El turismo es mucho más que una actividad recreativa: es un motor económico, un reflejo del desarrollo social y un termómetro del acceso a bienes y servicios culturales, naturales y urbanos. Medirlo, sin embargo, no es sencillo. Su naturaleza transversal hace que involucre a sectores tan diversos como el transporte, la gastronomía, la hotelería y la cultura, que atienden tanto a turistas del extranjero como a residentes.
Según cómo se lo mida, el turismo en la Argentina representa entre el 1,7% y el 4,4% del PIB, ubicándose por debajo de la media mundial. Tiene un gran potencial de crecimiento gracias al patrimonio natural, diversidad cultural y oferta urbana del país.
El turismo argentino tuvo un fuerte despegue desde mediados del siglo XX, con la expansión del turismo social, la difusión del automóvil y la aviación y la creciente interconexión con el resto del mundo. Sin embargo, en la última década la actividad perdió dinamismo, reflejándose en su participación en el turismo mundial y regional.
Por otro lado, el sector turístico mantiene una balanza estructuralmente deficitaria: los argentinos gastan más en sus viajes al exterior que lo que gastan los extranjeros que visitan nuestro país. Esto plantea un doble desafío: atraer más turismo receptivo y fortalecer el turismo interno.
¿Cómo es el turismo argentino?
El turismo es una actividad importante para la economía argentina, tanto por su contribución al Producto Interno Bruto y al empleo como por su impacto en la balanza comercial. Tiene un gran potencial de crecimiento gracias al patrimonio natural, diversidad cultural y oferta urbana del país.
¿Qué características tiene el turismo en Argentina? ¿Qué tan importante es? ¿Cómo fue su evolución?
La relevancia del turismo en Argentina es menor que en la mayoría de los países:

El PIB turístico directo representa el 1,7% del total en Argentina. Entre los 125 países con datos disponibles, el país se ubica en el puesto 110 en cuanto al peso del turismo en la economía.
Los territorios donde el turismo tiene mayor relevancia económica suelen ser economías pequeñas. En lugares como las Islas Vírgenes o Aruba, el PIB turístico supera el 20% del total. Si se consideran países con más de un millón de habitantes, destacan Croacia (11,8%), Vietnam (9,2%), Portugal (9,1%), Uruguay (8,9%), Filipinas (8,6%), México (8,5%), Grecia (7,1%) España (6,8%) e Italia (5.7%).
En la mayoría de estos casos, el desarrollo turístico está asociado al turismo de playas, aunque en varios –como España, México o Italia– la oferta cultural, histórica y urbana también es muy significativa.
La relevancia del turismo en la economía argentina es similar a la de Canadá, Colombia y Australia. A nivel global, Mongolia es el país donde el turismo tiene menor peso (0,2%), mientras que en Sudamérica ese lugar lo ocupa Paraguay (1,1%).
El turismo representa el 5,5% de las exportaciones de Argentina, siendo el sexto complejo exportador del país:

Durante 2024, el turismo generó casi 5.000 millones de dólares de exportación. Así, se posicionó en el sexto lugar dentro de los complejos exportadores de bienes y servicios (por detrás del sojero, del petrolero-petroquímico, del de servicios basados en conocimiento, del automotriz y del maicero).
Las exportaciones turísticas representan sólo un cuarto del valor generado por el complejo sojero pero resultan mucho más relevantes que las de otros complejos. Son un 80% superior al complejo triguero, más del doble que el pesquero y representan tres veces y media las exportaciones de girasol.
La balanza comercial turística es estructuralmente deficitaria y presenta saldos negativos para la mayoría de los años desde 1976:

El turismo puede ser una fuente importante de generación de divisas para los países. Sin embargo, la balanza comercial turística de la Argentina ha sido persistentemente deficitaria: el país tuvo saldo negativo en 42 de los 49 años transcurridos desde 1976.
La balanza turística argentina ha sido marcadamente deficitaria en períodos de apreciación cambiaria, cuando el país se encarece en dólares y aumentan los incentivos para viajar al exterior. Esto ocurrió, en particular, durante la década del ‘90 y los últimos 15 años. El año 2017 tuvo un déficit turístico de 6.000 millones de dólares, el valor más alto de la historia.
La persistencia del déficit turístico agrava la escasez crónica de divisas que enfrenta la economía argentina. Reducir este desequilibrio requiere un conjunto de políticas, tanto macroeconómicas como sectoriales, orientadas a mejorar la infraestructura y la conectividad local. También puede fortalecerse la promoción internacional del país, con el fin de hacer más atractivo y accesible el turismo en Argentina.
* Publicado en el portal de Argendata.fundar. La investigación completa de Daniel Schteingart, Carola della Paolera y Joan Manuel Vezzato puede leerse aquí.
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