Sobre la música, el placer y el trabajo

Empezamos con los tenores del tango

Hace tiempo que quiero hacerte oír algunos tenores del tango que me gustaron en distintos momentos de mi vida.

No te digo que sean los que mejor cantan. Primero porque sólo se trata de preferencias personales y no hay ningún ranking objetivo, aunque uno de mis hijos crea que sus gustos son la medida de todas las cosas. Y segundo porque no soy ninguna autoridad en la materia.

La idea era seleccionar mis temas preferidos de Fiore, Raúl Berón y Alberto Morán, tan distintos entre ellos, pero tan significativos para mí. Ahí metió la cola mi hijo (que se pagó parte de sus estudios científicos enseñando a bailar el tango) y con expresión que oscilaba entre el asombro y el asco me preguntó:

—¿Y Angel Vargas no?

—No, ¿por qué?

—¿Cómo por qué? No me vas a decir que no lo sabés.

Claro, cómo podría ignorarlo, si hasta los 13 él sólo escuchaba a Luca y detestaba el tango, que yo tuve el buen tino de jamás tratar de inculcarle.

No. ¿Por qué?— le contesté con el tono más neutro que encontré.

—Porque es el mejor.

Ah, bueno. Ahí nos fuimos a la banquina. Claro que me gusta Vargas, pero el plan era otro. De modo que hoy empezamos con Francisco Fiorentino.

Tengo que confesar que te estoy haciendo trampa. Esto empezó sencillito, al pie de la nota te ponía el link a la música que escuché mientras la escribía. Pero después la fui complicando. Hay que tener puntería para convertir una diversión en otro trabajo. Claro que cuando termino y la hago sonar mientras escribo, nadie me quita el placer de escucharla.

Las primeras grabaciones de Fiorentino fueron a sus 23 años con la orquesta de Juan Carlos Cobián, un pianista y autor de tangos fundamentales, como La Casita de mis Viejos, Nostalgias, Mi Refugio, Los Mareados, El Motivo, Niebla del Riachuelo. Allí tocaban Ciriaco Ortíz en bandoneón y Elvino Vardaro en violín. Antes, en su primer sexteto tuvo a Julio de Caro y Pedro Maffia, nada menos, pero no grabó con Fiorentino.

La orquesta duró poco y al año siguiente, Fiorentino grabó con Juan D'Arienzo. Te lo pongo como curiosidad, porque musicalmente no lo justifican, ni la orquesta ni el cantor.

Es una versión muy pobre, está claro que la picaresca no es lo suyo.

Más decentes son la grabaciones que hizo con Francisco Canaro ese mismo 1929. Por ejemplo, Mueble Viejo.

Pero no era previsible cómo estallaría en 1937 con la orquesta de Aníbal Troilo. Juntos revolucionaron el tango. Ya no entonaba sólo un estribillo sino la letra completa, y la orquesta dialogaba con el cantor como si fuera un instrumento solista. Algunos de estos temas fueron mis canciones de cuna, otras acompañaron mi descubrimiento del cuerpo de una mujer, esa gloria que justifica vivir.

 

Fiore payaseando con Pichuco, que empuña el violín.

Fiore payaseando con Pichuco, que empuña el violín.

 

En 1944 terminó su ciclo impar con Troilo y formó su propia orquesta, con un chiquilín que volvió de Estados Unidos para hacerle los arreglos a Pichuco, mientras estudiaba con Alberto Ginastera. Esos discos son los últimos esplendores de Fiore y las primeras experimentaciones de Pantaleón, una combinación sorprendente.

 

Fiorentino con el pibe de los arreglos.
Fiorentino con el pibe de los arreglos.

 

Antes, Fiorentino había probado con Orlando Goñi, quien igual que Astor lo había acompañado durante todo el periodo con Troilo. Piazzolla, que era ahorrativo con los elogios, lo consideró el mejor pianista de la historia del tango. Pero murió en 1945, a los 31 años y no encontré ninguna grabación de ese periodo.

 

Con Troilo y Orlando Goñi
Con Troilo y Orlando Goñi

 

En 1949 también grabó con José Basso, que fue quien sucedió a Goñi en el piano en la orquesta de Troilo.

Muy correcto todo, pero a mi no me mueve un pelo.

Y para terminar una de sus últimas grabaciones, de 1952, con la orquesta de Alberto Mancione. El tema es de Cobián y cierra un círculo. Se llama El Motivo y siempre me conmovió. Describe la decadencia de una piba que fue en otro tiempo…, entonado por Fiorentino con menos potencia vocal y afinación que antes, pero con la expresividad intacta en un momento de su vida afín a la tremenda letra de Pascual Contursi.

Murió de un modo absurdo, a diez días de cumplir los 50, ahogado en un charco al volcar su auto.

Que lo disfrutes. Y gracias a tods ls que me dicen en la calle que esperan el domingo para escuchar estas músicas que amo.

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