Perfume de mujer

Dirigentas que se disponen a enfrentar a las derechas ultras en el Parlamento Europeo

 

La cita en las elecciones europeas del 7 al 9 de junio será más importante que en ediciones pasadas: los partidos de extrema derecha son realidades inquietantes en toda Europa y llaman a la puerta del Parlamento Europeo, pero existen agrupaciones dispuestas a dar batalla, algunas de ellas dirigidas por mujeres inteligentes y carismáticas, que con dificultades, contradicciones y también algunos éxitos proponen nuevas visiones y proyectos.

 

Sahra, la muchacha que llegó del Este

Últimamente los grandes diarios europeos han dirigido su atención a Sahra Wagenkhecht, 54 años, la dirigente alemana que ha creado una nueva agrupación que proviene de una escisión de Die Linke (La Izquierda), el partido que hasta el momento reunía las almas más inquietas de la izquierda alemana.

Su partido, fundado en enero de este año, es el Bundnis Sahra Wagenknecht (BSW), Bundnis significa Unión y las proyecciones y sondeos lo consideran un partido que roba votos de todo el espectro político. Además cuenta con el apoyo de su marido Oskar Lafontaine, que no obstante sus 80 años mantiene viva la llama de la izquierda inconformista. Lafontaine fue uno de los fundadores de Die Linke, el partido que acaba de abandonar su esposa para crear el BSW.

Pero SW no aspira solamente a conducir a los escindidos, pretende también incorporar nuevos votantes disconformes de las opciones actuales. Se autodefine conservadora de izquierda y considera que el principal problema de los progresistas es que “hoy sus votantes son privilegiados”.

 

Sahra Wagenkhecht. Foto: Bernd von Jutrczenka.

 

 

Como es habitual cuando se alza una voz crítica contra el discurso homogeneizado de la Unión Europea, parte en seguida la acusación de populismo de parte de la prensa progresista, pero su partido crece y en algunas regiones de la Alemania oriental es la tercera fuerza y a veces la segunda.

Presencia austera, un estilo que recuerda los años 50, hábil polemista y dialéctica de alto nivel, dirigente preparada y sumamente clara en sus ideas, SW sostiene que su partido apunta a las personas con rédito medio o bajo, los “olvidados por todos”, también por la izquierda; arriesgando un tópico describe a los Verdes: sus votantes tienen instrucción académica, hacen las compras en los negocios bio, conducen autos eléctricos, quieren prohibir a todos los viajes en avión porque no se debe veranear en Mallorca pero después ellos vuelan por todo el mundo. “Y esta doble moral hace enojar a la gente”.

A quien la acusa de asemejarse a los discursos del partido de extrema derecha Alternative fur Deutschland (AFD) responde que comprende que muchos electores de la antigua izquierda se hayan pasado a votar la derecha, “pero no porque sean racistas o nacionalistas sino porque nadie defiende sus intereses”. La estadística le da razón: las encuestas dicen que solo un 20% de los votantes de AFD son neo-nazis o de ultraderecha.

En su libro Die Selbstgerechten (Los presuntuosos), Sahra define su partido como conservadores de izquierda, “como éramos antes de la llegada de la onda identitaria”. SW se refiere a las corrientes que se agrupan en torno a identidades étnicas, sexuales o religiosas, olvidando la clase y las luchas por la justicia social, como desvíos que alimentan la crisis de los partidos de izquierda.

Asimismo le ha tomado el pelo a la ministra del partido Verde, Annalena Baerbock, y su política exterior “feminista”. “El feminismo no tiene nada que ver, existe una política exterior militarista que se basa en glorificar la guerra y abastecer armamento, algo espantoso ¿Dónde han ido a parar los Verdes?”.

Considera que tanto lo que sucede en Ucrania como en Gaza concierne a su país, lo transforma en corresponsable. Insiste que las posiciones del Papa son justas: “En Ucrania hay que negociar ya”.

Considera imposible que Putin quiera invadir Polonia: “No está en las condiciones de hacerlo, además no podría enfrentarse con la OTAN”.

Sobre Europa, las posiciones son claras: hay que cambiarla, el centralismo de Bruselas tiene que ser desmantelado y se debe trabajar por una Europa de las democracias soberanas.

Sahra es observada con desconfianza desde el progresismo a raíz de sus posiciones sobre la inmigración. Alemania es el país más atractivo para la inmigración y es el que más la ha favorecido, pero SW ha dicho que hay muchos inmigrantes en relación a las estructuras de recibimiento, que en Alemania se necesitan alojamientos para 700.000 personas, jardines de infantes, maestros, y considera que estas carencias crean “sobrecargas” en el sistema.

Otra cuestión que Sahra considera importante es el rechazo de algunas comunidades a la cultura del país que las acoge. “En Francia existen realidades paralelas inaceptables donde se practica un islamismo radicalizado y sobre todo no debemos dejar la cuestión en manos a AFD”.

La presentación de su nuevo partido se realizó en el Kosmos, un ex cine de la antigua RDA, pero no es una nostálgica pese a que su biografía juvenil transcurrió en “la otra Alemania”. Aquella Alemania era una realidad donde ella no encontraba su lugar: “En un momento decidí que me quedaría en casa a leer”. Fue una adolescente crítica que esperaba las reformas que nunca llegaron, el sistema no era reformable, pero llegó la caída del muro, que para Sahra fue “una bendición”, y pudo comenzar a estudiar.

 

 

 

Sumar, un proyecto en construcción

Mientras tanto, en España, Yolanda Díaz se encuentra con problemas en la construcción de Sumar, la agrupación que según sus planes debería ocupar los espacios del otrora poderoso Podemos y atraer los espíritus sueltos que tampoco encuentran su lugar en Izquierda Unida. El experimento no cuaja todavía porque España se encuentra sumergida en una sucesión de elecciones que complican el trabajo de construir la alternativa: hay que crear las estructuras regionales, individualizar la conducción, elegir candidatos y esto no es fácil mientras se hace campaña electoral. Los resultados en las urnas son escasos, en Euzkadi han obtenido sólo un escaño mientras la izquierda vasca se ha volcado en masa a la lista de Bildu que ha conseguido un resultado clamoroso. Los cinco días de reflexión que se tomó el Presidente Sánchez a raíz del ataque conjunto de la prensa y magistratura de derechas mantuvo en vilo el campo progresista y oscureció aliados y partidos regionales. Sumar, por el momento, es un proyecto en construcción.

 

Yolanda Díaz.

 

Elly, el enemigo en casa

Tampoco navega en aguas tranquilas Elly Schlein, la secretaria del Partido Democrático (PD) de Italia. Elly se ha propuesto una tarea titánica: refundar su partido, desde tiempos inmemoriales en manos de los caciques (capibastoni), líderes regionales inoxidables como De Luca de la Campania, personaje pintoresco, discutido pero indudablemente una máquina de recoger votos a la que el partido no puede renunciar.

El pecado capital de Elly es haber llegado a la secretaría del partido gracias al voto de las bases que desplazó el de los afiliados y al candidato de los notables. Es indudable que la necesidad de un cambio estuvo presente en ese voto: muchos ciudadanos que siguen votando PD quieren un desplazamiento hacia la izquierda.

La historia del PD es una sucesión de acomodamientos a las doctrinas vigentes: neoliberalismo, atlantismo; el punto cúlmine de este ciclo se vivió con la secretaría Renzi, y hay una continuidad que persiste escondida en los pliegues del PD, arrastrada por algunos dirigentes de primera y segunda línea que todavía sostienen estas instancias, se llaman a sí mismos “reformistas” y conforman un conglomerado de nostálgicos de Blair, huérfanos de la Tercera Vía y hasta kennedianos, y obviamente cada vez que pueden meten palos en las ruedas de la secretaria. A esta situación se agregaron algunos escándalos de corrupción y compra de votos que no se relacionan con la secretaria pero salpican el partido y empañan los impulsos de renovación.

 

Elly Schlein.

 

El otro problema que enfrenta es la alianza electoral con el Movimiento 5 Estrellas. La prensa llama a esta eventualidad “Campo Amplio”, pero hasta el momento parece más una invención periodística que un proyecto. Schlein sostiene firmemente una alianza estable.

En las legislaturas regionales, las dos agrupaciones trabajan juntas como oposición. Pocas veces en cambio gobiernan juntas y han perdido en las elecciones regionales a las que se han presentado unidas, a excepción de la isla de Cerdeña.

La secretaria sostiene el apoyo incondicional a Ucrania y “el derecho de defenderse de Israel”. En estas posiciones el partido la acompaña, pero le crean problemas para reconducir el PD hacia la izquierda. Las posiciones pro-OTAN y Occidente la acercan paradójicamente hacia el gobierno.

En tanto, la Presidenta Meloni apenas se presenta una oportunidad lanza sus flechas contra Elly para crear una dialéctica personal en la lucha que las opone. Recientemente Meloni atacó y censuró el escritor Antonio Scurati, autor de M, la trilogía de Mussolini, éxito de ventas en Italia. En los festejos de la Liberación del 25 de abril en Milán, Scurati leyó el texto censurado desde el palco de Plaza del Duomo y fue públicamente abrazado por Elly en medio de una ovación. Tanto Elly como Meloni se presentan en las elecciones europeas, no para trasladarse al Parlamento Europeo sino como tirón en la boleta para los electores.

 

Kateřina, palabras nuevas en la República Checa

Kateřina Konečná, 41 años, eurodiputada y líder del Partido Comunista de Bohemia y Moravia (KSČM) ha decidido decir “¡basta!” a los diktat de la UE, y lo ha hecho creando una coalición electoral que se llama Stačilo!, que no casualmente significa basta.

Kateřina considera que son dos los principios fundamentales para crear una oposición real y efectiva en la nueva situación histórica –los derechos sociales y el interés nacional– y no vacila en definir de “vende-patrias” a los partidos del establishment, palabras bien conocidas en Sudamérica pero nunca antes escuchadas de parte de una comunista en servicio activo en el Parlamento Europeo.

Kateřina fue presentada en sociedad por los compañeros del Partido Comunista suizo en el 24º Congreso del partido en 2021, pero la amistad con el KSČM dura desde 2006, cuando el secretario Massimiliano Ay viajó a Praga para solidarizarse con los estudiantes comunistas reprimidos y perseguidos por los tribunales checos.

Los socios son el histórico Partido Nacional Social Checo, fundado en 1896 y conocido hasta 1993 como Partido Socialista Checoslovaco, y el partido “euro escéptico” Democráticos Unidos (SD-SN).

Los puntos fuertes del programa de Stačilo! son mantener la soberanía monetaria rechazando el ingreso al programa ERM II y crear un sistema sanitario nacional independiente de los grandes laboratorios porque “para nosotros la salud no es una mercadería sujeta a los principios del mercado”. Analiza la carencia de fármacos y opina que hay que revisar la duración de las patentes en el campo de la investigación, desarrollo y venta de medicamentos.

El programa también se dirige a los comerciantes y empresarios porque la República Checa debe comerciar con todo el mundo y no sólo con aquellos que le gustan a la UE y al actual gobierno.

Al contrario de los demagogos de derecha, que repiten “menos tasas” como una letanía, su programa incluye la tasación de las grandes fortunas siguiendo las líneas propuestas de Oxfam y de los compañeros suizos y belgas que proponen aumentar los impuestos a los súper ricos para financiar el servicio público y ayudar a los sectores menos favorecidos; también gravar a los gigantes de la web y las transacciones financieras, y desarrollar un sistema impositivo progresivo.

Una prioridad es detener el flujo de armas a Ucrania, la oposición frontal a la guerra y la negativa a participar en la creación de un ejército común europeo. En cambio, la coalición propone un ejército nacional equipado con armas propias y sin dependencia de la OTAN, mantener una política exterior sin condicionamientos e incrementar las relaciones con los países emergentes, Rusia y China.

 

Kateřina Konečná.

 

Si bien Stačilo! rechaza el Green Deal como lo propone la UE, la cuestión ambiental existe en su programa. Una de las preocupaciones es la disminución de las superficies cultivables y los problemas del auto-abastecimiento agrícola sometido a la competencia de otros países que cuentan con subvenciones importantes. La alianza quiere promover la agricultura tradicional, rescatando las propiedades campesinas para lograr un abastecimiento autónomo, vendiendo la producción local a menos del costo o a cifras de dumping, y obviamente prohibiendo la importación.

La mirada sobre la energía es similar: “Impondremos el pleno control estatal a la creación y distribución de la energía”. Los comunistas de Kateřina consiguieron imponer a sus aliados la idea del monopolio estatal para la energía, una especie de sacrilegio para la izquierda de la Europa occidental.

Claramente el camino de la coalición es cuesta arriba en un país de tendencia conservadora.

A las elecciones europeas no concurren las coaliciones, el partido KSČM se presenta con Kateřina como cabeza de lista y las encuestas lo presentan en el último puesto con dificultades para superar la valla del 5% de votos conquistados.

 

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí