Tropas para la post pandemia

La vuelta a la anormalidad previa a la pandemia reaviva las brasas de las protestas

 

El infierno de la ultraderecha gestó al monstruo en sus entrañas. Donald Trump envió tropas federales a reprimir la protesta social contra el racismo en Portland, Oregon, donde golpean sin piedad, gasean y detienen sin portar identificación ni justificación alguna a ciudadanos en las calles. La columnista Michelle Goldberg, del New York Times (NYT), se preguntó abiertamente: “¿Ya podemos llamarlo fascista?”

Portland es un emblema de la lucha contra el racismo y uno de los bastiones del movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan). Ya lleva más de 50 días de protesta continuada en las calles. La desesperación ha llevado a madres y abuelas de los manifestantes a ponerse al frente de las protestas para proteger a los jóvenes. Trump amenaza repetir la jugada en Chicago y otra decena de ciudades, lo que ha desatado una catarata de protestas en todo el país, encabezada por los alcaldes de las ciudades amenazadas.

Numerosos funcionarios vienen denunciando que agentes federales “han usado automóviles particulares para detener a manifestantes y subirlos a los vehículos sin identificación de los agentes, que han usado uniformes militares con parches que solo dicen “Policía”, pero NYT reportó que son parte de un grupo de la Patrulla Fronteriza “que normalmente se encarga de investigar a organizaciones de contrabando de droga”.

Hay algo sistemático en el uso de los agentes de la Patrulla Fronteriza en contra de los disidentes. Después del ataque contra los manifestantes cerca de la Casa Blanca el mes pasado, los militares rechazaron los intentos de Trump de usarlos en contra de los ciudadanos. Pero la Oficina de Protección Fronteriza (CBP) está bajo el control federal, tiene líderes que son fanáticos de Trump y sus filas desbordan de ultraderechistas.

El fascismo bate sus parches en Estados Unidos. El viernes, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tuiteó sobre lo que pasa en Portland: “Trump y sus stormtroopers [tropas de asalto] deben ser detenidos”, en una abierta referencia a las Camisas Pardas (SA) que ayudaron al ascenso al poder de Adolf Hitler.

 

Divergencias hechas conflicto

La contraestación que tenemos con Europa permitió ver la evolución de la pandemia con la antelación suficiente para tomar decisiones que evitaron una catástrofe humanitaria. Los rasgos dominantes de la post pandemia, la vuelta a la anormalidad previa, reaviva las brasas de las protestas en los principales países. El racismo, la ecología, los derechos de las mujeres y los inmigrantes, las políticas de ajustes de los distintos gobiernos permanecen, y esos objetivos recobran fuerzas aún adaptados a las condiciones actuales de aislamiento.

Tras la paulatina apertura de la economía varios conflictos duros marcaron la cancha. Los camioneros de Moyano bloquearon el Mercado Central impidiendo la distribución de productos de Mercado Libre, en protesta por la homologación del convenio colectivo firmado con el sindicato de Carga y Descarga, un kiosco sindical de triste historia y poca representatividad. Ese convenio es un manual del abolicionismo de los derechos individuales y colectivos de los trabajadores. El bloqueo terminó con una mesa de negociación. Similar criterio se aplicó en defensa de los trabajadores de la pesca en el sur donde el SOMU y Camioneros paralizaron la pesca y distribución de langostinos. Se tiraron 500 toneladas antes de  que se aceptara la demanda y empezara la negociación.

 

 

La crisis de la UTA en el trasfondo del conflicto por el transporte cordobés.

 

 

Choferes de colectivos y trolebuses cordobeses resisten la rebaja salarial que pretende aplicar el gobernador Schiaretti junto al intendente Martín Llaryora. En sendas protestas fueron brutalmente reprimidos por la policía, y pese al acuerdo logrado a fines de mayo por el cual se abonaría el 100% del salario de marzo y el 75% de los meses subsiguientes, las patronales no pagan y este mes solo han cobrado $5.000. El gobierno y los empresarios no tienen interés en reanudar el transporte público en tiempos de pandemia para no erogar subsidios a la actividad. La protesta y la represión transformaron el conflicto en un escándalo y ahora gobierno y empresas están negociando con la UTA local de Carla Esteban. La oposición a Roberto Fernández marchó en Buenos Aires hacia el Ministerio de Transporte, en “repudio a todo intento de menoscabar, flexibilizar y disminuir los derechos de todos los trabajadores del transporte público de pasajeros”.

 

 

Bronca porque ríen satisfechos

Una de las claves políticas de la semana pasó por la reunión virtual de la cúpula de la CGT con la jefatura de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Por el lado patronal estuvieron presentes Héctor Magnetto (Clarín), Paolo Rocca (Techint), Alejandro Bulgheroni (Grupo Panamericano de Energía), Marcos Galperín (Mercado Libre), junto al presidente de la entidad, el manager contratado Jaime Campos, Luis Pagani (Arcor) y Luis Pérez Companc (Grupo Pérez Companc).

Dieron el presente otros multimillonarios dueños. Por la cúpula de la CGT prestaron su aval Carlos Acuña (estaciones de servicios) y Héctor Daer (Sanidad), acompañados por Gerardo Martínez (Uocra), Antonio Caló (UOM) y sindicalistas del sector público, como Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias).

Paolo Rocca, el mismo que se negó a acudir a la convocatoria presidencial en Olivos, estuvo sentado como anfitrión responsable de AEA recibiendo a sindicalistas que coincidieron en que hay demasiada presión impositiva sobre los empresarios, pidieron que el país que viene debe priorizar a los sectores que exportan y traen dólares, y que es necesario llegar a acuerdos previos para concurrir a la convocatoria al Consejo Económico y Social.

No es necesario ser muy inteligente para dilucidar el simbolismo y la actualidad de la convocatoria. Cada vez que la AEA o sus antecesores se pusieron en marcha aparecen los pliegos de condiciones de la derecha más cerril. Este diálogo con el sector sindical que no los cuestiona es una forma de ordenar la tropa para la post pandemia. En esta etapa de la historia es imposible recrear las condiciones previas a 1976, pero sirve para comprender el humor con el que envían sus mensajes a la sociedad. La AEA como representación patronal es el estado mayor de los grupos económicos jerárquicamente organizado. No puede haber política nacional y popular para las mayorías si se impone la política que ellos pretenden.

El estilo de Alberto Fernández de resolver los conflictos dialogando, y utilizar esa herramienta como forma de resolver todos los problemas, puede convertirse en una muestra de debilidad cuando se trata del poder concentrado, que sólo sabe de imponer condiciones y jamás se hace cargo de las consecuencias. Más grave aún resulta que algunos dirigentes sindicales se constituyan en partenaires. Mientras reclaman soluciones al gobierno a estos representantes de capitalismo salvaje solo les sonríen con sumisión.

 

 

Huelguistas en Vicentin

Norte Obligado, la página informativa del periodista Huber Cracogna, da cuenta de que hace casi un mes se baten tambores de guerra en una de las empresas que integran el holding Vicentin SAIC. Desde principios de julio el paro es total, lo que determinó el cierre de la planta ubicada en el Parque Industrial de Reconquista con los obreros acampando frente a la planta en una improvisada carpa de maderas y plásticos. El último intento de diálogo fue el miércoles 22, donde estaban citados por el Ministerio de Trabajo de la provincia, representantes de los trabajadores y de la patronal. Estuvieron presentes delegados de la planta fabril, el secretario general zonal del Sindicato de Aceiteros y Desmotadores y el secretario de Trabajo de la provincia Juan Manuel Pusineri. La empresa, ausente.

 

 

Los trabajadores de Algodonera Avellaneda continúan de paro.

 

Ante esta situación los trabajadores decidieron cortar la entrada de camiones al Parque Industrial de Reconquista, medida que levantaron a las 22 y volvieron a retomar a las 6 del día siguiente, manifestando que así van a continuar hasta que tengan una respuesta. Pusineri manifestó al salir de la frustrada reunión: “No avizoro en lo inmediato una solución al conflicto. Vamos a ver si podemos iniciar algunas gestiones para conversar con la empresa”.

Los trabajadores reclaman un plus por producción debido a que por convenio cobran un promedio de 27.000 pesos, “siendo que la empresa después del primer mes de cuarentena siguió produciendo  y colocando toda su producción en el mercado. Además somos testigos de la reciente compra de maquinaria de alta tecnología, lo que nos da a pensar que las cosas les van muy bien. Y por otra parte estamos cansados del maltrato de que somos objeto y las presiones para el aumento de la producción”. Otro de los obreros consultados nos decía que “el sueldo que cobramos es de hambre, y cuando se nos termina no tenemos otro remedio que recibir los vales que nos ofrece la empresa para comprar carne en el frigorífico Friar, que también pertenece a Vicentin, vales que a fin de mes nos son descontados, por supuesto”.

La Algodonera Avellaneda, además de la planta fabril de Reconquista de hilandería y tejeduría, tiene otras plantas donde produce algodón hidrófilo y realiza confección de prendas de vestir y  posee desmotadoras de algodón en Chaco, Formosa y Santiago del Estero, siendo una de las principales empresas participantes en la industria de algodón nacional.

Delegados de los obreros manifestaron que continuarán su lucha a pesar de las presiones que están recibiendo por parte de la fiscalía provincial, que amenaza con iniciar causas a los responsables de los cortes, y afirmaron que “nos hace sentir fuertes el apoyo de distintas organizaciones como la Multisectorial por la Soberanía Nacional y el Trabajo Regional, organismo que convocó a la nutrida marcha a favor de la expropiación de Vicentin el 9 de julio, que nosotros apoyamos y eso a la empresa no debe haberle gustado. Y fundamentalmente el apoyo del Sindicato de Aceiteros y Desmotadores, al que nos estamos afiliando masivamente luego de renunciar a la Asociación Obrera Textil, que era nuestro sindicato, pero nos dio la espalda y nos dejó solos”.

 

 

Las divergencias de los trabajadores

“Si fuera Presidente sentaría al Jefe de gobierno de la Ciudad más castigada por la pandemia al lado mío, es una muy buena política de Estado de Alberto Fernández, pero no soy Presidente".

“Soy docente de la Ciudad de Buenos Aires y claramente opositor a las políticas de ajuste de Larreta, que no hace nada bueno por la educación, por las pymes, por los comerciantes y por lxs trabajadores que sufren las consecuencias de la pandemia. Y como representante de les trabajadorxs que soy, si la Legislatura trata un proyecto de ley que perjudica a los jóvenes precarizados de las app, tengo que manifestarme en contra y no abstenerme  como hizo el Bloque del FdT, porque esa ley consagra la ausencia de los derechos laborales para los repartidores y les agrega exigencias policiales que deben ser solventadas por los propios trabajadores de Rappi, Glovo, Pedidos Ya y otras empresas de delivery”. Con elevada temperatura —rayano en la puteada—, Eduardo López, secretario general de la CTA porteña, repudió en el programa radial de Daniel Tognetti la ley de plataformas aprobada por la legislatura porteña en una votación que generó rispideces.

 

 

Eduardo López (CTA Capital): Larreta no es “amigo” aunque se siente a la misma mesa.

 

 

“Plantear diferencias no es fuego amigo, es legítima divergencia dentro de una coalición. Y eso enriquece”, explicó. Como buen docente, agregó argumentos: “El diálogo y el consenso son necesarios pero no alcanzan. Si no hay políticas públicas que resuelvan los problemas concretos del pueblo, la grieta deja de ser vertical y pasa a ser horizontal: entre los de arriba y los de abajo”.

Una gran cantidad de enfrentamientos latentes se han revelado en los sótanos de la pandemia: en las minas de litio de Jujuy (SSR Mining Puna) de las Pirquitas se conoció un escandaloso maltrato de parte del encargado gracias a un video difundido en C5N. “No me rompan las bolas con la limpieza", decía el supervisor, "yo tengo los huevos así de grandes para bancármela”. La cantidad de casos en Jujuy es una de las alarmas más fuertes sobre los contagios del bicho — unos 60. Se ve que el personaje resultó ser un huevón muy importante. YPF quedó a un paso del conflicto abierto en Vaca Muerta al conocerse la intención empresarial de flexibilizar el convenio petrolero.

La cadena de supermercados COTO pone su granito de arena a la presión que ya tiene el desbordado sistema sanitario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Conurbano. Aporta la mitad de los infectados que hay entre los empleados de todos los hiper y supermercados de la región. Alerta sindical y orden cerrado patronal para sojuzgar al personal. El estilo Don Alfredo mete miedo, como telón de fondo de una rebelión contenida de trabajadores al borde del estallido.

“La empresa Latam ha sufrido un nuevo golpe por el rechazo al pedido de procedimiento preventivo de crisis, habida cuenta que estos trámites se usan para pagar el 50% de la indemnización”. Edgardo Llano, de APA, explicó sobre la crisis de la aérea chilena. “La existencia de un decreto antidespidos fundamentó el rechazo del Ministerio, que volvió a intimar a la empresa a pagar el 50% del salario y el proporcional de aguinaldo que le adeuda al personal desde el mes de marzo. La extensión del período de prohibición de despidos impide que Latam vuelva a presentar el procedimiento y tendrá que apelar la resolución ministerial, que  a su vez deberá ser rechazada por el ministro Claudio Moroni. Estamos satisfechos de haber recuperado Trabajo como ministerio y tener respuestas a los reclamos de los trabajadores”.

Un Plenario nacional de todas las regionales de la CTA debatirá la salida de la crisis con la participación en su apertura de Alberto Fernández, mañana a las 10 .

El apoyo de la cúpula cegetista al sindicato de Carga y Descarga, signatario del convenio de la vergüenza firmado con Mercado Libre, es una señal que va en la misma dirección de la cumbre con la AEA. Son gestos que confirman la decisión de poner la reforma laboral en agenda de la peor manera. No servirá seguramente para construir un Consejo Económico y Social en el que ellos representen al conjunto del movimiento obrero. Tampoco ayuda a la paz social deseada para la post pandemia. Si los empresarios más poderosos quieren arrasar derechos y los representantes sindicales lo avalan, lo único que se logrará es que los conflictos sucedan más abajo, a nivel de cada sindicato, de cada lugar de trabajo o de cada provincia. Pobre y limitada manera de pergeñar el devenir. Nunca ningún país superó una crisis de esta magnitud mirando la realidad desde el fondo de los bolsillos de los empresarios.

 

 

 

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