¿Un Guasón sin Batman?

En la película de Todd Phillips, el Guasón es anticapitalista y Batman sólo puede defender el sistema

 

He leído muchas críticas sobre Guasón (Joker) de Todd Phillips y la mayoría coincide en que la historia contada no está conectada con el personaje protagónico del cómic, es decir con Batman, más allá de una breve aparición de Bruce Wayne cuando era niño y de la reedición de la conocida escena en que sus padres, el magnate Thomas Wayne y su esposa
Martha, son asesinados por un agresor disfrazado de payaso. A diferencia del Batman de Tim Burton de 1989, en la versión de Phillips, no es el propio Guasón quien asesina a los padres de Bruce sino uno de los tantos insurgentes callejeros que ocultan sus caras con máscaras de payaso y que manifiestan enardecidamente contra el poder establecido. Es
justamente esta rebelión popular que toma al Guasón como líder, aun sabiendo que es un demente capaz de asesinar a mansalva, la que, a mi entender, hace interesante a la película. Sin desconocer la magistral interpretación de Joaquin Phoenix, me esperaba un tratamiento más siniestro del camino hacia de la locura del Guasón a partir de su
horrorosa vida de sufrimientos, vejaciones y desdenes sociales. Quienes tenemos presentes a Taxi Driver o a Cabo de Miedo, ambas de Scorsese, estamos curtidos por escenas que anuncian lo peor, lo impensado. Esto no ocurre en Guasón, que en este aspecto me parece una película bastante plana.

Pero volvamos a Batman. Creo que es un error pensar que la película no tiene nada que ver con él. Por el contrario, en su descarnada descripción del mundo decadente del capitalismo de ciudad Gótica y de la rebelión de los postergados, los pobres y los excluidos, inspirada por los asesinatos cometidos por el Guasón, Phillips nos está contando qué es lo que Batman vendrá a hacer cuando empiece a actuar 20 años después. Batman/Bruce vendrá por un lado a vengar el asesinato de sus padres por esa barbarie loca, y por el otro a imponer un orden en la ciudad para impedir cualquier resurgimiento de esa barbarie loca. Batman será el justiciero que defenderá los valores del capitalismo frente a la chusma
que en su rebelión desquiciada se convierte en un peligro insoportable para el sistema. Es el peligro de la corte de los mendigos de Buñuel, de los cabecitas de Argentina. Son la basura que se acumula en las calles de Ciudad Gótica por la huelga de los recolectores que habrá que quebrar. No es casualidad que el padre multimillonario de Bruce haya calificado de payasos a quienes no lograron ascender exitosamente en la escala meritocrática y económica. Disfrazado de murciélago y de archienemigo de los malhechores, Batman vendrá en realidad a sofocar todo intento revolucionario. Será el superhéroe gatopardista por excelencia, garante de cambiar las cosas para que en el fondo nada cambie.
Es osado decir que Phillips es consciente de esta interpretación y que
fue su intención desmitificar a Batman, pero sospecho que lo es.

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