Perpetua a la cordobesa

Condenados por delitos de lesa humanidad, pero en libertad

Las imágenes de Miguel Hugo Vaca Narvaja (h), Gustavo Adolfo De Breuil y Arnaldo Higinio Toranzo en manos de sus seres queridos. Foto: Alexis Oliva.

 

El pasado jueves 13, a media mañana, ante una sala llena, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 de Córdoba integrado por Facundo Zapiola (presidente) Cristina Giordano y Mario Martínez, dio a conocer la sentencia en el juicio de reenvío “Videla, Jorge Rafael y otros, por delitos de lesa humanidad cometidos durante el terrorismo de estado”. Luego de la última palabra de los imputados y el cuarto intermedio, el presidente pidió silencio hasta terminar la lectura del fallo.

La parte central expresa que el Tribunal, por unanimidad, le impone al ex policía Gustavo Rodolfo Salgado una “pena de 10 años de prisión, inhabilitación absoluta por igual término, accesorias legales y costas, manteniendo su estado de libertad”. Aclara que es considerado coautor penalmente responsable del delito de privación ilegítima de la libertad agravada, cometida con violencia, y tormentos agravados, por tratarse de un funcionario público, contra Luis Urquiza, perseguido político.

 

Gustavo Salgado con su abogado Leguiza y la defensora pública Bazán.

 

 

Por mayoría, el ex militar Osvaldo César Quiroga (teniente primero en 1976, jefe de compañía del Regimiento de  Infantería Aerotransportada 2) fue penado con prisión perpetua, inhabilitación absoluta perpetua, accesorias legales y costas, manteniendo su estado de libertad. También deja en claro que se lo considera coautor penalmente responsable del delito de homicidio calificado por alevosía y por el concurso de pluralidad de partícipes en perjuicio de las víctimas Miguel Hugo Vaca Narvaja (h), Gustavo Adolfo De Breuil y Arnaldo Higinio Toranzo, tres hechos en concurso real.

Concluida la lectura, el público presente, desconcertado, trataba de decodificar qué significa mantener su estado de libertad. Los fundamentos se conocerán el 16 de diciembre.

 

La espera, con la sala completa. Urquiza conectado desde Dinamarca. Por vía remota, Quiroga desde su casa en Buenos Aires. Foto: Alexis Oliva.

 

 

Esperaba un fallo por unanimidad

Entre la emoción de los familiares directos que se abrazaban y lloraban, el enojo de otros, los cánticos y la frase confusa hablamos con el fiscal Facundo Trotta. “En principio estamos conformes con las penas aplicadas, muy cercanas a lo que solicitamos. Pero no sabemos por qué el Tribunal no hizo lugar al pedido de prisión que ordenamos por los delitos cometidos y la pena solicitada. Me parece extraño también que habiendo prueba suficiente para condenar a Quiroga se haya hecho por mayoría. Esperaba un fallo por unanimidad”, opinó. Sobre todo “cuando estamos hablando de un juicio de reenvío donde se expresó la Corte Suprema de manera contundente, y además la Cámara de Casación Penal no deja ningún espacio para poder entender, mínimamente, la inocencia de Quiroga”, aclaró. Sin embargo, va a esperar los fundamentos para decidir qué hacer.

En igual sentido se pronunció la abogada de la querella, Adriana Gentile. “Coincido con el fiscal. Estoy conforme con la sentencia y los querellantes me expresaron lo mismo. Voy a esperar los fundamentos porque no se entiende por qué el tribunal decidió que puedan quedar libres”.

 

 

Osvaldo César Quiroga en el juicio de 2010, cuando ganó tres lustros de impunidad.

 

Prensared le preguntó a un grupo de querellantes cómo habían vivido este último trayecto que cierra 49 años de lucha permanente, sin tregua, por obtener justicia.

Gustavo Vaca Narvaja no pudo estar presente en el juicio por cuestiones de salud, pero lo siguió por videoconferencia. “Después de 50 años, la verdad salió a la luz y la responsabilidad de Quiroga quedó demostrada. Ahora, condena perpetua en libertad es una figura extraña, pero lo importante es la condena. Por Hugo y Raquel, a quienes les debe dar tranquilidad, y para sus hijos justicia. Ahora, vamos por el cuerpo de papá y su cabeza decapitada que ojalá encontremos”.

“Tanto mi padre, Eduardo de Breuil, como yo estamos conformes con la sentencia porque Quiroga ha sido condenado por los delitos que cometió, como lo explicó el juez cuando leyó el fallo. Debo decir que mientras esperaba me sentí nerviosa, con taquicardia, hasta que escuché que por fin se había hecho justicia. Porque temía que otra vez lo absolvieran. No entendemos por qué seguirá en libertad, pero vamos a esperar a ver qué dicen los fundamentos”, manifestó Constanza de Breuil.

 

El tribunal: jueza Cristina Giordano, jueces Facundo Zapiola y Mario Martínez. Foto: Alexis Oliva.

 

 

Elda Toranzo, hermana de Arnaldo, se siente “triste y desilusionada, porque la justicia no es justa. No entiendo que haya una cadena perpetua y queden en libertad. Nunca escuché algo así. A casi 50 años, este señor, el asesino, tiene todos los derechos”, manifestó. Luego recordó a su hermano, “cuando vivíamos aquí, solos, porque mi mamá había fallecido y mi padre vivía en el campo. Era un chico solidario, responsable, alegre, estudiaba historia, trabajaba y militaba en la Juventud Peronista-Montoneros. Pensé que iba a tener una larga vida, porque tenía un montón de sueños: nunca nos imaginamos lo que ocurrió. Era un militante que pensaba que iba a cambiar la historia. Orgullosa de lo que hizo, de lo que fue. Seguiremos luchando, y esperando que los jueces nos den una explicación”, expresó.

Luis Alberto Urquiza cuenta cómo vivió este proceso desde Dinamarca, donde reside hace más de 30 años. “La verdad, pensé que no iba a llegar nunca este juicio porque después de la absolución de Salgado apelamos, nos dieron la razón, pero hubo una enorme demora. Días antes del inicio me sentí mal porque era volver atrás y recordar lo que me había pasado cuando fui detenido y torturado”. También se conmovió cuando escuchó que “el abogado defensor decía que no entendía qué era la causa (Oscar Francisco) Gontero”, cuando la carátula del expediente lleva el nombre del ex oficial del D2 (fallecido). El mismo que lo trasladó al baño, lo empujó y efectuó varios disparos de arma de fuego. Uno de ellos impactó en su rodilla derecha, que hasta ahora le trae dificultades. También fue doloroso escuchar que hablaban de “móviles y patrulleros, cuando se movilizaban en autos robados y con ropa de civil. Eso me hizo sentir muy mal”.

Pero “en esta última audiencia, cuando escuché la sentencia, me largué a llorar. Estaba justo mi hija Cecilia, que cumplía 35 años, y me sentí reconfortado con la sentencia de 10 años. Pero, por otro lado, me llama la atención que quede libre. ¿Es una condena simbólica? Habrá que esperar qué dicen los fundamentos. Para mí, una condena debe ser efectiva o domiciliaria”. Agradeció al movimiento de derechos humanos y a quienes trabajaron en este juicio y el anterior en 2010. “Hubiera deseado estar en Córdoba pero me fue imposible porque mi estado de salud me lo impide. Pero fue como si hubiera estado dentro del juicio a través de la videoconferencia”, concluyó.

 

Todo tiene que ver con todo

“En la Argentina, el paso del tiempo opera como una forma particular de impunidad, incluso en un país referente en juzgar crímenes de lesa humanidad. Desde 1985, la abogada María Elba Martínez y la revista El Periodista mencionaban a la UP1 (Unidad Penal 1) como la causa maldita de la Justicia Federal y la describían como el síndrome cordobés, porque hubo resistencia local a investigar estos crímenes. Las presiones militares, las relaciones entre magistrados, jerarquías eclesiásticas y las Fuerzas Armadas, moldearon durante décadas el derrotero judicial”, explica Ivana Fantín, autora de una investigación que da cuenta de la complicidad judicial y la violencia sexual en los juicios de lesa humanidad.

Ante esta situación planteada en la sentencia, opina que “entre la banal complacencia, la complicidad y el reacomodamiento corporativo en democracia, la justicia avanzó cuando el clima político así lo impulsaba, aunque eludió siempre revisar sus propias responsabilidades. Creo que eso en parte explica que, en este contexto, la sentencia a Quiroga haya sido a perpetua, pero en libertad”.

 

Tardó pero llegó

Por otra parte, la APDH celebró la condena aplicada a los imputados que habían sido absueltos durante el Juicio UP1/Videla. “Valoramos el veredicto condenatorio del Tribunal, pero lamentamos la decisión de mantener la libertad, de la que venían gozando los acusados”. En otro tramo afirmó que “ninguna lucha está perdida si no se la abandona”, como quedó demostrado en 2010. También destaca el Juicio a los Magistrados realizado en 2017, que había absuelto al ex secretario penal Carlos Otero Álvarez, quien este año fue condenado. “La Justicia tardó, pero llega”, sintetiza el comunicado.

 

 

 

* Artículo publicado por Prensa Red, agencia de noticias del Cisprén. Aquí puede leerse el veredicto.
** Fotos: cortesía de Oso Peña Chiapero y Alexis Oliva.

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 8.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 10.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 15.000/mes al Cohete hace click aquí