Río Negro, afuera

YPF anunció el fracaso del Plan GNL del gobierno de Milei

Punta Colorada, el destino anunciado para la inversión que nunca llegó. Foto: ArgenPorts/InfoGEI.

 

En plena euforia por la asistencia del FMI, mientras el gobierno declara que ahora sí la Argentina emprenderá el camino del empoderamiento y desarrollo, se produce un anuncio de YPF que cae como un balde de agua helada al cancelar el proyecto de instalar la planta de licuefacción del gas natural a GNL en Punta Colorada, en el Golfo de San Matías de la provincia de Río Negro. Se trata de la ubicación promovida por el propio presidente Javier Milei para quitarle el emplazamiento en Bahía Blanca a la provincia de Buenos Aires, en un lamentable boicoteo a su gobernador Axel Kicilloff.

El argumento que explícita el comunicado de YPF es que no se obtuvo financiación para el emprendimiento de la planta on shore de GNL. Cabe aquí reconocer las múltiples gestiones de fuentes de financiamiento en distintos lugares del mundo. Pareciera que el mundo no respondió como creía Milei. Pareciera que no es lo mismo plata para el mundo financiero, con sus burbujas monetarias, que para una infraestructura clave. Como ya se vivió en el país, hay plata para transas financieras y timbas. En definitiva, plata para incrementar el vía crucis del país “vía la libertad avanza”.

El fracaso del plan no solo es de la planta de GNL: es el fracaso de un modelo armado como un megaproyecto “fantástico”, en otras palabras, un globo. Estos globos son también una muestra del esquema de sumisión frente a un poder de Estados Unidos que en definitiva no quiere que se desarrolle Vaca Muerta, pues lo ve como una competencia. Usa para ello sus brincos contra China, para que esta no financie nada en la Argentina. Lamentable pero cierto, el gran poder del norte está en retirada buscando como salvar las papas.

El Presidente Milei explicitó en la segunda semana de febrero que los dólares que le faltan a la Argentina para sostener el tipo de cambio y contener la inflación provendrán del Fondo Monetario Internacional y del boom exportador de gas y petróleo. Sobre el FMI, muchos economistas plantean dudas de si el préstamo va a servir a proyectos concretos o va a consolidar aún más la deuda impagable. El petróleo de Vaca Muerta fluye cual maná del cielo. Este año en el primer trimestre exporto cerca de 1.500 millones de dólares. Ello es un aliciente, pero no resolvió el faltante de dólares y aun cuadruplicando los ingresos no será suficiente, como lo expresa el mismo gobierno pidiéndole al FMI sumas adicionales mucho más altas (20.000 millones).

En cuanto al gas natural las cosas son muy distintas y van para largo.

En primer lugar, hoy el Precio al Ingreso del Sistema de Transporte (PIST) a la salida de los yacimientos de Vaca Muerta se halla en 3,5 U$/MMBTU (129 U$ los mil-m3). A ese precio de la materia prima la Argentina no puede venderle el gas natural a casi nadie… Sólo a los usuarios locales que pagan tarifas dolorosas para los bolsillos de la gente, de las pymes y de la industria y el agro en general. Estos valores PIST enriquecieron y enriquecen a las empresas productoras de manera casi pornográfica. Es un valor un valor un 30% superior a la media de los precios de Henry Hub. (2,50 U$/MMBTU).

El alto valor PIST férreamente sostenido por la asociación de productores locales quizás sea un causal para que empresas del exterior se vayan. Y otras quizás no vienen pues consideran que no hay márgenes para una comercialización rentable en el mundo. El gobierno de Milei (y también el de Alberto) no tuvo ni tiene lo que hay que tener para sincerar llegar a precios atractivos no solo para exportar sino para su mercado interno.

La propuesta de Trump de bajar aún más el valor acota las posibilidades de venta del GNL al mundo. En una especie de desafío fanfarrón del dicho “drill, baby, drill” (perfora, muchacho, perfora), hace una extraordinaria producción de gas natural y del GNL para dominar el mercado mundial. Por supuesto que complica la vida a los países exportadores y competidores como Venezuela, Nigeria, Indonesia, México y la Argentina, entre otros.

A mediano plazo, si se quiere que Vaca Muerta exporte, habrá que pensar seriamente en precios competitivos, que requerirán de los productores más mejoras sustanciales tecnológicas y operativas en los yacimientos (ver Rincón de Piedras, de Tecpetrol) y emprender una fuerte industrialización del gas en territorio nacional para obtener de Vaca Muerta márgenes adicionales a un mero extractivismo.

Decía el Instituto de Energía Scalabrini Ortiz (IESO), hace ya varios meses que la “promesa” de Milei de contar con un boom de gas a corto y mediano plazo era interpretada como una fantasía o una mentira (de las tantas que produce). El anuncio proveniente de alguna inspiración celestial tiene una serie de condicionamientos que hacen que ese boom exportador sea, por ahora y por varios años, de muy difícil concreción. Se decía en dichas notas que el camino era paso a paso, a partir de usar barcos con plantas licuefactoras (barcos FLNG) de capacidad de procesamiento a partir de 15 MMm3 de gas por dia (10% de la producción nacional actual). Ello posibilitaba con una boya evacuar un barco metanero típico (unas 50.000 Ton de GNL) cada cuatro días. Cabe considerar otros licuefactores FLNG, que resulta ir definiendo ahora, para iniciar los procesamientos en dos o tres años.

En fin, en el esquema mundial de GNL, Estados Unidos quiere reservar con miles de pozos productores en sus yacimientos de Permian y otros de Texas y aledaños una hegemonía en la producción y venta. Para ello está construyendo o planeando construir casi una decena de plantas licuefactoras en la zona de Missouri. Posee un socio en la Shell, con sus centenas de barcos metaneros para repartir por el mundo el GNL cual lechero a domicilio.

La Argentina, con fiascos grandilocuentes, no llega a vender nada y menos sin industrializar la cadena de producción, de tratamiento, transporte, compresión, etcétera. Puede construir aquí metaneros y plantas de amoníaco-urea, de metanol, de etileno, de GLP, etcétera.

 

* El ingeniero Andrés Repar es vicepresidente del Instituto de Energía Scalabrini Ortiz (IESO).

 

 

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