¿Réquiem para un sueño?

La derrota en Marcos Juárez es un duro golpe a la proyección de Schiaretti de cara a 2023

 

Los 15 puntos de diferencia entre la candidata triunfante de Juntos por el Cambio (JxC) para la intendencia de Marcos Juárez, Sara Majorel, y la lista avalada por el gobernador Juan Schiaretti, imponen un punto de inflexión para la política cordobesa y la proyección nacional del primer mandatario provincial. No por el peso específico de la elección en sí misma, ya que se trató de un escrutinio determinado por 16.000 votos frente a un padrón que supera el millón y medio de electores en toda la provincia. Fue la significación de los actores intervinientes lo que genera el impacto político que los diarios de domingo tratan de explicar.

También se trató de una elección donde el oficialismo municipal debía revalidar el liderazgo del vecinalista Pedro Dellarossa, cuya principal funcionaria municipal se había pasado a las filas del cordobesismo. Verónica Crescente había tenido protagonismo excluyente en la última gestión municipal pero, al no recibir el apoyo del caudillo local, se pasó al espacio opositor como extrapartidaria y esperanzó a Schiaretti con la posibilidad de ganar en la ciudad de Marcos Juárez, que JxC denomina su kilómetro cero porque fue la primera elección victoriosa como alianza constituida entre el PRO de Mauricio Macri, la UCR y la Coalición Cívica de Elisa Carrió, espacio electoral que en Córdoba suma al Frente Cívico de Luis Juez.

Una victoria hubiera terminado de “alambrar” políticamente a la provincia bajo la mirada hegemónica del gobernador, el dirigente mejor valorado por los cordobeses según las encuestadoras, que ahora deben hacer un mea culpa por el yerro estrepitoso que significaron sus proyecciones del resultado en Marcos Juárez.

Un supuesto triunfo en Marcos Juárez proyectaba a Schiaretti a las grandes ligas, dándole una carnadura popular que nunca tuvo el ex senador peronista Miguel Ángel Pichetto –acompañante de Mauricio Macri en su frustrado intento re-eleccionario en 2019– en una eventual fórmula opositora el año que viene, como se especuló durante los últimos meses.

Schiaretti tomó como propia la candidatura de Crescente en Marcos Juárez e indirectamente confrontó con el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, que estuvo la semana previa a la elección en Córdoba y dedicó varios días a la campaña y a reunirse con dirigentes de toda la provincia del espacio opositor para engrosar su propia suerte electoral para el año que viene.

Por eso no es de extrañar que el diputado mendocino y coordinador nacional de la campaña de Rodríguez Larreta, Omar De Marchi, fuese lapidario al sentenciar que “Schiaretti forma parte de la Argentina que ya pasó” y que “el año que viene le vamos a ganar la elección provincial”.

 

 

 

Festejo frustrado

El 11 de septiembre a la tarde, cuando la elección estaba concluyendo, varios ministros provinciales se encontraban en un hotel céntrico de Marcos Juárez, encabezados por el titular de Desarrollo Social y jefe político del Departamento, Carlos Massei. Preparados para salir a festejar cuando se confirmase lo que anticipaban las encuestas de la consultora CB estaban los ministros Paulo Cassinerio (Vinculación Comunitaria), Sergio Busso (Agricultura) y Facundo Torres (Gobierno), junto al titular de Deportes, Héctor Campana; el viceintendente Daniel Passerini; y el legislador Oscar González, entre otros. A su vez, desde Córdoba se preparaban para salir hacia el sureste provincial Schiaretti con el intendente de Córdoba, y virtual candidato a gobernador, Martín Llaryora.

Un abrupto freno de mano truncó los festejos por caras largas cuando se conocieron los primeros resultados y la victoria por cinco puntos que anticipaba CB el viernes anterior a la elección se transformó en una derrota estrepitosa.

El lunes siguiente La Voz del Interior informó que desde el gobierno hablaron de “gran papelón” mientras “Crescente le agradeció al gobernador ‘que puso todo en la campaña’. Además de varias visitas, el mandatario dijo que sería el ‘garante’ de las promesas de su candidata. Jugó a fondo y perdió”.

Tratar de despegar de la derrota al inquilino de El Panal fue parte del operativo de control de daños que se puso en marcha en la semana. Ese mismo lunes compartieron un acto en barrio Cáceres y dijeron en sus discursos que había que priorizar la gestión y el equipo de trabajo, “sin grietas”. Sin embargo, los días sucesivos distintos dirigentes dejaron filtrar el malhumor general y se arrojaron chuzas por el fracaso. Intendentes del departamento Marcos Juárez criticaron, sin dar la cara, la estrategia de quitar la impronta peronista a la campaña cuando Schiaretti compró la candidatura de Crescente, que finalmente sacó el mismo porcentaje de votos que el candidato peronista perdedor en la elección anterior, Eduardo Foresi.

Además, la derrota golpea a Llaryora en su punto débil: el interior provincial, donde tanto Luis Juez como Rodrigo De Loredo son más fuertes. Por eso desde las filas del intendente de la capital provincial salieron a fustigar la estrategia y se quejaron: “Si así cuidan al gobernador, no me quiero imaginar lo que harán con Martín el año que viene”.

 

 

 

¿Cambios de gabinete?

La reacción política desde El Panal se vio en formato de trascendido periodístico, cuando se difundió que Schiaretti pensaba aplicar cambios en el gabinete para renovarlo con las figuras del intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, y la diputada nacional Natalia De la Sota, portadora de apellido ilustre en el peronismo cordobés. Nada de eso se había concretado al cierre de esta edición.

Lo cierto es que el gabinete provincial está bastante cascoteado y no precisamente por las elecciones municipales. El ministro de Seguridad Alfonso Mosquera debió renunciar a raíz del asesinato con balas policiales del joven adolescente Blas Correas, en un caso emblemático de gatillo fácil con posterior intento de encubrimiento. Mientras que la ministra de Salud Gabriela Barbás sufre la crisis en el hospital Neonatal, donde se investigan cinco fallecimientos de bebés sanos y está detenida la enfermera Brenda Agüero. Barbás era la segunda del ex ministro Diego Cardozo, que debió renunciar ante una posible imputación por parte del fiscal interviniente.

Desde el Palacio de Mojica, sede de la Municipalidad de Río Cuarto, negaron que exista ofrecimiento alguno a su jefe político. “Llamosas está en un proceso de instalación a través de la obra pública que está realizando”, señalaron, dando a entender que no le convendría ir al gabinete y dejar acéfala la Municipalidad, desde donde procura construir un liderazgo regional que lo posicione como compañero de fórmula de Llaryora. Tampoco hubo confirmación de parte del equipo de Natalia De la Sota.

Por ahora, la promocionada proyección nacional de Schiaretti sufrió otro duro traspié y los rumores de cambio en el gabinete para mejorar su performance en Córdoba suenan más fuerte que su ambición presidencial.

 

 

 

La Argentina que ya pasó

Horacio Rodríguez Larreta jugó fuerte en la elección de Marcos Juárez y tuvo premio. El lunes 12 de septiembre un triunfante Pedro Dellarossa junto a Sara Majorel lo visitaban en la ciudad de Buenos Aires en reconocimiento al apoyo recibido, pero también apuntando con el gesto a quien le reconocen el liderazgo del espacio a nivel nacional.“Algunos pasaron a saludar por Marcos Juárez, pero Larreta se quedó a trabajar para conseguir la victoria”, explicó un armador en Córdoba. Y apuntó a Mauricio Macri y Patricia Bullrich, que tuvieron un paso fugaz por la ciudad.

(El medio) MI Córdoba requirió la opinión del equipo de Larreta sobre el papel de Schiaretti en la elección y sobre la proyección nacional del gobernador, con la perspectiva de analizar una futura confluencia de uno de los principales candidatos de JxC con el cordobesismo. La respuesta del diputado nacional mendocino Omar De Marchi, coordinador nacional de la campaña presidencial de Rodríguez Larreta, fue contundente: “Schiaretti forma parte de la Argentina que ya pasó. Quedó muy claro en el resultado de Marcos Juárez, donde a pesar de haber volcado todo el aparato provincial con recursos, con presencias, con logística, la diferencia fue de casi 20 puntos”. Y agregó que la derrota “no fue de Verónica Crescente sino del peronismo cordobés y del kirchnerismo”.

De Marchi descartó futuros contactos entre el gobernador y su candidato presidencial porque en 2023 “vamos a ganarle a Schiaretti. La lógica es que vamos a ganar la elección provincial y la elección nacional en Córdoba”, selló el mendocino.

MI Córdoba preguntó a un armador territorial de Larreta si Marcos Juárez impondrá al candidato por encima de Bullrich, que suele ser mencionada como la referente del espacio más valorada en Córdoba. “¿Las mismas encuestas que daban ganador al peronismo en Marcos Juárez?”, chicaneó como respuesta. Y añadió: “El 95% de la dirigencia está con nosotros. Salvo Laura (Rodríguez) Machado y la senadora Carmen (Álvarez Rivero), el resto se referencia en Horacio (Rodríguez Larreta)”.

“¿Estamos votando Instagram y panelistas de tele o gestión? ¿Los argentinos van a elegir marketing electoral o planes de gobierno y equipo? En cierta forma esta es una elección municipal que interpela a la gente en lo nacional: entender su simbología influye para dar una mirada respecto a un cambio en el gobierno nacional”, concluyó.

 

 

 

 

* Artículo publicado en Marca Informativa Córdoba.

 

 

 

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