Todo es mercancía

Fauna silvestre dentro del mercado de Río Negro

 

En total sintonía ideológica y política con la Administración nacional, el gobierno de Río Negro impuso las reglas del mercado a la fauna silvestre que vive en el espacio jurisdiccional local, incluyendo especies endémicas en riesgo. La Legislatura local aprobó por mayoría el 3 de julio un nuevo régimen de “gestión integral de la fauna silvestre”, que terminó con una norma protectora que rigió por 40 años. Ese marco normativo lo abrió el gobierno nacional en marzo, cuando derogó una normativa que prohibía desde 1986 la exportación, comercialización y traslado de ejemplares vivos de fauna silvestre. Aunque no se discutió en la sesión en Viedma, la Argentina participa del tráfico ilegal de vida silvestre, considerado el cuarto comercio ilegal más rentable, solo detrás de las drogas, las armas y la trata de personas, de acuerdo con organizaciones internacionales que monitorean estas redes.

Sin debate público ni consulta previa a sectores académicos, ambientalistas, de los trabajadores del sector ni del pueblo mapuche-tehuelche, en trámite exprés el oficialismo aprobó la nueva ley de 42 artículos que incorporó al mercado a considerable parte de la vida silvestre autóctona. Así, desarticuló el cuerpo de guardafaunas, eliminó diferencias con los cotos de caza (con especies exóticas introducidas para su captura) y habilitó la explotación y exportación de ejemplares vivos o muertos, material genético, semen y óvulos. 

La redacción no ayuda a tener una mejor comprensión de los alcances de esta ley. El panorama se ve agravado porque la decisión institucional no fue acompañada con documentación científica ni estadística que fundamente algunos criterios que parecen arbitrarios.

Esta ley entiende por fauna silvestre a “todos los vertebrados, con excepción de los peces” (artículo 7) y no distingue entre autóctonos y exóticos asilvestrados. A partir de ahora, pueden mercantilizarse mamíferos, aves, anfibios y reptiles, sin que la ley prevea los casos de especies protegidas y/o en riesgo de extinción. Tampoco establece diferencias entre las especies nativas como el luan (guanaco), el choike (ñandú petiso sudamericano), cauquén (avutarda) y las especies introducidas como el faisán, visón, jabalí, ciervo colorado, entre otros que viven en forma silvestre o en cautiverio.

El texto aprobado tampoco dice cuál es la responsabilidad del Estado sobre la fauna silvestre no contemplada en esta ley: el mundo de los invertebrados, los insectos y los peces, como si la vida en la naturaleza se diera en estanques separados. Abrogó la ley Q N° 2056 de 1985 y quedó ese hueco de desprotección. Además, omitió precisar que esta fauna es tanto terrestre como marina, en una provincia con un litoral marítimo extenso, con especies endémicas y gran cantidad de peces, reducidos al recurso económico “pesca”. Tampoco queda clara la preservación en los espacios de agua dulce, donde viven almejas y mejillones, por ejemplo.

Toda esta confusión quedó bajo la órbita de la subsecretaría de Fauna Silvestre, que depende del Ministerio de Desarrollo Económico y Productivo en esta provincia. A nivel nacional, la Subsecretaría de Ambiente depende de la vicejefatura del Interior.

 

 

Vaciamiento y liquidación

En diciembre de 2023 asumió Alberto Weretilneck un nuevo mandato como gobernador de Río Negro, al frente de una alianza local con el partido Juntos Somos Río Negro. Esta gestión, en su concepción de reforma del Estado, inmediatamente pasó el área de Fauna Silvestre de la órbita de la Secretaría de Medio Ambiente al Ministerio de Desarrollo Económico. Al mismo tiempo, congeló el trabajo del cuerpo de guardafaunas, que hasta ese momento mantenía la capacitación de la policía provincial y otros empleados públicos para controlar e impedir el tráfico ilegal de especies silvestres y el sufrimiento animal. 

Ese proceso culminó ahora con la eliminación de ese cuerpo y su reemplazo por inspectores polivalentes, que aplicarán otras normas, no sólo las de fauna silvestre. La Fundación de Guardafaunas Honorarios de Río Negro, que desde hace 25 años acompaña activamente al Estado, con distintos gobiernos, rechazó esta ley, que al cierre de esta nota no había sido publicada oficialmente. 

 

 

Fabián Llanos, técnico agrónomo, es uno de los dos guardafaunas que conservó su puesto, con funciones desde Fiske Menuco (General Roca), sin ningún vehículo oficial disponible para cubrir 203.013 km², un litoral marítimo de 360 km y 14 cotos de caza privados habilitados actualmente.

Río Negro es la cuarta provincia de mayor superficie, con el 10% de todo el frente atlántico argentino.

Fue público el reclamo por el desmantelamiento del área . El 30 de junio, el Ejecutivo envió su proyecto con acuerdo de ministros para que fuera tratado en única vuelta. En el debate en comisiones, los funcionarios públicos no ofrecieron documentación respaldatoria. Magdalena Odarda, legisladora de la oposición, hizo un pedido de informes para suplir esos baches. El gobierno aseguró que permanecen cinco guardafaunas con tres vehículos, lo que desmintieron los propios trabajadores y por el legislador José Luis Berros durante la sesión. En marzo, el gobierno no renovó los contratos precarios a tres estatales que cumplían esa labor desde hacía tres años. Otros tres fueron reasignados al sector de las áreas naturales protegidas, donde la figura es de guardas ambientales. En Bariloche prestan servicios dos veterinarios, que venden permisos de caza y no salen al terreno, por lo que no cumplen las funciones propias de guardafaunas.

Del grupo de voluntarios, recién en 2018 dos empezaron a ser rentados por el Estado. El resto trabajó siempre ad honorem. La fundación que los nuclea empezó ocupándose especialmente del tráfico de aves en el noroeste de la provincia (Conesa, Guardia Mitre), donde existe un fuerte movimiento de captura del cardenal amarillo, especie en peligro de extinción con destino interno y hacia el exterior. El propio gobierno, a principios de este año, destacó la labor del equipo con cien intervenciones exitosas en la temporada. La acción tiene una doble vertiente, una de protección de la naturaleza y otra sanitaria. El comercio clandestino de carne de guanaco implica riesgos para la salud humana, así como la tenencia de zorros y loros como mascotas, ya que son portadores sanos de rabia en el primer caso y citacosis en el segundo.

 

 

Llanos explicó que el funcionamiento del equipo no requiere dinero extra, ya que puede autofinanciarse con los ingresos por multas e infracciones. Hasta ahora era de 600.000 pesos el valor de la multa por la captura ilegal de un guanaco, por ejemplo, en tanto que un contrato precario a monotributistas es de 910.000 pesos mensuales.

 

 

Especie dañina

Hace años que las sociedades rurales de la Patagonia y sus aliados en los partidos políticos insisten en que el guanaco compite por la vida en el territorio con la ganadería extensiva, a pesar de que lo desmienten distintos estudios científicos.

Es uno de los camélidos originarios de Sudamérica, al igual que la llama, la vicuña y la alpaca. Su figura recortándose en el horizonte es constitutiva de la imagen del territorio de cientos de nosotrxs por generaciones en el puelmapu, territorio ancestral del pueblo mapuche del este de la cordillera de los Andes, donde aparece el sol. Su silueta quedó inmortalizada por las pinturas rupestres. Los quillangos (mantas) elaborados con su cuero y pintados son uno de los legados culturales más sentidos por las nuevas generaciones del pueblo mapuche-tehuelche. Una pieza maravillosa realizada para una ceremonia matrimonial en cuero de chulengo (cría de guanaco) puede conocerse en el Museo de la Patagonia, ubicado en Bariloche. En la memoria de los mayores vive todo un conocimiento de medicina tradicional ligado al luan. En la meseta de Somuncura, área natural protegida por una ley propia, en el centro-sur de la provincia, está la laguna Yamnagoo, espacio donde persisten los corrales de piedra emplazados para las cacerías colectivas cuando las cuadrillas descendían a tomar agua.

Todo ese mundo es el que se ataca con esta nueva ley hecha a la medida de la mercantilización de ejemplares vivos o muertos, íntegros o por partes, los subproductos que le llaman. Hace por lo menos una década que en Somuncura, una empresa de capitales franceses, y la inmobiliaria van Ditmar, de Bariloche, experimentaron con el encierro de guanacos silvestres para su esquila y comercialización de su pelo. El estrés y el frío mataron a decenas de ellos. Profesionales del INTA estudiaron la viabilidad económica de su cría en cautiverio y concluyeron que no cierran los números.

 

 

En el debate en comisión, el funcionario público que fue a defender el proyecto no mostró ningún monitoreo satelital más o menos reciente que diera cuenta de la población actual y ubicación de las cuadrillas de guanacos. Como las declaraciones juradas de las petroleras (que nadie certifica), en este caso se dan por ciertas las afirmaciones de los estancieros que aseguran que los guanacos les generan pérdidas económicas. ¿Cuál es la especie más dañina y perjudicial?

Con la excusa de controlar al guanaco, se puso a la venta toda la fauna vertebrada. Habrá que analizar en detalle si no entra en colisión con la ley vigente de patrimonio genético, además de los compromisos internacionales.

 

 

Apertura al peligro

Claudio Bertonatti es investigador y docente universitario, asesor científico de la Fundación Azara. Hace cuarenta años que recorre Río Negro. Es referente en la lucha contra el tráfico de especies animales en la Argentina y hace unos cuarenta años que trabaja con relación a Río Negro. Volvió a destacar el trabajo de los guardafaunas, el que calificó de los mejores en el país.

 

Guardafauna en Río Negro.

 

“Con Tomás Waller fuimos los impulsores de muchas de esas resoluciones cuyos borradores redactamos solo para tapar agujeros en una época de caos en materia de tráfico de especies en los ‘80 y los ‘90. Había que ordenar y actualizar la normativa. Pero, entiendo que derogadas esas normas viejas habría que normatizar para que no queden huecos por donde se filtren ilegalidades”, advirtió respecto a la resolución de Nación que eliminó controles a la comercialización y exportación de fauna.

Consideró que “en general, tanto a nivel nacional como provincial, se subestima el problema que protagoniza el tráfico de especies y por una combinación de factores —desconocimiento de su magnitud e impactos, falta de vocación o interés hacia los temas ambientales—. A tal punto es la subestimación que suelen catalogarlo mal. En los comercios ilegales hay distintos niveles. El de baja y mediana escala ('tráfico' a secas) es aquel que involucra a un grupo estructurado de personas de modo no espontáneo, sino planificado para tres o más. Por último, está el nivel de 'mafia', cuando a lo anterior se suma el dominio o manejo de un territorio. En la Argentina, incluyendo Río Negro, tenemos los dos primeros niveles en materia de tráfico de especies. Y si bien el más preocupante es el nivel de 'crimen organizado', las autoridades lo desconocen o bien no lo investigan”.

Si cuesta que en el escenario político se discuta el tráfico de personas, cuánto más costará al menos considerar el peligro en ciernes del tráfico ilegal y violento con la naturaleza. En este escenario, las poblaciones rurales son las que están más expuestas. La perspectiva más punitivista se ensaña con el pequeño productor que comercializa sin guía de Ganadería o que caza para el autoconsumo o troca la cornamenta de ciervo. Pero nadie controló, por lo menos en los últimos dos años, a los 14 cotos de caza habilitados en la provincia.

 

 

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