El año próximo se realizará en la provincia de Río Negro el primer juicio oral y público que juzgará si una comunidad del pueblo mapuche usurpa tierras a un fideicomiso controlado por capitales de la familia real de Abu Dhabi, uno de los siete estados monárquicos del Golfo Pérsico que conforman los Emiratos Árabes Unidos (EAU). El caso permite analizar los mecanismos cotidianos y concretos que articulan los capitales transnacionales, el aparato de Estado y los grupos dominantes locales para controlar espacios territoriales de alto valor estratégico. Hasta ahora, los discursos y dispositivos del Poder Judicial actúan en forma más sutil en este caso, a diferencia de la persecución abierta que se sostiene en otros conflictos, como en el caso del reclamo territorial junto al lago Mascardi, ambos en la zona andina.
La criminalización y la represión del reclamo territorial de los pueblos originarios son parte de las estrategias de las democracias tanto en la Argentina como en Chile, ya que esos territorios ancestrales están en el centro de la puja por la mercantilización de todos los bienes y servicios de la naturaleza. Los gobiernos locales prometieron a los capitales y a los organismos financieros internacionales la incorporación de tierras rurales al mercado del suelo, la explotación masiva del subsuelo y de los espacios aéreos. Así, toda población rural representa un problema, como sucede en Jujuy por los yacimientos de litio y en riesgo solapado, en la meseta de Somuncurá (también Río Negro), por los proyectos de energía eólica y la voracidad del fracking de Vaca Muerta (Neuquén), ejemplos que dan cuenta de la expansión y extensión territorial del conflicto actual.
Las monarquías del Golfo Pérsico y su altísima disponibilidad de capitales (de los hidrocarburos y financiero) los hacen jugadores globales de un peso tal que desbalancean cualquier tablero de poder con que se haya jugado hasta ahora; propongo considerar esto como rasgo general en la política interna. El otro proceso que nos influirá directamente será el modelo de resolución del conflicto con los pueblos originarios que propuso Gabriel Boric, Presidente de Chile, el 22 de mayo pasado a partir del análisis y propuesta formulada por una comisión especial creada en 2023.
Criollos
En marzo del año próximo se realizará el juicio oral y público contra Soledad Cayunao y Pablo Perret por la presunta usurpación de un lote de 14.000 hectáreas ubicado en la zona del río Alto Chubut en perjuicio del argentino Hugo Alberto Barabucci. La semana pasada, la Circunscripción Bariloche del Poder Judicial notificó a las partes que Marcelo Álvarez Melinger será el juez penal del juicio previsto para el 30 y 31 de marzo de 2026. La denuncia original era también contra tres hermanos de la comunidad Kom Kiñé Mú, quienes arribaron a un acuerdo de parte y no van a juicio. Por su parte, la Lof Cayunao no llegó a ningún acuerdo y enfrentará el juicio oral y público.
Barabucci denunció en febrero de 2023 que un grupo hizo un campamento en un sector de esas 14.000 que se usa tradicionalmente para el pastoreo de ganado en verano. Aseguró ser el dueño de las tierras y se constituyó como querellante en el legajo con la intervención de Magdalena Sanguinetti y Juan Ignacio Sarmiento, abogados de Bariloche.
La documentación que presentó es la escritura de la compra realizada a su nombre al empresario Marcelo Mindlin en 2017, donde consta que pagó dos millones de dólares con dinero proveniente de una donación, con transferencias bancarias en el exterior. No aportó la documentación del fideicomiso Amaike, del que participa Barabucci como parte de un engranaje de sociedades anónimas formadas en la Argentina con inversores emiratíes como propietarios de los capitales.
En la última audiencia pública donde se resolvió la lista de testigos para el juicio, Sanguinetti aseguró que Barabucci continúa siendo el único dueño de la tierra. Sin embargo, la misma abogada intervino en el expediente administrativo para la autorización del coto de caza en ese lote donde consta la documentación de Amaike, que me permitió articular la constelación de sociedades anónimas que aparecen en estas operaciones de compra-venta de tierras. Amaike era el dueño para 2017; la denuncia de Barabucci es de seis años después.
Es más, releyendo la documentación disponible, es posible suponer que Mindlin compró en 2013 esa tierra para los emiratíes. En un plano presentado ese año para tramitar el coto de caza ubicado entre las construcciones proyectadas, aparece la “casa de Matar”, lo que refiere probablemente a Matar Suhail Al Ybhouni, accionista minoritario de Manzil S.A., la empresa controlante, y cara visible en la Argentina y la zona de los inversores. Barabucci dirige el equipo de polo de Faris, hermano de Matar, en Abu Dhabi.
La Fiscalía, la querella y la defensa coincidieron en que Barabucci declare como testigo en el juicio oral. También declarará Andrés Saint Antonin, administrador del campo. Además, es guía de caza habilitado como parte de Four Season Adventure S.A., la empresa habilitada por la provincia para explotar el lodge de caza mayor y menor Fütann Tue. Tanto Saint Antonin como Four Season arrastran conflictos por violencia.
“Se discute hasta dónde llega el Poder Judicial en su persecución a las comunidades originarias, cuál es el límite a esa persecución penal”, planteó Martín Palumbo, codefensor de la Lof Cayunao. Añadió además que, en este caso, la comunidad hace un uso tradicional de una fracción de ese lote, ya que vive y tiene domicilio legal y real en un espacio ubicado hacia el sur, siempre junto al río Chubut.
Amenaza ambiental
El río Chubut nace en una pequeña lagunita ubicada en la ladera sureste del cerro Carreras, en inmediaciones del espacio que ocupa tradicionalmente Felipe Colhuin, que sufrió las presiones inmobiliarias como todxs. La gente del lugar llama Portezuelo a ese lugar, nombre que recogen los mapas del Instituto Geográfico Militar. Desciende hacia el sur, paralelo a la cordillera de los Andes, recibiendo aportes de innumerables arroyos. Este tramo se llama Alto Chubut, donde recoge más del 80% del caudal que atraviesa toda la provincia del mismo nombre, aportando agua dulce a prácticamente la mitad de su población, según estudios científicos.
Amaike llama campo Alto Chubut a su bloque de tres lotes que superan las 15.000 hectáreas. En un sector, por el este, el río lo bordea. El coto de caza está emplazado en el valle del arroyo La Tuerta, uno de los tributarios del Chubut. Un poco más al sur hay tres lagunas que quedaron encerradas por el alambrado realizado por Amaike, las que históricamente usó la gente mapuche tanto para hacer ceremonia como para alimentar a los animales, lo que fue explicado durante las audiencias de la investigación del caso. En la planicie de esas lagunas se produce una de las divisorias de aguas de las cuencas del Atlántico y del Pacífico.
Los valores medioambientales del lugar son innumerables. En la zona norte está registrado un glaciar que comprende una superficie de una hectárea, según consta en el expediente del coto de caza. Allí también está documentada la presencia de huemules, especie protegida en riesgo de extinción. Es bosque nativo protegido por ley, con un 32% de su superficie intangible (zona roja).
Durante la pandemia por el Covid-19 se interrumpió el movimiento de cazadores. Los responsables del establecimiento liberaron ciervos exóticos que se reproducen y vagan libremente por el territorio. Ingresaron al cipresal de las Huaytekas, área natural protegida, y descendieron por el río Foyel, cruzaron la ruta nacional 40 y se desplazaban hacia el paraje El Manso, según el relato de varios pobladores de la zona recogidos durante varios años.
Gülumapu
El territorio y la vida del pueblo mapuche quedaron afectados por la creación de los Estados modernos de Chile y la Argentina, ya que su espacio tradicional se extiende de mar a mar. Hacia el oeste de la cordillera de los Andes es gülumapu; al este, puelmapu. La trayectoria histórica en gülumapu se remonta al 1500, cuando la corona española se asentó y fundó Santiago, la capital. La experiencia colonial fue fuerte, a diferencia de este lado de la cordillera, donde el territorio fue libre hasta las campañas militares criollas postcoloniales. La relación con la política partidaria también tiene un recorrido muy diferente. Las trayectorias territoriales necesitan ser revisadas no sólo como insumo interno de los propios pueblos originarios, sino porque los distintos gobiernos estadounidenses y las derechas criollas tienen en sus agendas el reclamo territorial mapuche y su cosmovisión protectora de las vidas en la naturaleza es un escollo para los modelos de desarrollo capitalistas.
La estrategia criminalizadora, de formulación del mapuche como enemigo interno, de democracias compatibles con la guerra de baja intensidad, la guerra sucia de la propaganda, todo primero se ensayó en la Araucanía. En los ‘80, economistas de Río Negro fueron a formarse con Esteban Büchi, Chicago boy, ex ministro de Economía de Chile. Allí la tecnocracia de Japón impuso su modelo de privatización del agua dulce a través de la JICA, organismo que después desembarcó en Neuquén, y en Bolivia desató la llamada “guerra del agua”. Las forestales pulverizaron los bosques nativos arrasando al punto que exterminaron muchas de las plantas medicinales. Las comunidades quedaron arrinconadas en espacios muy pequeños. (Todos estos son elementos muy generales que merecen explicarse en otro momento).
En la Argentina necesitamos profundizar sobre los alcances del paquete de medidas anunciado por Borich y el informe de la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento creada en 2023, ya que da cuenta de las alternativas políticas que ofrecen las democracias contemporáneas para el conflicto estructural que supone la defensa integral del territorio tradicional mapuche a ambos lados de la cordillera.
Nombres del poder
Manzil es una voz árabe que se refiere a un lugar físico (una casa o residencia), un lugar astronómico (trayectoria de la luna) o una parte del Corán, libro sagrado del islam. Así es que Manzil S.A. habla de la identidad de los propietarios del capital. En cambio, Amaike significa agua clara en mapuzundun (lengua mapuche) y Fütann tue, tierra grande. Signos de la batalla cultural.
*Javier Grosso, geógrafo, realizó la cartografía para esta nota.
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