Reconstruir sobre la violencia

Una plaza como símbolo

 

La ciudad se instituye como locus de los conflictos urbanos en el que se evidencian las disputas sobre su territorio, donde el acceso al suelo, al espacio público y al hábitat digno se constituyen desde procesos de conflictividad. La producción física y simbólica de la plaza Nicolás Segundo es una construcción sociopolítica del territorio, una estrategia barrial para administrar el conflicto asociado a la cooptación y al control territorial ejercido por el avance de la venta de drogas en el barrio. En Las Cañitas, barrio con historia de lucha y resurrección, el 7 de noviembre del año 2020 Nicolás Segundo fue asesinado.

“El barrio tuvo coraje y alzó su voz. No estábamos dispuestos a normalizar que nuestros hijos no puedan jugar y salir de su casa”, nos cuenta una vecina. El mismo año del asesinato de Nicolás, se elaboró un proyecto para la plaza y se organizaron jornadas de limpieza del espacio con 300 o 400 personas voluntarias, donde desde las organizaciones barriales gestionamos los recursos que permitieron dotarla de la infraestructura básica. El mejorado en la calle facilitó el acceso y —por primera vez— los vecinos pudieron entrar directo a su casa sin embarrarse. También se plantaron árboles y se colocaron juegos. Aún la plaza no se encuentra del todo formalmente reconocida; es mantenida exclusivamente por los vecinos del barrio y, al igual que Las Cañitas, no recibe un adecuado servicio de recolección de residuos. 

Este año se empezó a construir un equipamiento comunitario para la plaza que fue proyectado desde la Cátedra A77 de Arquitectura (UNSAM-UBA), donde estudiantes diseñaron la maqueta del proyecto. Esta última fue presentada ante algunos vecinos que se acercaron y aprovecharon aquel encuentro para exponer que desde hace varias semanas el barrio se encontraba sin agua.

Los sábados a lo largo de varios meses sucedieron extensas jornadas de trabajo donde estudiantes, docentes, militantes y vecinos ejecutaron la primera etapa de la obra, que consistió en la colocación de los pilares. El equipamiento está emplazado en tierra rellenada, por lo que la tarea de cavar 15 pozos se convirtió en una proeza colectiva en la que fuimos “descubriendo” textiles desintegrados y objetos con vaya a saber qué historias. Desde los inicios, el Laboratorio Idear Ciudad acompañó el proyecto realizando un diagnóstico sobre el “paisaje urbano” en el que se integra e interacciona la plaza, cartografiando aspectos vinculados a la recolección de los residuos urbanos, los usos y representaciones de la comunidad sobre sus espacios verdes y entrevistó en profundidad a vecinos históricos habitantes del barrio. 

La plaza Nicolás Segundo está en la última calle de San Martín. ¿O la primera? Allí se escribió un nuevo capítulo de la memoria popular local que forma parte de nuestro libro de historia. Esta “refundación” fue una forma de reparación que pareciera más efectiva que las investigaciones judiciales y las políticas criminales.  El espacio urbano no es algo dado y se murmura en el barrio que el peligro, el delito y el crecimiento inmobiliario están “al acecho”. 

 

 

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* Denise Fiquepron es parte de Idear Ciudad, un colectivo multidisciplinario creado en el 2020 en el partido de General San Martín (Buenos Aires) que investiga, diseña e impulsa políticas públicas locales.