Tendencias

El escenario electoral comienza a moverse: crecen Milei y Massa, cae Bullrich

 

Entre el 23 y el 31 de agosto, desde nuestro proyecto de investigación hemos realizado una pequeña encuesta online de 903 casos en todo el país. Si bien la cantidad de encuestados/as no permite realizar un cálculo muy preciso de la intención de voto, sí posibilita observar tendencias, en particular comparando las respuestas sobre el voto emitido en las PASO y lo que manifiestan que votarían si hoy fuera la elección. Dos fuerzas han incrementado su intención de voto: en un 6% La Libertad Avanza y en un 2% Unión por la Patria (en este caso, en comparación con la suma de Sergio Massa y Juan Grabois). Por el contrario, Juntos por el Cambio reduce su intención de voto en un 4% (en relación con el agregado de sus dos precandidatos), mientras que Juan Schiaretti y el FIT mantienen sus porcentajes.

Estos cambios son el resultado de la sumatoria de tres procesos. En primer lugar, la capacidad de mantener las preferencias de quienes optaron por estas fuerzas en las PASO o, por el contrario, el trasvasamiento de votos hacia otros partidos o alianzas. En este sentido, La Libertad Avanza retiene el 94% de sus votantes y Unión por la Patria el 93% (Massa mantiene el 96% y suma el 82% de quienes votaron a Grabois). En cambio, Juntos por el Cambio solo conserva el 76% de sus votantes (pues Bullrich captura solo el 83% de sus votos y apenas atrae el 65% de quienes votaron a Rodríguez Larreta). Schiaretti mantiene alrededor de la mitad de sus votantes y Myriam Bregman retiene el 65% de los votos del FIT. Los movimientos más claros de votantes se dan desde Rodríguez Larreta hacia Milei (11% de sus votantes) y hacia Massa (otro 11%); desde Bullrich hacia Milei (13%), y desde Bregman hacia Massa (27% de sus votantes en las PASO).

El segundo proceso que ya está incidiendo en los resultados es el reparto de los ciudadanos/as que había optado por candidatos/as que no lograron pasar el piso requerido (en total, habían sumado el 2% en las PASO). Se destaca la capacidad de Massa, Schiaretti y Bregman, en este orden, para captar estos votantes.

Y, en tercer lugar, estas modificaciones en las preferencias se deben a que está incrementándose el voto afirmativo, sobre todo porque iría a votar más gente que en las primarias. Más de la mitad de quienes respondieron que no fueron a votar en las PASO, hoy ya manifiestan que van a ir a votar en octubre. De estas personas, un 41% dice que vota a Massa, un 24% a Milei y solo un 6% a Bullrich. Es bastante impreciso realizar una extrapolación con pocos casos, pues son solo 44 encuestados/as. De todos modos, es posible estimar qué ocurriría si estas tendencias se repitieran en el conjunto de la ciudadanía. Por la politización que está activándose en estas semanas y posiblemente se incremente a medida que nos acerquemos al 22 de octubre, es muy probable que se repitan los niveles de participación de las elecciones generales de 2019. Esto implicaría, tal como analizamos el domingo pasado, que un 12% del padrón, que no fue a votar en las PASO, muy posiblemente sí vote en octubre, con lo cual el panorama podría alterarse sustancialmente. Una primera estimación, en base a cómo se distribuyen estos nuevos votantes y a los trasvasamientos mencionados, nos arroja la siguiente distribución: Milei 33%, Massa 31%, Bullrich 23%, Schiaretti 5%, Bregman 4% y en blanco o nulo otro 4%.

Obviamente, este no es un pronóstico del resultado de octubre. No solo por lo reducido de la muestra que, por una cuestión de escasez de financiamiento, pudimos obtener, sino también porque el escenario político seguramente se modificará en los próximos 50 días. Los cambios se deberán a las medidas que pueda tomar el gobierno, las respuestas que vayan dando los distintos actores socioeconómicos y las acciones que desplieguen los/as candidatos/as (incluyendo las participaciones en los debates e incluso sus “retiradas” y sus silencios). Pero también se transformará el escenario por la dinámica que surja en los distintos lugares de sociabilidad política.

Observamos que, con llamativa velocidad, ha renacido la discusión política en los espacios familiares, laborales y de estudio, que estaban sumidos en una apatía poco frecuente en la historia argentina. Tal como venimos insistiendo a partir de nuestros análisis de las posiciones ideológicas de los votantes, en la medida en que cada vez más gente reflexione acerca de cuál candidato se acerca en mayor grado a sus preferencias personales, se incrementarán las chances electorales de Sergio Massa, pues es el candidato que más sintoniza con el pensamiento de la mayoría de electorado. Es que solo un tercio de la ciudadanía acuerda con los planteos fuertemente neoliberales que ofrecen tanto Milei como Bullrich. Que las dos fuerzas políticas que ellos encabezan hayan conseguido el voto de seis de cada diez participantes en las PASO se debe a que gran parte de la ciudadanía no realizó el ejercicio reflexivo de analizar sus propuestas gubernamentales en función de sus propias opiniones. Esto fue posible porque las fuerzas de derecha hace décadas que apuestan a una progresiva y constante despolitización, que genere que el voto se oriente en base a emociones negativas y simples (como la bronca o la rabia), o se estructure en torno a un fuerte pesimismo sobre el futuro del país, combinado con esperanzas sin demasiado fundamento como las que genera Milei, por ejemplo con su propuesta de dolarización. Solo esto puede explicar que, entre sus potenciales votantes, un 30% se imagine que la misma se realizará cambiando cada peso por un dólar o, en todo caso, a cien pesos por dólar, como respondieron en nuestra encuesta. Lo cierto, más allá de este tipo de irracionalidades, es que este candidato ha logrado insuflar en su electorado un optimismo mucho mayor del que tienen quienes se inclinan por Massa o por Bullrich. Así, entre quienes votan a Milei, un 49% cree que, al final de su mandato, el país habrá mejorado mucho, y un 39% que habrá mejorado un poco. En cambio, entre los votantes de Massa o de Bullrich el optimismo es bastante menor: solo un 34% de los votantes de Massa piensa que el país estará mucho mejor al final de una eventual presidencia del candidato oficialista, y un 42% que estará solo un poco mejor; los porcentajes para la candidata de Juntos por el Cambio son del 37% y el 45%, respectivamente.

Para finalizar, los problemas para Bullrich se agravan porque entre un cuarto y un tercio de quienes todavía se inclinan por votarla ven al mismo tiempo con buenos ojos una posible presidencia del “libertario” y creen que podrá concretar la mayoría de sus propuestas acordando con ella, con Macri y los empresarios.

 

 

 

 

* El autor es investigador del CONICET y docente de la Universidad Nacional de Quilmes.

 

 

 

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