Perdón, Guille

La música que escuché mientras escribía

 

El lunes, Guillermo Hernández me anunció que este domingo no estaría con nosotros en la radio. El martes me avisó que se suspendía el viaje planeado  y que estaría como siempre en el cierre más original de un programa político en el universo y sus alrededores, como diría un cómico famoso en este y en otros barrios. Pero yo me había frotado las manos de contento, porque desde que Guille nos trae su inigualable sabiduría sobre el jazz, tiendo a buscar otra música, del amplio repertorio de mis preferencias, aunque a veces traicione la consigna del título, porque no pongo lo que más escuché durante la semana de la escritura. Vos sabés. Bastante tango, mucho Bach, algo de folklore argentino y/o latinoamericano. Me pareció que no sería grave si un domingo tendríamos jazz+jazz.  La semana pasada le hice la prueba de Massa y Milei a Guille:

–Por sí o por no: ¿Coltrane te gusta más que Charlie Parker?

Respondió que sí, pero enseguida aclaró que Parker dejó una huella más profunda en la historia del jazz.

—Puede ser. Pero yo te pregunté si Coltrane te gusta más.

—Sí —ratificó para mi satisfacción, porque coincide con lo que me pasa.

Por eso hoy mientras Guille va a seguir con esos temas maravillosos de Coltrane con su cuarteto, yo voy a compartir mi gusto por el conjunto de Clifford Brown, acompañando a Sarah Vaughan. Cuando algo me atrae tanto, quiero conocer el contexto en el que se produjo. En este caso Sasi era una veterana de 30 años, que al piano y cantando ya había sido socia fundadora del be-bop, en la banda de Earl Hines, que fue un grandísimo pianista que, antes de reunir a Charlie Parker y Dizzy Gillespie, había formado en los Hot Five de Louis Armstrong. La lista de la gente con la que tocó lo dice todo. Es tan larga que te sugiero que la consultes con Wikipedia, que puede contener algún error, pero que igual te da una idea. Entre mis favoritos, Hines tocó con Coleman Hawkins y Tony Bennett. Clifford Brown tenía apenas 24 años, y se mataría con su auto un año y pico después. ¿Por qué esos genios tienen tan corta vida, cuando hay tantos canallas que recién se van cuando apestan? Escuchalo y decime si no te parece extraordinario. Lo acompaña un grupo de grandes músicos: Paul Quinichette en el saxo tenor, Herbie Mann en la flauta,  Jimmy Jones al piano, Joe Benjamin en el bajo, Roy Haynes en la batería.

La que me pierde es Sarah Vaughan. Está en mi Olimpo personal con Marian Anderson, Gardel, Paul Robeson, Pau Casals y Tony Bennett. Ya sé, hay quienes prefieren a Billie Holiday o Ella Fitzgerald, a Corsini, Frank Sinatra o Yo-Yo-Ma. Todos mis respetos, sólo estoy hablando de gustos personales.

Mentira, si no coincidís conmigo sos sordo.

 

😉

Escuchando September Song o viendo algunos videos de la época, me enamoré de Sarah Vaughan y me duró para siempre, a pesar de todo lo que se hizo a sí misma. Si la gozás tanto como yo, no me pongo celoso.

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 8.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 10.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 15.000/mes al Cohete hace click aquí