Un pacto feminista en marcha

Una movilización multitudinaria para exigir aborto legal ya

 

A menos de dos meses de que el Senado bloqueara la posibilidad de convertir en ley la interrupción voluntaria del embarazo, los feminismos volvieron a las calles para exigir aborto legal ya. Una vez más la movilización fue multitudinaria. En el centro porteño copó casi una decena de cuadras y hubo convocatorias en veinte ciudades del país. Al pogo verde abortero que incluye glitter y el ya emblemático pañuelo, se sumaron dos objetos simbólicos: perchas y perejiles. Muchas fueron a la movilización, que concentró en el Congreso, con estos elementos para denunciar las muertes por abortos clandestinos. Durante los meses que duró el proceso parlamentario de debate de la ley, al menos cuatro mujeres murieron por las condiciones inseguras en las que habían interrumpido sus embarazos.

Más allá de las fronteras nacionales, hubo distintas acciones desde Tijuana a La Quiaca. El 28 de septiembre es una jornada de lucha internacional, se trata del Día global de lucha por el Aborto Seguro. La fecha de la movilización tiene una historia y genealogía. Forma parte del calendario de los feminismos desde 1990, cuando en el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (EFLAC), en la ciudad argentina de San Bernardo, se declaró el 28 de septiembre como el “Día de la Lucha por la Despenalización y Legalización del Aborto en América Latina”. Es una fecha que fue adoptada en conmemoración del 28 de septiembre de 1871, día en que se promulgó en Brasil la “Ley de Libertad de Vientres” por la que se otorgó la libertad a hijos e hijas de mujeres esclavas.

 

 

Juntas Abortamos

El aborto no fue ley el último 9 de agosto pero se selló un pacto feminista con la época y la historia. La insistencia de la temática del aborto y los derechos sexuales y reproductivos en todos los espacios de la vida pública: en las escuelas, las redes sociales, los sindicatos, los medios de comunicación, el Congreso nacional da cuenta de una renovación en el compromiso de instalar definitivamente la necesidad de garantizar el aborto como derecho. Durante cinco meses y medio se mantuvo una conversación pública sobre el tema que permitió instalar que se trata de una demanda de salud pública, justicia social, derechos humanos y autonomía. Esta denominada “despenalización social” también generó reacciones violentas por parte de los grupos antiderechos que arremetieron con fuertes campañas para bloquear el avance de la ley.

A pesar de que un argumento utilizado por lxs legisladores y activistas anti-aborto fue que la mejor política era profundizar la educación sexual, ahora que se intenta reformar la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) para asegurar su acceso irrestricto, dicen “con mis hijos no te metas”. La propaganda contra la ESI, casi en continuidad con la campaña contra el aborto legal, cobró fuerza especialmente en las provincias, donde incluso se pudo ver cartelería en la vía pública y en el transporte urbano. El movimiento antiderechos, conformado en su mayoría por miembros de las Iglesias católica y evangélica, descubrió en la llamada “Ideología de género” un enemigo para demonizar.

Pero al pacto conservador se superpone un pacto redentor y feminista. Pibas, militantes históricas, jóvenes, trabajadoras y un largo etcétera van a hacer todo lo posible para revertir la situación legislativa congelada desde 1921. Nadie guardó los pañuelos ni lo hará. Todo lo contrario, el pañuelo verde esta ahora enlazado con el naranja, que identifica la campaña por la separación de la Iglesia del Estado.

 

 

“Tendemos lazos de complicidad, con amor y con paciencia. Tenemos un pacto con nosotras y con la época. Tratar de no reproducir la violencia con la que fuimos criadas y hacer todo para ser más libres”, dijo Sole, de 30 años, una de las tantas que se acercaron hasta la movilización.

El pacto feminista y el compromiso con la historia se hizo evidente también en la bandera que encabezaba la marcha: “28S seguimos en las calles por aborto legal”. Las manos que la sostenían son las mismas que desde hace 13 años, Martha Rosenberg, Nina Brugo, Alicia Gutiérrez y otras miembras de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Detrás de la bandera verde estaban las diputadas Araceli Ferreyra, del FPV y Romina del Pla, del FIT; también referentas políticas e históricas militantes de la Campaña.

El recorrido fue de Congreso a Plaza de Mayo, en un gesto que hace pensar que hay una responsabilidad política del Poder Ejecutivo en la apuesta de la cámara de Senadores por mantener la clandestinidad del aborto. La caravana hizo una parada frente al ex Ministerio de Salud para denunciar su devaluación a Secretaría. Ahí, Marina Glezer y Erica Rivas leyeron un comunicado de Actrices Argentinas donde volvieron a plasmar su compromiso con la lucha por la legalización. Una vez llegada la columna a Plaza de Mayo, la periodista feminista Lili Daunes leyó el documento.

“Disputamos la forma en que queremos que se hable sobre nosotrxs en las normas y las instituciones. Estamos marcando una época y cambiando a nuestro paso la política nacional y hasta las políticas de nuestra América Latina”, dijo frente al micrófono.

Como en cada marcha feminista, la alegría es el ánimo que liga. Una chica con un cartel de Basta Macri/No al FMI no paraba de sonreír. Hay decenas de grupos de tambores, que hacen que no haya forma de estar sin bailar; aunque el cotillón sea una percha o un perejil anudado, la procesión avanza alegre. La bronca y el dolor por las muertas, porque no pudo ser, porque es este el Congreso que tenemos, el modelo neoliberal que nos obligan a vivir, está presente, pero el motor que mantiene la llama encendida es el compromiso de todas, el pacto de estar juntas, ser cada vez más, renovar las estrategias, las canciones. Hasta que sea ley.

 

 

 

Cómo llegamos hasta hoy 

Luciana, productora de La Revancha y docente, dijo: “Llegamos acá por la historia, por el movimiento Ni Una Menos. Años atrás se presentaba el proyecto y éramos muy pocas. No hay otros actores sociales que estén habitando la calle”.

El año pasado la movilización por el 28S tuvo como consigna “Un grito global por el aborto legal”. En Argentina la convocatoria fue masiva. El acontecimiento abrió una línea de tiempo que continuó con el pañuelazo del 19 de febrero de 2018, el segundo paro internacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans y la séptima presentación del proyecto de ley de la Campaña. El resto es historia conocida.

 

 

La expansión del movimiento feminista en todo el mundo no muestra signos de debilitamiento. Su potencia se verifica tanto en las calles, constituyéndose como un actor político de relevancia en el mapa de fuerzas de cada país, como en cada casa, en cada familia. Gabriela tiene 22 años y fue a la marcha con su madre, que tiene 60. “No le daba bola, pero encontré en el movimiento feminista un apoyo especial que no encontré en nada. Mi autoestima era cero. Ahora me cuido, me quiero y respeto mucho a las mujeres. Es muy importante para mí haber encontrado esto con mi mamá, que ella haya aprendido a ser libre a pesar de ser de otra época y que me acompañe a todos lados”, dice.

La revoltosa marea verde argentina provocó sismos en varios países de la región. En México la marcha fue multitudinaria y con notable presencia del verde, en Chile el movimiento estudiantil adoptó el aborto como uno de sus principales reclamos, en Ecuador el verde también copó las calles.

 

 

La situación en todo el continente es terrorífica. En América Latina y el Caribe más del 97% de las mujeres y personas gestantes en edad reproductiva viven en países con leyes de aborto restrictivas. En seis países la interrupción voluntaria del embarazo está completamente prohibida. Estos son Honduras, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana, Haití y Surinam. Uruguay y Cuba son hasta ahora los únicos donde hay aborto libre, seguro y gratuito. Honduras es el único país de la región en el que la anticoncepción de emergencia está prohibida. En el continente hay mujeres encarceladas por aborto, algunas con penas de hasta 30 años.

El movimiento feminista en la Argentina sigue en alerta. Las persecuciones, las derrotas parciales, el ajuste que repercute directamente en las mujeres e identidades no hegemónicas, la violencia mafiosa contra docentes y referentes populares, no calma las aguas revueltas del hacer político de los feminismos organizados. Todo lo contrario, cada convocatoria reafirma el pacto de hermanas, renueva la confianza en la unidad y la certeza de que es tiempo de seguir en la calle.

 

  • Fotos: Gala Abramovich (LatFem)
  • Informe: Analía Fernández Fuks (LatFem)
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