmente pensados para que Nicolás Maduro gane las elecciones; se ha pasado del impresentable Juan Guaidó a la señora María Corina Machado, flamante premio Nobel de la Paz, gran viajera, que en 2000 dejó Caracas para mudarse a Estados Unidos. Allí participó en un curso de leadership en la Kennedy School de Harvard para después ser seleccionada por el Global Leadership Program de la Universidad de Yale. Estados Unidos considera útiles estos programas para preparar líderes leales en el Tercer Mundo.
Además del petróleo, Maduro es para los neocon un personaje a eliminar por sus frecuentaciones: China y Rusia. A la hora de entender lo que está sucediendo, la cuestión de la hegemonía hemisférica corre paralela al petróleo.
Hay que recordar que el iniciador de esta política fue Barack Obama en 2015. Las sanciones permitieron sustraer a Venezuela 1.500 millones de euros del banco portugués Novo Banco, 453 millones de Clearstream (Cedel-Deutsche Börse Group), y 1.300 millones de dólares es el valor del oro venezolano bloqueado en el Banco de Inglaterra.
Más de 930 medidas han sido aplicadas a Venezuela por parte de Estados Unidos y otros países, especialmente de la Unión Europea. La consecuencia es que de 2015 a 2023 el rédito en divisas extranjeras se ha reducido en un 90%.
En 2000 la industria petrolera producía anualmente 3 millones de barriles; en 2020 la producción ha bajado a 440.000; el PIB ha perdido 642.000 millones de dólares; las sanciones abarcan el congelamiento de activos en el sistema financiero por valor de 22.000 millones de dólares.
La Citgo Petroleum Corporation, séptima refinería del mercado estadounidense, ha sido bloqueada y pende la amenaza de expropiación judicial sobre ella, gracias a las sanciones americanas.
Trump bloqueó en enero 2019 todas las propiedades venezolanas en Estados Unidos. Ningún tráfico puede ser ejecutado. En suma, parálisis total. Es interesante leer la justificación de aquél momento: “La continua usurpación del poder de Nicolás Maduro y las personas a él afiliadas, y la violación de los derechos humanos”.
Ahora el casus belli ha mudado a narcotráfico, pero obviamente nadie se lo toma en serio.
El gobierno de Maduro creó una criptodivisa para desengancharse del dólar: se llama petro y su base económica son los yacimientos de petróleo, diamantes, gas y oro que en Venezuela abundan, y que además forman el premio mayor que interesa a los americanos.
Se han sucedido varios intentos para derrocar a Maduro, el último fue el aluvión propagandístico que se lanzó en ocasión de las elecciones presidenciales de 2024. No obstante la toma de distancia de Brasil y Colombia, la elección fue considerada correcta por 910 observadores internacionales, con garantías biométricas y controles automáticos. No obstante esto, fue definida como fraudulenta por Estados Unidos y sus satélites, y la prensa complaciente acompañó al grito de “¡que muestre las actas!”
Se le pide a un país acosado que respete parámetros que a otros gobiernos probablemente no se le exigen, y gran parte de la izquierda europea se demuestra como un caso patético cuando actúa como coro a estas acusaciones.
Las acusaciones contra Maduro apuntan a ligarlo a la banda narco Tren de Aragua, que junto a los emigrantes venezolanos son presentados como una amenaza a la seguridad interna de Estados Unidos. Conviene recordar que el gobierno venezolano está en lucha contra Tren de Aragua, como quedó en evidencia cuando Maduro envió 11.000 soldados a intervenir en la cárcel de Tocorón en setiembre de 2023. Dicha cárcel era una fortaleza gestionada por los narcotraficantes, adentro tenían hasta un zoológico y funcionaba una discoteca.
Además, el reciclaje del dinero del narcotráfico no lo realiza Maduro sino diversos bancos americanos como el TD Bank, multado en 3.000 millones de dólares en 2024 por 470 millones de dólares de ganancias derivadas del fentanilo; también se multó en 160 millones de dólares a la financiera Wachovia por reciclaje de fondos de los carteles mejicanos; multa de 1.900 millones de dólares a HSBC por reciclaje de 881 millones de dólares de los narcos de Sinaloa; incluso se han individualizado fondos de las mafias chinas reciclados por bancos americanos.
Los analistas coinciden en que Marco Rubio y el ala interna del poder que algunos llaman Deep State son los que impulsan a Trump en esta pulseada contraria al interés nacional y paradójicamente trágica, ya que el Presidente fue elegido con el mandato de terminar con las guerras y sobre todo con las derrotas y fugas, como en Afganistán.
Siguiendo la línea del Secretario de Estado se recuerda, como probabilidad, que uno de los motivos de la anulación del encuentro Trump/Putin en Budapest sea la situación venezolana. Después del diálogo telefónico Rubio/Lavrov del 16 de octubre, la Duma ratificó, por pedido del Ejecutivo, la alianza estratégica entre Moscú y Caracas. Al menos así lo piensa el analista ruso Alexander Bobrov.
Epílogo en familia
Hace casi 40 años, en Florida, el emigrante cubano Orlando Cicilia fue arrestado y condenado por tráfico de cocaína por un valor cercano a 15 millones de dólares. Almacenaba la cocaína en los dormitorios de su casa en West Kendall para contrabandearla más tarde en todo el país. En 1989, Cicilia fue condenado a 35 años de cárcel y liberado a inicios del 2000. Los millones de dólares que habría ganado en sus operaciones nunca fueron recuperados.
Una vez libre, Cicilia consiguió la licencia para dedicarse a operaciones inmobiliarias gracias a la intervención del joven jefe de la mayoría de la Cámara de Representantes de Florida, que escribió a la División Inmobiliaria: “Conozco al señor Cicilia desde hace más de 25 años, lo recomiendo sin reservas para su habilitación”. El firmante no aclaró que lo ligaba un parentesco al “señor Cicilia”, que se había casado años atrás con su hermana mayor, Bárbara. Claramente estamos hablando de Bárbara Rubio, la hermana de Marco Rubio. Todo salió a la luz en la campaña electoral de 2016 y está explicado en su libro de memorias An American Son, donde dice que visitaba la casa de los Cicilia para cuidar los siete perros samoyedos de la pareja y que no sabía nada del tráfico de drogas.
Todo esto lo cuenta Naomi Feinstein en el Miami New Times del 17 de setiembre pasado. No hay nada nuevo, aunque alimenta la alegre maledicencia y la creatividad popular: Marco Rubio fue rebautizado a la velocidad de la luz, renaciendo como Narco Rubio.
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