Penas de nosotros, carne para exportar

El presidente de la Sociedad Rural de Rojas y su mirada sobre la “libertad”

 

“Si el mundo quiere comprar la carne cara, tendremos que tener la opción (los argentinos) de pagar esa carne cara, o bien tendremos que comer otro tipo de cosas”, afirma en diálogo con El Cohete a la Luna, Alberto del Solar Dorrego, presidente de la Sociedad Rural de Rojas. Fue candidato a intendente en su distrito por La Libertad Avanza (LLA) y salió tercero. Supera al gaucho de los ricos Alfredo de Angeli, que en 2008 sostenía que si los argentinos querían comer lomo, debían pagarlo al precio internacional de exportación.

 

Alberto del Solar Dorrego.

 

Sus expresiones son un canto a la libertad de exportar todo y no pensar en la necesidad de abastecer el mercado interno. Si las vacas son de ellos, que las penas sean nuestras, parece ser su prédica. “La única forma de que entren divisas es exportando, no vendiendo en el mercado interno”. Pero aclara que es siempre pensando en que el país salga adelante. “Liberemos la producción”, señala, para volver a ser ese país únicamente exportador de materias primas y que tiene un Presidente como Javier Milei dispuesto a concretarlo.

 

 

Dentro de la reforma laboral que pretende Milei con su decreto sin necesidad ni urgencia, está la precarización para los trabajadores rurales. Habilita la tercerización a través de empresas o agencias de servicios temporarios, que estaba prohibido. Aquella explotación, que reveló Horacio Verbitsky en enero de 2011, implicaba a transnacionales del agro que tenían como esclavos a trabajadores rurales, trabajadores que vivían en un nido de ratas, y eran personas que eran reclutadas para esa labor por esas agencias. “Es muy difícil traer gente a trabajar en el campo”, dice el presidente de la Sociedad de Rojas, y agrega: “Esto tiene que ir cambiando con las desregulaciones que es lo que está proponiendo este gobierno”.

 

 

La meritocracia también forma parte de su lema: “El mérito, el que produce, el que hace las cosas bien, que tenga todas las posibilidades de exportar”, expresa Del Solar Dorrego. “Las desregulaciones lo que van a hacer es que el productor siga aumentando su capacidad productiva. Hasta tal punto que comprará mejores tractores, utilizará mejores fertilizantes y los techos de producción van a crecer”. Elogia la desregulación mencionando países vecinos como Uruguay, Paraguay y Brasil. En ese sentido, manifiesta la necesidad de desregulación de los fletes, “que deben ser pactados entre el productor y el camionero. ¿Por qué tiene que haber una tarifa donde CATAC (Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas), o quien sea, la pone arbitrariamente independientemente de la zona donde se produce?”, indica.

Alberto del Solar Dorrego se presenta como ingeniero agrónomo; además de ser presidente de la Sociedad Rural de Rojas, vive en el campo, tiene tres hijos y está casado. “Trato de hacer todos los trabajos referentes al agro y además de trabajar desde el punto de vista gremial con las nueve rurales del norte de la provincia de Buenos Aires”, explica. No lo dice, pero es criador de caballos. Tampoco cuenta que cumplió una condena de cuatro años por haber estado en 2009 implicado en la muerte de Alberto Tavella. A Jorge Fontevecchia le dijo que se trató de una “gresca callejera”. La víctima cayó al suelo, golpeó contra el cordón y murió como consecuencia del golpe. Cumplió la pena con prisión domiciliaria.

“El mérito es para quienes trabajan”, plantea Alberto del Solar Dorrego, con esa idea falsa de que existen quienes no desean trabajar, tan propia de la derecha. Cuando es el anarco-capitalismo financiero existente el que expulsa a millones de personas que, si no tuvieran esa ayuda del Estado, estarían más desamparados todavía. Pero esa idea de que “falta cultura del trabajo”, que intenta negar la destrucción del aparato productivo del Estado que se ejecuta, es lo que vuelve a reinar con Milei. Y el criador de caballos de Rojas y presidente de la Sociedad Rural, hace escuela: “Lo importante es el mérito de las personas, que las personas que trabajan puedan progresar y no un Estado metiéndonos la mano en el bolsillo a todos”.

 

 

“No hay nadie más liberal que un productor agropecuario”, afirma Del Solar Dorrego. “Aunque no lo sepa, aunque esté afiliado, piense y vote por la social democracia. Digo esto porque el productor agropecuario es dueño —tranqueras adentro— de su vida, de su trabajo. Si va a empezar por un lote o va a terminar por el otro, si va a sembrar maíz o soja; o sea, toma decisiones propias durante todo el día. Lo que pasa es, que hay muchos productores que no se han dado cuenta de que básicamente viven un liberalismo”. Por eso dice que el productor debe festejar que la primera medida de Milei haya sido fijar el dólar entre 800, 820 pesos: “Un alivio para el sector, aunque vamos por más, porque las retenciones son impuestos ilegítimo”.

Pero entiende el presidente de la Sociedad Rural de Rojas que, si bien Milei dijo “que las retenciones serán derogadas, en el estado actual de falta de dinero, es imposible realizar en este momento esa idea libertaria de no restricciones a la comercialización, pero es una propuesta de campaña muy clara que se ha dicho”. Para Del Solar Dorrego, “no hay personas más exitosas que los productores agropecuarios argentinos, que a pesar de tener todo en contra, siguieron produciendo, a pesar de la seca del año pasado”. Y concluye: “Es más, si el Estado te saca la pata de encima, imagínate la capacidad productiva que puede tener nuestro país”.

Que el mercado no tenga regulación alguna, es algo que debemos aceptar, dice el ingeniero agrónomo de 70 años. Lo aprendió con una visita de jóvenes chilenos en la época en que Hernán Büchi era ministro del dictador Augusto Pinochet. Fue ahí que cambió su forma de pensar y de creer que el Estado debía estar presente, tal cual “fuimos educados”. Hay que exportar lo que tenemos y dejar de mantener una industria deficiente como la automotriz, dice Del Solar Dorrego, que no piensa en una clase obrera calificada y de buen salario que brinda ese rubro. “¿De qué sirve tener una industria automotriz que tiene que ser subsidiada para que exista? (…) Para eso están otros países”, dice. Y para no dejar en la calle a ningún operario, recomienda “reconvertirlos” para que sean útiles “en otro tipo de trabajo”.

 

 

Antes de la primera presidencia de Juan Domingo Perón, la renta agraria diferencial era captada por las empresas británicas y los grandes productores locales que se quedaban con una parte importante de esa renta, lo que les permitía un derroche descomunal del que hacían gala en esa Argentina para pocos: viajar a Europa con vacas en el trasatlántico para tener leche fresca, comprar vajilla de oro y plata exclusivamente para usarla en el viaje y desecharla al mar al llegar al puerto e importar arquitectos con planos de viejos castillos feudales para construirlos en nuestro país.

 

La Argentina soñada por Alberto del Solar Dorrego.

 

En la Argentina, producir un kilo de carne cuesta mucho menos que a un productor europeo. El productor argentino gana una renta superior, diferencial, extraordinaria, que es la que ha permitido una acumulación importante de capital que no se había traducido en un país industrial hasta la llegada de Perón. Ese dinero concentrado en esa minoría enriquecida, antes del peronismo, constituyó lo que fue el “parasitismo oligárquico”, como bien calificó el historiador Norberto Galasso.

La Argentina que propone Milei nuevamente va en esa dirección, donde aquel triunfo de los terratenientes bonaerenses y los comerciantes porteños, que constituyeron la oligarquía mitrista, se abrazó al capital inglés, de postura librecambista y partidaria de la división internacional del trabajo, que le adjudicaba a nuestra nación el rol único de productora de carne y cereales. Desde el Estado, destruir al Estado, su aparato productivo, su soberanía política y económica, su capacidad industrial, es lo que vino a ejecutar Milei en nombre de la casta empresarial y el poder económico foráneo que representa.

 

 

 

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