PROTECCIONISMO EN UN MUNDO EN CRISIS

La especulación cambiaria pulveriza al balance comercial y la de cambios

 

Joe Biden llegó a la Presidencia de los Estados Unidos con el objetivo de poner fin a la “competencia desleal” de China y “Reconstruir Mejor” al país (Build Back Better) privilegiando la reinversión de las corporaciones multinacionales norteamericanas en la economía domestica, y multiplicando el empleo local. Esta semana, Katherine Tai, la máxima autoridad del país en cuestiones de comercio internacional (US Trade Representative), sostuvo que el gobierno está dispuesto a redoblar los esfuerzos para consolidar a los Estados Unidos como “el país más innovador del mundo, impulsando el desarrollo local de ciencia y alta tecnología.” Criticó duramente la política industrial china centrada en una fuerte intervención estatal que burla las regulaciones internacionales, y sostuvo que revisará el incumplimiento por parte de China de varias cláusulas de la Primera Fase del Acuerdo firmado con el ex Presidente Trump. Aclaró que la “nueva dinámica” en la relación bilateral tiene como principal objetivo “la defensa de los intereses económicos del país, hasta sus ultimas consecuencias”[1].

A poco de asumir el gobierno, Joe Biden encomendó a varias agencias federales un estudio minucioso de las cadenas de suministros en cuatro sectores industriales de importancia estratégica, entre ellos los semi conductores [2]. Asimismo, amplió el número de corporaciones tecnológicas chinas a ser sancionadas por el gobierno, y estableció severas sanciones para las empresas norteamericanas y de otros países que tengan relaciones comerciales con esos monopolios tecnológicos chinos. Estas sanciones, iniciadas por el gobierno de Trump, han tenido un fuerte impacto sobre las cadenas de valor global que integran a la economía china con la norteamericana. Para el gobierno de Biden, la separación total de las dos economías es un objetivo poco realista. Se trata, en cambio, de imponer una “readecuación” de la integración económica acortando las cadenas de suministro en áreas estratégicas, y haciéndolas más robustas y confiables. Para ello se propone dar fuerte impulso estatal a la inversión doméstica en áreas estratégicas promoviendo además cambios de localización geográfica para asegurar el tránsito seguro de los suministros que la economía necesita y no puede producir.

Las sanciones económicas y las guerras arancelarias entre potencias económicas han derivado a lo largo de la historia en conflictos militares de gran envergadura. En las ultimas décadas, el comercio exterior ha sido el principal motor del crecimiento económico de China y la evolución de la economía global ha estado estrechamente relacionada con el crecimiento chino. En esta ecuación, el transporte marítimo ha ocupado un rol privilegiado. Al mismo tiempo que aseguró el desarrollo comercial chino, integró a la economía mundial en una intrincada arquitectura de cadenas de valor global.[3] En los últimos tiempos, las sanciones económicas impuestas a los monopolios tecnológicos chinos han sido acompañadas de una creciente presencia de barcos y aviones de guerra norteamericanos e ingleses patrullando y desarrollando ejercicios militares en aguas que bordean al territorio chino, incluyendo al estrecho de Taiwan. China considera que estas acciones violan su soberanía territorial y sus fuentes de abastecimiento y ha multiplicado su presencia militar en la región, violando sistemáticamente el espacio aéreo de Taiwan, y advirtiendo que, si fuera necesario, declarará la guerra abierta. Taiwan tiene importancia crucial para China, que desde hace décadas la considera parte de su territorio. Asimismo, Taiwan tiene un rol decisivo en la producción y abastecimiento mundial de semi- conductores, componentes estratégicos para la industria electrónica y la tecnología de punta. Esta situación ha llevado al Presidente de China a advertir que su gobierno “establecerá poderosos mecanismo de retribución contra los intereses extranjeros que traten de cortar nuestras vías de suministro”. [4] Esta semana, luego de cuatro días de vuelos sucesivos por decenas de aviones chinos sobre Taiwan, el gobierno de la isla advirtió a Australia que se prepara para una guerra inminente con China pidiéndole ayuda “en virtud del rol crucial que Taiwan tiene en la producción y abastecimiento mundial de semiconductores”. [5]

Así, esta política de “readecuación” por la fuerza de las cadenas de valor global ha aumentado la tensión geopolítica, en un contexto donde lo que está en juego es la posible utilización de armas nucleares. Al mismo tiempo, ha contribuido a degradar más rápidamente a las cadenas de valor global y al sistema mundial de transporte. Esta situación ha dado lugar a la movilización de las organizaciones que nuclean globalmente a mas de 60 millones de trabajadores vinculados al transporte y a 3,5 millones en compañías de transporte aéreo y marítimo que representan el 80% del transporte mundial y mueven anualmente más de 20 billones (trillions) de dólares. En conjunto, estas organizaciones han enviado una carta a los titulares de diversos organismos de Naciones Unidas pidiéndoles que intercedan ante los gobiernos del mundo a fin de solucionar la crisis en los suministros de las cadenas de valor global que amenaza con colapsar al sistema global de transporte, con el consiguiente impacto sobre los precios, el nivel de vida y el hambre en el mundo.[6]

El proteccionismo del gobierno norteamericano ha colocado a los países periféricos en una situación muy complicada. La estructura productiva de estos países está generalmente integrada a las cadenas de valor global a partir de posiciones muy vulnerables. Sus economías dependen básicamente de exportaciones de commodities y de importaciones de manufacturas y bienes terminados. Su desarrollo industrial es limitado y se engarza precariamente en eslabones de las cadenas de valor que son fácilmente sustituibles. Generalmente estas cadenas son dominadas por corporaciones trasnacionales, que toman decisiciones y maximizan sus ganancias a partir de lo que ocurre en el complejo multinacional cuya lógica tiene poco o nada que ver con las necesidades de los países en los que operan.

Todos estos fenómenos colocan a estos países en una posición muy vulnerable. Paradójicamente, la dislocación de las cadenas de valor global también abre la oportunidad para que los gobiernos miren hacia adentro y apliquen políticas tendientes a provocar cambios en la matriz productiva que impulsen un crecimiento más acorde con las necesidades nacionales.

 

 

Inflación, crisis financiera y criptomonedas

Estos fenómenos, junto con factores específicos, han impulsado una crisis energética que empieza a generalizarse. Esta crisis retroalimenta a la inflación global incidiendo dramáticamente sobre los precios de los combustibles y de los alimentos. En un mundo donde todo esta conectado con todo, lo que pueda ocurrir en la enorme economía china afectará de alguna manera, tanto a la economía global como a la norteamericana. Así, la política norteamericana de enfrentamiento con China está encerrada en una paradoja de difícil resolución.

El posible default de la desarrolladora inmobiliaria Evergrande ya ha afectado a otros dos desarrolladores inmobiliarios chinos y amenaza a otros 15 que tienen más de 2 mil millones (billions) de deuda que vencen este mes. Al mismo tiempo, esta crisis ya afecta las ventas en varias regiones del país y amenaza con contagiar al conjunto del mercado inmobiliario  [7] Esto, y la caída del valor de las acciones tecnológicas chinas llevaron al Secretario de Estado Anthony Blinken a advertir: “lo que haga China en materia económica tendrá profundas ramificaciones e impacto en el mundo entero porque nuestras economías están muy interpenetradas…de ahí que esperamos que China actúe responsablemente y encare efectivamente todos los desafíos” que derivan del posible default de Evergrande. [8]

Esta preocupación desnuda la irracionalidad de una política proteccionista que al provocar dislocaciones en las cadenas de valor desata una inflación global que pone en jaque a la política monetaria de la Reserva Federal, y al rol del dólar como moneda internacional de reserva. Por estos días, el titular de la Reserva Federal admitió que la inflación es un fenómeno “preocupante”. Hoy la Reserva no puede combatir a la inflación manipulando a las tasas de interés como lo hiciera en la década de los 70 y principios de los 80. Una suba de las tasas puede desatar defaults en un sistema financiero con altísimo nivel de endeudamiento. Encerrada entre la espada y la pared pareciera que la Reserva busca otros caminos para enfrentar a una posible crisis.

Esta semana anunció la inminente publicación de su “posición definitiva” sobre su posible emisión de un dólar digital. Los partidarios de esta medida creen que esto permitirá acelerar las transacciones financieras internacionales y mover rápidamente dinero de un sector al otro para estimular la demanda e impedir crisis de liquidez en determinados puntos del sistema financiero. Asimismo, se piensa que, si fuera necesario, esto permitirá distribuir rápidamente ayuda financiera entre la población que no esta bancarizada. Por otra parte, algunos miembros de la Reserva consideran que el dólar digital será un arma importante para garantizar el rol del dólar como moneda internacional de Reserva. Otros se preocupan por la desestabilización de la estructura bancaria tradicional que esto podría acarrear y por la invasión de la privacidad que conlleva el control directo por parte de la Reserva de todas las transacciones financieras[9].

En paralelo, las máximas autoridades monetarias han dicho que no prohibirán la circulación de criptomonedas, como lo hiciera China recientemente, y han prometido regular a estas monedas para proteger a los inversores. Asimismo consideran la posibilidad de declarar a las criptomonedas referenciadas con el dólar (stablecoins) como “sistémicamente importantes”, con lo cual las compañías que las emiten deberán registrarse como bancos .[10] Si esto ocurre, una compañía tendrá una ventaja inicial sobre sus pares. Esta es Silver Capital, un banco que según el análisis técnico de Morgan Stanley “tiene un potencial inigualable en el mundo de las criptomonedas” [11]. Curiosamente, este es el banco que emitirá -cuando las autoridades reguladoras lo decidan- a Diem, la criptomoneda de Facebook referenciada al dólar. Si esto ocurre, el poder de fuego financiero y la red de usuarios de Facebook la colocan en un lugar de privilegio para controlar a Silver Capital, y por su intermedio al resto de las criptomonedas referenciadas al dólar. De ocurrir esto ultimo, uno de los principales actores del capitalismo de espionaje habrá dado un paso trascendental en su puja por dominar las finanzas y los resortes del Estado norteamericano[12].

 

 

La encrucijada del endeudamiento ilimitado

En días recientes el Banco Central (BCRA) y la Comisión Nacional de Valores (CNV) introdujeron nuevas medidas para controlar la especulación con los tipos de cambio. Entre otros objetivos, las nuevas medidas buscan separar las operaciones tradicionales realizadas con dólar bolsa (Mep) y dólar contado con liquidación en la compra /venta de bonos en el SENEBI, un mercado que no es alcanzado por regulaciones y tiene un precio más alto. Las nuevas medidas redujeron  el monto negociable en los mercados oficiales y lo limitaron a una sola operación por mes. También se dispuso que los importadores no podrán pagar anticipadamente sus compras. Desde el mes de junio se han registrado pagos de importaciones por un valor superior al despacho de mercadería. La medida rige hasta fines de octubre y solo busca equilibrar los pagos con los bienes efectivamente ingresados al país.

Las importaciones han registrado un crecimiento notable en 2021 y más del 70% de las mismas estuvieron vinculadas a insumos y maquinaria y equipos. Esto es consecuencia del crecimiento de ramas industriales, generalmente monopolizadas y muchas veces dependientes de importaciones provenientes de subsidiarias de la misma corporación. Como ocurre desde hace décadas, este sector dinamiza la especulación cambiaria sobrefacturando importaciones. Estos problemas apuntan al corazón de la matriz productiva argentina controlada por grandes corporaciones multinacionales (locales y extranjeras) que invierten poco y nada en el país, generan muy poco trabajo formal, evaden impuestos, fugan capitales y reclaman permanentemente subsidios de todo tipo. Ahora, ante la dislocación de las cadenas de valor global y su impacto sobre la inflación, empiezan a reclamar mas privilegios para seguir sobrefacturando. Es lo que ha ocurrido por estos días con representantes de la UIA y de la Cámara de Importadores (CIRA) quienes ejercen fuerte presión sobre las autoridades para que levanten rápidamente la limitación al pago anticipado de importaciones.

La especulación cambiaria pulveriza al balance comercial y al de cambios, situación que se agrava por el enorme poder de los exportadores para liquidar exportaciones a partir de volúmenes declarados, y no controlados oficialmente, a lo que se agrega su capacidad para retener las exportaciones hasta conseguir el precio que consideran adecuado. Estos fenómenos no son nuevos. Constituyen la raíz del estancamiento de la economía argentina que desde hace décadas derrapa hacia el endeudamiento ilimitado. La falta de divisas ha sido agravada ahora por el endeudamiento y la fuga de capitales de la era de Macri, y no se arregla, como pretenden algunos, reestructurando la deuda con el FMI. Tiene razón el diputado Máximo Kirchner cuando dice que “cada dólar que se destina al pago de la deuda es uno menos que se destina a nuestro pueblo”. [13]

La matriz productiva que tenemos no permite crecimiento genuino, ni redistribución de ingreso y reproduce el endeudamiento ilimitado: es decir, la obtención de nueva deuda para enfrentar a la vieja. Con esta matriz productiva, cuando hay crecimiento, las divisas se van por las canaletas de la especulación cambiaria, de la fuga y de los pagos de interés y de capital del enorme endeudamiento contraído. Esta pugna entre distintos sectores por apropiarse el excedente, los ingresos y la riqueza del país, condena al achicamiento de la economía y a la explosión social. Aunque se reestructure la deuda con el FMI a 10 años, como ya se rumorea, sumada a los montos de la deuda y plazos ya acordados con los acreedores privados constituye un paquete insostenible. Hay pues que “trabajar políticamente” en todos los ámbitos, locales e internacionales, para sumar fuerzas internas y externas -que las hay, aunque algunos crean que es una fantasía- para terminar con una deuda ilegítima e insostenible. Esto implica pelea y sufrimiento pero la alternativa de continuar con el endeudamiento actual lleva a la muerte del país que conocemos.

 

 

 

[1] ustr.gov 4 10 2021
[2] Executive Order 14017, whitehouse.gov, 24 2 2021 ; ”Building resilient supply chains, revitalizing American manufacturing and fostering broad based growth” june 2021, whitehouse.gov
[3] “Whats at stake in the Indo-Pacific”, US Naval Institute, October 2021, vol 147/10/1424, usni.org
[4] scmp.com, 10 11 2020
[5] bloomberg.com 4 10 2021; zerohedge.com
[6] finance.yahoo.com, 30 9 2021
[7] zerohedge.com 5 10 2021
[8] businessinsider.com
[9] wsj.com 4 10 2021; thecoin.news.com 4 10 2021,
[10] zerohedge.com 6 10 2021
[11] Morgan Stanley en zerohedge.com 27 9 2021
[12] Para una definición del capitalismo de espionaje, ver notas anteriores.
[13] ambito.com 4 10 2021

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