¿Qué diría Paquita?

 Mujeres, diversidades y música con perspectiva de género

Hace dos años se creó "Bando Comunidá", un espacio de intercambio y cooperación constante que agrupa a más de 600 bandoneonistas de diferentes identidades de género, de todo el mundo. Allí conversamos sobre temas como la historia del bandoneón, su luthería, los diversos métodos para su estudio, entre otros. También compartimos música y difusiones de espectáculos de artistas que lo integran y experiencias de tocar el instrumento. Entre estas, contamos y escuchamos cómo nos atraviesa la desigualdad de género.

Por eso, desde este espacio, queremos responder a la nota “Algo bello entre las piernas”, de la columna “La música que escuché mientras escribía”, publicada en El cohete a la luna. En primer lugar, entendemos que el artículo es sexista y reproduce lógicas de desigualdad de género que tanto luchamos para deconstruir y cambiar en el mundo del bandoneón, del tango y de la sociedad en general. Y, en segundo lugar, pensamos que este no fue escrito con el profesionalismo que se espera de un periodista con su trayectoria.

Compartimos aquí algunas reflexiones colectivas:

¿Algo bello entre las piernas? El bandoneón se ejecuta sobre las piernas. Entonces, ¿a qué se refiere el periodista con ese “algo bello”? ¿Hacia dónde mira y qué nos quiere hacer ver? Nos preguntamos, además, ¿usaría un título así para escribir sobre, por ejemplo, hombres violonchelistas? ¿O a ellos se los presentaría con un título profesional como “músicos”, “chelistas”, “hombres”?

¿Abrir y cerrar las piernas? La frase remite a un significado sexual como parte de un discurso que, históricamente, activa un dispositivo social que disciplina el cuerpo de las mujeres y diversidades a través del pudor, en especial en el ámbito público. ¿Hace falta aclarar que las bandoneonistas no “abren las piernas para hacer gozar con su música”? ¿Las mujeres bandoneonistas son una rareza? No. Nos importa señalar que hay muchas artistas y estudiantes que tocan el bandoneón. Si alguien todavía sostiene que “hay pocas mujeres que tocan el bandoneón”, le invitamos a investigar mejor. La información está a un clic.

¿Podemos hablar de Paquita Bernardo con perspectiva de género? Paquita vivió, tocó el bandoneón y compuso a principios del siglo pasado. No pedimos “feminismo retrospectivo”. Sin embargo, ¿podemos hablar de ella en el presente sin sexualizarla? ¿Podemos celebrar su talento sin decir “por ser mujer”? ¿O todavía no advertimos que hay discursos sobre Paquita que se apoyan en -al menos- un siglo de desigualdad de géneros?
En suma, queremos expresar nuestro repudio a la nota “Algo bello entre las piernas” y esperamos que en el futuro los artículos sobre mujeres, diversidades y música consideren la perspectiva de género. Porque hablar de las mujeres y la música en los términos en los que lo hace Verbitsky no reconoce nuestro trabajo, por el contrario, lo desvaloriza y resulta ofensivo.

PD. Un desagravio para Eva Wolff. Jamás la han llamado “La Gabel”, es Eva Wolff, música y docente del bandoneón.

PD2. En esta misma edición consta la respuesta a Eva Wolff, cuyas afirmaciones sigue la Bando Comunidá.

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