Por el sueldo

Los índices son ruinosos pero la política oficial no cambia

 

La mañana del miércoles 13 convirtió el centro de Buenos Aires en un incordio para peatones y transeúntes. Los desvíos del tránsito mostraban una ciudad agitada en el marco de una numerosa y ruidosa movilización de los movimientos sociales que enarbolaban banderas de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC), el Movimiento Barrios de Pie, el Frente Popular Darío Santillán (FPDS) y el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) que fuera acompañada por ambas CTA y la Corriente Federal de Trabajadores, que copó la 9 de Julio y que tuvo en ascuas al barrio del Congreso para culminar con un acto donde se reclamó la emergencia social para dar respuesta al avance de la miseria sobre los sectores más postergados de la sociedad. La presencia entre otros de dirigentes de la talla de Roberto Baradel, Hugo “Cachorro” Godoy y Juan Carlos Schmid dio el marco de respaldo del movimiento obrero a la protesta de las organizaciones sociales.

El recorrido de la marcha compartió el escenario convulsionado del centro porteño con la numerosa convocatoria en la esquina de Diagonal Norte y Lavalle ‑en las narices de los jueces de la Cámara en lo Civil y Comercial‑, donde se repudió el fallo que impidió la apertura de una cuenta sueldo inembargable para que los trabajadores de C5N puedan cobrar sus acreencias laborales. El amplio marco opositor que se dio cita en la llamada solidaria permitió exhibir en la calle el repudio a aquel fallo ilegal e irracional y mostró la calurosa simpatía con los trabajadores del principal canal independiente que da cuenta en el día a día del drama social que está generando la política de Macri. Acompañando al Satsaid y a los propios trabajadores penalizados se expresaron los referentes de las centrales sindicales, sindicatos, movimientos sociales y organismos de Derechos Humanos. Todos ellos condenaron el fallo de los camaristas Pablo Heredia, Juan R. Gariboto y Gerardo G Vasallo que decidieron avasallar la legítima decisión del juez de primera instancia de abrir dicha cuenta sueldo.

Que todos los índices económicos y sociales conocidos expresen una ruinosa situación al entrar en el cuarto año de un depredador mandato, no implica que la política económica del gobierno cambie de rumbo. Que la oposición con reales chances de reemplazarlo no muestre ningún camino de salida debería profundizar el estado anímico de desazón colectiva y el horizonte inmediato sin expectativas. En ese contexto, Amado Boudou aportó algo de luz cuando señaló que para enfrentar la deuda monstruosa que dejará de herencia el macrismo había que “estatizar las empresas energéticas y regular desde allí la fuga de capitales y crear una empresa estatal de exportaciones agrarias para regular la liquidación de divisas”. Amado dejó un ejemplo del discurso político ausente hasta aquí en el marco de la campaña electoral. Las operaciones mediático-judiciales están al rojo vivo. Los empresarios “encuadernados” por Bonadío y Stornelli apretados y extorsionados, los que zafan de Comodoro Py ahogados por la falta de ventas, por las tasas de interés y la apertura importadora alimentan el clima de zozobra generalizado.

Por estos días se conocieron cifras escalofriantes sobre el cierre de comercios en el mes de enero en Capital Federal y el conurbano. También los datos de la capacidad ociosa de la industria que muestra que el vértigo descendente de la actividad económica tiene su expresión más descarnada en el sur subvencionado de nuestro país.

La debacle por los despidos  en Tierra del Fuego cerró un nuevo capítulo con el acuerdo logrado entre la patronal y la Unión Obrera Metalúrgica. En principio se refiere a un esquema de reducción horaria. Se trabajarán tres días una semana y la siguiente cuatro, con lo que los obreros cobrarían entre el 72 y el 73% de su salario y un esquema de suspensiones que cubre el 70% a los que están afectados por esa medida, todo esto dentro del acuerdo firmado del año pasado, donde se había pactado que no hubiera reajuste salarial. Paralelamente ese acuerdo contemplaba una inflación anual del 23%. En realidad la misma alcanzó el 48 % en 2018.

El acuerdo alcanzado contempló aumentar los salarios congelados un 24%. Y los trabajadores van a resignar, cuando les toque la suspensión, un 30%. Ese acuerdo se firmó el día martes y quedó para el día jueves ser refrendado por el gobierno a través de Dante Sica para que no se caiga todo el proyecto del sur. En su mejor momento esa industria llegó a tener 12.000 trabajadores y en lo que va del derrumbe macrista se achicó a la mitad. Si desaparecen estos 1.800 empleos que están en juego, el proyecto industrial de Tierra del Fuego se termina. Es la aspiración de un sector del gobierno que busca eliminar todos los subsidios otorgados para satisfacer las demandas fiscales del FMI. Recordemos que una de las fragilidades del modelo industrial del kirchnerismo se encontraba en este tipo de sustitución de importaciones electrónicas y de línea blanca que, junto a la industria automotriz, explicaban gran parte del déficit comercial. La solución macrista es  achicar el déficit con un parque industrial que tiene casi la mitad de su capacidad instalada ociosa.

En ese marco fecunda la idea de realizar una marcha nacional en defensa de la producción con la participación de empresarios y trabajadores. El carácter estructural del proceso de desindustrialización explica la deslocalización de empresas trasnacionales a Brasil, como sucedió en la crisis de 2001, el cierre de fábricas cuyas marcas se convirtieron en emblemas a lo largo del siglo XX, un ajuste económico en piloto automático que va a acabar con todo intento de desarrollo industrial por sustitución de importaciones para terminar modelando la Argentina decimonónica casi pastoril y apenas exportadora de materias primas.

Crecen los rumores sobre el avance en la reforma política con la fusión de provincias “inviables” para cambiar el sistema de representación fundamentalmente en el Senado y modelar la política a la estrategia de la Argentina de la oligarquía. Terminar con el proyecto industrial vinculado al desarrollo del mercado interno es la única manera de erradicar el peronismo de nuestra historia. A eso vino el gobierno de Macri y para eso quiere la reelección a cualquier precio, lo que refuerza la idea de un posible fraude.

El lunes participamos en San Salvador de Jujuy de un plenario de los sindicatos estatales de la provincia. En la actividad de la mañana los dirigentes y delegados del sector público de una larga trayectoria combativa, que dieron cuenta en la década del 90 de las consecuencias del neoliberalismo de Menem y Cavallo e impidieron a 4 gobernadores terminar su mandato, discutían estrategias para resistir la brutalidad policial, el ajuste perpetuo y la persecución sindical que aplica el gobernador Gerardo Morales. A pesar de ese clima opresivo fue posible reconocer discursos de resistencia activa y clamor para que las conducciones nacionales de la CGT convoquen a una jornada de lucha que les dé un paraguas para resistir. La invitación a exponer sobre los convenios colectivos vino de parte del gremio docente. El mismo que conducía Marina Vilte en el momento de ser secuestrada y desaparecida por la dictadura militar. A veces la lógica del terror nos permite ver cómo razona la clase dominante en la Argentina. El gremio que a nivel nacional más represión sufrió durante el terrorismo de estado fue la CTERA. Nunca les perdonaron a los maestros que en año 1973, en el Congreso de Huerta Grande, tomaran la decisión histórica de transformarse en una organización de trabajadores. Nunca olvidarán que dejaron atrás la concepción liberal del maestro como profesional para asumirse como trabajadores de la Educación. Marina Vilte, Isauro Arancibia y Eduardo Requena son parte de los 30.000 detenidos desaparecidos. Alfredo Bravo fue encarcelado por años. Eso explica en ellos la obsesión permanente de olvidar el pasado y pensar en el futuro. Cada vez que vuelven por la violencia o por los votos la venganza da cuenta de sus heridas más profundas. Tuve la oportunidad de saludar en su casa a la líder social Milagro Sala, a la tarde, la sanadora visita y el abrazo a Milagro Sala me permitieron cerrar el círculo y entender cómo funciona esa especie de terrorismo de Estado de opereta que está llevando adelante Gerardo Morales en nombre de esos viejos rencores de clase.

Constatar la inutilidad de tanto ajuste y tanta represión para obtener como resultado una crisis económica del tamaño de la del comienzo de este siglo, con parecidos índices de recesión, de pobreza e indigencia permite comprender que a un país que busca justicia social, república, democracia y estado de derecho, no lo debe gobernar la oligarquía.

Esperan tiempos de constituirnos como un colectivo de trabajadores capaz de resurgimientos. Todo lo malo se podrá revertir. La deuda será gigantesca, pero toda deuda es incobrable y como tal negociable, y ya veremos cuánto se reconoce y cómo se paga. La economía tiene arreglo, siempre lo tuvo. Política mata economía. Relación de fuerzas mata leyes. Siempre.

Pensar no cuesta nada. Una nueva institucionalidad necesita del reemplazo total de este poder judicial de estilo monárquico. Refulgente, en el horizonte asoma el principio de que todo lo que estos tipos destruyen habrá que instalarlo como derecho por decreto sumario y validarlo con ideas constituyentes. La potencia de la huelga general y la movilización de masas se habrá de imponer ante la rapiña, el odio y las miserias de clase que subyacen en la Argentina profunda de la Memoria, la Verdad y la Justicia.

 

 

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