La Ministra, los nazis y el 24 de marzo

Las afinidades de la ministra con Erich Priebke y los parentescos nazis en el colectivo cambiemita

 

Soledad Acuña estudió Ciencia Política en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, entre 1993 y 1997, luego de finalizar sus estudios secundarios en el colegio alemán de Bariloche, Instituto Primo Capraro. En noviembre de 1995 la Corte Suprema de Justicia concede el pedido de extradición de Erich Priebke, solicitado por la justicia italiana, bajo la imputación de crímenes contra la humanidad por su responsabilidad en el asesinato de 335 civiles en las Fosas Ardeatinas, 250 acusados de pertenecer a organizaciones partisanas y 85 por su condición de judíos.

En noviembre de 1995 lxs compañerxs de estudios de Acuña fueron testigos del malestar evidenciado por la actual ministra de Educación porteña ante la detención de Priebke, a quien consideraba un educador ejemplar y una persona respetada por su familia y por la comunidad barilochense. Durante ese periodo universitario de grado, varios de sus compañeros recuerdan a uno de los estudiantes de la Licenciatura en Ciencia Política, el actual periodista Andrés Blumenkranz –nieto de sobrevivientes del holocausto– que catalogaba públicamente a Acuña como nazi por la defensa que hacía de Priebke. El capitán de las SS fue condenado a reclusión perpetua en Italia y falleció en prisión en Roma en 2013.

Sin verse compelido a explorar vínculo alguno, su entorno cambiemita buscó disociar el discurso discriminatorio y estigmatizante proferido contra lxs docentes por la actual ministra. En un itinerario paralelo, emplazado en la pretensión de la neutralidad aséptica, los conductores de Corea del Medio –sin memoria de su paso por el arduo ejercicio del periodismo de investigación– decidieron objetar el vínculo ideológico entre Acuña y Priebke y derivar la polémica hacia los nexos exclusivos del peronismo con el nazismo.

Cada vez que aparece en el debate político la problemática del fascismo o el nazismo, la derecha, sin ruborizarse, estable conexiones unívocas entre el peronismo, Mussolini y Hitler. La realidad histórica no parece coincidir con estas atribuciones automáticas. En Argentina, el único oficial de las SS elegido por un partido político como candidato a un cargo representativo surgió de la Unión Cívica Radical cordobesa. En 1963 el jefe del Estado Mayor de Himmler, el general de las SS Ludolf von Alvensleben, asumió como concejal en Villa María y un año después, el 22 de julio de ese 1964, se convirtió en el vicepresidente de ese cuerpo. Esas responsabilidades político-partidarias se desarrollaron en el mismo lapso temporal en el cual Interpol solicitaba su captura internacional bajo una decena de imputaciones que incluían –entre otros crímenes de lesa humanidad– el de ser el máximo responsable de las masacres de Resvin, Karolewo y Bydgoszcz, en las que se asesinó a 4247 judíos, 976 de ellos niñxs menores de 10 años. En forma paralela, durante ese mismo año 1964, se requirió desde la Unión Soviética su comparecencia por ser quien dirigió el aniquilamiento de la totalidad de lxs gitanxs y judíxs de Crimea.

Las diferentes causas nunca llegaron a sustanciarse debido a que se negó la extradición mientas duró la presidencia del referente cordobés del radicalismo Arturo Illia entre 1963 y 1966. El gobierno dictatorial de Juan Carlos Onganía le dio continuidad a la proscripción del peronismo y también denegó la extradición. Ni el radicalismo cordobés ni el Partido militar se vieron sensibilizados ante las atrocidad cometidas por el jefe del Estado Mayor de Himmler. Ludolf von Alvensleben era conocido en Villa María como don Ludolfo y falleció en Santa Rosa de Calamuchita el 1º de abril de 1970. De su sepelio participaron varios de sus correligionarios radicales y un grupo de forasteros que dejaron una ofrenda floral con la inscripción “tus camaradas”. Estos últimos, antes de retirarse de la ceremonia de inhumación, hicieron el saludo nazi. Según un vecino de don Ludolfo, uno de los presentes en el funeral fue el capitán de las SS Erich Priebke, quien viajó desde Río Negro para despedir a uno de sus superiores. Priebke se hospedó a fines de marzo de 1970 en el Hotel Viena de Santa Rosa de Calamuchita. Los hijos y nietos del jefe del Estado Mayor de Himmler llamaban en forma cariñosa a su padre y abuelo como Bubi. Y uno de ellos, Constantino, justificaba el activismo de su padre dentro del radicalismo por el desprecio que sentía el entorno familiar de los von Alvensleben hacia el populacho peronista.

 

 

Canje de silencio por candidatura

 

Afiche de invitación a la actividad del municipio de Vicente López en marzo de 2014.

 

En 2014 Mauricio Macri se lanzaba como candidato a presidente y su primo Jorge transitaba su primer periodo como intendente de Vicente López. El 12 de marzo de ese año se organizó desde la municipalidad una conferencia y exposición denominada “grandes mujeres de la humanidad”. Entre sus homenajeadas se incluía a la esposa de Adolf Hitler, Eva Braun. Presuroso, el entonces vicepresidente de la DAIA, Waldo Wolff, mantuvo una reunión con Jorge Macri y se comprometió a maquillar la imagen de ambos dentro de la derecha de la colectividad judía, evitando que el escándalo de la conferencia sobre Eva Braun dañe las pretensiones de los primos lanzados de lleno a reconvertir su capital económico en poder político y votos. En aquella ocasión Wolff asumió la tarea de otorgarle un salvoconducto a cambio de su inserción legislativa.

Una de las organizadoras de la actividad de 2014 fue la entonces asesora en comunicación del municipio, Bettina von Alvensleben, que hoy se desempeña como directora de los Centros Barriales de la Juventud (CBJ) del municipio de Vicente López. Es la nieta de Bubi, don Ludolfo, el jefe del Estado Mayor de Himmler, de quien se siente orgullosa descendiente. De todas formas, la protección comprometida por Waldo Wolff le granjeó su lugar en la lista del PRO a las elecciones de 2015, por la que fue elegido diputado.

En febrero de 2017 el entonces Presidente Macri decretó como feriado movible el 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y Justicia. Soledad Acuña apoyó enfáticamente esa decisión pero colaboradoras que trabajaban con ella en el Ministerio de Educación de la Ciudad la vieron contrariada cuando el Presidente rectificó su decisión como producto del rechazo de las entidades de Derechos Humanos y las organizaciones populares. Es que el 24 de marzo no sólo es el aniversario del golpe genocida. También es la fecha en que Erich Priebke mató de un tiro en la nuca a las 335 víctimas masacradas en 1944. Uno de los asesinados se llamaba Ilario Canacci, tenía 17 años y soñaba con ser profesor, la profesión que la Ministra de Educación porteña desprecia. Descansa en la tumba número 308 de las Fosas Ardeatinas ubicadas en la Ciudad de Roma.

 

 

Ilario Canacci, 17 años. Soñaba son ser maestro. Uno de los asesinados por Priebke.

 

 

Dados estos antecedentes, aparece como previsible que alguien como Soledad Acuña se haya sentido mortificada por la extradición a Italia de Erich Priebke en 1995. Pero, frente a las evidencias históricas, resulta llamativo que quienes ostentan indudables antecedentes de simpatía con el racismo se ocupen impunemente en insistir en que el peronismo es de manera unívoca y exclusiva el formato local del fascismo. No hay nada más cercano a la concepción nazi que el desprecio a los trabajadores y a los sectores populares que gente como Acuña, en la intimidad, sigue nominando como choriplaneros, cabecitas, grasas o negrada.

 

 

 

 

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