Peritaje clave

Un informe incrimina al gendarme que disparó contra Grillo

 

Apenas Javier Milei y Axel Kicillof cerraron sus campañas, mientras Leo Messi se despedía de su último partido con la selección en territorio argentino, en el despacho de la jueza María Servini de Cubría, un secretario agregó una foja de incalculable valor a uno de los expedientes más políticos de un año tan agitado como inescrutable. 

Lo anunció como una novedad importante, llegada desde los expertos insobornables de la balística. “El gendarme violó los protocolos”, es lo primero que el secretario largó ante la jueza cuando dio cuenta de los detalles del informe pericial de la Policía de la Ciudad. Esto ocurrió semanas después de que los mismos expertos reconstruyeran la trayectoria del disparo de gas lacrimógeno que salió de las manos del gendarme Héctor Jesús Guerrero aquel fatídico 12 de marzo durante la marcha de los jubilados. Este disparo impactó de lleno en la cabeza del fotógrafo Pablo Grillo, dejándolo en grave estado, casi al borde de la muerte. 

Nadie duda de que es un peritaje clave del caso judicial que investiga la represión contra Grillo, y tal como habían adelantado a El Cohete a la Luna fuentes del expediente, la versión oficial recibió un duro golpe. La reconstrucción de la División Balística de la Policía de la Ciudad, que había durado tres horas en el Centro Argentino de Seguridad de la localidad de General Rodríguez, y de la cual participaron peritos de la querella y de la defensa, arrojó un golpe inesperado a las altas esferas del Ministerio de Seguridad.

 

Los resultados del informe también fueron entregados al fiscal Eduardo Taiano, quien interviene en la causa. “Si bien no dijo ‘Guerrero disparó horizontalmente y con intenciones criminales', dijo algo igual de relevante: que no disparó de acuerdo a lo establecido por la ley en este tipo de operativos. ¿Por qué, entonces, ocurrió eso? ¿El caldo de cultivo orquestado en esas fechas por sus superiores lo incitó a ejecutar su arma violentamente y sin semejante cuidado?”, se pregunta una alta fuente de la causa. 

La querella, al enterarse del informe y más que nunca, pone el acento en la decisión política de la represión, algo que, de acuerdo a lo que dijeron a este medio, es un pendiente de la investigación judicial. La línea temporal y cronológica no deja dudas.

Apenas sucedido aquel hecho, Patricia Bullrich defendió al gendarme Guerrero “por cumplir con su deber”. En los dichos de Bullrich, el disparo no fue directo a la cabeza, sino que, según sus peritajes, aseguró que el agente tiró de forma oblicua hacia el suelo, es decir, cumpliendo los protocolos de seguridad y los manuales de Gendarmería. Pero una de las ministras preferidas de Milei quedó expuesta en sus mentiras cuando el colectivo Mapa de la Policía reconstruyó notablemente la trayectoria de aquel disparo. ¿La citará a declarar la jueza próximamente para desmontar, punto por punto y frase por frase, la versión oficial que expandió maliciosamente desde la postrimería del verano porteño? 

 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por La Retaguardia (@laretaguardia)

 

Desde aquel momento, la Casa Rosada apoyó sus dichos y se mostró inquebrantable: no hubo, en rigor, sumarios contra Gendarmería. Y, por otra parte, la propia Gendarmería Nacional cerró en tiempo récord su investigación administrativa interna sin aplicar ningún tipo de sanción. Según su informe, Guerrero actuó “conforme a las órdenes” y no se evidenció “intención de dañar a persona alguna”, calificando lo ocurrido como un “hecho fortuito”, producto de la “mala visibilidad”. Como si hubiese sido poco, el informe concluye que la responsabilidad no fue del cabo Guerrero, quien accionó el arma lanzagases, sino de la propia víctima, a quien describió ubicada “en la línea de tiro”.

 

Reglamento firmado por Patricia Bullrich, violado en la represión.

 

Ahora la ecuación es otra. De acuerdo a lo revelado por el informe del peritaje balístico de rigor, de casi 130 páginas, en el que se anexaron fotografías, planos, croquis, evaluaciones técnicas y estudios de laboratorio, las conclusiones resultan convincentes en tanto se focalizó en la trayectoria del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo “desde su origen hasta el punto de impacto”. De forma minuciosa y pacientemente, los peritos ejecutaron diversas pruebas para reproducir las condiciones exactas del disparo. Así, se buscó determinar la trayectoria del proyectil, la velocidad, la altura, la dirección, la distancia exacta, los alcances, las posiciones de ambos y, sobre todo, el ángulo en que fue disparado, así como la posición del arma en el momento del hecho hasta impactar en la cabeza de Grillo en la intersección de Hipólito Yrigoyen y Solís. La jueza Servini lo ordenó porque no se había quedado conforme con el peritaje planimétrico. 

 

 

Los puntos esenciales del informe policial fueron los siguientes: en primer lugar, descartó que el disparo del gendarme Héctor Guerrero haya sido “en 45 grados hacia arriba o entre los 30 y 45 grados hacia abajo”, como obliga el manual de las pistolas lanzagases redactado por Gendarmería. Y, a continuación, determinó que si el gendarme hubiese disparado en cualquiera de esas dos formas, el cartucho de gas lacrimógeno jamás habría alcanzado a Pablo Grillo del modo en que trágicamente lo hizo. Por último, pese a que no pudo determinar “categóricamente” la posición ni el ángulo preciso en el que se encontraba el arma, como tampoco la distancia exacta del disparo, se estableció que el mismo provino desde la zona en la que estaba el gendarme, “donde se ubicaban las fuerzas de seguridad al momento del hecho”. 

Sobre Grillo, se precisó que “su posición al momento de recibir el impacto era de cuclillas, con una altura aproximada de entre 60 cm y 70 cm respecto del suelo”. Por otro lado, el informe hizo especial mención a los videos “de público conocimiento”, sugiriendo —sin decirlo de manera explícita— que estos mostraban a Guerrero disparar por fuera de los protocolos. En varios de ellos, como determinó el trabajo del Mapa de la Policía, se lo ve accionando su arma en ángulo horizontal y en dirección a las personas, algo que está terminantemente prohibido por su alto grado de letalidad. Y las imágenes fotográficas, en su integralidad, muestran al agente disparando directamente en línea recta y sin respetar el ángulo de 45 grados que establece el protocolo, en dirección al fotógrafo, que al momento del impacto se encontraba agachado, desarmado y con su cámara, detrás de una barricada.

Croquis que reconstruye la trayectoria del proyectil.

 

La jueza estaba esperando ansiosamente este informe y por eso postergó varias veces la declaración indagatoria de Guerrero, que finalmente fue citado para el 17 de septiembre. Guerrero es, por ahora, el único imputado en la causa, con prohibición de salida del país. Cae de maduro que Servini de Cubría le preguntará por qué no respetó el protocolo del manual de pistolas lanzagases, diseñado para limitar riesgos de daño. Y, a partir de su testimonio, la querella está expectante por cómo la magistrada reconstruirá la cadena de mandos y el trasfondo de la represión. Buscan imputar a Guerrero por intento de homicidio agravado: sostienen que la detonación fue a la cabeza y a una alta velocidad. “El disparo fue hecho de forma horizontal y directamente hacia el cráneo de Grillo, con clara intención de disuadir la protesta social”, dijo Claudia Cesaroni, una de las abogadas de la familia Grillo.

Mientras tanto, se aguardan noticias sobre la salud de Pablo Grillo. Hace unos días, su familia sorprendió con un nuevo parte médico en las redes sociales después de una última operación donde le colocaron una prótesis craneal. En aquel parte, advirtieron que el joven fotógrafo tuvo una recaída y, a partir de allí, volvió la preocupación por su estado. Entre las secuelas del disparo del gendarme, el mayor daño, de acuerdo a los estudios médicos, no fue motriz sino neurológico.  Sin embargo, en las últimas horas de esta semana, hubo buenos augurios sobre su estado. “Continúa en terapia intensiva. Está clínicamente estable y neurológicamente está evolucionando positivamente”, publicaron sus familiares en el Instagram “Justicia por Pablo Grillo”. 

A la vez que esperan la favorable recuperación del joven fotógrafo de 35 años, la familia confía en el avance judicial, pero no sin profundizar sobre los altos mandos.

 

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 8.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 10.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 15.000/mes al Cohete hace click aquí