Resistencias al trumpismo

La oposición en Estados Unidos

Una de las manifestaciones de Hands Off en defensa de la democracia.

 

El panorama de la oposición en Estados Unidos es más variado de lo que un observador lejano podría imaginarse. La emigración ha enriquecido a la sociedad americana con sus visiones renovadas de la democracia. Otro aspecto es la profundización de las necesidades según los cambios, sobre todo en el mundo laboral (un ejemplo que podría parecer banal es la desconexión digital después del horario de trabajo). 

El sistema cruje y se mueve en busca de nuevos equilibrios. El ataque del republicanismo trumpiano al Estado de derecho enrola a nuevos militantes que, desde ámbitos diferentes, se oponen al gobierno. Al ser transversal el ataque, lo son también las respuestas y los protagonistas.

 

 

Marxistas

Aunque se considere a Marx ajeno al mundo estadounidense, reino del capitalismo, el filósofo alemán, que el 5 de mayo hubiera cumplido 207 años, sigue gravitando en la vida americana; una circular del Office of Management and Budget del Presidente sostiene que se desperdician fondos federales para promover "la equidad marxista".

Uno de los que mantiene la vigencia de Marx en Estados Unidos es el profesor de Historia de la Universidad de Illinois Andrew Hartman, que ha escrito Karl Marx in America (2025), un libro que recorre la vida y el legado de Marx en el país.

Hartman manifiesta que hubo cuatro períodos en la historia de Estados Unidos en los que Marx fue leído con consecuencias. El primero, en la Gilded Age (edad de oro, entre 1870 y 1900), cuando nacieron los partidos socialistas de masas y el laborismo radical. El segundo, después del crack del ‘29, la mayor crisis del capitalismo, cuando el país llegó al 30% de tasa de desocupación. En esa década el partido comunista se reforzó y nacieron sus ramificaciones. El tercer momento fue en los años ‘60, lo que resulta paradójico porque la economía funcionaba y se consolidaba la clase media, pero la influencia de la lucha por los derechos civiles y la oposición a la guerra de Vietnam llevaron inevitablemente a Marx para comprender las convulsiones sistémicas del momento.

El cuarto boom de Marx es el actual, después de la crisis del 2008, con Occupy Wall Street y las campañas electorales de Bernie Sanders; hay una gran cantidad de personas que leen a Marx, escriben sobre él, participan en grupos de lectura marxista y descargan de la red las lecciones de David Harvey sobre El Capital.

La derecha americana ha creado el espantajo del “peligro rojo”, que se ha utilizado siempre con las variables del momento; el "virus marxista" se utiliza para atacar otros movimientos e ideas que no son marxistas, la teoría crítica de la raza, por ejemplo, o el Green New Deal, que es en realidad una idea de corte socialdemocrático.

"La lista se alarga", dice Hartman. "Hasta el mismo Trump habla constantemente de marxistas, como los burócratas marxistas DEI (diversidad, equidad, inclusión) de la universidad".

En la época de Occupy Wall Street, un grupo de jóvenes comenzó a desarrollar la idea de un nuevo socialismo y "buscaron en Marx la clave para explicar el mundo actual y superar el infierno neoliberal; algunas de estas ideas nacieron de la campaña de Bernie Sanders".

Muchas personas se dirigen a Marx para entender qué es lo que las transforma en personas no libres en el capitalismo; la respuesta la encuentran a través de los objetivos y la organización de los trabajadores. En el caso de Hartman fue la creación del sindicato de trabajadores docentes: "Ahora tenemos un contrato, y gracias a esto tenemos más poder y autonomía sobre nuestra vida laboral".

Para los ignorantes que dicen que Marx nunca trabajó (como si escribir El Capital fuera un hobby mañanero), el profesor Hartman cuenta que Marx transcurrió diez años de su vida escribiendo para el New York Tribune, que en esos tiempos era el cotidiano más leído en el mundo con 200.000 suscriptores. En los más de quinientos artículos que le publicaron, los lectores se acercaron a Marx y su visión sobre la esclavitud, la guerra civil americana y la política europea. Después de las revoluciones de 1848, muchos de sus participantes escaparon a Estados Unidos al mismo tiempo que Marx buscaba asilo en Londres. Estos fugitivos eran fervientes abolicionistas y se alistaron en el Ejército de la Unión y combatieron en el frente occidental a lo largo del Mississippi; Marx, además de mantener un rico intercambio epistolar con estos compañeros, auténticos militantes internacionalistas, nunca perdió de vista la sociedad americana. Ahora, parte de ella busca en Marx respuestas a una actualidad cada vez más indescifrable.

 

 

Socialistas

En El Cohete del 1 de junio ya mencionamos a Zohran Kwame Mamdani, nacido en Kampala, Uganda, en 1991, socialista de Queens y parlamentario del Estado de Nueva York; la novedad es que este joven desconocido ha lanzado su campaña para ganar la intendencia de la ciudad de Nueva York, desafío difícil dado que es un feudo que dominan los sectores financieros e inmobiliarios (estos últimos sostienen la candidatura de Andrew Cuomo, como contamos en el mismo artículo).

La personalidad de Mamdani es importante; tiene 33 años, es carismático, atractivo, autoirónico, divertido y sobre todo inteligente. Su carrera política partió con la New York City Democratic Socialist of America, que ha colocado varios candidatos en lugares claves; la más conocida sin dudas es Ocasio-Cortez en 2018.

Mamdani, como sus compañeros, trabaja sobre argumentos de base como la tutela de los inquilinos o la energía renovable financiada con fondos públicos; pero su proyección creció entre marzo y abril de este año y pasó del aspecto quijotesco del outsider a ser considerado una verdadera opción en las primarias democráticas, y sobre todo ha conseguido imponer algunas ideas en el debate político.

A fines de febrero, mientras otros colegas del partido desertaban, Mamdani había conseguido reunir más de 2.800.000 dólares, y a fines de febrero llegó a la cifra de ocho millones de fondos para la campaña, con lo que anunció que no aceptaría más donaciones. El apoyo a Mamdani viene básicamente de los pequeños donantes.

También ha crecido la intención de voto a su favor; en mayo era ya del 17/18%, y una empresa de sondeos le ha atribuido el 22%. Cuomo sigue siendo el favorito con un 38%; la carrera ahora es entre ellos dos.

Los analistas que intentan descifrar el secreto de su ascenso sostienen que se trata de una combinación de factores: la personalidad del candidato, el mensaje, el movimiento y el momento.

Mamdani tiene el don de hablar a sus conciudadanos de los problemas reales, dificultades materiales y soluciones convincentes, y permanece concentrado en el argumento sin lanzarse a volar o perderse en charlas inútiles.

Mamdani tiene otra particularidad: es difícil encontrar una foto suya poco atractiva o descalificadora, trabajo difícil hasta para el diario de derecha New York Post; el candidato siempre aparece bien, tanto sonriente como concentrado.

En las entrevistas siempre habla del costo de vida y de cómo hará para resolverlo. Hablaba de estas problemáticas mientras en la campaña presidencial de 2024 los candidatos del Partido Demócrata se negaban a reconocer el alza del costo de la vida por la inflación, abriéndole la puerta a Trump.

Mamdani explica las cosas con simplicidad. Por ejemplo, propne congelar inmediatamente el alquiler de un millón de apartamentos en Nueva York, con un canon. ¿Y cómo lo haría? Aprovechando la facultad del intendente de nombrar a los miembros del Rent Guidelines Board, el ente que gestiona la cuestión de alquileres del municipio.

Otra promesa es reorganizar los autobuses con la fórmula "Veloces y gratuitos", idea que ya ha experimentado a través de sus propuestas de leyes que fueron aplicadas en algunas líneas de colectivo; además, se ganó en seguridad. La otra propuesta que entusiasma es la "asistencia universal a la infancia", una medida que podría aliviar a las familias de la clase trabajadora después de los cortes al Estado social del actual intendente Eric Adams. 

Y no es todo, ahora está proponiendo la creación de un supermercado de propiedad comunal en los cinco distritos de la ciudad, una movida que sacudiría el ámbito del consumo dado que el precio de los alimentos es muy alto (la cuestión de los huevos es muy ilustrativa). Sería una opción alimentaria notable para las familias que cada día enfrentan serias dificultades con el presupuesto.

Mamdani además, ha inyectado entusiasmo en una base desalentada; su movimiento cuenta con 10.000 voluntarios que ya han llamado en más de 100.000 puertas, y eso con bastante anticipo: cuando su figura todavía no se consideraba una opción frente a Cuomo.

En Estados Unidos, la cuestión del alza de los impuestos es un tabú en época electoral. El New York Post, con la intención de atacar al Mamdani, publicó que "el candidato socialista propone un aumento del 2% de los impuestos a los millonarios de Nueva York para acumular un fondo de 10.000 millones de dólares para crear un programa social".

Cualquier candidato hubiera salido a desmentir o a matizar, Mamdani, en cambio, compartió alegremente la noticia, ya que la consideró un empuje positivo para su futura gestión del municipio.

 

 

Ciudadanos

Más allá de los partidos y las primarias se extiende un activismo que comienza a cubrir áreas donde la política profesional no llega. Una de estas expresiones fue la Emergency March en Washington, que el sábado 5 de abril organizó una marcha que recorrió las calles de la capital hasta llegar al prado del obelisco de dicha ciudad; los organizadores trabajan con argumentos difíciles para parte de la izquierda estadounidense: la guerra de Israel y Estados Unidos contra Gaza, el genocidio palestino, la detención del estudiante sirio Mahmoud Khalil, la matanza de periodistas y la represión.

La otra gran manifestación realizada el mismo día la organizó el Movimiento Indivisible (MI), cofundado y guiado por el matrimonio entre Leah Greenberg y Ezra Levin.

El suceso más notorio de este movimiento fue la manifestación Hands Off en la capital, también en el predio que rodea el obelisco dedicado a Washington; una cantidad de oradores representantes de organizaciones sociales y sindicales intimaron a Trump y Musk (que recientemente abandonó su cargo gobernativo) a no meter mano en las instituciones que cuidan los derechos y necesidades de los ciudadanos y salvaguardar la democracia.

Hands Off no solo se reunió en la capital, sino que se repitió a la misma hora en más de 1300 ciudades americanas y algunas europeas; se calcula que han participado millones de personas. Claramente, las 150 asociaciones que participaron ayudaron a que la convocatoria resultara exitosa.

Ezra Levin la ha caracterizado como "la más grande manifestación pro democracia realizada desde años".

Ezra y Leah cerraron el encuentro incitando a la multitud y estableciendo un diálogo con la gente en un continuo intercambio de preguntas y respuestas. Además, pidieron a los presentes que intercambiaran los números de teléfono para comprometerse en una difusión activa con el fin de agrandar la base del movimiento, que hasta el momento parece el más sólido de la oposición ciudadana.

Emily Phelps, dirigente nacional de la oficina de prensa, cuenta que "después de la elección de Trump en 2016, mucha gente preguntaba cómo podían comprometerse en primera persona. Algunos ex empleados de los staff del Congreso redactaron una guía donde se explicaban las acciones de gran impacto que los republicanos habían adoptado en los años de la presidencia de Obama".

Eran las acciones del Tea Party: irrupciones en las reuniones municipales, en oficinas, en los distritos electorales; incitaban a los ciudadanos a bombardear con telefonemas a sus propios representantes en el congreso.

El manual se llamó La guía invisible; los autores querían evitar divisiones del tipo Hillary/Bernie. La idea era unificar a la gente para elegir a los candidatos democráticos; la consigna era: todo el que está contra Trump puede participar.

Esta prerrogativa se manifestó el 5 de abril, y reunió tanto a personas poco proclives a participaciones físicas como a militantes que trabajan en varios frentes.

Entre los que apoyan esta perspectiva, se destaca el joven diputado de Florida Maxwell Frost, elegido en 2022 con el apoyo de Bernie Sanders y Jamie Raskin de Maryland.

La crítica que recibió Hands Off fue la ausencia del argumento Gaza y el genocidio palestino, ni siquiera mencionado por una oradora como Ilhan Omar, nacida en Mogadiscio y naturalizada americana, desde 2019 diputada por Minnesota y habitualmente muy comprometida con la causa palestina; tampoco se mencionó a Mahmoud Khalil, aunque sí fue criticada la deportación de detenidos a las prisiones de El Salvador.

Pero hubo un orador que no se olvidó de Gaza: Al Green.

 

 

El texano solitario

El congresista afroamericano Al Green, con su bastón y su cabellera larga atada’, podría ser solamente una figura pintoresca con su aspecto de rockero de los años 70 (tiene 77 años); en realidad, este representante de Texas es un honestísimo y amadísimo parlamentario que nunca dejó sus convicciones en la puerta del Capitolio, y es un huésped habitual en las concentraciones anti Trump. Green, de profesión abogado, representa el 9.º distrito de Houston; ha sido elegido 11 veces, primero como juez de paz en Texas y desde 2005 parlamentario.

En una reunión, el 4 de marzo, de las dos Cámaras con Trump y Vance presentes, Green (con una corbata en la que estaba escrito el preámbulo de la Constitución estadounidense) interrumpió y atacó al Presidente. Después de dos llamadas al orden, el presidente de la Cámara, Mike Johnson,  ordenó que fuera expulsado del recinto, acompañado por bedeles y guardias.

 

 

Claramente estas acciones tienen mucha resonancia; cuando Green se presentó en el mitin de Hands Off, los asistentes le gritaban “¡Gracias! ¡Gracias!”.

Green fue el penúltimo orador de aquél acto, y estas fueron las palabras finales de su discurso, como siempre, vehemente: “Quiero que sepan que, desde lo profundo de mi corazón, yo sé que él (Trump) es un Goliat que tiene el control de los generales del Ejército, del Departamento de Justicia, del Partido Republicano. Pero, amigos míos, por cada Goliat hay un David y quiero que usted, señor Presidente, sepa que este David dentro de los próximos treinta días presentará un impeachment contra usted.

Estoy listo para ese impeachment, señor Presidente. ¡Yo le estaré encima! Este hombre estará encima de usted porque usted no se merece el cargo que ocupa. Usted no está en grado de ser el garante de la libertad, del gobierno ‘of the people, by the people, and for the people’”.

Finalmente, el 15 de mayo, Green presentó su demanda de impeachment, manteniendo la promesa que había hecho en la manifestación Hands Off de abril. Motivaciones generales: "El presidente toleró la inobservancia de las órdenes de la Corte Federal, la violación de la separación de poderes, la debilitación de la independencia de la magistratura federal, la violación del mandato constitucional del proceso justo, transformando nuestra democracia en una dictadura de hecho, con él mismo como dictador de hecho". 

 

 

 

 

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