PELÍCULAS ESCONDIDAS (2)

Un reflejo de tiempos lejanos que no están tan lejanos como desearíamos

 

Las elecciones legislativas convocadas por el gobierno de Arturo Illia en marzo de 1965 fueron significativas por la participación del peronismo a través del partido Unión Popular y porque fueron las últimas que tuvo la Argentina hasta 1973. Unión Popular había sido fundada por Juan A. Bramuglia, ex funcionario de Perón, como alternativa a la prohibición del justicialismo desde 1955 y luego había sufrido proscripciones propias: en marzo de 1962 Andrés Framini ganó por la UP la gobernación de Buenos Aires, pero el golpe de ese año le impidió asumirla, y en las elecciones de 1963 se prohibió que la UP presentara candidatos a Presidente y senadores. Pese a recibir la presidencia con esos y otros condicionamientos militares, Illia levantó varias proscripciones y así la Unión Popular, liderada nominalmente por Rodolfo Tecera del Franco, pudo presentarse en las legislativas de 1965. El resultado fue un ajustado triunfo del peronismo —sin Perón— y el salto de 8 a 52 representantes en el Congreso. (Es un poco sorprendente descubrir que la Unión Popular aún existe. Eduardo Duhalde en 2011 y Sergio Massa en 2015 usaron ese sello para postularse a la presidencia, sin éxito. En 2019 se sumó al fracaso de Juntos por el Cambio.)

El noticiero cinematográfico EPA (Ediciones Periodísticas Argentinas) dio cuenta de las elecciones de 1965 con bastante conciencia de su importancia. El EPA se había iniciado en 1959 e impuso un estilo más moderno que el de sus competidores Sucesos Argentinos o Noticiero Panamericano. Una edición contenía entre ocho y diez notas breves —el doble de un noticiero normal—, cada una de las cuales rara vez superaba el minuto de duración. EPA regularizó la práctica de incluir notas extranjeras y al parecer fue el primer noticiero argentino en incorporar una locutora. Sus principales responsables fueron el empresario Eugenio Gerbasch y el periodista Ricardo F. Rivas, que al inicio tuvieron otros socios pero se libraron de ellos hacia 1965. Buceando en las profundidades del Boletín Oficial se descubre que ese año ambos fundaron EPAC (Editorial Periodística Argentina Cinematográfica SRL), desde donde siguieron haciendo el noticiero durante el resto de la década. Debió ser una sociedad feliz porque en 1970 ambos la renovaron con optimismo “por cincuenta años” y eventualmente se fusionaron con otro noticiero, Argentina al Día, que era de la empresa publicitaria Lowe. Bajo esa alianza y con el dibujo animado de un cameraman que corría en cámara lenta por la Avenida del Libertador, obtuvieron muchísima difusión en los cines durante toda la década de 1970.

La edición del EPA sobre las elecciones de 1965 fue excepcional por su despliegue de recursos y el alcance de su cobertura. Tiene imágenes más o menos esperables de los cierres de campaña (incluyendo una orquesta de radicales de boina blanca paseándose por la ciudad en bañadera), afiches y pintadas en las calles y celebridades votando (Violeta Rivas, Guillermo Brizuela Méndez, Pinky, Luis Sandrini, Tita Merello) pero también cubre el viaje a Córdoba del Presidente Illia para votar en Cruz del Eje y el desarrollo del conteo en el comando electoral del Ministerio del Interior. Como contrapunto de todo ese vértigo, aparecen políticos de distinto signo registrados con sonido directo, un recurso que era rarísimo en los noticieros del período. Así pueden verse, entre otros, Tecera del Franco, Alicia Moreau de Justo, Ricardo Balbín y Oscar Alende (muy molesto con los resultados). También aparecen Horacio Sueldo, fundador de la Democracia Cristiana de Córdoba, que objeta la representación proporcional según el método d’Hondt, y hasta el humorista Aldo Cammarota, que se había postulado en Buenos Aires por un efímero Partido de la Reconstrucción Nacional.

El noticiero culmina con una entrevista al comandante electoral de los comicios, que declara en tono marcial: “El electorado ha sufragado en un ambiente de tranquilidad, que habla elocuentemente sobre la educación de nuestro pueblo. Como comandante electoral siento la obligación y la gran satisfacción de respetarlo”. El comandante en cuestión es Juan Carlos Onganía, quince meses antes de derrocar a Illia el 28 de junio de 1966.

La retórica de los locutores del EPA habla de “absoluta libertad”, “vocación democrática” y de “las fuerzas de la Constitución y el derecho”. En cambio la revista Tía Vicenta, que sabía medir la temperatura política del país, anticipó el desenlace en dos viñetas publicadas inmediatamente después de los comicios.

 

 

 

 

NOTICIERO EPA, nº 223 (marzo, 1965)

Dirección: Ricardo F. Rivas.

Editor: Eugenio Gerbasch.

10’.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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