Por qué temen que no sea reelecto

Diez empresas de la cúpula ganaron 42.000 millones con la devaluación

Diez empresas de la cúpula empresaria argentina ganaron $ 42.000 millones con la devaluación entre enero y septiembre del 2018, mientras sus ganancias provenientes de la actividad principal sumaron $ 82.000 millones. Es decir, las ganancias logradas sin esfuerzo alguno equivalen al 51% respecto a aquellas realizadas por la puesta en marcha de la actividad productiva. Esto se debe a que dichas empresas invirtieron en activos financieros, muchas veces dolarizados, por unos $ 93.000 millones, mientras la inversión productiva fue de $ 87.000 millones en igual período. En lo que va del año, las inversiones financieras de las mismas fueron más grandes que las inversiones productivas.

Las ganancias extraordinarias producto de la devaluación se encuentran escindidas de la producción y deben ser asociadas a decisiones financieras que llevan a cabo las empresas al poseer activos dolarizados. La cúpula empresaria demuestra su poder económico al obtener ingentes ganancias sin llevar a cabo inversiones de carácter productivo. Por ende, queda evidenciado su carácter rentístico.

Dichas ganancias patrimoniales por la devaluación se ocasionaron por la posesión de activos líquidos en dólares – básicamente compra de dólares, o activos financieros dolarizados. Por ejemplo, en caso que una empresa posea activos en dólares por U$S 100.000 a un tipo de cambio de $20, estos se contabilizan en unos $2.000.000. En caso que el tipo de cambio se eleve a $40, los mismos ascienden a $4.000.000. Los saltos patrimoniales son reflejados en los balances de las empresas y pueden ser traducidos como ganancias extraordinarias.

 

La importancia de los buenos amigos

Desde que Macri asumió el gobierno, se llevaron a cabo políticas de distribución regresivas del ingreso y la riqueza. La adquisición de activos financieros forma parte central en el régimen de acumulación de valorización financiera instaurado por el gobierno con el fin de redistribuir ingresos a través de mecanismos rentísticos, como las elevadas tasas de interés o las ganancias patrimoniales antes mencionadas. La devaluación del peso fue uno de los instrumentos más potentes en este sentido. En el corriente año la devaluación fue del 100%. Esto provocó cambios en los precios relativos en toda la economía. Los actores económicos que poseen dólares se vieron favorecidos en perjuicio de aquellos que perciben ingresos fijos en pesos. Estas transferencias de ingresos se dan en forma inter-clases (desde los trabajadores a los capitalistas) como intra-clase (desde pequeñas empresas hacia grandes corporaciones).

En un mismo contexto se produjeron dos fenómenos en paralelo: por un lado, la caída del salario real y el consecuente aumento de la pobreza, la desocupación y la violencia estatal, etc.; como contracara, las empresas más poderosas incrementaron sus ganancias. La transferencia de ingreso desde los sectores populares al capital concentrado forma parte de la política económica del presente gobierno, al punto que la miseria y la opulencia pasaron a ser dos caras de una misma moneda en forma explícita.

Un ejemplo latente de la distribución regresiva por la devaluación se vio reflejado en los balances de Pan American Energy —asociación entre Bridas y British Petroleum—, la segunda petrolera más grande del país. Las ganancias por la devaluación durante los primeros nueve meses del año –enero a septiembre— alcanzaron los $ 10.000 millones, las cuales representan un 67% de sus ganancias operativas. En tanto, la inversión financiera equivale al 79% de los fondos destinados a la inversión productiva de la firma.

Muchas de las empresas aquí citadas poseen un estrecho vínculo con el gobierno nacional al haber apoyado la creación de la Alianza Cambiemos. Estamos hablando de Techint, grupo económico perteneciente al empresario Paolo Rocca. Tanto Siderar (siderurgia) como Tecpetrol (petrolera), del mismo grupo, ganaron por la devaluación unos $ 3.500 millones. Marcelo Mindlin de Pampa Energía es otro de los amigos del gobierno nacional. La mencionada firma llevó a cabo inversiones financieras dolarizadas por unos $ 50.000 millones en el período de enero a septiembre, contra una inversión productiva de $ 10.000 millones y ganó $ 11.000 millones con la devaluación. Ambos integraron la lista de blanqueadores.

 

Macri con el fronting familiar, Marcelo Mindlin

 

Tras la mega-devaluación del corriente año, el gobierno salió a respaldar a ciertos sectores que forman parte del elenco gobernante, con el fin de compensarlos económicamente. Según el gobierno, ciertas empresas se vieron perjudicadas y, en consecuencia, tanto usuarios como el propio fisco deberán realizar un esfuerzo adicional (Decreto de ampliación presupuestaria 1053/2018 y Resolución 2369/2018). Desde ya, el Estado no tuvo la inteligencia suficiente de abrir los balances de las empresas a las cuales buscó beneficiar. El primer caso a destacar se trata de MetroGas, la cual adquirió contratos a término de dólar futuro, y ganó más de 1.000 millones de pesos con la devaluación, representando el 42% de sus ganancias operativas. En el segundo caso resaltamos a Autopista del Sol, empresa vinculada al propio Grupo Macri. Esta ganó $ 7.000 millones por la devaluación, es decir, unas 29 veces su ganancia por su actividad principal. En línea con lo anterior, el Estado otorgó ciertos subsidios atados a la evolución del tipo de cambio. Estos capitanes de la industria nacional no deben preocuparse para llegar a fin de mes. Tecpetrol es perceptora de subsidios indexados al valor del dólar, los cuales llegan en la actualidad al 25% de su facturación – unos $ 5.000 millones-.

 

 

Todos los capitales van al paraíso

Las empresas mencionadas se cubrieron financieramente frente a la devaluación. El giro de dividendos en dólares al exterior se realiza en base a las ganancias que perciben en sus balances contables. A principio del año que viene los consejos de administración de las respectivas sociedades se sentarán a discutir la retribución de los accionistas. Estos se empacharán dado que presionarán para servirse un pedazo más grande de la torta. Más aún, teniendo en cuenta que el año que viene es electoral y las empresas y empresarios tienen como deporte nacional fugar ingentes capitales en años políticamente calientes.

Un ejemplo paradigmático se presenta a través de Pan American Energy. La firma acumula resultados no distribuidos por U$S 6.865 millones. El día que quiera distribuir dividendos podría hacerle un agujero al mercado cambiario, y voltear cualquier gobierno de turno. La sociedad posee una rica historia con respecto a la fuga de capitales, habiendo distribuido dividendos por U$S 2.153 millones en el período 2000-2012.

 

Paolo Rocca y Alejandro Bulgheroni

 

La pregunta que debemos hacernos comprende al destino de los fondos girados en conceptos de dividendos. La respuesta no es sencilla. Si bien muchas de las empresas mencionadas pertenecen a empresarios que viven en la Argentina –Rocca, Magnetto, Bulgheroni, Perez Companc, Pagani, Mindlin, etc.—, cuando hablamos de su dinero, este no tiene patria. España es el último grito de moda en los destinos paradisíacos del capital. La guarida fiscal menos pensada ha desregulado su economía y desgravado ciertas transacciones durante los últimos años. Es por ello que tanto empresarios nacionales como multinacionales establecen como accionista principal a una empresa pantalla en el país ibérico. Según auditoras como Deloitte, España no cobra impuestos por los dividendos recibidos. Además, estos fondos no poseen la obligación de ingresar al país, y en la práctica son desviados a otros paraísos fiscales con más renombre e historia.

Una empresa de avanzada en la fuga de capitales es Cablevisión-Telecom, del grupo Clarín en conjunto con Fintech. En el presente año finalizó su fusión, y como consecuencia, en la actualidad tanto Cablevisión como Telecom conforman una misma sociedad. Estas firmas obtuvieron ganancias tras la devaluación por $ 3.400 millones, un 18% de sus ganancias operativas. Claro está, tras la conformación de un monopolio de la comunicación, la inversión productiva pasó a un segundo plano. Por ello no esperaron hasta fin de año y para septiembre del 2018 llevaban distribuidos en concepto de dividendos a los accionistas unos $24.000 millones (U$S 589 millones). Mientras tanto el destino de estos fondos es deglutido por la estructura de propiedad del grupo Clarín, conformada por un conjunto de empresas pantalla en las Islas Vírgenes Británicas, Delaware, y fideicomisos en Nueva York.

 

Magnetto con Rocca

 

El licenciado en economía Gustavo García Zanotti es becario doctoral del CONICET, 
Doctorando en Desarrollo Económico (UNQui), miembro de la Sociedad de Economía Crítica, 
Docente en Economía Política –Derecho UNR-.

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